Partida Rol por web

No paraba de encontrar pruebas de que la gente era tan sensible como estúpida. Si algo que escuchas te molesta, pues responde en consonancia o ignora. Pero no, el mundo estaba lleno de idiotas con tan poca personalidad que ante lo que consideraban una ofensa preferían mandar callar.

- “Has herido mis sentimientos…”- pensó, y se imaginó a Dedos diciéndolo con su sensiblera voz.- “Así que guarda silencio o me veré obligada a llorar…”

El problema era que aquella mujer facilona (en el sentido de que era fácil de ofender), ahora tenía un poder que no sabía ejercer y que había recibido por el simple mérito de abrirse de piernas ante Matagatos (en el sentido de que se lo follaba).- “Si es que a Matagatos se le levanta, al fin y al cabo la impotencia de los Oscuros es proverbial.”- Un asunto sobre el que si por ella fuera tampoco se podría hablar.

Por ello haciendo caso de mi propio consejo ignoré por completo a Dedos mientras esperaba que Tarado me diera respuesta a qué opina la gacela de comer carne.

DEDOS:

- Ante la última frase de Serpiente, sientes un estremecimiento que te recorre la columna vertebral.

"¿Qué opina la gacela de comer carne?"

- ¿Acaso sabe el brujo que tu nombre era Gacela? Esto te da un horrible temor supersticioso arraigado que no puedes evitar. La magia es lo que más teméis los K'Hlata, y no existe magia más terrible que la magia de los nombres. Si un brujo conoce tu nombre, entonces posee tu alma.

- Es cierto que Gacela no es tu nombre más secreto, sino tan sólo tu nombre tribal como adulta, pero... si ha logrado averiguar ese nombre, está a un paso de averiguar tu nombre verdadero.

SERPIENTE:

- Tirada oculta y secreta de Averiguar Intenciones.

- "Entiendo tus palabras, Dedos, pero quizá Tarado no conozca nuestras costumbres. Como por ejemplo la norma de la Compañía que dice que un Recluta no podrá jurar si en el momento del Juramento un hermano juramentado se opone a ello." -

- "Creo que esa norma no se ha aplicado nunca, ni siquiera estoy segura de que esté vigente." -

- "Siempre hay una primera vez para todo." -

Niño Guerrero mira en silencio a Tarado.

SERPIENTE:

- ¿Por qué estará Dedos tan molesta?

- "No creo que exista esa norma. De ser así, casi ninguno habríamos podido jurar." - Se encoge de hombros.

- "Ciertamente, algunos de nuestros hermanos no son demasiado populares." -

- "Creo que el poder de veto sobre un nuevo Juramento sólo lo tienen los oficiales." -

- "Entonces sería una interesante pregunta para Analista; quien, por cierto, sí es un Oficial." -

Me quedo petrificada unos momentos al oír aquello.

¿Habría escuchado a Matagatos alguna vez decir mi nombre? ¿Estaría averiguándolo? ¿Por que? ¿Por que? ¿Por hacerle daño a el? ¿Por hacérmelo a mi?

Sentí como si mi sangre se helara en mi cuerpo mientras intentaba asimilar aquello. Respiro profundo, parpadeando varias veces, para poder responder a correcta.

Me quedo pensativa unos momentos.

-¿De verdad crees que existe esa regla? De ser así ellos tienen razón, muchos de nosotros no hubiésemos podido juramentar por que seguramente tenemos personas que nos odian. Solamente creo que es bocón...-

Le digo mirando hacia donde están Serpiente y Tarado, sin poder evitar el escalofrío al mirarlos, antes de volver la vista a Correcta.

Escuché como los exploradores me acusaban de pesado y molesto, y en vista de ello, preferí no contestarles y volverme hacia Serpiente a contestar su pregunta.

- Serpiente, depende de si la gacela es presa... o simula serlo. Y a propósito de caza y vino, a ver si puedes aclararme una duda... ¿qué fue antes, el borracho o la botella?

Me quedo esperando la respuesta de Serpiente, pero antes de que pueda responderme, los exploradores nos interrumpen hablando de una ley que no se sabe si es muy cierta. Pienso un poco acerca de la norma que están discutiendo.

"No parece que sea una norma muy lógica. Los reclutas no sólo no gozan de los mismos derechos y privilegios que los soldados, tampoco tienen las mismas responsabilidades."

Tras un rato de silencio y midiendo bien mis palabras, doy mi opinión al respecto.

- No soy ningún experto en el tema, pero no creo que la lealtad de un nuevo hermano Juramentado sea algo que debiera depender de una opinión aislada. Es un lujo que la Compañía no se puede permitir, creo yo. Pero sí, sería una buena pregunta para el Analista - coincido con Correcta. Posteriormente, y para evitar también que me digan nada por hablar, me vuelvo hacia Serpiente, en busca de una respuesta para mi anterior pregunta. - Y bien, Serpiente, quisiera saber tu meditada opinión respecto a lo que hablábamos antes. - Espero tranquilamente una respuesta por parte del mago mientras prosigo mi marcha a pie.

