Partida Rol por web

¿Qué prisa hay? mejor ir bien pertrechados que tener un percance por falta de luz. El resto es menos necesario, pero sin luz nos podemos perder.

Anuncia Mateo que se esta viendo a oscuras en la maldita torre.

Mirando a todos los integrantes del grupo con las cejas alzadas ¿Qué clase de extranjeros son estos que no vienen ni con una maldita antorcha para iluminar el camino si la noche le sorprende? al cabo de unos segundos, se encoge de hombros Está bien. Tampoco tenemos demasiada prisa por llegar. Todavía nos quedan un par de horas hasta el anochecer.

- Así lo haremos entonces. Pueden sus mercedes id yendo, que Alonso y Godoy aquí esperarán a Julián.

Según lo acordado, el grupo entero menos Alonso y su criado Godoy parte hacia las ruinas moras. Siguiendo las indicaciones, el grupo se pierde varias veces en el bosque que ha de atravesar para llegar a la vieja torre mora, así que poco antes de llegar son alcanzados por Alonso y Godoy que ellos sólos se han bastado para cargar con mantas y candiles.

Es casi de noche cuando el grupo llega a las ruinas de la torre. Tiempo más que suficiente para aposentarse buscándose buen acomodo. Aún quedan en el interior de la torre y el edificio adyacente techos que no se han venido abajo y la mayoría de vosotros, en peores sitios se ha visto.

Nada más llegar y antes que las últimas luces lo impidan doy una vuelta en torno a la torre, revisando el terreno con mentalidad militar. Busco accesos, senderos o caminos. Examino muros y lugares donde hacerse fuerte, reviso tejados que puedan venirse abajo y suelos inestables. Sitúo mi escaso equipaje en un lugar donde pueda aposentarme y tras rebuscar un tiempo en el zurrón me doy cuenta que no he traído provisiones.

T-toca cenar ha-hambre. Haré gu-guardia para p-pasar el t-tiempo.

Antes de salir con una antorcha en la mano recuerdo que Alonso y Godoy trajeron más cosas.

¿Donó p-provisiones el co-comendador?

Aitor observa el emplazamiento y acompaña a Ínigo en su inspección del lugar, cuando terminan e Ínigo hace mención a la guardia, Alonso escarba en su zurrón y saca un poco de pan  y queso, con tranquilidad se dedica a partir un par de pedazos, señor mio le dice a Ïñigo, creo que será mejor que hagamos guardias por parejas, estamos descansados y creo que será más prudente que cuatro ojos vigilen este lugar   Aitor le tiende un mendrugo de pan y un trozo de queso y tras dar un buen mordisco al pan, sigue hablando, cada pareja puede hacer dos horas y media.

En este punto Aitor baja la voz y le cuchichea algo a Inigo.

Creo que Alonso y Godoy no deberían coincidir en la misma guardia ¿no le parece?

Tomando las viandas que tiende Aitor le agradezco:

Gra-gracias, q-que el se-señor te g-guarde y t-te lo p-pague.

Poniendo el odre a su alcance le indico que se sirva si quiere. Luego, tras la confidencia de Aitor contesto en voz alta.

E-estoy d-deacuerdo. Haré la p-primera con Go-godoy.

Bueno, poco más que algunas mantas y estos candiles -dije enseñando el material. Estaría bien que hicieran la guardia un soldado o guerrero, o cualquiera que sea capaz de portar una buena espada o hacha, con alguien que no entrene con esos menesteres. Yo mismo no dedico el tiempo a los aceros, y el Páter por supuesto que tampoco, creo yo Padre, ¿verdad? -le dije como preguntándole algo obvio.

Por ello mi opinión, Íñigo, es que hagas la guardia con don Beltrán o conmigo (y no se si el marino será capaz de destripar a cualquier entrometido, aunque supongo que si). Dejaré a Godoy con el Páter, que lo conozco bien y se que lo protegerá (y quizá Beltrán le enderece con algún que otro buen designio de Dios, que buena falta le hace...) -volvía a ridiculizarle. Si no te importa, haré la guardia contigo, Íñigo.

Godoy ni asentía ni negaba. Sólo esperaba una órden para cumplirla.

Pensativo miro a todos valorando las palabras de Alonso. Finalmente, tras una larga espera asiento con la cabeza.

