Partida Rol por web

En el frio ambiente, que no se sabe si es peor por las montañas o el ánimo, llegas de nuevo al pico azul. Ya los días de tregua han pasado y las nubes se arremolinan otra vez en las tierras más allá del Muro. No será una escalada fácil.

Hallar el campamento base anterior y montar otro resulta tarea sencilla. Los thenitas son muy organizados, o bien han pedido los planes por adelantado. Probablemente lo segundo.

-Estableceremos campamentos a medida que subamos, para tender caminos de cuerdas y poder ascender más fácilmente a los que van con equipos. Tu iras delante, sureño, ya que conoces el camino. +te informan, delegándote la mayor responsabilidad+. Tendrás que guiar a los hombres que los monten.

La tarea es tanto un honor como una carga. Si lo haces bien es una cosa, pero si fallas, algunos thenitas podrían despeñarse… y sus compañeros no estarán felices. Aparte hay que tener en cuenta que el clima se esta complicando. ¿Usaras el camino difícil pero corto o el fácil y largo?

Una vez llegamos a la base de la montaña, los thenitas empiezan a desplegar-se y montar el campamento base mientras yo me reúno con el líder Argron y me explica mis funciones:- Esta bien, ascenderemos por el camino que usé con el otro grupo. -digo mientras señalo el mapa que hay entre Argron y yo:-puede que sea un poco largo, pero es más seguro que intentar ascender por la otra cara de la montaña. podemos empezar a escalar en menos de una hora.

No parece haber pegas al plan. Con eso en mente los thenitas eligen media docena para acompañarte, cada uno cargando largos tramos de cuerda y varias lanzas para usar a modo de estaca, o eso es de suponerse. Resulta obvio que ni unas ni otras serán suficientes para todo el largo recorrido, pero si se usan en las partes complicadas, aliviaran el camino para los que van con cargas más pesadas…

Mirando hacia arriba no logras divisar, al menos desde la base, donde está la cueva. Tendrán que ver más arriba si se distinguen las pieles que dejaron como señal. Lo cierto es que si querías responsabilidades, las has conseguido… 

El ascenso se hace más difícil, por el simple hecho del cansancio acumulado, pero nada más allá. Algunas zonas son algo más estables que otras pero logramos alcanzar la pequeña cueva, menos mal que se nos ocurrió marcar la entrada con unas pieles, si no nos hubiéramos pasado de largo:Es ahí donde las pieles que dejamos hacen una pared oscura en mitad de la nieve. les digo al grupo de seis thenitas que me acompañan. 

El grupo reconoce fácilmente las lonas y finalmente se aproximan a ellas, marcando con eso el último punto. Atrás quedan todos los tramos de cuerda y lanzas, aunque los hombres todavía portan sus espadas de hierro y escudos.

Notas que van en alerta cuando entran detrás tuyo. Resulta no faltarles razón.

Apenas penetran en la cueva marcada, te das cuenta que no está la puerta de hielo. No porque desapareciera, sino porque no es la misma cueva. La oquedad actual es una diferente, más pequeña y estrecha.

Y en el fondo, un blanco oso los observa enseñando los dientes… ¿Cómo demonios…? No hay mucho tiempo para cuestionarse. La retirada no es una opción, salvo que deseen despeñarse.  

Garras o nieve. Una muerte u otra. Elige.

Los dos thenitas más rezagados se detienen en la entrada y retroceden, yendo a por las lanzas dejadas atrás.  El resto se abre en formación de abanico, dos a la izquierda y dos a la derecha. Esta formación sirve para flanquear… pero también están dejándote solo adelante y al centro.

Ninguno ataca, sino que preparan escudos y armas, dejando al oso empezar. Y este carga hacia adelante, lógicamente. Sobre ti.

Su garra es enorme y encuentra tu cuerpo fácilmente, abriendo una fiera herida en tu pecho. Aunque las pieles de los salvajes amortiguan en parte el golpe, la sangre mana a chorros, manchando el piso helado… No por nada, los osos polares son los mas temidos de todos los de su raza.

La primera idea que me viene a la cabeza es:-MIERDA!!!.Acto seguido recibo un impacto del oso. Me desequilibrio, retrocediendo unos pasos por la fuerza del golpe, al hacerlo veo a los thenitas a mi alrededor con los escudos en alto, formando un muro dejando-me entre el oso y ellos:Y pensaba que eran de los que se lanzaban al combate. Gracias a la armadura de pieles la herida no va a más pero duele a rabiar. 

Empuño mi bastón con las dos manos y le propino un golpe con el extremo en la cabeza, pero no le hago mucho:-Estoy perdido. pienso mientras vuelvo a retroceder hasta la linea de thenitas.

Pegarle con el bastón es eso justamente… darle con un palo. Apenas lo siente, pero lo suficiente para captar su atención… o eso pareciera.  En tanto, los thenitas  se desplazan, dos de ellos quedando bien a los flancos y los dos más apartados ganándole la espalda al oso, intentando tomarlo la retaguardia antes de embestir.

Pero la criatura no es estúpida y nota el movimiento de reojo. Rápidamente retrocede sobre sus pasos, abandonando su ataque sobre ti,  y ataca a uno de los que van por la derecha. El hombre se escuda, pero igualmente la garra le hace rebotar contra la pared violentamente, sacudiendo sus huesos.

Me llevo una mano al pecho, para taponar la herida, mientras observo como los thenitas rodean al oso y este se defiende golpeando a uno de su derecha:-Si sólo tuviera mis armas de la Guardia podría hacer algo más contra el oso.- peinso con impotencia mientras sigo viendo la escena.

