Partida Rol por web

Manta se prepara mentalmente para cualquier cosa que pueda venir. Pide a Caracabra permiso para ir a por su lanza corta, y espera órdenes. En otra situación no habría actuado con tanta premura, pero el jorobado se había tomado la molestia de estar con él y ayudarle, y quería causar una buena impresión.

-¿Mmmmmh?

Malamente se levantó por el jaleo provocado por R'Gaa. Él no distinguía demasiado, pero si tantas personas a la vez lo decían... Buscó con rapidez sus lanzas. Agarró una y se agacho, poniéndose de cuclillas y la lanza delante de el, en el suelo. Se inclinó hacia delante, doblando su abdomen contra las rodillas, quedando su frente tocando el suelo.

-Dioses, ayudadme. Escuchad mis plegarias. Que el Sol me alumbre con su luz y ciegue a mis enemigos, que el Cielo me guíe haciendo que mis golpes sean certeros, que el Viento me ayude a recorrer con agilidad los caminos de la guerra y que la Noche tenga paciencia y no me reclame todavía.

Se incorporó. No eran necesarias grandes plegarias para contentar a sus Dioses. Estos preferían una vida que les honrase antes de horas y horas de oración. Se dirigió hacia Peregrino plantándose delante de él. Era el protocolo.

-Y ahora qué hacemos.

No me gustó lo que decían, ni que lo que veía al forzar al vista dónde apuntaban.

¿Estábamos listos para otra emboscada? Miré a mi alrededor. No conocía la fuerza combativa de los reclutas ni sus armas, pero no contaba demasiado con ellos. Peregrino era un gran luchador, y Guepardo y Jabalí eran buenos también. ¿Podríamos sobrevivir a un ataque? Todo dependería de qué case de ataque, claro está, pero igualmente...

"Idiota."

Los exploradores estaban también aquí. Y ellos eran soldados más o menos veteranos.

Me acerqué a Peregrino, pues era el "jefe" en esos momentos. Al menos de nuestra parte del grupo. Y los jefes debían tomar decisiones. 

- ¿Qué hacemos? 

No eran necesarias más palabras. Pero...¿debíamos acercarnos, debíamos prepararnos para un aunque, debíamos intentar preparar una emboscada para si se acercaban a nosotros? ¿O tal vez acercarnos con rapidez a otro de los grupos para un grueso mayor?

R'Gaa se impacientó y miró a Malamente con el ceño fruncido.

Recoge nuestras lanzas y tenlas a mano, intentó tener una voz firme y enérgica, pero seguía debilitada y apenas se escuchó, es probable que sea necesario luchar.

Si nuestros compañeros necesitan nuestra ayuda deberíamos ir hacia ellos. ¿Y si fuéramos nosotros los que están atacados? Ay que angustia, ojalá Peregrino sea tan buen líder como es luchando.

Empezó a frotarse las manos nerviosa y miró a todos sus compañeros para ver que hacían. Esperó la orden del jefe del pelotón, para bien o para mal, la iba a obedecer.

Guepardo estaba dispuesto a enfrentarse en un entrenamiento a Peregrino cuando vio el polvo lejano. Se encaramó rápidamente a un gran árbol para dislumbrar mejor lo que ocurría, tirando el palo con el que pensaba pelear. —Parece un batalla —le dijo a Peregrino desde lo alto—. Quizás sea el otro grupo.

Tras mirar más atentamente se dio cuenta de que poco más podía dislumbrar. Cuando bajó, observó como Malamente estaba cerca del líder del grupo, preguntando qué hacer. Se alegró de no estar en su pellejo, pues la solución no era fácil. No sabía las órdenes explícitas que tenía, lo que si sabía es que tardarían demasiado en ir hasta allí. —Tardaremos muchas horas en llegar a la batalla. Para cuando lo hagamos, seguramente habrá terminado todo. Sugiero mandar una avanzadilla para ver que ha sucedido, me ofrezco voluntario.  —Como explorador no tendría mucho problema en acercarse con sigilo a la zona y ver lo sucedido. Aparte se estaba entumeciendo en aquel lugar...no estaba acostumbrado a tanta calma.

Me puse a ver la polvoreda que se distinguía a lo lejos. No me gustaba más que a los otros. No se podía ver que sucedía y era cierto lo que decía Guepardo: cuando llegaramos ya habría terminado todo.

