Partida Rol por web

Si queréis podría usar ese pergamino ahora sobre Hank, que parece bastante afectado por el ataque de las sombras, comenta Craster.

Bueno chicos, dice volviéndose hacia Alfio y Kolthar, tras la tunda que lleváis encima, supongo que un poco de magia enana no os vendrá mal, ¿verdad?

-Me parece bien--asiente Amílcar cuando Cráster propone utilizar el pergamino sobre Hank.

Luego el nómada sale de la estancia unos segundos para echar un vistazo a los alrededores mientras las heridas de sus compañeros son atendidas. Cuando regresa, el arquero insta al grupo a proseguir con la misión que los ha traído a las ruinas de Hurim:

-Será mejor que vayamos a visitar ese templo cuanto antes.

Asintiendo a Amilcar

Vayamos allí. Cuanto antes lo hagamos, antes saldremos de este lugar maldito.

Hank asiente con su cabeza al ver la respuesta de sus compañeros. Muchas gracias, la verdad es que estoy bastante débil y en estos momentos no puedo hacer mucho con mi espada. En cuanto esté más recuperado salimos a explorar los alrededores y ese templo maldito.

- 2500 piezas de acero... Vaya, esa es una suma importante pero si hablamos de una espada tan especial supongo que valdrá la pena hacer el esfuerzo... por lo menos yo creo que vale - asevera el caballero que vuelve a tomar a espada y la blande de un lado al otro mientras escucha sobre sus propiedades

Dirigiéndose al minotauro asiente con la cabeza y agrega a las palabras de la elfa - No se si el nombre lo pensó el herrero o el primer portador... pero lo cierto es que le da un aire de... "grandeza" -

Riéndose ante las palabras del enano, Alfio asiente - Como siempre tus oraciones serán bienvenidas. No será la primera vez que las mismas me ayudan a recuperarme. Y necesito hacerlo. Después de todo si volvemos a encontrar sorpresa como la de anoche mejor estar en buen estado -

Todavía empuñando su espada encara al resto de los presentes - Y bueno... vamos por el templo? O mejor verificamos que los alrededores estén limpios... en función de eso veo de llevar a Valiente con el resto de los caballos... o, lo mantengo conmigo - se explica - Yo reconozco que prefiero ir al templo... pero si prefieren asegurarse que no dejamos nada a nuestras espaldas podéis contar con mi lanza... y con mi nueva espada! -

Craster toma el pergamino que le tiende Quivalen y lo examina detenidamente.

Acércate, chico, le dice a Hank.

Cuando el kharoliano se acerca, el enano comienza a recitar unos versos mágicos y posa sus manos sobre el humano. Inmediatame, Hank nota como recobra la mayor parte del vigor perdido.

Bien. Ahora vosotros.

Craster recita unos cuantos conjuros y la mayor parte de las heridas de Alfio y Kolthar desaparecen.

Y ahora yo, por supuesto.

Y concluye sanando sus propias heridas.

Kolthar mira estupefacto como se cierran sus heridas.

Gracias enano, tu maestro Jasper puede sentirse orgullosos, es increíble como se cierran las heridas.

El minotauro mueve los brazos con cuidado como si las heridas que se acaban de cerrar pudieran abrirse de nuevo. Según coge confianza se coloca su armadura.

Me siento lleno de energía, ¡vamos a limpiar ese templo!

Tras las palabras del enano Hank ve como sus fuerzas se van recuperando. Muchas gracias compañero, cuando querais podemos partir para comenzar a explorar.

Alfio sonríe ante las demostraciones de asombro de sus compañeros. Ya lleva tiempo viajando con el enano y sabe que, más allá de su humor no solo es un buen guerrero, sino un experto sanador.

