Partida Rol por web

Cuando todos los presentes en el pueblo se ven de alguna manera envueltos en un caos de violencia absurda.

Los tres, incluido el poco colaborativo Charlie Jr, os acercáis a la ventana, para ver de qué se trata el espantoso bullicio que acaece cerca de la iglesia.

Lo que veis desde la ventana no es precisamente algo bonito o alentador.

Voces y más voces... Gritos por doquier... Debe haber unos veinte pueblerinos justo al comienzo del camino a la izquierda de la iglesia. Varios de ellos están muy próximos unos a otros, como una piña, y apenas se puede ver lo que acontece...

No obstante...

Es que están gritando tanto que no resulta necesario ver lo que sucede para saber de qué se trata...

-¡Maldito ladrón!- se oye el grito desde todo el pueblo- ¡Te enseñaremos a no venir a robar a Yokelville, asqueroso forastero!

No es precisamente la única vez que se percibe un grito como ese, ya que no dejan de exclamar, unos u otros, lo mismo todo el tiempo.

Amén de que no hace falta ser un genio para percatarse de que se escuchan golpes... No podríais asegurarlo, pero parece haber alguien en el suelo.

-¡Madre del amor hermoso!- exclama Mary, horrorizada. Sale corriendo del cuarto hacia la recepción, sin molestarse ni en cerrar la puerta, y la escucháis marcar el teléfono a toda velocidad. Está telefoneando a la policía.

Das unos pocos pasos, y te encuentras junto a varios pueblerinos más que parecen estar presenciando algo fuera de lo común, a juzgar por sus caras de interés. Un par de pasos más, y te das cuenta de lo que es.

Lo que ves no es precisamente algo bonito o alentador.

Voces y más voces... Gritos por doquier... Debe haber unos veinte pueblerinos justo al comienzo del camino a la izquierda de la iglesia. Varios de ellos están muy próximos unos a otros, como una piña, y apenas se puede ver lo que acontece...

No obstante...

Es que están gritando tanto que no resulta necesario ver lo que sucede para saber de qué se trata...

-¡Maldito ladrón!- se oye el grito desde todo el pueblo- ¡Te enseñaremos a no venir a robar a Yokelville, asqueroso forastero!

No es precisamente la única vez que se percibe un grito como ese, ya que no dejan de exclamar, unos u otros, lo mismo todo el tiempo.

Amén de que no hace falta ser un genio para percatarse de que se escuchan golpes... No podrías asegurarlo, pero parece haber alguien en el suelo, entre tantas piernas.

Vuelves sobre tus pasos, dándote cuenta cada vez más de que algo gordo debe estar sucediendo, a juzgar por los gritos que se escuchan desde el camino.

Llegas, tras una carrera, al final del camino. Comienzas a investigar la procedencia de los gritos, y no te resulta complicado percatarte de que provienen del otro lado del camino, a la vuelta de la iglesia.

Avanzas unos cuantos pasos más, acercándote al meollo del asunto.

Lo que ves no es precisamente algo bonito o alentador.

Voces y más voces... Gritos por doquier... Debe haber unos veinte pueblerinos justo al comienzo del camino a la izquierda de la iglesia. Varios de ellos están muy próximos unos a otros, como una piña, y apenas se puede ver lo que acontece...

No obstante...

Es que están gritando tanto que no resulta necesario ver lo que sucede para saber de qué se trata...

-¡Maldito ladrón!- se oye el grito desde todo el pueblo- ¡Te enseñaremos a no venir a robar a Yokelville, asqueroso forastero!

No es precisamente la única vez que se percibe un grito como ese, ya que no dejan de exclamar, unos u otros, lo mismo todo el tiempo.

Amén de que no hace falta ser un genio para percatarse de que se escuchan golpes... No podrías asegurarlo, pero parece haber alguien en el suelo.

Alan.....

Murmuro, no lo sabía, intuición tal vez, ¿Quien sabe? Definitivamente no me quedaré esta noche aquí a dormir, no gracias, no deseo ser asesinado.

Se terminó la diplomacia Sr Mallard

Saco el revólver, un modelo brillante y reluciente, bien cuidado, y salgo de la posada a todo correr hacia el grupo tratando de dispersarlo, parecen rodear a alguien, parece estén dando una paliza de muerte, y por su cháchara no parece alguien del pueblo, sino un forastero, alzo el revólver y doy un disparo al aire

En el solitario pueblo resuena como un cañonazo, un trueno cuyo eco resuena

¡¡ Alto !! Atrás, atrás todo el mundo

Al mínimo gesto que alguien haga de acercarse, una mala mirada, un gesto hostil, quedará encañonado por mi revólver, y espero no se acerquen ni un metro más.

Todos los presentes os quedáis aturdidos y asustados ante el ensordecedor ruido de un disparo.

El grupo se detiene, sin hacer nada. Algunos vecinos salen corriendo hacia sus casas, asustadísimos. Los que participaban activamente en la pelea, dejan de asestar golpes. Miran a ver si descubren quién es quien ha emitido el disparo.

