Partida Rol por web

- "¡Mierda!" - Exclama Vasija con el ceño fruncido.

Sin dar tiempo a que los saltos de Tendero paren, alarga su mano y comienza a realizar sus tiradas bajo las atentas miradas de Uro y Precio.

- "No puede ser que tenga tanta suerte..." - Masculla en voz baja. Tendero parece ignorarle o no darse cuenta de sus palabras.

Tras cuatro rápidas tiradas alcanza de nuevo una puntuación de veintiocho. Suspira... alza la mirada y lanza una quinta vez deseando sacar un doble cinco o un doble seis... pero no. Un cuatro y un tres... Se ha pasado.

Con la mirada algo rabiosa recoge los dados y se los pasa a Reyezuelo.

Empiezo a sospechar que lo que nos ha traído esa bestia no es fuego como quería aparentar - dejó en suspenso la frase mientras hacía sus tiradas, para concluir - sino mala suerte.

Miró a Tendero y a Boñiga antes de añadir -: Al menos para algunos.

Le costaba creer que alguien no estuviese haciendo trampas. Por fin, se fijó en las tiradas que estaba teniendo y enarcó una ceja, ¿había empatado la impresionante tirada de Tendero?

Boñiga frunce el ceño al ver de nuevo otra puntuación de 36 en la misma ronda. Parece a punto de decir algo pero se calla, pues ha tenido mucha suerte en las rondas anteriores.

Simplemente se limita a coger los dados y felicitar a Reyezuelo antes de tirar él mismo.

- "Enhorabuena." – Dice en dirección al K'Hlata. – "Parece que Tendero no se llevará él sólo la gloria de esta ronda." – Indica con una sonrisa.

Luego lanza los dados hasta cinco veces… en la última parece que puede tener la oportunidad de igualar o incluso superar a Reyezuelo y Tendero pero no es una tirada pareada y se pasa de treinta.

Precio recoge el cuenco y lo golpea con un dedo haciendo que resuene metálicamente.

- "Tenemos ganadores de esta ronda." – Alarga la mano y separa las monedas dejando nueve en un montón frente a Tendero, y otras nueve en otro montón frente a Reyezuelo.

- "Nueva ronda. Los que quieran seguir, cuatro platas por persona por favor." – Dice casi a voz en grito.

Tendero y Boñiga no dudan en depositar sus cuatro platas cada uno. Vasija parece pensárselo un poco pero también deposita el dinero. Precio recoge todas las monedas en el cuenco y espera para comprobar si Reyezuelo, Astado y Caracabra desean continuar.

Uro continúa vigilante, de momento no ha detectado a nadie haciendo trampas pero si pilla a alguno…

- "Un momento." – Interviene el propio Gordo Wem que hasta ahora se ha limitado a mirar.

- "Las reglas no son así. Tal vez lo hayas olvidado pero en caso de empate se acumula el bote, al igual que cuando todos se pasan. Si no hay un ganador claro nadie se lleva el dinero." – Dice con la voz algo ronca.

- "Lo lamento." – Indica mirando a Reyezuelo y Tendero. – "Pero las monedas se quedan en el cuenco. La próxima ronda va a ser jugosa." –

Precio asiente y con rostro apesadumbrado se disculpa en voz baja ante Reyezuelo y Tendero por su error.

Precio devuelve las monedas al cuenco tal y como se le ha indicado, y luego mira a los que quedan por decir si continúan apostando o no.

Hay dieciocho platas en el cuenco, más las doce que han puesto Tendero, Vasija y Boñiga. Es una ronda muy suculenta.

La fortuna de nuevo se reía de las aspiraciones del h'klata que, reconoció para sí mismo, merecía la pena perder las monedas a cambio de presenciar la máscara de disgusto y frustración en la que se convirtió el rostro de Tendero. Aceptó las disculpas de Precio con un asentimiento de cabeza e hizo entrega de cuatro monedas más para engrosar el ya de por sí fecundo bote. Aquella ronda prometía ser histórica.

