Partida Rol por web

Los bellos del lomo de Muffin se encresparon ante la carnicería que había preparado Naga. Sin duda aquellos androides tenían un lado frío que le perturbaba. - Vaya, lo que tenéis aquí... El trabajo que habéis hecho es increíble. Me sorprende mucho lo lejos que habéis llegado con tan pocos medios, sin duda sois mucho más avanzadas que vuestros congéneres. Me pregunto hasta dónde llegarías en un laboratorio bien organizado... - comenzó a decir el ysoki esperando que aquel ser le entendiese. - Lo que no termino de entender es porqué necesitabais un androide. Dime donde está y podrás seguir con tus experimentos. - dijo directamente y sin rodeos. 

Mientras tocaba los brazos mecánicos y corría por la sala, Muffin pudo ver claramente varias cosas. La primera, que de las dos puertas que salían de aquel taller, una, la de la derecha, estaba sellada desde hacía mucho tiempo, con la esclusa fundida con soplete a la pared. Por lo tanto, solo había dos salidas: aquella por la que habían entrado y la esclusa de la izquierda. 

Más importante aún, pudo ver que los goblins habían abierto una de las puertecillas de mantenimiento de aquellos enormes contenedores, que posiblemente estaban usando como armario o almacén. 

La goblin mira con odio y miedo a partes iguales a Muffin mientras se rebate sin parar contra sus ataduras. Chilla y echa espumarajos por la boca al verse atrapada sin posibilidad de liberarse. Mira a Muffin, pero si entiende algo de lo que dice no da muestras de ello. 

-¡Soltar! ¡Soltar!-grita la goblin, y resulta saber si son las únicas palabras que conoce en común. 

Sin inmutarse, Naga se agacha frente a la goblin, colocando frente a sus ojos el cuchillo, aún ensangrentado con la sangre de sus compañeras.

-Contesta nuestras preguntas y te soltaremos. 

Sus palabras parecen conciliadoras y el tono de su voz no ofrece interpretación alguna. Pese a eso, hay algo en la forma en que lo dice que destila amenaza. 

No parece que el goblin entienda mucho de lo que dice Naga, aunque lo que sí entiende perfectamente es el cuchillo, manchado de sangre de sus compañeras, que le pone frente a la cara. El goblin se rebate y chilla con miedo en los ojos, y al mal olor general de la sala se une la peste de la orina de goblin que gotea por la parte inferior de su armadura. 

-¡No!-chilla la goblin-¡No entender común bien! ¡No matar goblin! ¡Soltar!

Por cómo lo dice, parece posible que esas sean de las pocas palabras que sepa en común.

El ysoki sabía que aquella no iba a ser una conversación fluida. Diablos dudaba hasta que aquella criatura supiese siquiera hablar común. Por eso cuando la criatura empezó a emplear algunas palabras se animó. Iba a ser difícil pero quizás podrían conseguirlo. El ysoki probó a enumerar los idiomas que sabía a ver si conseguía establecer una mejor comunicación con aquella criatura. 

Androide. - dijo señalando a su compañera. - Goblin coger a uno. - dijo señalando primero al goblin, luego haciendo un gesto de atrapar con sus garras y luego levantando un solo dedo. - ¿Dónde? - añadió señalando al rededor y encogiéndose de hombros. 

El impresionante despliegue de habilidad lingüística de Muffin no parece ayudar mucho a la comprensión de lo que dice para la goblin, que le mira aún más confundido que antes. El ysoki pasa por todas las lenguas alienígenas sin que la asustada sacachispas haga más que mirarles con ojos aterrorizados. 

Sin embargo, al pasar al común, y acompañarlo con gestos, por fin en sus ojos se enciende una chispa de comprensión. Para fortuna de los dos aventureros, la de los sacachispas es de las clases más inteligentes de goblin, dentro de sus bajos estándares, y comprende por fin lo que el ysoki quiere preguntar, al hacer el gesto de agarrar señalando a Naga. 

