Partida Rol por web

Nami avanza hacia Kuroda con un brillo asesino en la mirada hasta que Lyashi (1) se interpone entre ella y su presa. Al principio parece como si la chica fuera a apuñalar a la psíquica para apartarla de su camino.

En cambio, sus ojos se llenan de lágrimas.

No lo entiendes - sisea llena de rabia - Esta espiral de muerte y destrucción existe por culpa de personas como él. Ha creado tanto el humo rojo como la niebla azul. Mientras siga convida no habrá estación en Hinomoto que pueda estar a salvo de la plaga kabane ¡COMO PASÓ EN KAERIKUMO Y EN SHIMONOSEKI! Él ha creado a esos monstruos - señala los cuerpos caídos de los Überkabane - Y... además... - sus manos abren su ropa mostrando su pecho pálido surcado de brillantes vasos sanguíneos que nacen de la mancha brillante donde está su corazón - ¡POR CULPA DE PERSONAS COMO ÉL EXISTEN MONSTRUOS COMO YO!

Empieza a cubrirse de nuevo, poniendo especial cuidado en el collar metálico que le atenaza el cuello impidiendo que la infección llegue al cerebro - Dejadme que lo mate. Su ciencia no puede traeros ningún bien...

La psíquica suelta el aire y deja caer el brazo que sujetaba el arco al ver que el segundo Überkabane cae finalmente. Es entonces cuando comprueba primero si Sachiko está bien y luego se acerca hacia Toshiie. Sin decir una palabra, se arrodilla a su lado y comienza a ayudarle como puede con la venda. 

- Cuando estemos lejos del inhibidor podré curarte del todo. - murmura finalmente - Pero hasta entonces mantente lejos de esos monstruos. Y no hables tan mal. - arruga la nariz, molesta, apretando algo de más las vendas.

Al escuchar los golpes en la puerta, prepara su arco y apunta hacia ella. Por un momento, gira la cabeza hacia Toshiie y pone una mueca de desaprobación. ¿Qué te acabo de decir...? Sin embargo, la reacción de Sachiko la pilla por sorpresa y no es hasta que ve que se trata de otro rostro "conocido", que se levanta y permanece preparada mientras Lyashi habla, temiendo lo peor. 

- Nami-san, por favor. - la llama, acercándose unos pasos - Hemos venido aquí para llevárnoslo y que busque una cura para la plaga kabane. Él tendrá los conocimientos para crear... ese caos y destrucción, pero también los tiene para arreglarlos. El doctor Kuroda sólo ha sido una herramienta por el momento, y ha sido Airin quien ha decidido darle un mal uso. - suspira, esperando que la kabaneri la escuche - Airin es quien ha estado extendiendo la plaga roja y quien hará lo mismo por todo Hinomoto si no logramos detenerla. Ella es nuestra prioridad, nuestro enemigo común y contra la que deberíamos unirnos. Juzgaremos al doctor más tarde si de verdad lo merece. - se gira hacia él con gesto duro, pero vuelve a prestar atención a la kabaneri, bajando el arco - Pero lo que ahora necesitamos es una tregua, no matarnos entre nosotros. Sachiko-chan, díselo tú.

¡Duele! - protesta Toshiie cuando Arisa tira de la venda - ¡No hace falta apretar tanto!

Furuhashi-sensei tiene razón, Nami-chan - Sachiko sale también de debajo de la mesa y se acerca tímidamente a la kabaneri - Además, no eres un monstruo.

No sabes las cosas que he hecho - responde Nami. Sachiko niega con la cabeza

Sé lo que hiciste por Tomomi, Hisone y Chikara - esos tres nombres hacen que a la kabaneri se le escape un respingo y mire a la niña con una expresión de absoluta sorpresa - Antes yo era como tú: la esclava de un monstruo que me llenó de odio y por el que hice cosas terribles - los ojos de Sachiko se llenan también de lágrimas - Pero ellos... - abarca con un gesto a los tripulantes de la Ryugujou - ... Mi segunda familia, mi sensei, me enseñaron que no tenía que vivir toda mi vida con odio. Gracias ellos conseguí vencerlo y ahora soy... feliz. Tú también tienes una oportunidad. Con nosotros.