-Yo creo que deberiamos fortalecer esta posición, por si son enemigos y vienen hacia nosotros luego.- Aventuré, mirando a los otros. -Si mandamos una avanzadilla y son hostiles no estoy segura de que vuelvan. Aunque también se me hace muy raro que vayan por ahí tan despreocupados por si los vemos o no. Debe haber una razón para ello también.

No era una experta, pero creía que el sentido común decía que eso era lo que había que hacer.

- Yo considero que deberíamos seguir camino, prestando atención a algún nuevo movimiento de lo que sea que provoca esa polvareda. Si detectamos que se aproximan a nuestra dirección, hagamos lo que propone Codorniz, preparemonos para recibirlos. Pero en tanto no percibamos que se acercan, mantengamos el curso, no perdamos el tiempo. - Agregó el hombretón mientras se incorporaba y sumaba a los espectadores de aquel fenomeno.

Saco mi espada de entrenamiento y me dispongo a entrenar con Guepardo, solamente marcar para evitar daños. Además de eso, me encuentro terriblemente fatigado, por lo que no tengo ninguna energía para un combate real. La verdad es que al parecer el viaje me ha pasado un poco la cuenta y debo agradecer que solo sea cansancio y no una enfermedad como las que he tenido en otras oportunidades.

Estamos en eso cuando miembros del grupo advierten que una nube de polvo en las lejanías indica algo que no es normal. Intento ver pero nada capto en un principio, siendo capaz de discernir la nube con mucho esfuerzo, muy lejano.

Todo el mundo comienza a prepararse de una u otra manera, mientras otros dan opiniones diversas. Mientras yo me mantengo sereno y pienso rápidamente en la situación:

"Según el Explorador no hay nadie de los nuestros en esa dirección, por lo que de ser una batalla no nos concierne. Si son jinetes o infantería, debemos prepararnos para detenerlos. Si realmente son más de una docena de guerreros, difícilmente sobreviviremos, por lo que sería mejor escondernos. Lo más importante es no dejarse sorprender y tener la ventaja de nuestro lado."

Saco mi katana y ordeno a quienes están conmigo:

 - "Pelagatos, ve a avisar a los otros grupos y vuelve lo antes posible. Todos prepárense para luchar y tomen posiciones de emboscada. Luchadores cuerpo a cuerpo más cerca, a rango lejos. Lanceros primera línea. Guepardo, investiga con cuidado y vuelve."

Acto seguido me pongo en la posición más cercana a la nube, primero en recibir una carga de ser así y trato de ocultarme detrás de unas plantas para no ser tan obvio de lejos. Si bien el campamento aun está puesto, no está tan expuesto y podría ser ignorado a la distancia. De no ser así, podría llamar la atención de unos pocos para permitirnos atacar a los desprevenidos.

Manta avista algo en la lejanía y todos comienzan a otear el horizonte, pero nadie distingue mas que una polvareda. Yo también me sumo a intentar ver algo, pero mi escasa estatura no me permite ver nada ni poniéndome de puntillas.

Preocupado me acerco a Guepardo, en busca de apoyo, información o instrucciones. Rápidamente trepa a un árbol, - Lo mejor que se puede hacer en una situación así - Para conseguir algo de perspectiva, pero cuando baja su mirada refleja el mismo desconcierto que el resto.

Peregrino duda unos instantes y rápidamente toma una decisión Escondernos y preparar una emboscada. Mis ordenes son claras, - Ahora que poseo una lanza, soy un lancero, y mi lugar es en la vanguardia aunque me cueste la vida.

Con unos movimientos rápidos y depurados a base de repetición, enrollo mi esterilla y la añado a la parte baja de mi mochila, ese es todo mi equipaje.

Con el escudo y la lanza en la mano, busco una piedra o un arbusto frondoso tras el que ocultarme cuando llegue la amenaza, aunque aun tenemos mucho tiempo. - Al menos esta vez mi pequeño tamaño me aportara una ventaja táctica - Pienso con vagas esperanzas.

PEREGRINO:

- Te parece que Guepardo tardaría bastante en llegar hasta el Grupo I.

- El único que tal vez consiguiera llegar a tiempo sería Pelagatos si se lanza al galope ahora mismo.