Inmediatamente se gira lo que puede en las ataduras y con la cabeza (pues tiene las manos atadas) señala a una de las dos puertas de salida de la sala, la que no está sellada. 

-Ahí-dice con su horrible acento-Ika Beerg, Ika Beerg androide. Ika tener. ¡Soltar goblin! ¡No matar!

Ika... - dijo el ysoki asintiendo. No sabía si Ika era otra de aquellas criaturas o algo peor pero ya sabían donde estaba la capitán. - Tú quedar aquí. - dijo señalando a la goblin y luego al suelo. - Nosotros coger androide. Volver y soltar goblin. - dijo señalándose a ellos dos, volviendo a hacer el gesto de coger y señalando la puerta por la que estaba el androide. - Tú callar ahora. - dijo llevándose una mano a los labios antes de incorporarse y volverse a Naga. - Pues ya sabemos por dónde ir. - dijo palmeandose las pantorrillas y cambiando el cargador de su arma. Listo para ver que sorpresa les esperaba. 

Estas criaturas tienen escondidas algunas cosas en esos "armarios" - dijo señalando. - Deberíamos comprobar su contenido por si algo nos es útil. - añadió hablando con rapidez mientras se dirigía a ello. 

La goblin se queda atada al contenedor, gimiendo y soltando palabras poco amigables en goblin. Mientras tanto, Muffin va al armario que han improvisado para el taller. Al abrirlo se encuentra con unos estantes sorprendentemente ordenados, donde se apilan unas cuantas herramientas. Son modelos comerciales, no hechas por goblins, sino sin duda robadas. Hay todo un juego de herramientas variadas, además de piezas sueltas, cables y seis baterías estándar con la carga completa. 

Además, en el fondo del armario hay una caja metálica con un juego de llaves inglesas y una caja de armas. En su interior hay varios modelos de las armas de chatarra de los goblins, propensas a explotar, tres sueros de curación y cuatro credit drives, sin duda robados. Entre los cuatro, hacen un total de doscientos créditos. 

Naga sigue a su compañero hasta los armarios y echa un vistazo. 

-Parece que este taller lleva aquí bastante tiempo, me sorprende que nadie lo haya descubierto antes -comenta-. Los goblin no son lo que se dice discretos. 

Echa un vistazo a las armas, que parecen de todo menos fiables, pero rebusca por si hay munición que le pueda servir. 

-¿Te parece si nos repartimos esos sueros de curación? No me importa quedarme uno y tú los otros dos. -Señala hacia la puerta que les ha indicado la goblin-. No tengo ni idea de lo que habrá al otro lado, pero por si acaso será mejor estar preparados. 

Me parece bien, me vendrá bien tomar uno ahora mismo, espero que vuelva a salirme el pelo o voy a ir por ahí medio despeluchado. - dijo inyectandose una dosis antes de hacer desaparecer los Credit-drives. - Será mejor que sigamos - dijo adelantándose en dirección hacia donde estaba la androide. 

Mientras la goblin sigue con sus compungidos gimoteos, los dos aventureros descansan un momento y recuperan el aliento tras el combate. El suero elimina casi en su totalidad las heridas de Muffin, y ambos se sienten descansados y recuperados, tanto como es posible dadas las circunstancias. 

Tras su descanso, ambos continúan hacia la esclusa. Con la palanca que hay al lado se abre con un chasquido neumático, y tras ella se encuentran en un pasillo cilíndrico de descompresión. En la puerta ante vosotros se puede ver la escritura goblin, han pintarrajeado algo en letras rojas que parecen borratajos. También os encontráis un viejo botiquín en la pared, con su cruz roja gastada por los años, en cuyo interior encontráis otros cuatro sueros de curación. 

Si la goblin decía la verdad, tras esa puerta está Ika, sea lo que sea. La palanca a un lado abre la puerta con facilidad, pero, ¿Se atreven a accionarla?

Inspiró hondo y, tras repartir los sueros con el androide, pulso la palanca curioso por ver que encontraba al otro lado.