Partida Rol por web

Suena la melodía cuando Quivalen abre la caja de música, pero las puertas de hierro ahí.

-Ya estamos otra vez...--se lamenta el abanasinio ante el nuevo traspiés--¿Por qué lo hacen todo tan complicado? ¿No podían darnos los dioses una llave que abriese las puertas en lugar de una caja de música para niñas? ¡Esto es de locos!

Me parece a mí que cuando ese joven sacerdote imploró la ayuda de Paladine, aquí se activaron unas defensas que ni en los reinos enanos se han visto...

Bueno, ¿qué? Casi que estoy o por irme o por usar la táctica "ogra/minotaura" de echar abajo las puertas...

-Habrá que volver a emplear el método Kolthar--asiente Amílcar mientras se aparta un poco de las puertas para dejar espacio al minotauro--¡Adelante, campeón! Elige la que menos te guste y a por ella.

Kolthar se encoge de hombros y saca su llave maestra a dos manos. Sin contemplaciones comienza a golpear la puerta de la derecha.

Tras un par de minutos de estruendoso ruido, Kolthar derriba la puerta.

Esta habitación debió de ser un sencillo almacén, ya que las paredes están llenas de estanterías. Desgraciadamente, la mayor parte de los objetos que contenían están echados a perder. Los manteles de altar de terciopelo y seda, antes finos, se han podrido, igual que las vestiduras de recambio que estaban pulcramente dobladas. Los bloques de incienso y las velas de cera de abeja se han endurecido hasta adoptar la consistencia de la piedra.

-¿Aquí tampoco?--se queja Amílcar ciertamente frustrado.

Después de soltar un bufido, el nómada entra el primero en la estancia al tiempo que le comenta a Kolthar:

-En fin, si eso, ve a abrir la otra sala lateral mientras yo inspecciono ésta por si hay algo de utilidad. 

Por su parte, Alfio se asoma con curiosidad para echar un vistazo al interior, pero enseguida decide quedarse afuera vigilando.

Lo malo de abrir las puertas así es que luego no se pueden cerrar. Habrá corriente en este templo cuando nos marchemos...

Comenta Kolthar mientras se dirige con el hacha hacia la otra puerta, con indiferencia y naturalidad.

Mientras Kolthar se dirige a la otra puerta, Gnart comienza a registrar la habitación tranquilamente.

Detrás de una estantería, encontráis una puerta de piedra camuflada en el muro.

-¡Ajá!--exclama de pronto el arquero para alertar al resto del grupo--Justo detrás de esta estantería, Gnart acaba de localizar una puerta de piedra camuflada en el muro.

Gnart asiente y trata de abrir la puerta.

Gnart no parece sorprenderse cuando no puede abrir la puerta: pese a que no parece estar cerrada con llave, la puerta parece que se resiste. Es lo mismo que os ha sucedido con las otras puertas.

Hank observa la puerta en busca de algun indicio de que esté cerrada mágicamente.