Partida Rol por web

La Cripta de Larin Karr

El Mayor Tesoro de un Espadachín es su Espada

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22/06/2017, 07:41
Hombre de la cabaña

La petición de Aalis sólo consigue enfurecer más al hombre malcarado, que desenvaina el espadón y lo blande frente a si. 

-¿Cómo de cerca queréis examinar mi espada? ¿Eh? ¿EH? -preguntó el hombre fuera de si, en un tris de lanzarse contra vosotros.

Notas de juego

Tal y como lo habéis roleado parece lógico que sea la tirada de MissGrey la determinante. Valentine parece que está sólo ayudando en la tirada.

Recordad que una vez se ha hecho una tirada de Diplomacia, volver a intentarlo es fútil porque el PNJ se habrá reafirmado en sus convicciones. 

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22/06/2017, 09:48
Elsbeth Bathory

Aalis no tardó en asumir el liderazgo del grupo, como tenía tendencia a hacer cuando la situación lo requería, especialmente cuando se trataba de asuntos "morales". No lo podía evitar, dadas las circunstancias que rodeaban el alma misma de aquel grupo nuestro. Siempre se abría un amplio abanico de posibilidades al enfrentar un sendero, y ella no estaba por la labor de que siguiéramos un camino tan cercano a lo que Olplyn sugeriría, o lo que mi amo esperaría de mí.

De modo que me limité a encogerme de hombros, silenciosa, y seguir a la paladina hasta la entrada de la cabaña. Agaché ligeramente mi rostro, cubierta mi cabeza con la capucha, y atendí con sibilina mirada entre los mechones de mi cabello azabache. El iracundo propietario de aquel desvencijado lugar no tardó en dejarse oír, abriendo la puerta con malos modos. Mis ojos le recorrieron veloces, fijándose en cada detalle de su rostro, sus movimientos, la ropa con que cubría y protegía su fornido cuerpo, el arma que portaba...

Un tipo peligroso, sin duda alguna... A tomar seriamente...

El discurso de Aalis fue tan honesto como cargado de lógica y sosiego, pero no percibí en él la vehemencia impresionante y convincente de otras ocasiones. La miré de reojo un instante, ¿le traicionaban los nervios? El desconocido parecía de la misma opinión, pues su respuesta no sólo mostraba una negativa, sino también una clara amenaza, que tampoco pudo evitar la intervención de la siempre encantadora Valentine.

Si continuáis insultándonos, pobre hombre, la cosa no va a acabar bien... -Anuncié solemnemente, en un serpenteante susurro- Yo soy Elsbeth Bathory... la bruja de las cavernas de La Colmena... -Retiré la capucha de mi cabeza, mostrando mi cabellera negra como la noche, mientras clavaba en aquel tipo una gélida mirada. Mi voz ya no era un susurro, se alzaba regia y poderosa- ¡Soy miembro de la Guardia Roja, protectora de la Casa Strigoismith! ¡¡NO UNA VULGAR LADRONA!!

- Tiradas (1)
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22/06/2017, 10:42
Olplyn Draeval

Muy prudentemente el drow empezó a retroceder hasta sentarse en el gran peñasco que ya conoció durante su primera visita, viendo venir la amenza de un combate inminente prefería estar cuanto más lejos mejor. Aquella situación no le sorprendía en absoluto, es más, se moría de ganas de soltar un "os lo advertí" pero tal aseveración estaba fuera de contexto y solo hubiera caldeado aún más los animos de sus compañeras.

La paladin había obrado con sus mejores intenciones y el agresivo mono de las cavernas había respondido fuera de si, muy posiblemente espoleado por la maldición de aquella espada. Una idea fugaz pasó por la cabeza del mago, ¿y si se hubiera equivocado?¿y si aquella era un arma corriente en manos de un tipo malcarado? no pudo ocultar su sonrisa ante tal pensamiento, además él nunca se equivocaba en lo que a cuestiones magicas se refería. Por su parte Valentine demostró un buen atisbo de picardía, aunque tal vez tarde para distraer a aquel orangutan, la sensualidad de las curbas de su compañera no era algo que el drow dejara pasar por alto y menos tratandose de una cleriga de la fertilidad.

De todos modos y a sabiendas de sus compañeras, era Elsbeth quien gozaba del favor del drow. Aquella mujer encajaba más con el rol femenino que había vivido desde su infancia: autoritaria, oscura, distante pero cuando se dignaba ha hablar se hacía lo que ella decía y como ella decía. Desde que Olplyn llegó a la superficie pudo saborear las mieles de la libertad, descubirendo al poco que en la superficie los matriarcados eran muy extraños, era un mundo de hombres, aún y así las costumbres arraigas del drow le hacían mantener ciertos gustos que tal vez escandalizaran a sus "puras" compañeras, a todas menos a una, de ahí la curiosidad morbosa que tenía para con la nigromante. Obviamente por el momento la  mantenía oculta a espensas de ir estudiandola durante el viaje, un mero y picaro pasatiempo para el mago, que le aligeraba los tediosos caminos.