Ahora la codicia pudo al pequeño jorobado que saco apresuradamente otras cuatro monedas. Esta vez el bote iba a ser impresionante, quien ganara tendría un monto de plata. A ver si hay suerte.  Dijo mientras dejaba las monedas en el cuenco.

Todas las miradas parecen dirigirse a Astado, que es el último jugador en decir si continúa la siguiente ronda o no.

Pero muchos desvían la mirada al percatarse de que en la Tienda entra una mujer. Bimbawa, hermana de la fallecida Bimbata en uno de los últimos ataques sorpresa del Triplete.

Tiene el mismo rostro triste desde la muerte de su hermana, y se sabe que apenas ha ejercido su oficio desde entonces. Se ha ido ocupando de limpiar la Tienda de Grog y de ayudar a Wem a elaborar el Grog.

Sus pasos la encaminan a la mesa donde se sientan los jugadores, y se queda de pie en silencio junto a la misma observando la mesa.

No tarda mucho en aparecer tras Bimbawa otra de las putas, Bruja.

La mujer aparece con una sonrisa en el rostro, y avanza ajena a las miradas que muchos de los presentes le lanzan.

Contonea sus caderas y se dirige hacia la mesa para observar el espectáculo pero se para un momento junto al verdugo.

Mira a Uro de arriba a abajo y apoya una mano en uno de los enormes brazos del guerrero.

- "Te haces llamar el Ungido... ¿no?" - Pregunta con los ojos muy abiertos. 

Una tercera mujer sigue a las dos primeras. Es Oscura y más madura que Bimbawa y Bruja.

Parece caminar con aire divertido y se sitúa en las primeras filas para observar la partida, pero por el momento no dice nada.

El Guerrero de la Diosa bajó la mirada hasta la pálida mano que se posaba en su antebrazo. Sus ojos verdes se desviaron después hacia el rostro de la menuda prostituta que se hacía llamar Bruja.

— Apartar mano de cuerpo de guerrero sagrado, puta —gruñó el antiguo Cazador de Cabezas, con un tono bajo pero peligroso—. Si Uro querer mujer, Uro montar a esposa de enemigo después de matar a marido. Solo débiles y Oscuros pagar con plata lo que deber pagar con sangre...

El Ungido posó su mirada en la mesa de juego, estudiando las reacciones de los jugadores ante sus palabras. Tiempo atrás, el Elegido de la Diosa luchaba como un jabalí herido, lanzándose de cabeza hacia el combate sin prestar atención a sutileza alguna, pero el tiempo pasado en la Compañía le había enseñado a no desdeñar el poder de la lucha psicológica. Enemigo nervioso o enfurecido dar paso en falso antes de morir... Las monedas apiladas en el centro de la mesa eran demasiado jugosas como para dejarlas escapar; si alguien iba a hacer trampas, este podía ser el mejor momento.

Bruja frunce en entrecejo y retira la mano del brazo de Uro.

Luego simplemente le saca la lengua a Uro y le responde antes de girarse y apartarse unos pasos para centrar su atención en la mesa:

- "No quiero un hombre. No lo necesito. Quería saber qué significa lo del "Ungido" y por qué crees que eres el elegido de la Diosa." - Dice con cierto tono infantil.

Lentamente empieza a pasear rodeando la mesa, observando el cuenco, los dados y finalmente a todos los jugadores.

Se para y retrocede un par de pasos para no molestar, situándose "casualmente" junto a Chamán Rojo.

Gira su rostro hacia el chamán y con una sonrisa le pregunta también con un tono algo infantil.

- "¿Sabes algún truco de magia?" -

- "Ha llegado a mis oídos que estabais hablando del Dragón del Triplete... ¿es cierto?" - Pregunta la tercera prostituta.

Tendero asiente casi sin mirarla.

- "¿Alguno lo vio de cerca?" - Pregunta aparentemente interesada.

Intrigado por la repentina presencia de las recién llegadas, ASTADO dejó de prestar atención por unos momentos a la mesa de juego, y permaneció un buen rato observando en silencio a las mujeres.