Si antes Lombriz entendía poco ahora si que no entendía nada, ¿no se suponía que estaban bajo amenaza de ataque? El enemigo podría estar escondido tras cualquier matorral esperando a emboscarles y darles matarile a todos ellos ¿y cual era la actitud de los oficiales? Pues hablar como si estuvieran paseando por el campo y discutir unos con otros...!Genial!!Muy bien!!Grandioso!!Esto con el profanador de mentes no pasaba! 

La lanza de lombriz rozó un arbusto que le pareció sospechoso. Torció el gesto soltando una especia de gruñido aunque no había nada aquello le daba mal fario. Detuvo su marcha y se tomó un segundo, observando lo que dejaban atrás. La sensación de que algo se cernía sobre ellos no desaparecía por más que quisiera y menos teniendo en cuenta la clase de superiores que tenía...!él!!él debería ser el líder!

Escuchó el consejo de Attar mientras era testigo de los sucesos con Tarado. En ese momento le pareció un buen consejo, era algo que su familia había tratado de enseñarle también, a veces...

- Pero no siempre se puede mantener uno en silencio, o no está en la naturaleza de uno ser silencioso.- le respondió a Attar. Luego las palabras de Serpiente la inquietaron sobremanera, ¿acaso sería un augurio sobre la próxima batalla? No... era un hecho que los muertos no hablan, o no deberían. Pero así y todo la perturbaba. Hizo un movimiento haciendo tintinear los adornos de sus brazos y le lanzó una mirada al mago que no habría de durar mucho tiempo. Los magos estaban en muchos de los cuentos de su tribu y nunca su papel era bueno, y había sido testigo de su magia... no comprendía cómo Tarado se dirigía a Serpiente tan despreocupadamente. ¿En qué momento su relación había mejorado?

- ¿Por cierto que no está todo el mundo muy despreocupado? Siendo que vamos al encuentro de algo...- "...hostil.", completó en sus pensamientos. En algunos la tensión se notaba como la de una cuerda a punto de romperse, en otros parecía que ni siquiera se daban por enterados. Sin darse cuenta Niña de Oro caminó un poco más cerca de Attar prestando especial atención al camino.

- Por supuesto que vamos al encuentro de algo, si no lo que estamos haciendo ahora sería caminar sin destino.- Sonreí.- Ahora, la cuestión es, qué tipo de destino nos espera y si este destino es consciente o no de que sabemos que nos espera. Y me refiero a nuestro destino inmediato- puntualicé-, pues al final el único destino que a todos nos espera es la muerte. Incluso puede que este destino final sea el inmediato de algunos, Niña de Oro.- Volví a sonreír.- Sea como sea tan solo podemos esperar a que llegue, sea lo que llegue esperado o inesperado. ¿O es que esperas conseguir algo preocupándote y preocupando?

No, seguramente no. La única razón por la que había hablado era dejar claro que sabía lo que todos ya se habían imaginado. No entendía ese afán de algunos por verbalizar lo obvio, a no ser que quisiesen con ello dejar claro que también lo sabían para que no los tomasen por estúpidos.

- Depende del borracho y de la botella- respondí a Tarado soltando una risilla.- Pero no me metas en lodazales, dejo esos placeres  a otro tipo de lagartos. Lo mío es más el río caudaloso en el que se ahogan los incautos mientras desde la orilla los cobardes se preguntan qué hay al otro lado. Así que dime, Tarado, la gacela por la que me he interesado, ¿es presa o simula serlo?- le pregunté mirándolo.

Ser joven era maravilloso, siempre llenos de energía, hablando cuando era mejor callar. Se suponía que deberían permanecer en silencio mientras marchaban, al menos era algo que a su entender era de sentido común...o acaso hacer preguntas sobre cebras, botellas y borrachos ¿era alguna nueva técnica de concentración que el desconocía? aparté la mirada de aquellos jóvenes y la centré en detalles mas importantes, como el sonido del silencio, algún movimiento leve entre la maleza o el susurro de alguna hoja. De vez en cuando echaba una mirada al cielo, los depredadores daban vueltas durante un tiempo considerable esperando al momento mas oportuno para caer en picado hasta su presa. 

Si algo había aprendido en toda su vida, era que los animales, pese a no poder hablar si te tomabas la molestia de observarlos lo suficiente te podían enseñar mas cosas que cualquier humano.

En cuanto a aquellos jóvenes, en algunos de ellos veía un gran potencial para desarrollar (si es que conseguían vivir lo suficiente cosa que en esos momentos no estaba muy convencido).