Tal era su aburrimiento que empezó a divagar en esperas de ver el final de aquellos predecibles acontecimientos...

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22/06/2017, 12:30
Valentine U'lu

-Mierda-pienso-Esto se pone feo.-Al ver el panorama, espero que las palabras de Elsbeth (da miedo esta chica a veces... o más bien a veces NO da miedo) no le hagan atacarnos sin más y se acobarde algo.

Al ver el movimiento del Drow, creo que está pensando lo mismo que yo.-Al final acabará mal esto- Pienso mientras recuerdo las palabras exactas para lanzar un "Protección contra el mal", si la espada es maligna como él dice nos vendrá muy bien.

Espero a ver la reacción del hombre, pero alerta.

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23/06/2017, 07:46
Hombre de la cabaña

El hombre apunta a Elsbeth con la punta de la espada y retrocede unos pasos en dirección al interior de la casa. Carraspea y alterna nerviosamente la mirada de Elsbeth a los demás.

-Esos nombres no me dicen nada -admite-. Y quiero que siga siendo así. Pero tocaréis la espada por encima de mi cadáver.

- Tiradas (1)
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23/06/2017, 07:56
DM Eärendil

No detectas la presencia del mal.

Notas de juego

Que se me olvidó contestarte a esto.

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23/06/2017, 09:38
Elsbeth Bathory

Mis ojos se entrecerraron ligeramente, a la par que mis labios se curvaron en una siniestra sonrisa de satisfacción. Podía percibir el temor en su rostro, y el miedo en mis enemigos y rivales siempre me causaba una intensa satisfacción. Tanto como aquella palabra, que con tan poco tino había dejado caer el desgraciado.

Un cadáver más no sería problema... -Susurré con voz sugerente, paladeando cada palabra, la idea en sí misma. Di un paso al frente, y otro más, hasta adelantar la distancia que él había retrasado. Aquello me dejó en el interior, pasado el quicio de la puerta- ...para mí, al menos. -Culminé la frase, recorriendo a mi interlocutor de arriba a abajo, con un gesto casi lascivo- Pero, como ya han dicho mis compañeras, venimos en son de paz. -Reconocí, apartándome hacia un lateral, dejando el acceso a la cabaña libre mientras observaba al hombre de reojo, sonriente, con suficiencia- Y nadie ha hablado de tocar la espada, desconocido. Podemos inspeccionarla directamente en tus manos. Estoy convencida de que será más satisfactorio para ti que la opción del... cadáver...

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23/06/2017, 12:49
Hombre de la cabaña

Los pies del hombre de la cabaña rebullen intranquilos en el sitio. Su dueño no deja de apuntar a Elsbeth con el pesado filo.

-¿Y por qué queréis inspeccionar mi espada si no es para robarla? ¿Acaso vais de puerta en puerta examinando las espadas de la gente?

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26/06/2017, 08:33
Valentine U'lu

Nos lo va a poner difícil. La habitual elocuencia de nuestra paladín ha fallado, pero al menos hemos conseguido que no nos ataque. ¿Qué podríamos decirle para que accediese? No se me ocurre nada. A ver si ellas le pueden convencer.

Valentine sigue a la expectativa. No sabe muy bien como hacer. Así que prefiere dejar a sus compañeras que actúen. 

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27/06/2017, 20:35
Aalis Dragomir

Mis palabras y las de Valentine de poco habían servido. No fue hasta que Elsbeth alzó su habitualmente susurrante voz que el hombre pareció dar un paso atrás. Sin su capucha, y pareciendo haber intimidado al hombre, la nigromante y este continuaron hablando, aunque no terminaba de hacer verdaderos progresos. Aquel tipo era un hueso duro de roer.

Me había mantenido a un lado, en silencio, dejando a Elsbeth hacer; pues sus maneras habían demostrado ser más efectivas en aquella situación. Sin embargo, al insistir el hombre en que pudiéramos querer robarle y que si acaso íbamos por ahí tratando de inspeccionar las armas de la gente, quise hacerle ver que nuestra visita era de buena voluntad; tal y como ya le habíamos dicho.

