Partida Rol por web

Sonrió cuando el mago, súbitamente, hizo su reaparición en escena. Siempre disfrutaba de las formas de Hodrum, aunque a veces las sufriera él, y esta vez no era menos; pronto se evaporó el aburrimiento al ver que su interrogador no respondía como esperaba, y que estaba sustituyendo al hastío por repetir la misma historia por, espera, ¿cuántas veces iban ya?

El caso es que miró de reojo a sus compañeros, que muy poco sutilmente habían desafiado, acusado y menospreciado la labor de la guardia, y dejó que una risilla apenas audible se escapara por su garganta. Después, como si se diera cuenta de repente de lo que hacía, levantó la cabeza de golpe y se llevó las manos a la boca, tápandola de golpe y callándose al instante.

- ¡Uy! 

Era francamente surrealista y dramático cada movimiento que hacía, pero al fin y al cabo era así, y con la intervención del arcano la voz interior que le recomendaba prudencia había desaparecido. Volvió a mirar directamente a Néstor, y sin apartar los ojos de los suyos, bostezó de una manera tan forzada que debía hasta costar. Luego habló de nuevo, cansado de todo aquello.

- Bueno, podemos responder una y otra vez, y seguiremos diciendo lo mismo - Negó con la cabeza -. ¿Por qué no vamos directos al grano y nos dices lo que quieres? - Sonrió de medio lado, mientras guiñaba un ojo al senescal -. Casi me siento como si lleváramos días aquí metidos con esta conversación...

Tajante, Nestor trata de acallar vuestra réplica.- Todo eso son asuntos de las autoridades, no deben preocuparse por ello.- el alguacil señala varios documentos esparcidos en su mesa, entre ellos no os cuesta reconocer el documento que firmasteis todos vosotros al entrar en Greyhawk con vuestros nombres.

-Entonces,- prosigue Nestor- ¿Cuáles eran vuestros planes para hoy? ¿Pasó algo relevante en la posada tras la marcha de Sir Talasek?

Nestor contnúa con su particular interrogatorio, prestando atención a detalles muy concretos.

- En la posada nada relevante señor, comienza el druida, si que es cierto que vi a una persona que se marcho dejando su bebida a medio acabar, justo cuando Ser Talasek partió. Barakanar da una descripcion de los detalles que pudo captar. Cuando finaliza la descripción prosigue, Siguiendo el consejo de Ser Talasek nos atrincheramos por la noche en la posada y hasta que entraron los guardias esta mañana no volvimos a tener noticias de Ser Talasek ni del extraño personaje, concluye el druida

Aquél hombre parecía inmune a cualquier chanza, insulto o ataque verbal, y por un instante esa parte pícara de su mente le dio la idea de ver si respondería ante un ataque físico calculado con algo más que calma. Barajó la idea durante unos segundos de lanzarle algo, pero pese a ello se decantó por aguardar un poco más; atacar a traición no era su estilo ni tenía ganas de acabar encarcelado y marcado por ello. 

Al final se cruzó de brazos, se apoyó en la primera pared que encontró, cerró los ojos como si estuviera dando una cabezada, y dejó hablar a los demás, pues él no sólo no había tenido ningún interés en el paladín, sino que además tampoco había prestado atención a lo que ocurría en la taberna, al menos no una vez hubo comprobado que ni había juegos ni había mujeres, hombres, o cualquier otro ser que despertara sus deseos.

Sólo esperaba que todo ese show acabara rápido; el tiempo que pasaban en ciudades no solía ser largo, y gustaba de disfrutar de todos sus placeres los pocos días que solía estar.

Con la misma tranquilidad que va sucediendo sus preguntas, se dirige de nuevo a Barakanar: - ¿Alguien salió? ¿Podrían darme una descripción más exacta?- y, sin esperar respuesta alguna- Porque ustedes no abandonaron la posada en ningún momento, ¿Cierto?- Os sorprende la paciencia de Nestor, que controla la situación a la perfección.

-En ningun momento abandonamos la posada. El posadero puede dar fe de ello, comienza el druida.

- De la persona sospechosa no me quede con muchos detalles de su cara, da una descripcion somera del personaje, Pero si que me fije que llebaba un medallon extraño, una pieza de joyeria a la que debia tener mucho aprecio.