No puedo - Nami se la la vuelta para marcharse - He de encontrar a Airin y matarla para terminar con esta pesadilla.

Sachiko la coge de la mano para retenerla - Ahora no puedes alcanzarla. Si vas a buscar a Airin morirás aquí dentro, sola y olvidada. Necesitamos tu ayuda para escapar. Por favor, Nami-chan. Ayúdanos y nosotros te ayudaremos a ti.

Nami se suelta suavemente del agarre de Sachiko y atraviesa la nube de humo rojo sin decir nada.

Lo siento, sensei, Okaa-san, Isae-san - se lamenta la niña - He hecho lo que he podido.

Sin embargo Nami reaparece llevando máscaras antigas para todos - Ponéoslas. Con eso podréis cruzar el humo rojo. No podéis escapar por donde habéis venido, pero hay otra salida. Puedo...

Se interrumpe cuando Sachiko la abraza con todas sus fuerzas - Muchas gracias, Onee-sama (2)

Nami interroga con la mirada a Arisa, Isae y Yûki...

Sakura apunta a uno de los enormes monstruos en el corazón y dispara su rifle de vapor.Nunca ha visto un kabane así pero está claro que no son como los otros

Takeshi manipula los controles de la consola, probando varias combinaciones hasta que consigue deducir la lógica del sistema y poner la configuración adecuada para que la hayajiro blindada despeje el camino de la Ryugujou y ésta pueda salir de la vía muerta. Ahora sólo cabe esperar que Tomohiro haya estado atento al cambio de agujas.

Mientras tanto Sakura dispara su rifle contra el monstruoso kabane, que rueda hacia un lado intentando evitar el disparo. Aunque Sakura cree haberle acertado el monstruo no parece haber sentido nada y salta sobre Sakura intentando despedazarla con sus garras...

Lo que me faltaba, gigante y encima sabía defenderse pues tocaría primero dejarle sin movimiento, así que ataco rápidamente sus brazos dispuesto a dejarlo sin nada con que cubrirse para acto seguido rematar la faena. Lamentablemente pierdo equilibrio en el golpe final...

Isae retiene la respiración y suelta suavemente el aire mientras ve como la niña y las mujeres hablan, contando una historia que le es ajena. Niega ligeramente con la cabeza pero se abstiene de decir nada. Lo que cuentan no tiene demasiado sentido para ella, es algo que ha sucedido mientras ella aún estaba en Mibu, viviendo su miserable vida, antes de que su vida cambiara... para bien. Entiende lo suficiente como para saber que aquella kabaneri es una posible aliada, y aprieta las manos contra la empuñadura de la ballesta deseando con todas sus fuerzas que entre en razón, tanto que los nudillos se le ponen blancos. 

Finalmente, la mujer regresa y les ayuda, y de nuevo la esperanza brilla al final del túnel. - Gracias, Nami-San. - le dice a la kabaneri. - Haremos lo que podamos por acabar con toda ésta desgracia. Ojalá podamos hacer volver una vida normal a éste mundo loco y sádico. Nadie se merece...eso. - dice, mirando hacia la niebla roja, mientras se pone la máscara. 

Se gira hacia el científico y su voz, ahora modulada de forma grave y átona por la máscara, toma un tinte siniestro. - Doctor...no tiene perdón posible si usted ayudó a crear ésta plaga, pero quizá pueda encontrar paz para su alma si pone mucho, pero mucho, de su parte. ¿Qué hace ésa niebla azul? - le preguntó, con cierta curiosidad. 

Se levantó y se sacudió el polvo, tras eso, cogió sus cosas y se dispuso a seguir al resto, tras asegurarse de que la ballesta estaba cargada y lista para disparar. 