- Señor, soy una Paladín. Sirvo al bien, jamás osaría robar, ni a usted ni a nadie. Colaboro incluso con la Orden del Sol Invencible, disipar las tinieblas y el caos es parte de mi cometido, por eso estamos aquí. - le hice saber, esperando que entrara en razón.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro Diplomacia para otra cosa diferente. No trato de convencerle de que nos deje inspeccionar la espada, sino de que nuestras intenciones son buenas. 

En la anterior tirada me había olvidado de sumar un +2 por sinergia, aquí lo he sumado.

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28/06/2017, 08:42
Hombre de la cabaña

El hombre de la cabaña no parecía muy dispuesto a creerse nada de lo que dijera Aalis.

-Por mí como si eres Mitra bendita o la Reina de Puerta del Bardo -gruñó-. Además, no has contestado a mi pregunta. ¿Para qué demonios queréis ver mi espada? 

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28/06/2017, 08:47
Valentine U'lu

Que coñazo de tío por favor. QUE ALGUIEN LO NOQUEE. YA. ¿Dorarle la píldora?

-Mira, entre nosotros hay buenos artífices, queremos admirar la bella factura del arma y averiguar como está hecha, quienes fueron los artífices de tan preciosa factura y como llegaron a afilarla de esa forma. A mi personalmente me interesa la empuñadura, me parece un trabajo de maestros.-Le digo e intento desviar el tema.-Además, aunque no conozcas nuestras deidades, dado que ha habido un ataque aquí cerca, nos mueve el proteger a los demás, aunque sean fornidos guerreros como usted. Esa fue la razón inicial para venir hasta aquí. Pero la belleza de ese arma nos ha fascinado, por eso querríamos poder estudiarla.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada de engañar para intentar que se trague mi cuento macabeo.

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28/06/2017, 09:32
Hombre de la cabaña

El hombre frunció profundamente el entrecejo para examinar a Valentine, lo que le dotó de un aspecto aún más obtuso de lo normal. Dudó unos instantes.

-La verdad es que es una espada bonita. Está bien, puedes examinar la empuñadura si quieres, pero no me separaré de ella -dijo, y volvió a fruncir el ceño señalando a Olplyn-. ¡Y que el drow que ni se acerque!

- Tiradas (1)
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28/06/2017, 09:49
Elsbeth Bathory

La intervención de Aalis estaba cargada de buena voluntad, algo que supuraba de su inmenso corazón. Ella era una buena persona, algo que yo no sería jamás. Yo debía ser todo lo contrario, según solicitaba Padre de mí, y aún así algo se revolvía en mi interior al ver que aquel hombre escupía sobre sus buenas intenciones.

A punto estuve de dar un paso hacia él, dispuesta a ponerle en su lugar de una vez por todas, aún a riesgo de que aquello terminase en un baño de sangre. ¿Qué me importaba a mí la vida de aquel desconocido? Sólo tanto como la opinión que aquello les mereciera a mis acompañantes, pero no iba a permitir que siguiera insultándonos de aquella manera. Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo Valentine tomó la palabra. Me detuve, observando a la clériga de reojo, entrecerrando mis rasgados ojos con perspicacia. Sí, aquella treta podía funcionar.

Y lo hizo, pero no completamente. El bruto consintió que inspeccionásemos su arma, pero negó que precisamente Olplyn se acercase a ella. Aquello complicaba y mucho la operación, dado que era él quien podía analizar la espada.

El drow es nuestro experto... -Susurré, apartando una silla de la mesa- Es él quien debe examinarla, en realidad. -Expliqué, sin necesidad de mentir. Simplemente omití una pequeña parte de la verdad. Me deslicé hasta situarme junto a Olplyn tomándole delicada pero firmemente por la parte trasera del cuello, invitándole sutilmente a acercarse a aquella silla y tomar asiento- Como ya he dicho antes, no precisas soltarla. Toma asiento en frente y apóyala en la mesa sin separar las manos de ella, si te place. -propuse, antes de pasar la hoja de mi guadaña por delante del cuello del drow- Tienes mi palabra de que nuestro compañero no intentará nada raro durante el examen... -Dije en una clara amenaza.