- Del resto de los asistentes a la cena, ninguno me pareció extraordinario. Sentencia Barakanar

-Exceptuando al posadero. Un gigante de las colinas sirviendo cerveza no es algo habitual.- Acotó Raff con un tono sarcástico.- Bueno, ya hemos repetido este cuento por millonésima vez-agregó con fastidio-  ¿Hodrum, de casualidad no puedes lanzar una boca mágica para que lo repita hasta el infinito? Creo que todos queremos irnos ya.- Dijo encaminandose a la puerta, pero antes de girar la perilla giró la cabeza en dirección al hombre detrás del escritorio- Si Nestor no tiene nada relevante que decirnos, claro.

Tras la descripción de Barakanar, Nestor hace una extraña mueca por un momento.

- No, eso tiene que ser mentira. No, lo siento. No creo que hubiera alguien tan extraño en el Pez Silbador anoche.

Aunque Nestor varió por un momento su postura sosegada, continúa con su interrogatorio. 

- ¿Algo más que aportar? Necesito saber todo lo que pasó desde vuestro punto de vista.

¡No! ¡Carajo! No hay nada más que acotar-Exclamó Raff ya un poco fuera de sus casillas.- ¡Si! montamos guardia por temor a que nos robaran como dijo Talasek ¡No! no pasó absolutamente nada ¡¿Qué más quiere que le cuente?! ¿De lo cómodas que son las camas? ¿De lo buena que estaba la cena? ¿De lo decepcionante que fue que no se permitieran juegos de azar ni se ofrecieran compañeras de cama?¿Del sueño raro que tuve anoche?- Terminó. Respiró ondo un par de veces y se calmó. Carraspeó un poco para aclararse la garganta y mirando al suelo dijo-Me disculpo, es que habiendo repetido lo mismo tantas veces...a estas alturas parece una broma.

Abrió los ojos de golpe al hablar Raff. Como era de esperar, tenía que ser aquél ladronzuelo de tres al cuarto el que abriera la boca. Rápidamente se puso en tensión y abandonó su relajada posición contra la pared, echando primero una mirada de reproche al pícaro y luego atendiendo a la reacción de Nestor.

Al senescal no le tenía porque interesar lo que soñaran o no, pero estaba claro que dicho de aquella manera iba a llamar la atención. Una vez indagara y algún otro de sus compañeros se fuera de la lengua, era cuestión de tiempo que se les mantuviera más tiempo allí y continuara el interrogatorio. 

¡Malditos humanos! Pensó para sí mismo, mientras intentaba disimular su reacción con un bostezo y estirando su cuerpo como si acabara de despertar.

- Bueno, todo dicho entonces, ¿no? - Sonrió al hombre que permanecía impasible, pregunta tras pregunta -. ¿Podemos irnos ya? Como ha dicho mi compañero... - En aquella palabra parecía destilar veneno - la taberna estaba bien, pero fue aburrida hasta la saciedad, me gustaría encontrar algún lugar donde relajarme y jugar a las cartas, ya me entiendes...

Esperaba que fuera suficiente para acabar con aquella incómoda charla y desviar el tema, aunque algo le decía que no iba a ser tan fácil escapar de aquél círculo vicioso.

- !Como que es mentira !, exclama irritado el druida. Su compañero se pone alerta al notar la colera del druida.

- Pero estoy harto de las ciudades y vuestras costumbres. Hemos dicho lo que pasó ayer, y por mi parte no saldrá nada más de mi boca. La colera es manifiesta, el tono de la tez de la cara de Barakanar adquiere un tono levemente rojizo,

-Como han dicho mis compañeros ya te hemos contado todo, ahora envianos al cadalso porque necesitas unos culpables o dejanos marchar. Concluye cruzando los brazos

Nestor muestra cierta pasividad ante vuestros alegatos.

- Señores cálmense, la Guardia tiene derecho a hacer todas las preguntas que sean necesarias y cuántas veces lo desee.

El alguacil adjunto prolonga su tedioso interrogatorio durante más de dos horas, con el mismo tono tranquilo que hasta ahora.

- Bien. Podéis marchaos. Pero os advierto de una cosa, la investigación sigue abierta y nadie, y digo nadie está libre de sospecha.

Fijando su mirada en vosotros concluye: Y mucho menos los extranjeros.

La guardia tenía derecho a besarle la mano al pasar si quería, pero eran necios si pensaban que podrían ir contra ellos, y aquél hombre haría bien en guardar sus espaldas. Suspiró, apartando una mirada de odio que había, de manera inconsciente, dirigido contra Néstor, y después se recompuso con calma. 

Sonrió de nuevo hacia su interrogador, hizo una leve reverencia más como burla que por respeto, y se encaminó a la puerta, por la que salió seguido de sus compañeros, y una vez fuera, siguió el camino que había memorizado para salir de allí, exactamente los mismos largos corredores y las mismas imponentes salas por las que les habían traído. 