P-parésceme bien lo q-que p-prop-ponéis.

Aitor mira unos instantes a Mateo y sonriendole le dice, creo que os ha tocado bailar con la más fea, porque yo voy a hacer la segunda guardia, que es la peor de todas, pero si todo sale bien mañana podremos descansar más cómodamente.

Ahora hagamos una fogata y montemos el campamento añade comenzando a recoger leña

Tras tomar un bocado de lo que ha ofrecido Aitor le ayudo a recoger leña a la lumbre de una antorcha que está ya casi oscuro.

Al marino no parecia desagradarle la situación, pues en un barco pocas son las noches que se duermen de un tirón y es frecuente estar a deshora trajinando con los cabos para orzar, cambiar el rumbo o rizar las velas. Mateo devuelve la sonrisa a Aitor y a sus palabras contesta:

No hay guardia mala que no pase con buen vino -al decir esto descubre una bota que llevaba dentro del morral- y al menos no me despertaré cayendo de una patada desde mi "coy", con los gritos del contramaestre por maitines.

Al comentario de si sería capaz de hacerse valer con un arma frente a cualquier desgraciado, no contestó. Que para los buenos marinos algunas cosas vienen de oficio y no es necesario ni mentarlas.

En esos momentos me giré hacia Godoy.

Protege al Padre Beltrán como si de mi se tratase durante la guardia, y no te duermas. Bien, vamos a por algo de leña -en esos momentos comenzamos a caminar juntos unos pasos. Dame tu espada -le dije. Creo que con esto será suficiente.

Fue entonces cuando sujeté su arma por el mango y comencé a untar un ungüento sobre el filo de la espada, por un lado y por el otro, hasta que éste se agotó.

No te preocupes... es cera para que no se te quede clavado en ningún madero o en un entrechocar de espadas se deslice y puedas acabar con quien fuera... Mmm... ¿a quién vamos a engañar? Con esto ni el bloque de piedra más grande partirá este filo... pero no se lo digas al cura, pues te diría que Dios haría eso con una sola palabra suya...

Y nos pusimos a recoger algo de madera y palos secos. Aproveché también para intenar conocer el área mejor... aunque parecía tal y lo que era.

Pese a no encontrar nada en tu reconocimiento, hay algo en uno de los muros que te parece extraño. No obstante, guardas silencio y decides que tu guardia será un momento más propenso para indagar, mejor con menos público no vayas a encontrar algo de valor.

Mientras el resto discutía sobre las guardias, me dedico caminar despacio por los alrededores de la torre, buscando alguna pista, huellas, marca o cualquier otro indicio de lo que pueda estar ocurriendo en ese lugar.

Al cabo de un rato, me arrodillo y, descolgándome el crucifijo comienzo a rezar. Al cabo de medio hora, me levanto un poco contrariado mirando el crucifijo antes de volver a colgármelo al cuello y acudir donde está el resto.

Bien, por mi no debéis preocuparos. Me adaptaré a cualquier situación, pues el señor me protejerá. digo antes de sentarme a comer algo y beber un poco de vino.

Tras una hora de cena y una charla con mis compañeros, me levanto de la hoguera Bueno caballeros, yo me retiro a descansar. Cuando sea la hora de mi guardia me avisan. a continuación, cojo mi manta y la estiro en una de las habitación del interior de la torre, resguardado de la intemperie.

Entrando en la torre después del Páter, coloqué los pocos maderos que encontré en un rincón que creía propicio, al igual que lo hizo Godoy, para que los que estuvieran dentro hicieran una pequeña "fogata" antes de dormir. Fue cuando mi siervo estaba amontonando los palos cuando me acerqué a Beltrán y le susurré muy bajito.

¿Usted también lo ha notado en su paseo, Padre? -le pregunté tragando algo de saliva y dudoso. Cuando fui a por estos palos secos me puse a fisgar entre las ruinas, por eso de los supustos fantasmas, ya sabe... No vimos nada ni mi siervo ni yo, pero... al volver... una extraña sensación pude sentir... fue en un lugar concreto. No sabría decirle más... ¿y usted?

Ni siquiera se lo había comentado a Godoy. No sabía si dicha percepción la había captado también él (que tampoco había mencionado nada al respecto), o si simplemente callaba para atenuar las maldades de aquellos supuestos peligros...