Mientras el herido se recobra, los otros 3 avanzan y tratan de golpear al oso. Dos de ellos alcanzan a la enorme criatura, pero el tercero no encuentra espacio a golpear y falla. De todas formas, las hojas dejan su marca sin duda alguna en la gruesa piel blanca, sendos tajos rojos que se marcan claramente.

Aunque no son suficientes. Al contrario, enfadan mas a la bestia, quien reparte dos zarpazos apresuradamente esta vez. Uno falla, pero el otro engancha a su victima y solo el hecho de que el duro thenita se cubra a tiempo impide un daño como el de su compañero.... Los rugidos del oso tienen otro efecto aparte. La cueva comienza a dejar caer nieve!

El combate entre los thenitas y el oso se recrudece un poco, las heridas provocadas por los thenitas enfurecen al oso todavía más y ruge con todas sus fuerzas, el sonido es ensordecedor dentro de la cueva. Suelto el bastón para taparme los oídos, a continuación veo cómo cae un copo de nieve dentro de la cueva. en ese momento de me hiela todavía más la sangre:-Hay que acabar rápido con el oso antes de que nos entierre la nieve. pienso mientras veo cómo empiezan a caer trozos de nieve del tamaño de una punta de flecha y aumentando. 

Rompo un extremo del bastón para crear algo afilado para clavarse-lo al oso en el cuello y me lanzo a la carrera para acabar con él.  

El intento de Lurick con su bastón cambiado a improvisada lanza falla, y la madera se astilla contra la piel del oso sin dañarlo… Por fortuna, las hachas de los thenitas tienen mas suerte y distraen la atención de la criatura de él.

Esta vez los tres que atacan, (puesto que ahora hay otro recobrándose), aciertan, aunque igualmente el bronce solo dibuja tajos en la dura criatura…Este contesta desesperado y envía un nuevo thenita contra la pared, aunque la fortuna de que divida su atención entre tantos hace que no reciba un golpe pleno.

No obstante, la sacudida contra el muro sigue debilitando el techo, y empieza a estorbar la vista. Una lluvia de cristales desciende sobre todos, dificultando apreciar bien la situación.

La situación empeora por momentos, ahora tenemos a dos thenitas heridos, yo y otros cuatro thenitas combatiendo al oso, para colmo el impacto contra la pared del segundo thenita provoca que caigan esquirlas de nieve dificultando más todavia si cabe nuestra situación. como tengo mi bastón me dio roto intentando herir al oso, retrocedo un poco y me acerco hasta el segundo thenita:-Préstame tu arma para que podamos salir todos vivos de aquí.-le digo intentando convencer al thenita.

Mientras espero la respuesta miro hacia la cueva, para observar la situación.

Ninguno te hace el menor caso. ¿Darle un arma a ese tipo? Eso sin contar que las lanzas quedaron atrás, y ellos mismos no tienen más que sus hachas y cuchillos…

El oso empieza finalmente a resentir un poco los numerosos tajos que recibe. Pero a los thenitas también les cuesta, y dos de ellos no logran impactar en el por el maldito polvo que cae, nublando su vista.

La bestia, al recibir menos daño, logra pensar mejor. En vez de dividirse, centra su furia en uno solo de los que seguían ilesos, abriéndole una feroz herida sobre el hombro. El hombretón retrocede, dejando lugar a sus compañeros, mientras la sangre le chorrea. Ya son tres de 5 los heridos serios… lo cual no luce nada bien. Y el par todavia no regresa con las armas dejadas atras!!!

La situación empeora cada vez más, no sé que hacer y los thenitas siguen siendo atacados por el oso. De pronto me viene un antiguo recuerdo de mi infancia a la mente: "Cuando estés en una situación al borde de la muerte y no sepas qué hacer, respira bien hondo, templa la mente y observa a tu alrededor, ahí hallarás la respuesta a tus preocupaciones."- decía mi padre en numerosos entrenamientos. Adopto una posición arrodillada como si estuviera delante de un rey y, a continuación, junto las puntas de los, apuntando hacia el suelo, respiro profundamente y antes de cerrar los ojos observo bien a mi alrededor.

Nada. El polvillo y el dolor se mezclan para aguar tu vista y no encuentras apoyo en nada de lo que cree saber… Los thenitas no son tan contemplativos y los dos que siguen enteros continúan la lucha, dando lo último hasta el amargo final, si amargo ha de ser. Ambos hieren al oso, pero el segundo sobre todo es sonreído en su persistencia. Logra clavar entre dos costillas la hoja, haciendo una herida más honda que las anteriores.

La bestia ruge de dolor, sin duda sentida. Su vientre y costados se tiñen de rojo. Pero no por eso cae todavía, sino que en vez intenta escapar! Golpea a su agresor , pues todavía le sobra fuerza,y lo aparta del camino, avanzando hacia la salida.

Sobre ti.

Abro los ojos al oír los gritos de dolor de uno de los thenitas y veo una enorme masa de musculos y furia blanca que se avecina sobre mi. Pese a mis heridas logro realizar un salto hacia uno lado y dejar vía libre al oso. 

La mole pasa a tu lado y puedes oler su sudor y sangre mientras escapa del combate.

O de otra cosa. Apenas sale y empieza a descender la cuesta, antes que los thenitas tengan siquiera tiempo de esbozar una sonrisa de alivio, o de felicitación por haber vencido, el techo deja caer entre el polvillo un gran pedazo de hielo. Y otro

La cueva se derrumba sobre vuestras cabezas! Los hombres de then comienzan a salir enseguida, aunque ves a uno de los heridos tropezarse y caer...