No esperó a que ningún guardia les acompañara, es más, instó a su grupo a darse prisa para, aunque no perderlos, al menos hacerles correr un poco si querían escoltarles. Y mientras salían, esperando a un momento donde no hubiera oídos curiosos, pensaba en su siguiente paso.

Me temo que ahora no pudo dejar pasar esto... 

Esbozó una sonrisa. No hubiera nunca pensado que lo primero de la ciudad que quisiera visitar fuera un templo.

Hizo un leve gesto con la mano que pretendía ser una despedida, pero tenía la cara seria y se intuía el enojo y el aburrimiento detrás del rostro inexpresivo. El sol debía estar en su cénit, pero Raff se sentía cansado por el interrogatorio y casi quería irse a dormir.
Al salir del despacho de Nestor siguió a Nithael por aquel laberinto sin decir una palabra, aunque alguna vez había tenido que estudiar planos, su especialidad eran las acrobacias y no la memorización. Además tenía la sensación de que el elfo estaba pensando lo mismo que él, cosa muy rara, y era mejor no discutir mientras todavía estuvieran de acuerdo en algo.
Cuando pudieron hablar tranquilos Raff simplemente susurró- Todos nos estamos sintiendo particularmente... "devotos" ahora ¿No?- A él también se le escapó una leve sonrisa.

-Va a ser la primera vez en mi vida que entro sin estar obligado. El druida asiente, al tempo marchemos

Bajo tu punto de vista, Nestor parecía bastante sincero. Aunque también te parece que el ataque a Talasek no requería tan alta atención por parte de la Guardia de la Ciudad. Al fin y al cabo, Greyhawk es una gran ciudad y varios asaltos deben acontecer cada noche.

Te preguntas si existe algún motivo oculto: ¿Es Talasek alguien especial? ¿Nestor desconfía de vosotros por alguna razón?

Varios guardias apostados en la entrada de la Ciudadela os hacen comprender que es demasiado tarde para volver a entrar y preguntar a Nestor por la ubicación de Talasek.

Haciendo memoria, os acordáis de que uno de los guardias que os acompaño a la Ciudadela mencionó que Talasek se encontraba entre la vida y la muerte, probablemente en algún templo dedicado a su deidad. San Cutberth.

Siguiendo las directrices de varios habitantes de Grewhawk, os dirigís hacia el Templo Sagrado de San Cuthbert.

Situado en uno de los barrios más ricos de la ciudad, este es el templo más concurrido de Greyhawk. San Cuthbert cuenta con más seguidores que cualquier otra deidad en esta área. El templo es grande y hermoso y denota un gran apoyo monetario.

El templo está construido de mármol blanco y está coronado por un techo de cobre pulido, cuyo brillo podría ser casi cegador en los días soleados. La combinación del brillo del techo y el mármol blanco del templo le dan un aspecto de fuerza y poder sagrados. Es una vista impresionante incluso para los no creyentes

Un amplio patio se extiende frente al templo. Caminos de adoquines blancos pasan a través de un cuidado jardín de rosas, plantas, flores exóticas, y arbustos de hoja perenne. El muérdago y el acebo crece profusamente. Los caminos conducen a una fuente circular. En el centro de la fuente, en un alto pedestal por encima del agua, se encuentra una magnífica estatua de ocho pies de San Cuthbert, tallada en mármol blanco. El conjunto del jardín es una de las creaciones más preciosas que jamás hayáis visto.

Varios clérigos vestidos con túnicas de color marrón rojizo cuidan las plantas, las podan y riegan. Dos clérigos en pie delante de un rosal, discuten sobre qué flores se deben cortar para formar una bonita composición para el próximo Día Sagrado.

Los caminos de adoquines blancos llevan a las enormes puertas dobles de la capilla. Las puertas están hechas de madera pálida, densa, ribeteadas con volutas de bronce. Las puertas están abiertas y conducen directamente a la enorme sala de culto.

Esta habitación es capaz de albergar a unas 600 personas. Muchas filas de bancos con respaldo miran a la parte delantera de la sala rectangular. Enormes columnas de mármol blanco soportan el techo a unos 50 ' en toda la estancia. Pinturas de escenas de la vida de San Cuthbert se alinean en las paredes laterales. El techo está pintado para representar un cielo azul celeste lleno de nubes blancas y un sol abrasador. Bajo vuestros pies, el suelo está hecho de baldosas pulidas de mármol color verde oscuro.