Partida Rol por web

Hank sube al barco y tras empezar el viaje comienza a sentirse mareado.

Parece que se mueve demasiado este bote. ¿Que decis vosotros?

El sol está ya poniéndose cuando llegáis a Puerto Balifor. Por fortuna, el único contratiempo de la travesía ha sido el fuerte oleaje, aunque no os ha afectado demasiado.

A diferencia de la mayoría de los puertos, que están al aire libre, éste no lo está. Al menos, ya no. Los restos de espigones y muelles de la era anterior se pudren en la bahía llenos de lo que parecen cobertizos y tugurios, pero vuestro velero gira ante ellos y va hacia lo que solo puede describirse como una gran gruta marina en la pared del acantilado.

Bajo la cobertura de esta caverna se alinean muelles nuevos y almacenes recién pintados en un puerto corto pero denso. En el paseo cuelgan linternas a intervalos regulares para iluminar la penumbra, lanzando sombras extrañas sobre los pocos otros barcos anclados aquí.

En su día estuve consagrada a la Gran Sanadora, Mishakal. Sin embargo, durante la traición del asalto al templo fui corrompida y ahora necesito la ayuda de un clérigo del Bien: en lugar de curar, tengo el poder de envenenar. Me avergüenzo de ello...

Sentada y apoyada, todavía con la daga en la mano, miro a mi alrededor

Mientras mantengo la mirada en el horizonte ¿Crees que un clérigo sería capaz de revertir la maldición? ¿quién te la lanzó?

-¡Vaya! Jamás pensé encontrarme un puerto en el interior de una montaña--se sorprende el arquero al arribar a su destino.

Kolthar se despide de los marineros, tripulación y del barco. El minotauro pasa la mano por la recia madera curtida por la sal de la balaustrada de babor antes de abandonar el barco. Se pregunta como harán para maniobrara en aquella gruta marina cuando el mar esta embravecido.

Cuando el barco llega al puerto, oís gritos por todo el puerto y varios marineros lanzan cabos y preparan planchas de abordaje. Veis un kénder aquejado vestido con un abrigo negro y que os mira desde un embarcadero.

El capitán os anima a desembarcar rápido:

No tardará en llegar alguna patrulla de caballeros. Yo de vosotros no me quedaría en el puerto.

Creo que sí. Fue el trauma causado por la matanza y la intervención de los aliados de los dioses oscuros en un lugar lleno de bondad. Toda esa aura fue lo que me transformó. Afortunadamente, el cambio es físico, pero pude conservar mi voluntad gracias a la Sanadora.

Preocupado por la creciente tensión que el puerto entero transmite, Amílcar saluda al kénder cruzando ambas manos en alto antes de preguntarle para confirmar:

-¿Kronn?

Esta bien

Mientras guardo la daga de nuevo, desembarco rápidamente, mirando hacia el muelle en busca de posibles patrullas de caballeros negros.

Gnart baja del barco rápidamente. No está mal, pero prefiere la tierra firme. Observa al kender, nunca había visto uno de esta raza pero alguna vez escuchó hablar de ellos. En cualquier caso, el semiogro toma una discreta posición tras Amilcar.

¿Kronn? No, no es mi nombre. ¿Qué os trae a Puerto Balifor y por qué queréis ver a ese tal Kronn?

-Nos lo recomendó un tal Rand de Ak-Khurman--confiesa el nómada de las llanuras al tiempo que echa un rápido vistazo al revuelo que hay a su alrededor--Si no eres tú o no sabes dónde podemos encontrarlo, disculpa el malentendido. Ahora, será mejor que salgamos de aquí lo antes posible.