Partida Rol por web

TIERRAS SALVAJES.

Attar esperó pacientemente la llegada del resto. De hecho, miraba a su alrededor, explorando el paisaje, con una mezcla de curiosidad infantil y ganas de acabar pronto la misión.

- El Primer grupo abandona el campamento de instrucción y se adentra en los páramos (Zona 1).

- Dedos, R'Gaa y Serpiente recogen a la mula del aprendiz de hechicero oscuro en los corrales para Reclutas al norte del campamento de instrucción. De los tres, R'Gaa parece ser la única que tiene alguna idea de la forma de manejar a una mula para que te haga caso y accesa a salir del corral de animales y a seguirte.

- Los tres se reúnen al rato con los guerreros Attar y Uro, ambos están mirando al cielo pensativamente.

URO:

- Observar el cielo intentando predecir la lluvia supone una tirada de Conocimiento (Gran Sabana) o Conocimiento (Naturaleza) a dificultad 18.

- Alternativamente una tirada de Supervivencia a dificultad 25.

MEDIA MAÑANA.

CIELOS DESPEJADOS Y TEMPERATURA TEMPLADA.

Attar empezó a avanzar, les convenía darse prisa si no querían quedarse sin comer. El tiempo hacía la tarea más fácil, ya que con un día despejado y templado trabajarían mejor que bajo la lluvía, con frío y fango por doquier.

Procuró no distanciarse mucho, ni distraerse con nada...la comida era más importante. Además, cuanto mejor rindiera, más posibilidades de ascender en la compañía, y honrar así el recuerdo de sus padres.

- Tirada de Supervivencia para recoger leña.

- Attar se ha distraído persiguiendo a un pajarillo y no será posible que se concentre en algo hasta que sea el momento de regresar.

En cuanto había cogido las riendas del animal, se había sentido cómoda con ello y había andado por el campamento con la cabeza alta, segura de si misma, hasta llegar a la salida. La vista que la esperaba era sobrecogedora. Un montón de terreno al aire libre esperaba ser explorado por ella y su grupo de compañeros. De verdad encontrarían leña? Tenía toda la pinta de que no. De todas formas, siguió mirando a su alrededor. Vio a un chico, uno de sus compañeros, comportándose como un crío, persiguiendo un pájaro.

-Ese...no va a servir de mucha ayuda haciendo eso.- comentó con una risita dirigiendo su mirada hacia Dedos. 

El territorio que rodea el Campamento de la Compañía Negra es árido y generalmente seco excepto en invierno, momento que se forman pozas y las traicioneras y temibles arenas movedizas.

Durante la estación húmeda, el llano puede convertirse con facilidad en un lodazal, especialmente cerca del campamento.

Cuanto más se aleja uno de zonas que hayan estado siendo habitadas en los últimos años, más probable es encontrar vegetación, pastos y arbustos.

Hay pocos árboles pues la mayoría de los que estaban a la vista fueron talados hace mucho para ser usados como material de construcción en el Campamento.

Al desechar la idea de dejar sus pocas pertenencias sobre el lodo que cubría el suelo del campamento, R'Gaa había decidido llevarse todas sus pertenencias consigo. Los objetos pequeños los había metido dentro de la mochila, la daga colgaba de uno de los laterales de ésta y la  lanza la llevaba en la mano que tenía libre, pues en la otra llevaba las riendas de la mula. No habían comenzado aún y ya se sentía dolorida con tanto peso, por lo que miró a Serpiente y le comentó.

-Podría colgar la mochila de las silla de la mula? Ya que soy yo quién la cuida y la maneja, sería un trato justo.

Attar acechaba al pajarillo alegremente...cualquiera habría esperado esa actitud en un niño pequeño, pero no en un guerrero musculoso, con su arma a cuestas. Verdaderamente era cómico verlo.

- R'Gaa le señala a Dedos una zona donde quedan algunos árboles. Tal vez a media hora del campamento.

- Parece una pequeña depresión rodeada de montículos, por lo que es fácil que en la distancia no se vean apenas los árboles.

- Todo el que quiera correr a toda prisa y al mismo tiempo siendo cuidadoso debe hacer dos tiradas.

a) TS Fortaleza para correr deprisa una media hora, y otra media hora de vuelta. Si queréis llegar a tiempo para la comida eso os da un margen de una hora recogiendo leña.

b) TS Reflejos para evitar tropezar o caer en alguna zona peligrosa. Esta segunda tirada puede sustituirse alternativamente por una de Piruteas, Equilibrio o Saltar. - Debe aclararse en el motivo de la tirada.

- Lamentablemente, Attar no va a resultar de ayuda en esta misión, por lo que no tiene que tirar.

Por vergüenza ajena me llevé las manos a la cara al ver lo que ocurría con Attar, aunque no tardé en apartarlas por miedo a acercarme demasiado a la iracunda mula. Minutos antes había previsto que algo así sucediese con alguno de los brillantes reclutas que nos acompañaban, y así había ocurrido, con sonrisa bobalicona y todo.

Me giré hacia R’Gaa cuando me preguntó y bostecé sonoramente, en parte por haber pasado la noche en vela, en parte porque me aburría. Quizá podía conseguir algo de diversión después de todo.