La guadaña de Hideo corta limpiamente un brazo del monstruo haciendo surgir un torrente de sangre a presión. Cuando ataca el otro brazo la hoja sólo consigue hacer un arañazo superficial. Sin embargo el Kabaneri ya tiene uno de los flancos desprotegidos e intenta introducir su hoja por ahí, pero su impulso es demasiado fuerte y demasiado corto. El überkabane aprovecha el momento para lanzar un zarpazo...

En cuanto apareció aquella chiquilla, Yûki había corrido al lado de Sachiko* para intentar protegerla de aquella posible amenaza, aunque parecía que no hacia ninguna falta. La miró con orgullo cuando habló contando su experiencia y su forma de afrontarlo. ¿Cuando se había vuelto tan mayor?

Aceptó la mascara cuando Nami le hizo entrega de ellas y ayudó a la pequeña a ponerse a la suya mientras miraba a Arisa con rostro aliviado pero sin llegar a pronunciar palabra.

En respuesta a la mirada de ojos rojos solo sonrie mientras se encoge de hombros - Si ella confía en ti, yo confío en ti. Te seguimos -

La enorme mole se lanza a por Sakura que trata de esquivarlo saltando hacia un lado pero no es lo suficientemente rápida y sus garras la alcanzan haciendo que la mujer grite enfurecida pero no se detiene a ver los daños sino que se aleja de él y apuntando con el lanzagranadas le dispara

Arisa permanece en silencio escuchando a Sachiko y sonríe dulcemente al ver cómo se refiere a ellos. Sachiko... has crecido mucho. Aunque las palabras de la niña consiguen conmoverla a ella, parece que no hacen mucho efecto en la kabaneri. Suelta un pequeño suspiro al ver cómo Nami decide marcharse y echa un vistazo a la katana de Toshiie. Si se encuentra con Kotaro... No, debemos impedirlo. Pero para cuando se quiere dar cuenta, la mujer desaparece entre la bruma roja, sin dejarles otra opción.

- No importa, Sachiko. - dice la psíquica acercándose y acariciándole la cabeza a Sachiko - Lo has hecho bien. Ya encontraremos la forma de...

Arisa se interrumpe cuando ve que Nami vuelve con las máscaras de gas y un pequeño escalofrío le recorre la espalda, observando a Lyashi un instante. Arisa la inmortal... Por suerte, parece que Sachiko no se ha dado cuenta de ello o ha preferido ignorarlo, así que simplemente toma una de ellas y se la coloca tal y como recordaba en el futuro. Al ver el gesto de Nami, simplemente se encoge de hombros y esboza una pequeña sonrisa, invisible bajo la máscara.

- Guíanos. Y la niebla azul hace arder a los kabane, pero no sé qué efecto llega a tener en los kabaneri... - comenta al oír la pregunta de Lyashi, esperando a que el doctor añada algo más de información. Mientras tanto, se acerca a Toshiie y le pasa otra máscara - ¿Puedes andar o necesitas ayuda?

Sí que puedo - responde Toshiie sonriendo - No te preocupes. Es menos grave de lo que parece. Además a las mujeres les gustan las cicatrices - Arisa le baja la máscara de un tirón para no ver esa irritante sonrisa socarrona. Nami se acerca a él y sin decirle nada lo coge en brazos.

¡Eh! - dice el mercenario intentando zafarse - ¿Qué coño estás haciendo?

Si la niebla roja toca tu herida te transformarás - le informa ella - Y tendremos que matarte.

Toshiie no tiene tiempo de responder antes de que la kabaneri salte por encima de la niebla roja, aterriza en las escaleras y se pierde de vista al otro lado de la nube de gas. Los demás los siguen y llegan al pasillo donde la kabaneri les hace avanzar un corto trecho antes de desviarse por un pasillo lateral. Al final del pasillo se encuentran una gruesa puerta metálica. Toshiie intenta abrirla con sus ganzúas pero sólo consigue romperlas dentro de la cerradura. Nami se lleva la mano al cuello y algo bajo su capucha lanza un suave siseo de vapor, tras lo cual echa la puerta abajo de una patada.