Notas de juego

Me he tomado algunas libertades, Olplyn, si algo no te cuadra dime por el off y se edita ;)

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28/06/2017, 13:06
Olplyn Draeval

El drow tan solo miró de reojo a su compañera, le cogió con delicadeza un mechón del cabello haciendo una leve fuerza para que esta se agachará levemente hasta a su altura dejando que la sensual figura de la nigromante  distrajera a aquel orangután: Simulo besar la mejilla de Elsbeth tan solo para susurrarle al oído sin levantar sospecha.-Te daré todo el tiempo que necesites.-con tan solo esas palabras el mago levantó las manos en señal de rendición y sumisión.-Si esto te hace sentir más tranquilo buen hombre sea pues, necesitaré hacerte algunas preguntas¿conoces su origen o su historia?¿donde la encontraste?¿hace mucho tiempo que la posees?¿has notado algo especial al blandirla?¿encontraste algo más junto a ella, un anillo, un pergamino, una inscripción o algún tipo de estatuilla?-sabía que estaba en buenas manos y que su compañera le había entendido a pesar de que sus medidas tan vez no fueran de su agrado pero de momento iba a ceñirse al plan. Sacó una pequeña plumilla de su mochila para empezar a tomar pequeñas anotaciones.

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28/06/2017, 16:58
Aalis Dragomir

Mientras mis compañeras parecían estar atravesando las barreras que el hombre nos ponía una y otra vez, el drow hizo un extraño movimiento que no levantaría más que suspicacia, como si el hombre no desconfiara ya suficiente de nuestras intenciones. No estaba segura de si el mago había pretendido susurrar a Elsbeth o darle un beso en la mejilla, pero en cualquier caso, se trataba de un movimiento que iba totalmente en contra de lo que pretendíamos.

Fui yo entonces quien sujetó a Olplyn por el cuello, dejando que mi guantelete, mi frío guantelete, rodeara este por detrás. No apreté, ni mucho menos, sólo quería que advirtiera mi presencia.

- Sé cuidadoso, haz el favor. – le pedí agachándome junto a él mientras preguntaba, en una doble referencia que esperaba supiera captar; por un lado la poca delicadeza con la que había tratado a la nigromante, y por otro el torpe gesto que podría costar que todo el plan de mis compañeras se fuera al traste.

Le rodeé por detrás y me situé junto a Elsbeth, llevando mi mano hasta su cabello para tratar de colocar aquel mechón del que el drow se había valido para llamar su atención. Me costó hacerlo, pues mi precisión no era la misma que sin los guantes, pero terminé recolocando el azabache cabello; dedicándole con ello una tenue sonrisa.

- Tú dirás… - le dije en voz baja tras ello, aprovechando que el hombre respondía a Olplyn, dejando claro que había renunciado a hacer las cosas a mi manera en lo referido a aquella espada.

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29/06/2017, 08:41
Valentine U'lu

Mientras mis compañeros se dedican a parlotear e intentar tirar todos los avances por el suelo, me aproximo a la espada y observo con detenimiento la empuñadura.

-Bonita factura-Voy diciendo mientras la observo por todas partes y me hago la interesante- la talla es de un maestro,mmm ¿artífices enanos tal vez?mmm o no es demasiado buena, tal vez elfos, pero... no sabría decir... ¿Puedes decirme algo de su origen?- Miro al drow de reojo- No te preocupes por él, como ves a la paladín y a mí no nos cae muy bien y lo tenemos siempre vigilado. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro saber arcano para ver si puedo averiguar algo de la espada sólo inspeccionándola.

Si la tirada no es procedente, ignórala.

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29/06/2017, 09:33
Hombre de la cabaña

El hombre no parece fiarse demasiado de vosotros, pero termina cediendo:

-Está bien, pasad dentro. Pero si el drow hace algún ademán extraño, le parto en dos.

La cabaña resulta ser poco más que una gran habitación con el suelo cubierto de pieles de animales diversos, y dominada por una chimenea en la que burbujea el guiso. Sobre el hogar hay una cabeza de antílope disecada, y junto a ella, un montoncito de leña y ramas secas para alimentar la lumbre. De las vigas de madera del techo cuelgan varias cabezas de ajos, toda clase de hierbas aromáticas, un faisán y tres conejos. Hay una estantería repleta de todo tipo de bebidas alcohólicas, y el montón de libros que debían ocupar su lugar, amontonados de cualquier manera en un rincón. Hay un arco largo de madera de tejo, y varias aljabas repletas de flechas, apoyadas contra una de las paredes. Una puerta entreabierta da a una pequeña alcoba. 

El hombre arrastra una silla por el suelo y se sienta del revés, apoyando el pecho en el respaldo. Desenvaina la inmensa espada frente a él para que podáis examinarla, apoyando el filo en el suelo y depositando sus grandes manazas encallecidas en el pomo.

-Encontré la espada en esta casa, a decir verdad -explica el hombre al drow, con ademán suspicaz-. Que a su vez pertenecía a un mago llamado Zarlag. Él y yo teníamos un trato: cazaba para él, le ayudaba en las reparaciones de la casa, y le servía de guardaespaldas contra los depredadores y monstruos de las colinas. A cambio, me pagaba un buen sueldo y me dejaba dormir junto a la chimenea en la estación fría.

