Partida Rol por web

Peregrino dio la orden y R'Gaa obedeció sin dudar. Preparó sus dos lanzas cortas, su lanza a dos manos y su daga. Además de exploradora, era lancera así que se situó en primera línea. Buscó en primer lugar un escondite para Malamente y luego otro para ella.

-Quédate quieto y ten tus lanzas cortas preparadas. Primero disparamos las cortas desde lejos y luego entramos en la lucha cuerpo a cuerpo. Ahora que Peregrino marchó, presta atención a Guepardo. Actúa cuando el de la orden, pero piensa antes de hacer nada. ¡Suerte!

Tenía más cosas que decirle a su pupilo, cosas que por su enfermedad ha desatendido. De igual manera pensó que esta vez fue una carga y que no ayudó en nada a sus compañeros.

Se colocó en posición de ataque teniendo una de sus dos lanzar cortas preparada para disparar. Empezó a hacer oraciones a los ancestros. Este era un buen momento para recibir su ayuda.

Pocas cosas pasaron por su cabeza, pensó en su amado, en Sicofante y en todo lo que quiso decirle y no pudo. Se acordó de todos sus compañeros, de como consiguió ser hermana de capa.

Suspiró y frunció el ceño. Estaba preparada, para luchar o para morir.

¡La Diosa protege!... ¡La Diosa prote...! ¡La Diosa... aaarf, te odio, Peregrino! Nunca antes dudó de la presencia de ella, pero después de hablar con su tutor, se quedó confundida. Algo despistada se escondió destaras de unas matas no muy lejos de su tutor. Más desorientada se quedó cuando lo vio marchar.

Desenvainó una de sus cimitarras y se quedó agachada, lista para atacar. La otra cimitarra la seguía llevando por si la iba a necesitar.

Guepardo quedó al mando. Derviche se acordó que este participó en batallas duras. No le gustaba para nada, pero si su tutor confió en el y le dejó el mando, ella le iba a obedecer.

Se quedó a la espera de nuevas ordenes o de algún ataque que los exploradores no han advertido.
Se concentró al máximo y siguió con su oración.
¡La Diosa...!

Antes de que pudier salir del campamento, Guepardo escuchó la voz de Peregrino. Había cambio de planes, se tenía que quedar ejerciendo de niñera. Tras la explicación del guerrero, el antiguo Jaguar lo entendió: Pelagatos y él tenían caballos, Guepardo no. Llegarían más rápido... —pero serán más ruidosos— pensó para sí mismo. 

—De acuerdo. Tened cuidado. —Le dijo mirando a los ojos a Peregrino.

Cuando se marcharon se dirigió al resto del grupo. —Bien, escuchadme todos. Puede que tengamos que combatir en breve, así que debéis estar preparados. De momento, vamos a doblar las guardias. Serán de cuatro hombres. Uno al norte, uno al sur, uno al este y uno al oeste. —Lo dijo con voz clara y contundente. No estaba acostumbrado a dar órdenes, pero si estaba aacostumbrado a escucharlas y había aprendido—. Empezarán Jabalí, Malamente, Derviche y Meera. Cuando termine el primer turno vigilaremos Carcabra, Codorniz, Manta y yo. Chamán Rojo y R'Gaa descansarán para recuperarse. El resto procurad hacerlo cuando no estéis de guarda. Dedicaos a las tares más básicas como el agua o el reparto de comida, pero nada más. Hasta que vuelvan los jinetes estaremos así. —Sabía que aquel ritmo era demasiado monótono, pero lo último que quería era que lo pillaran por sorpresa estando él al mando. Tras ello dijo: —Si no hay ninguna pregunta...—y dejó la respuesta en el aire. 

Asentí ante las órdenes de Guepardo. Solo se me ocurría una pregunta que hice mirando a Jabalí, a Malamente y a Derviche.

- Maestro Jabalí ¿cómo nos distribuimos? acataré las órdenes como me indique, usted decide por mí - mantuve mi rostro serio y frío -.