Vamos - dice bajándose aún más la capucha.

Las escaleras tras la puerta descienden hasta un túnel subterráneo que huele a humedad. Las vías del suelo se pierden en la oscuridad en ambos sentidos. Nami coge una linterna sorda de una estantería metálica junto a la puerta y se la tiende a Sachiko.

Hacia allí volveréis a la isla y encontraréis la Eisenfaust - dice Nami señalando a su izquierda - Al otro lado hay una salida en las montañas de Kumamoto. Podéis usarla para sacar a la Ryugujou y...

Las rodillas de Nami fallan y la kabaneri cae al suelo como una marioneta a la que han cortado los hilos...

Las garras del Überkabane pasan silbando muy cerca de la pierna de Hideo, que salta hacia atrás para alejarse de su enemigo. Sakura no tiene tanta suerte y su enemigo consigue abrirle cuatro feos surcos en el pecho. La soldado corre para alejarse del monstruo perseguida de cerca por éste. Eso es lo que ella estaba esperando. Cuando se encuentra a la distancia suficiente dispara el lanzagranadas. El potente proyectil impacta en el pecho del Überkabane, que ni siquiera se da cuenta del ataque hasta que la granada le hace volar en pedazos.

Desde fuera, el silbido de la pequeña hayajiro avisa de que ya está lista para moverse...

Isae siguió a la Kabaneri, agradecida de tener por fin algo de suerte. Dónde había ido la hermana de Kotaro o qué estaba pasando, ahora mismo era totalmente secundario. Su pregunta había sido ignorada salvajemente, así que se sumió en un estado algo sombrío, hablando a través de la máscara con voz mortecina. - Hemos de salir de aquí, rápido. Quizás los barcos no tarden en empezar a bombardear el interior de la fortaleza. - 

Cogió por el brazo al doctor y empezó a empujar y a tirar de él, haciéndolo correr y sufrir ligeramente. Aquel hombre era responsable de muchas cosas, y sólo los dioses sabían si le perdonarían o no, pero ella no. 

Llegaron a lo que parecía la salida, y mientras Nami les estaba explicando cómo salir, se derrumbó en el suelo. Lyashi tomó las riendas y se acercó hacia la Kabaneri, mirando con ojos apenados la contrapartida en la cara de Nami. - Se está convirtiendo. - 

Suspiró y se arrodillo detrás de su cabeza, apoyó las manos en el cuello de la chica cogiéndola desde detrás, de forma que le fuera difícil, si no imposible, girarse a morderla en una primera instancia. - Si intenta morderme, matarla. - dijo, antes de concentrarse todo lo que pudo y lanzar su luz a través de la oscuridad de ella. - Aún no está convertida, quizá pueda salvar......laaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!- Lyashi contuvo el grito todo lo que pudo, lo que hizo que el lamento estrangulado que salió de su garganta fuera más espeluznante siquiera. 

El ataque del monstruo me pilla por sorpresa pero no era la primera vez, aunque si esperaba que la última, en la que tenía que adaptarme a una situación así. Por lo que salto hacia atrás justo a tiempo y sin dejar que la explosión que sucedía cerca de mí me distrajera, avanzo decido aprovechando el flanco que ahora tenía desprotegido para atacar lo que suponía su punto débil. Al fin y al cabo podía ser todo lo grande que quisiera, pero seguía siendo un kabane y ninguno sobrevivía a que le perforasen el corazón.

Hideo blande su guadaña con la fuerza que le da la desesperación. El primer golpe consigue alcanzar al überkabane en el corazón y se produce un chirrido de metal contra metal cuando la hoja de hierro negro atraviesa la jaula cardíaca y derriba al monstruo al suelo. Sin embargo éste agarra el asta de la guadaña con su mano para intentar sacarse la hoja del pecho. Hideo sólo necesita apoyar más peso para que la hoja atraviese completamente el corazón del engendro y lo clave al suelo.