Guepardo frunció el ceño ante las palabras de Peregrino. ¿Desde cuándo una pequeña comitiva es un hombre solo? —se preguntó desconcertado. Tendría que emplearse a fondo con aquello, si lo descubrían estando solo sería hombre muerto. Llevaba su lanza doble encima, solo le faltaba coger la corta y el machete. Y el odre repleto de agua...no sabía si encontaría por algún sitio, pero pensó que quizás no necesitara rellenarlo viendo la distancia. Antes de irse se acercó a Chamán Rojo y le habló sin que los demás pudieran escucharlo: —Si no hay batallla descansa todo lo que puedas. Nos queda un largo camino y debes recuperarte. Si el enemigo llega hasta aquí, no te hagas el héroe, mantén la formación y haz caso a Peregrino, es un buen guerrero. —Dudaba más de sus dotes de mando, pero viendo como lo hacían los otros líderes no pensó que fuera difícil igualarlos. —Ten cuidado. —Pese a tenerlo poco tiempo como pupilo, Guepardo le había tomado cierto apego a aquel chamán. Además era su oportunidad para encontrar la verdad si fallaban las hierbas...su última oportunidad.

Dicho lo cual se marchó en dirección al humo todo lo rápido que pudo. Cuando estuviera cerca, iría con más cuidado.

Guepardo se acercara a investigar siguiendo ordenes de Peregrino, pero antes se me acerca a darme instrucciones, asiento con seriedad a todo cuanto me dice. - Es evidente que sigo necesitando descansar. Y desde luego no tengo intención de hacerme el héroe, si hay que luchar ocupare la vanguardia como ha ordenado Peregrino, pero lo de mantenerme en formación es algo con lo que no había contado, quizás marque una diferencia para evitar morir el primero. 

Al marcharse le acompaño con la vista hasta que se pierde en la distancia, mientras aguardo cerca de mi improvisado escondite, a la espera de que otros recojan y se sumen a mi.

Guepardo va a comenzar a moverse cuando tengo una revelación importante:

"Esa dirección podría ser donde vaya el grupo de Matagatos. Cabe la posibilidad de que sea una batalla y en realidad no vengan hacía acá. En ese caso, Guepardo no llegará a tiempo y puede ser asesinado junto con los del otro grupo. Debo hacer que les ayudemos pero a la vez no descuidar este grupo."

Hablo en voz alta:

 - "Guepardo, quédate con el grupo. Eres líder hasta que vuelva. Pelagatos, iremos hacía allá a todo lo que tu caballo pueda. Mantengan posición y no bajen la guardia."

Me acerco al corcel para subir en él cuando su jinete me ayude pues no sé nada de montar y solo seré un pasajero. Mantengo mi katana desenvainada sujetada en mi mano derecha listo para apoyar al otro grupo si logramos llegar a tiempo.

PELAGATOS:

- Tiradas:

* Montar: Dificultad 20.

* Otear: Dificultad 16.

* Si tienes éxito en AMBAS, tú y Peregrino estaréis convocados a un combate este domingo a las 16:00 h.

De lo contrario, se siente, pero no llegáis a tiempo.

PEREGRINO:

- Puedes tirar Otear a dificultad 16 para intentar localizar el lugar.

- En caso de fallar por menos de 6, si quieres puedes gastar 1 Punto de Acción para añadir +1d6 a la tirada.

Antes de poder si quiera pensar en las órdenes dadas, Peregrino las cambió. Nos íbamos los dos, directos a la batalla. No estaba seguro de lo que esta cabalgada con doble peso supondría para Orgullo, pero seguro que necesitaría grandes cuidados después de esto.

"Si volvemos."

Cogí mi escudo con un brazo y me aseguré de que mi espada estaba en su sitio con el otro. Monté a Orgullo con un salto y me acerqué con rapidez a Peregrino, tendiéndole mi mano para que subiese con más facilidad. 

En cuánto el guerrero extranjero se hubo colocado tras de mi, insté a Orgullo para iniciar el rápido viaje a la humareda.

- ¡HIAA!

"Que la Diosa nos proteja."

Yo seguía pensando que la mejor opción sería quedarnos aquí y atrincherarnos, pero Peregrino parecía pensar distinto a mi. Se llevó a Pelagatos a revisar qué era la polvoreda. Solo esperaba que Orgullo no se cansara demasiado si tenían que dar media vuelta y volver a todo galope.

-Suerte.- Susurré a nadie en particular, ya que yo estaba lo suficientemente lejos para que nadie me oiga. Pelagatos era el único oscuro además de mi en el grupo, además de que yo dormía en su carpa, por lo que si moría mi situación cambiaría drasticamente.