Su rostro se mantenía tan inescrutable como siempre, como una fría pieza de ébano tallada por el mero pasar de los años. Sin embargo, una extraña chispa de curiosidad emanaba de su mirada, la cual parecía sugestivamente centrada en la llamada BRUJA.

Finalmente, las palabras de la Oscura rompieron su ensimismamiento, y el antiguo chamán cayó de golpe en la cuenta de que todos los presentes aguardaban su movida. Con un evidente gesto de incomodidad, quizás incluso de nerviosismo, extrajo torpemente unas monedas de su bolsa y las depositó en el cuenco.

Tras ello, y sin tener realmente demasiada conciencia de lo que hacía, se apresuró a tomar los dados y los lanzó un par de veces sobre la mesa.

- Al parecer muchos. Casi todos, diría yo. - dijo al notar el par de 5 que, según creía recordar, ponían punto final a su turno - Pero nadie sintió su fuego.

- Es extraño. Como si a pesar de todo su poder... su única arma verdadera fuera el miedo...

Bruja parece fijarse en la mirada de Astado, y ante el silencio de Chamán Rojo se dirige al jugador que acaba de lanzar los dados.

La prostituta se sitúa junto a Astado, muy cerca de él, sin mostrar pudor alguno por el que es o fue en su día un chamán.

- "Tú sí que sabes algún truco de magia, ¿verdad?" – Pregunta con cierto tono de anhelo.

Cuentista por una vez parece no querer llamar la atención sobre sí misma pero aun así responde a Astado.

- "¿Todos visteis al dragón? ¿Cómo era?" – Su cabeza va girando y recorriendo a todos los presentes. – "¿Podéis alguno describírmelo?" – Pide intrigada.

Precio sacude la cabeza y se lleva una mano a la frente antes de vociferar.

- "Hagan juego señores. Astado ha sacado un 17. Es el turno de Caracabra." -

- Los Chamanes no somos Pitonisas.- Contestó con sequedad a la puta. ¿Magia? Eso se lo dejaban a otros incapaces de comunicarse directamente con los espíritus de los ancestros.-  No te he visto alrededor de la Hoguera Roja que preparé esta noche, antes del ataque. Allí podrías haber visto lo que las Llamas predijeron  y así sabrías de qué somos capaces los chamanes. No faltes a la siguiente.- El juego no le interesaba para nada pero sí aquello que los seguidores hubieran podido apreciar o no del dragón del triplete. Cualquier información podría servirles para un posible encuentro.- Yo lo que recuerdo de esa bestia es que llegó por el lado sur. Rugió y tembló todo el llano, haciendo que muchos de los Seguidores entraran en pánico. Durante la batalla pude ver cómo casi sobrevolaba nuestras cabezas. Era enorme, sin duda y se dirigió a la zona norte. Pero lo que dicen Astado y Precio me deja inquieto.¿Qué sentido tiene hacer que esa bestia ataque el Campamento y no usarla para acabar con Capitán? Más aún cuando la Heroína fracasó de aquella manera. Fueron Caracabra y Reyezuelo quienes estaban en las torres de guardia esa noche. Yo no vi más y los que estaban fuera de patrulla, Ojopocho y Tristeza, poco podrán ya contar. Quizá cuando vuelva el Guardián de los Muertos y se les honre como merecen- En su tono parecía insinuar que podría hacerse mejor.-desde su nuevo hogar puedan decirnos algo para aquellos que sabemos escuchar.- Se quedó pensativo acerca de las palabras de la puta. ¿Acaso no era tan impertinente como pensaba y sólo quería llamar la atención sobre el uso de la magia? ¿Sería el mago Serpiente capaz de hacer algo así?

Bruja observa a Chamán Rojo y escucha con detenimiento sus palabras.

- "Allí estaré." – Responde la mujer. – "Veré de qué sois capaces los chamanes." – Muestra una sonrisa pícara y divertida pero se aparta un poco de Chamán Rojo. No parece querer importunarle.