Sin embargo no hay tiempo para celebrar victorias. Hideo, Sakura y Takeshi salen hacia las vías. La Ryugujou avanza penosamente hacia ellos cuando el gigantesco cañón del barco dispara contra ella haciendo saltar en pedazos los cuatro últimos vagones. Súbitamente libre de ese peso la Ryugujou salta hacia delante y empieza a ganar más velocidad. Los pocos kabane del patio que no han sido derribados por la potencia del disparo empiezan a levantarse y a parseguir a la Ryugujou.

¡HIDEEEEEEEEEEEEEEOOOOOOOOOO! - grita Kagura desde la pequeña hayajiro - ¡Vamos, subid! ¡Necesitamos vuestra ayuda!

Cuando los tres se suben a la hayajiro Kagura abraza por un momento a Hideo.

He conseguido que este cacharro se ponga en marcha, pero necesito que se mueva más rápido. Hideo, mira a ver si puedes sacarle más potencia al motor o la Ryugujou tendrá que empujarnos. Fukui-sama, te lo ruego, ponte a los mandos del cañón e intenta que ese barco deje de disparar.

Sakura y yo nos ocuparemos de los kabane que se han encaramado a la Ryugujou - anuncia Izume - ¡Vamos!...

A pesar de conseguir alcanzar el corazón la criatura aún se resiste y termino dando una fuerte patada a la base de la hoja para incrustarla del todo y salten las chispas azules, señal inequívoca de que ahora si que había atravesado del todo el órgano. Suspiro de alivio mientras saco la hoja del cuerpo y la limpio con un movimiento seco antes de guardarla a la vez que acompaño al resto hacia la hayajiro.

Correspondo al abrazo de Kagura y sonrío

- Por supuesto, yo me encargo de la potencia y tú de que no nos estrellemos. Vamos, lo de siempre. ¿No te parece?- así que después darle un beso en la frente y estrecharla una vez más me dirijo a la caldera a ver que podía hacer, el motor era más sencillo que el de la Ryugujou pero tampoco es que estuviese en el mejor estado así que tendría que tener cuidado en no meter demasiada presión a las válvulas o todo esto no valdría para nada.

Aquel lugar está plagado de putos kabane y kabane gordos,MUY GORDOS pero aún así un grito de triunfo sale de ella cuando su bonita arma nueva destroza al muy cabrón.Tras eso no hay tiempo que perder pues el tío del culo bonito acaba con el suyo y el grito de la del trío les anuncia que deben irse por lo que Sakura corre hacia el transporte comenzando a sonreír cuando ve a Izume vivo sobre éste

-"¡Claro,vamos a ello!"-responde con alegría a Izume-san.Ambos han nacido para aquello y él sabe que no hay nada mejor para la mujer que una buena tanda de disparos y gritos de dolor.La única pena es que no podrá rematarlos lentamente como a ella le gusta pero eso es harina de otro costal

Mira con rapidez el lugar donde más kabane haya y sin dudarlo se encarama al techo para comenzar a disparar.Lo bueno del lanzagranadas es que podrá llevarse a varios por delante.Luego tendrá que ceñirse a su rifle de vapor pero para entonces espera que queden muchos menos

- Lyashi-san - la joven pudo sentir la mano de Yûki sobre su hombro. Se había aproximado llevando a Sachiko de su mano libre - Es una kabaneri. Le tiene que pasar otra cosa. Quizás necesite sangre u otra cosa. - la apartó con suavidad entregandole a su pequeña.

- Cuidala. Yo cargo con Nami-san - se agachó con cautela, comprobando antes su estado, intentando ver si respondia a estimulos externos o no*. Si no parecia que fuera a comersela, la cogeria en brazos.

- ¿Hacia donde vamos? - preguntó al aire, sin saber muy bien si algunas de las tres psiquicas conocia la respuesta