- Preguntas si puedes, y cuando preguntas qué respuesta esperas- respondí clavando mis extraños ojos en los de la recluta sin memoria-. Si mi respuesta es no, ¿dejaras la mula a su suerte en una sabana llena de fieras y condenarás a los que te acompañan a cargar con el peso de la madera que sin duda excederá el que ahora mismo llevas?- Cambié de hombro las alforjas en las que guardaba mis cosas-. Si estando sedienta un cansado anciano te ofreciese agua, con la condición de que cargues con ella, ¿pedirías algo a cambio o en el propio trato no está ya la compensación para ambas partes? ¿Es justo lo que pides, o injusto?, porque justo e injusto no son sino dos caras de la misma moneda

URO se movía con paso firme y decidido, su penetrante mirada escrutando con intensidad el horizonte que podía entreverse en la lejanía. Sus ojos brillaban con renovada intensidad, y a cada rato inhalaba poderosas bocanadas de aire fresco, como si quisiera hincharse del dulce ambiente de las interminables extensiones de la Sabana. Nadie tenía muy en claro si los Cazadores de Cabezas podían disfrutar algo en la vida. Como no sea la brutalidad y la matanza, claro. Sin embargo, para todos los presentes la actitud del guerrero se asemejaba bastante al auténtico placer.

URO ni siquiera reparó en los despistes de ATTAR. O, si lo hizo, no pareció afectarlo en lo más mínimo. Simplemente tomó la actitud del guerrero con toda la naturalidad del mundo, con la misma estoica resignación con que acataba cualquier capricho de su Diosa.

Otros quizás pudieran sentirse desanimados por la desacostumbrada racha de mala suerte. Después de todo, su grupo parecía conformado a propósito. No solo le habían negado su posición como líder, sino que además le habían adosado a varios de los individuos más débiles de todo el campamento. Para ser suaves, al menos.

Sin embargo, ese no era el tipo de reveses que frustraran al Cazador de Cabezas. En todo caso, lo hacían más fuerte. Como tener que lidiar con la dispersa R´Gaa, que al final pareció resultar de gran ayuda. Todo era una prueba, que debía superarse.

- URO avanzar primero. Solo. – dijo luego de una larga caminata en silencio – Cortar madera antes que otros llegar. Y defender.

El tiempo era primordial en aquel ejercicio. Quien llegara primero al bosquecillo conseguiría las mejores piezas, y el resto se quedaría muy probablemente con las manos vacías.

- No correr con mula. – agregó algo apresurado mientras ya se ponía en marcha - Camino difícil. Lastimar.

A pesar de las prisas, el guerrero seguía pensando con la cabeza. No tenía sentido que todos se apresuraran en llegar. No si ello implicaba que la mula se rompiera una pata en el traicionero terreno. Era mejor que alguno se quedara junto a ella mientras él cortaba toda la leña que fuera posible. Así, cuando el resto del grupo llegara, solo tendrían que cargarla y partir.

Por otro lado, URO prefería no disgregar demasiado al grupo. En caso de toparse con alguna sorpresa, siempre podían defenderse mejor si eran muchos.

Miró directamente a los ojos a su compañero y en su cabeza aparecían, atropelladamente, pensamientos sobre pensamientos acerca de los que le había preguntado el mago. Con voz clara y mirada serena se atrevió a hablar.

-Desde luego que no dejaría a la mula a la deriva por la gran sabana. Muchos peligros nos acechan, y si no estamos atentos se nos pueden presentar animales peligrosos. A tu anterior pregunta, esperaba un sí por respuesta, puesto que eso no te afecta en nada. La que carga con el peso es la mula, y que yo sepa... o recuerde- una sonrisa se dibuja en su rostro. Es mejor tomarse lo de la pérdida de memoria con un poco de humor, así a lo mejor recuerda antes las cosas.- estos animales están hechos para soportar grandes pesos y ayudar a su desplazamiento.- Antes de la pregunta sobre el anciano y su agua, R'Gaa dejó su pesada mochila en el suelo para así, soportar mejor el peso en caso de que no se le permitiese hacer que los cargase la mula.- Si un anciano me ofreciese agua a cambio de llevarlo yo, aceptaría sin dudar, sin pedir nada más a cambio. Los cambios han de ser equivalentes y eso será lo justo.- concluyó finalmente, un poco confundida. No sabía si se había expresado bien o no. Aunque era muy joven muchas veces se había parado a pensar sobre lo justo y lo injusto. Había llegado a tener varias ideas propias, y muchas veces era por lo que se regía su comportamiento, pero nunca había expresado nada de lo que pensaba sobre eso en alto. Quizás porque nunca se lo habían preguntado hasta ahora.

Estas mismas ideas fueron las que finalmente la animaron a desterrarse. El hecho era que no consideraba justo lo que el destino tenía preparado para ella si hacía caso a su padre, por lo que decidió tomar las riendas de su destino e intentar conseguir otro mejor. Por lo menos bajo la protección de la Compañía era libre... Todo lo libre que podía ser.

Cuando Uro habló, R'Gaa lo miró intensamente. Hasta entonces, y que ella recordase, nunca se había fijado en ese hombre. Era grande y fuerte, por lo que llamó mucho su atención. Su nivel de expresión fue bastante pobre cuando habló, pero por lo visto tenía la intención de ir a cortar solo la leña. Quizás fuese una buena idea si no hubiesen animales hambrientos acechando en la sabana, pero con su presencia, por muy bueno que fuese un guerrero, esos animales atacaban en manada. Por lo que no era demasiado prudente ir solo. 

-Hay bestias hambrientas esperando carne fresca, escondidas. No es seguro que vayas solo.-mientras pronunciaba estas palabras había desviado la vista del gran hombre hacia su amiga. Esperaba que ésta le diese la razón y no dejase que fuese solo. No convendría nada de nada perder un hombre fuerte como él.