Entonces, escucháis a lo lejos el ruido de un vehículo acercándose a toda velocidad, por el camino de entrada a Yokelville.

Sí, no hay duda, un vehículo se aproxima a toda pastilla hacia el gentío. Percibís el sonido de una sirena... Es posible que se trate de un coche policial.

Y Jason... Miras al hombre que se encuentra tendido en el suelo, y que se mueve, intentando levantarse entre insoportables dolores por la paliza recibida... No, no es Alan. Es un hombre al que no habías visto en tu vida.

Mientras te aproximabas, te pareció ver llegar a lo lejos a Jason, corriendo como alma que lleva el diablo. Sacó su pistola, y emitió un disparo al aire, con el que logró que el gentío violento se dispersara. Antes de que pudieras hacer nada, notas cómo alguien tira de tu manga...

-No... No se acerque más- te dicen. Es Anne- No lo hagan. Ya se encargará la policía. Yo... Si se acercan, algo malo les pasará, seguro...

Miras un momento hacia el gentío de nuevo, y cuando vuelves a mirar hacia atrás, la bonita Anne no está. Su bello rostro, algo lloroso por lo que acaba de presenciar, ya no se aprecia entre la multitud.

¡¡Que velocidad!! La policia del pueblo.... estupendo, seguro que son de lo más imparciales y simpáticos, voy a necesitar algo más que dar un disparo al aire si quiero que nos dejen en paz.

Con mucha cautela a los sujetos que aún quedan por ahí para defenderse aludiendo a su robo, me acerco al sujeto, colocándole una mano en el hombro ayudándole a incorporarse.

¿ Está ud. bien ? ¿ Qué les ha hecho? Y por el amor a Dios ¿qué ha venido a hacer a este rincón del mundo buen hombre? Espero tenga una fe inquebrantable, por si no lo ha notado, nadie en este pueblo le va a tratar con demasiada amabilidad, importa poco que haya robado o no.

Espero me conteste, espero me de algo de información sobre él, y espero que sepa algo de Charles Mallard, definitivamente no va a estar más seguro cuando venga la policia, ni siquiera sé si yo mismo estaré seguro.

Intenta colarse entre el tumulto, tratando de observar que es lo que está pasando, mientras sonríe de forma maliciosa "Este pueblo vale oro, salvajes y trogloditas, acabando a golpes con los forasteros, la furia salvaje de un grupo de xenófobos, que seguramente dieron fin de la misma forma a Charles Mallard... dejando su cadáver lleno de moretones y cardenales, al repudio público en la sala, mientras los aparentemente inocentes ingenuos habitantes de Yokelville que hablaron conmigo inicialmente, solo encubrían el atroz crimen". Ese solo párrafo vendería todos los ejemplares y obligaría a reimprimir diarios, volvería por lo grande. Estaba seguro de ello. Gordon Flemming, volvería a ser el más renombrado periodista de todo Boston, el mejor!

Lástima haber dejado su cámara en la posada. "Maldita sea mi suerte, creo que tendré que hacer una pasada rápida si quiero tomar una buena fotografía" pensó, pero el disparo cortó en seco, se agachó con las manos al suelo. Bien sabe que cuando los tiros comienzan a alborotar a la multitud, es el mejor momento para observar desde la distancia, ni corto ni perezoso, camuflado entre los que huyen, toma prudente distancia para observar, ha visto las sirenas

-Y yo que pensé que este era un pueblo sin ley...- de lejos creyó reconocer a Jason... así que disparó... la historia mejoraba, ayudando al pobre y desvalido hombre. Era definitivo, tenía que ir por su cámara. Emprende entonces frenética carrera hasta la posada, a buscar su cámara de fotografías y regresar en el menor tiempo posible...!!

Alan y Jason, desde vuestras posiciones entre el tumulto de gente, veis pasar a Gordon corriendo hacia la posada, como alma que lleva el diablo.

Llegas a ella sin más contratiempos, encontrándote allí con Mary Stone, Mycroft Mallard, y Charlie Jr.

En el momento en que alcanzas la puerta, el coche pasa velozmente en dirección al grupo de gente, que al ver el vehículo, comienza a dispersarse a la velocidad del rayo.

Jason, el hombre al que ayudas a ponerse en pie, va completamente vestido de negro, con parte de su rostro tapado. No obstante, sus aterrorizados ojos están al descubierto. A juzgar por su mirada, dirías que nunca habías visto a alguien tan asustado en tu vida.

El coche de la policía se detiene ante vosotros, cosa que se aprecia también desde la posada. Un hombre sale del vehículo a toda velocidad, agarra al hombre de negro, y lo insta a introducirse en el vehículo.

-Maldita sea- exclama el policía, al reconocer al hombre apaleado- De todos los pueblos de la zona, Brown, has venido a robar a Yokelville. ¿Es que entre los rateros de la zona no conocéis la reputación de este pueblo? Absurdo ha sido, idiota. Podrían haberte matado.