Espero no tener que enfrentarme con nadie... no tengo mucha experiencia y seguramente acabaría temblando antes que atacando o defendiendo. Una mala decisión mandarme hacer la guardia, sin duda.

Asentí al escuchar las palabras de Guepardo. Luego me senté bajo la sombra de un árbol, esperando para mi turno en la vigía.

No iba a admitirlo, pero sin Pelagatos el campamento me parecía mucho menos llevadero, ya que él era el único con el que hablaba. Incluso cuando estaba cuidando de su corcel era mejor compañía que estar sola.

Intenté distraerme, pero nunca fui sedentaria, por lo que estar sentada no me duró demasiado antes de que me pare y me ponga a divagar por el campamento. Todos parecían ocupados, y si no encontraba algo para hacer yo también sentía que me volvería loca. El saber que en cualquier momento podía caer un grupo de enemigos y yo todavía no había tenido un bautismo de fuego me ponía nerviosa. Esperaba estar preparada si llegaba a haber una batalla.

- Andando mujer. Montaremos guardia, yo en el puesto del norte, tu en el del oeste. Así te podre tener en vista, no te distraigas. - Dijo el hombre mientras se disponia a cumplir las ordenes del capitán de turno. Tomó sus armas y se dirigió hacia el puesto indicado. Mientras lo hacia, le dedicó una mirada de complicidad a sus otros dos compañeros de guardia.

Se ubicó en su lugar, lanza en mano y penetró en el paisaje con su mirada. No podía quitar de su mente aquella polvareda.

- Peregrino y Pelagatos han salido hacia el Sur a lomos de Orgullo, el caballo pesado del Oscuro.

TIRADAS OCULTAS Y SECRETAS:

- De Otear y Escuchar. - Dificultad 10.

Después de la precisas órdenes de Guepardo el jorobado se dispuso a cumplirlas al pie de la letra, Bien, Manta, mantente siempre cerca, y preparado para el combate. Lleva siempre la lanza, y desconfía de cualquier ruido. Mantente oculto y trata de hacer el menor ruido posible durante las guardias. De ese modo, no serás un blanco fácil. El guerrero empezó a recitar la serie de ideas inconexas que le venían, seguramente su discurso no era todo lo correcto que debería de ser, pero Caracabra se conformaba con que Manta aprendiera algo que le ayudara a sobrevivir. 

CARACABRA:

- Escuchas claramente el sonido de enemigos, están muy cerca y puede que sean una veintena...

DERVICHE:

- Hay una veintena de enemigos cerca. Se han estado acercando reptando por el pantano como sabandijas, en completo silencio...

JABALI:

- Está todo muy tranquilo. Hoy va a ser otro día aburrido.

R'GAA:

- Escuchas y ves con total nitidez al enemigo. Son veinte individuos que se han estado acercando sigilosamente hacia vosotros reptando por el suelo pantanoso lleno de fango.

- Cinco de ellos llevan escudos de la tribu de los Chacales, mercenarios sin duda. Los otros quince tienen todo el aspecto de bandidos chondelorianos. Individualmente son escoria, pero son muchos...

El jorobado se movió inquieto en su posición, estaban muy cerca y no venia solo, puede que fueran muchos. Miro al resto de grupo intentando ver si alguien se había dado cuenta también.  Luego con cuidado apoyo la lanza y levanto el puño en señal de advertencia, acto seguido volvió a coger la lanza.

Derviche se colocó en su puesto de guardia. Obedeció sin protestar a Guepardo, aunque no le gustaba nada. Estaba muy tensa y no paró de otear el horizonte ningún momento.

No duró mucho y empezó a ver como un número impresionante de enemigos se les acercaba.

Era una trampa, maldita sea, nos vamos a morir todos. Buscó con la mirada a Guepardo y le hizo una señal, en total silencio, para enseñarle de donde se acercaban.
Son muchos, dijo en voz muy baja, sobre 20. Yo estoy preparada para luchar. Creo que es mejor permanecer unidos, pero tú tienes la última palabra.