El también se coloca su coraza y enfunda su espada, deseoso de probarla en combate en cuanto sea posible - Entonces... antes del templo verificamos el terreno? - pregunta acercándose a su fuiel montura y montando con soltura. Tomando la lanza que pende del arzón la mira con cuidado y comenta - Esta arma es de muy buena calidad. Quizás no sea correcto que, siendo parte del botín común la porte yo... no si también llevo la espada. Quizás alguno de Uds le pueda sacar el jugo -

El minotauro se encoge de hombros.

Mi lanza es una buena lanza, la llevo desde que me escapé de la ciudad de Blöten. Si no la quieres, la llevaré gustoso, aunque a mi lo que megusta realmente es estrujar a mis adversarios y la lanza a veces me molesta.

Se acerca al caballero y le palmea la espalda.

No te preocupes, los dioses nos deparan grandes sorpresas. No van a permitir que sus elegidos anden por ahí salvando al mundo con armas oxidadas. Cuando terminemos y volvamos a nuestros hogares seremos héroes y probablemente ricos.

-¡Ja, ja, ja!--ríe Amílcar socarronamente después del comentario de Kolthar.

-Yo iría directamente al templo sin mayores preámbulos, pero si la mayoría considera más oportuno lo contrario...--concede el explorador abanasinio finalmente.

- Espero tengas razón - concede el caballero al hombre toro - Solo que no me parece correcto que sea yo el que acapare el botín. Esta es una buena arma, y una carga con lanza cuando uno está montado suele ser desvastadora, pero lo cierto es que es un arma que utilizo solo al comienzo de un combate... luego es algo engorrosa de maniobrar. Tu decides, el ofrecimiento está - completa encogiéndose de hombros antes de sonreir ante el comentario de Amilcar

- Directo al grano, eh! Si, a mi también me gusta ese estilo, pero viendo lo que nos encontramos anoche podría ser peligroso tener que salir para recuperarnos y que, por no haberlo controlado, nos encontráramos alguna sorpresa. Desdeese punto de vista, la prudencia puede ser una gran aliada... y lo prudentes, creo, es asegurarnos que el lugar está limpio -

Miro a Alfio al oir la palabra prudencia

¿Prudencia? ¿prudencia dices? en este caso no considero que esto sea prudencia. Puede ser que estos monstruos vaguen por el lugar, con lo que tendríamos más posibilidades de encontrarnos con ellos que si nos metemos en el templo.

Tu argumento se podría dar la vuelta, ¿qué pasaría si nos topamos con más engendros de estos? supongo que deberíamos de recuperarnos, y de esta forma nunca llegar al maldito templo.

Niego con la cabeza No, en este caso creo que lo mejor es salir de aquí cuanto antes, y eso implica entrar en el templo y salir sin demorarnos demasiado.

Tras meditarlo un momento, Alfio asiente a las palabras de la maga - Quizás tengas razón. Además nuestro objetivo es el templo, no perdamos tiempo y vayamos hacia allá. Solo me gustaría dejar a mi fiel "Valiente" con el resto de los animales. Estarán más protegidos todos juntos... y de hecho, el mismo puede proteger al resto si es necesario. Está entrenado para combatir - les informa.

Montando con soltura vuelve a tomar su lanza y, tras dudarlo se la arroja al minotauro - Aunque no sea tu arma preferida, esta es demasiado buena para dejarla en la montura. Dame vuestra arma y avanzad despacio. Os alcanzaré en unos minutos. Supongo que lo mejor es que entremos todos juntos. No tardo -

-Casi mejor te acompaño, por lo que pudiera pasar...--se ofrece el arquero a Alfio--Aunque tenga que ir corriendo un trecho detrás de ti.

-Además, entiendo que el resto debería esperar aquí hasta que volvamos. Éste es un buen sitio desde el que defenderse y los peligros del camino que lleva al templo se resolverán más fácilmente si estamos todos juntos.

-¡Venga, ya estamos tardando!--bromea finalmente el nómada de las llanuras mientras comienza a caminar de regreso a la torre.