Cuando ha depositado al dolorido ladrón en el vehículo, en la parte trasera, se acerca a Jason y le da las gracias.

-Usted no parece de la zona, o por lo menos, no lo recuerdo. Gracias por intentar sacar al ratero de la horda de gente. No sería la primera, ni será la última vez, que suceda algo así...- de pronto, mira a Alan, y se le queda mirando, pensativo. Parece querer decir algo, pero se retracta- Otro turista. Ya son dos- dice, señalando a Alan- Si me disculpan, tengo que proceder a llevarme al detenido, aunque pasaremos antes por el hospital. Me gustaría pasar más tarde a tomarles declaración. ¿No se hospedarán por casualidad en la posada de Miss Stone, verdad?

Agitado como él solo, habiendo perdido el cigarro en su carrera, ingresa a la posada como alma que lleva el diablo, su respiración parece haberse multiplicado hasta un insano ritmo. Saluda de forma torpe y atropellada, en este momento ni siquiera le importa que sea Mycroft el que se encuentre allí -Señores Mallard, Madame Stone- dice tocando el ala de su sombrero como único saludo, y con dos saltos más, prosigue la acelerada corrida hasta su habitación, la puerta suena con dureza, lanzada para que se cerrara. Un par de ruidos, movimientos bruscos y finalmente reaparece, ahora con un pequeño maletín colgado, y una sonrisa de victoria y satisfacción difícil de ocultar.

Cierra la puerta y pasa de nuevo frente a los tres personajes. -Buen día- se despide ahora y con tres zancadas más, abre la puerta con mano y nariz, saca un cigarro y pone su empeño en regresar al sitio de la trifulca, con todo su aire magnánimo y la emoción de un niño encontrando un nuevo juguete.

Observo toda la escena inmóvil desde la ventana, con la boca abierta y una sensación mezcla de asombro, enojo y vergüenza debido tanto a las acciones de los oriundos del pueblo como a las de mister Jason, al cual tenía por un hombre cabal hasta este instante. La surrealista escena me tenía completamente paralizado ¿acaso me están engañando mis ojos? ¿no será esto una alucinación presa de la ansiedad de mi mente por encontrar a mi perdido hermano? Estoy rodeado de dementes y lunáticos. De seguir este rumbo y con esta compañía dudo mucho que pueda encontrar a mi hermano.

Tan absorto estaba en mis pensamientos que ni siquiera repare en la fugaz aparición de “mister” Flemming. Mientras el periodista subía y bajaba de su habitación, yo seguía mirando al exterior a través de la ventana, impertérrito, como si de una estatua de mármol de la antigua Grecia se tratase.

Cuando por fin mi cuerpo comienza a responderme, me acerco a mi sobrino y le pongo mis manos sobre sus hombros Charlie, sobrino, escúchame bien lo que te voy a decir. A partir de este momento, y suceda lo que suceda, no debes depositar tu confianza en ninguno de los tres individuos que nos acompañan, ¿entendido? le digo con tono y rostro serio como pocas veces en mi vida no son más que unos enajenados peligrosos, y temo que si seguimos con ellos tanto nuestra vida como la de tu querido padre corra peligro.

Suelto los hombros de Charlie y me giro hacia nuestra amable anfitriona y usted también debería de tener cuidado con ellos miss Stone. Uno nunca sabe de lo que son capaces los desequilibrados mentales como estos. Por favor, tenga cuidado. Dicho esto, me despido con una inclinación de cabeza  y salgo corriendo en dirección al bar de miss María quiera dios que aun este a tiempo, espero que ninguno de esos retrógrados descorteses haya hecho nada en la casa.

Vaya... veo que no es casualidad la hostilidad recibida en este pueblo

Como bien dice Sr Agente estamos en la posada de Miss Stone, esperaré a que vuelva, ¿Qué le parece pasar a la hora de cenar?

Si va ha pasar por el hospital y la comisaria podría ud. hacerme un favor.

Busque y pregunte por un nombre..... Charlie Mallard, está desaparecido, toda su familia le está buscando, están destrozados

Yokelville es la última pista que tenemos del buen hombre, si fuera tan amable de facilitarnos información acerca de él, tal vez sepan algo en el hospital, Dios no lo quiera, o algun dato tengan en comisaria, todo sería de gran ayuda para fortalecer los corazones de la desolada familia

Jason utiliza su voz más firme, convincente y segura que tiene, escrutando la mirada y gestos del policía, la policia ha sido muy rápida en venir, y ya son varios los turistas agredidos según él, Charlie podría haber sido uno de ellos....

Te quedas solo en la posada, con Mary Stone a tu lado, fumando como una carretera, mientras ves a tu tío salir corriendo como alma que lleva el diablo hacia el bar de María.

Mycroft ha sido un visto y no visto, y a Alan y Jason los distingues a lo lejos, hablando con el policía.