Parece enfadada cuando arroja con rabia una ficha negra dentro de la vasija.
Introduce cuidadosa y respetuosamente una ficha blanca en la vasija.
Ponzoña se levantó, saludando a su hermano de capa, Dagotán, al cruzarse. Sabía lo que deseaba y lo que deseaba no se había cumplido. Era hora de elegir lo mejor para la Compañía o lo menos malo según se mirase. ¿Cuál de los dos leones era el mejor para el destino de todos y cada uno de ellos?
Tomó una ficha blanca y la depositó en la vasija.
Por fin decidió levantarse y acercarse con cautela en busca de una de las fichas. Piojillo había estado esperando su momento para acercarse, sin llamar la atención de nadie. Había estado pensando detenidamente en todo lo que estaba aconteciendo: La actitud de Lengua Negra, el voto de su hermano de capa, los votos de los cabos, sus compañeros... El campamentero se adelantó y no dudó en recoger una ficha blanca. La acuñó en su puño hasta que llegó a la altura de la vasija, donde la introdujo. Sin mirar a nadie más, se dió la vuelta para volver a su lugar.
Tirada oculta
Motivo: A. intenciones
Tirada: 1d20
Resultado: 14
ASESINA:
- Por la expresión maliciosa de Rastrojo crees que está pensando en hacer alguna trastada, tal vez en alterar el resultado de las votaciones. Aunque te parece que todavía no lo ha hecho, que sólo lo está pensando.
El Segundo Mago de la Compañía se levanta de su sitio y tras unos pasos cansados recoge una única ficha, y con el puño cerrado la deposita en la vasija.
Con una sonrisa enigmática vuelve a su asiento.
Antes de que Piojillo llegue a echar la ficha en la vasija, la Cabo Rompehuesos le coge un brazo con una fuerza salvaje, tira de él para apartarlo de la mesa y le da tal sonoro bofetón que le afloja un diente.
- "Será mejor que salgas de aquí, Piojillo. Vete a meditar acerca de lo que significa ingresar como Hermano Juramento en la Compañía Negra. Algo que no harás hasta mañana. Se supone que yo seré tu Hermano de Capa, así que haz el favor de marcharte en silencio y con una disculpa, no sea que me avergüences todavía más de lo que ya lo has hecho." -
Vieja Guardia se levanta ignorando a Piojillo, Rompehuesos y Mecadio; y en un silencioso caminar se dirige a la urna y deposita una ficha blanca. No dice ni una palabra ni mira a los rostros de ninguno de los presentes. Al regresar vuelve con el ceño fruncido. Parece obvio que no le gusta que se haya llegado a esta situación.
Sigiloso como una sombra, haciendo honor a su nombre, el oscuro Sombrío se levanta y arroja una ficha blanca en el interior de la urna, para sorpresa de no pocos.
Aquello no podía demorarse más tiempo. Matagatos se encontraba dividido por dentro, indeciso, pues por un lado la opción de Portaestandarte como Capitán equivalía a ser guiados por un loco... Pero también era su padre, y un hombre valiente, decidido y hábil. Por el otro lado, se encontraba Analista, que desde lo ocurrido con el capitán parecía haber hecho de la inacción su bandera, aunque también era un hombre sensato y razonable que, probablemente, no les enviaría a una muerte segura.
Finalmente, tomó una decisión. Quizás lo que había visto en su sueño era una advertencia, y la presencia de la Lanza de la Pasión quería decir algo más. De todos modos, Portaestandarte estaba ganando. El oscuro se había asegurado de llevar la cuenta. Puede que su voto no valiera para nada, pero había que hacerlo. Se acercó con paso firme y hundió la mano en la bolsa, sacando claramente una ficha blanca. Aquello era una puñalada a su padre, y él lo sabía, pero no se escondería. No le habían educado así. Miró a los ojos a Portaestandarte mientras introducía su voto, no con crueldad, si no más bien pidiendo comprensión a su progenitor.
Otro ilustre miembro de los Hermanos, alguien cuyo nombre ya había salido antes en la reunión, se dirige hacia la urna. Observa detenidamente a Portaestandarte, y luego a Analista. Parece evaluar ambas opciones y finalmente se decanta por una ficha blanca, que deposita con suavidad antes de alejarse de la urna.
Uno de los K'Hlata, Grito, se levanta con decisión y tras tomar una ficha negra la arroja sin contemplaciones a la urna.
Otro de los jinetes se levanta de su asiento y no duda en dejar rápida y simplemente una ficha negra en la urna. Antes de regresar a su silla lanza una mirada a los Hermanos que aun no han votado. Una mirada significativa y cargada de emoción. Quiere un cambio, y para él ha llegado la hora.
Dedos miró a Matagatos. Sus ojos siguieron con atención cada paso de aquel hombre a medida que mostraba a todos su decisión de apoyar a Analista. Ella le conocía bien. Sabía su historia, y conocía a su padre. Por un momento temió cómo fuera a reaccionar ante el voto de su hijo pero parecía estar controlando su temperamento.
Ahogando un suspiro, Dedos se levantó y se dirigió a la urna. No tuvo ni que meditarlo, cogió una ficha blanca con la mano y sin detenerse mucho la depositó en la urna. La suerte estaba echada.
Tras aquello, regresó despacio a su lugar y lanzó una breve mirada de preocupación y cierta complicidad a Matagatos.
Asesina seguía en su lugar aparentemente enfocada en la votación sin embargo, decidió no perderse ni uno de los movimientos del tal Rastrojo.
¿Por qué lo hacía?, se pregunto por un instante antes de decirse a sí misma que sería deliciosamente divertido si podía pescarle haciendo trampas para exponerlo ante todos.
A esta reunión le estaba faltando un poco de dolor y sangre para ser considerada un divertimento.
Melmedes se levanta, respira hondo y avanza con pasos presurosos hasta la urna. Mete una mano en el cofre para escoger una ficha, mira por el rabillo del ojo a ambos lados y finalmente introduce la ficha sin mostrarla en la urna.
Ronco no lo duda. Avanza con decisión, agarra una ficha negra, y tras mostrarla a todos da a entender con gestos que el que no escoja a Portaestandarte no vela por el futuro de la Compañía. Arroja la ficha a la urna y se marcha de vuelta a su silla en silencio.
Jacat se levanta y deprisa para que la atención no se centre en él recoge una ficha negra y la arroja a la urna.