»Cuando el viejo se murió, hace unos años, yo me quedé con la casa y todo lo que había en ella -dice, y echa una mirada de satisfacción a la espada-. Vendí sus cacharros encantados, a excepción de esta preciosidad, y todos los libros que tenían algún valor. 

Frunce el ceño en dirección a Aalis.

-Ahora que lo dices, un hombre de la Orden del Sol Invencible me preguntó hará unos días sobre unos de esos libros. Un tal Sir Aloin, un buen hombre -dice y echa una mirada furtiva a Elsbeth, como si la considerara todo lo contrario.

Vuelve a dirigirse al drow.

-Cuando la esgrimo me siento bien. A gusto. Es la mejor espada que he tenido nunca.

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30/06/2017, 00:14
Olplyn Draeval

Oplyn de forma metódica toma una silla, la acercó a la mesa apoyando en ella su ligera mochila empezando a sacar multitud de pequeños enseres: un tintero, un pluma, la hoja de papel para las anotaciones, un compás con el que procedió a tomar medidas de las diferentes partes y proporciones de la espada, un pequeño monóculo con el que inspeccionar el brillo de la guarda así como algunos cachivaches estrafalarios de dudoso origen. Incluso un pequeño calco de la guarda.-Interesante, muy interesante esa historia que cuentas, es lógico Zarlag no tuviera mucho interés en un arma, los magos preferimos las varitas. Por cierto, si cazas por aquí conocerás bien la zona ¿sabes qué es lo que está atacando las caravanas?¿orcos tal vez, parecían una banda numerosa?--no pudo evitar fruncir el ceño al pensar las miserias que habrá sacado por el verdadero conocimiento de los valiosisimos libros que ha dejado escapar, la sencillez de lo absurdo. Era un hombrecillo ridículo con un gran juguete nuevo.-Imagino que no debes recordar los títulos de los libros que vendiste¿verdad?. Si no te molesta me gustaría echar un vistazo a esos libros de ahí, tal vez alguno contenga alguna pista sobre la magia de la espada y si hubiera algo que me interesara puedes ponerle precio. ¿Por qué título te preguntó ese hombre?

Fue una buena decisión tomar la casa del mago, si me aceptas un consejo yo que tú revisaría bien la casa, puede que haya más de un escondrijo oculto que se te haya pasado por alto.Ahora voy a realizar un encantamiento bastante sencillo que me permite ver la magia, así que espero no ser el objetivo de tú mandoble mientras.-la posibilidad de contemplar aquellos textos ya le agradaba más, era extraña la calma que exudaba a pesar de estar amenazado por la guadaña, el mandoble y las malas caras de su otras compañeras. Cuando estudiaba se sumergía en la tarea a veces olvidando su entorno, eso o lo disimulaba muy bien.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro Con.Local para saber algo de Zarlag. Usaré Detectar magia con calma para comparar el aura con la de mis otros objetos mágicos y ver si algo más brilla en la casa. En casa de un mago nunca se sabe...

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04/07/2017, 09:31
Elsbeth Bathory

El gesto del drow me descolocó doblemente. Fingir darme un beso en la mejilla representaba un gesto de cariño que echaba por tierra la amenaza que yo hacía pender sobre su cabeza, en la que trataba de hacer basar la escasa confianza que pudiéramos acumular por parte del hombre. Llegué a preguntarme si Olplyn trataba de echar por tierra mis intentos a propósito, por alguna razón que aún se me escapaba. Pero, además, se ofrecía a concederme tiempo. ¿A mí? ¿Con qué fin? Era él quien debía inspeccionar el arma y analizarla místicamente. ¿Qué esperaba que yo hiciera?

Permanecí a su espalda, aguardando en sepulcral silencio, con la hoja de mi guadaña en su cuello, atendiendo a cada pregunta y respuesta que se formulaban. El tipo había sido el "hombre para todo" de un mago, y a su muerte se había quedado todas sus cosas, las cuales obviamente había malvendido con ignorancia extrema.

El tipo hizo mención a un miembro de la orden de Aalis en la zona, días atrás. Desvié la mirada lo justo para observar la reacción de la paladina, sin saber si reconocería el nombre o comprendería los motivos para buscar tal libro. Al volver a mirar a nuestro anfitrión, le descubría clavando en mí su mirada, una ligeramente despectiva, o incómoda. Estaba claro que no me consideraba una buena persona, como a aquel paladín. A su furtiva mirada respondía con una siniestra sonrisa.

No, no lo era.