Partida Rol por web

Tras desviar el torpe ataque del muerto viviente, giro repentinamente sobre mis talones y aprovecho la inercia del movimiento para dirigir el filo de la espada lo más alto posible en un potente revés, rezando al dios de las tormentas para acertar a mi oponente en la cabeza y eliminarlo de una vez.

-¡Orlanth! -grito con furia.

Vuelvo a intentar dar con mi lanza a mi enemiga tatuada. Le clavo mi lanza, y luego vuelvo a hacer mis aspavientos para intentar detenerla.

maldita seas...

Repitop mi ataque contra el enmigo de Kilder.

Kenvent acierta a su destrozado rival en la cara, abriendole otra brecha de tal tamaño, que el zombi se tambalea unos segundos y cae inerte al suelo.

Jorandash también termina con su rival y Kilder y Loranda dejan tan destrozado al suyo que ya no representa una amenaza.

Por fin se hace el silencio en la sala y podeis contemplar los restos de la que fué una orgullosa vexilla lunar.

Aldar falla su ataque pero Erikand logra asestarle un buen golpe en el brazo que sostiene la maza negra que por desgracia, no es suficiente para detener el ataque de la bestia, que esta vez si da en el blanco.

La maza golpea el brazo del escudo por la parte interior de éste, aplastando los huesos del brazo, que se rompen con un crujido sordo. El escudo de Erikand cae al suelo y éste pierde la posibilidad de detener los siguientes ataques.

El troll no muerto alza su maza de nuevo.

La abertura que deja Erikand le deja demasiado expuesto y encima, el golpe que le propina al troll es demasiado débil. El troll le responde con un golpe descomunal que le parte el brazo.
- Aaaahhhg - grita Erikand de dolor.

Ve como el escudo se cae al sueloMaldito troll. Erikand, a sabiendas que su defensa a mermado completamente, salta hacia el troll golpeando fuertemente con la maza.

Sofoco un grito de horror al ver los efectos del golpe del troll. "Es demasiado fuerte, si acaba con Erikand no tengo ninguna posibilidad".

No puedo evitar pensar lo que me hará a mi si le ha hecho eso a mi compañero con armadura. Rechino los dientes con desesperación y arremeto contra la aberración, encomendándome a todos los dioses que conozco, propios y ajenos.

Por desgracia no me escuchan, y mi torpeza con lanza vuelve a ser evidente.

Me levanto mientras susurro palabras y maldiciones.

-Gracias Lori

Mientras me sacudo el polvo y el hielo, observo el mordisco propiciado por la zombie, y comento a los guerreros:

-Si alguien quiere probar a hacerme primeros auxilios antes de que me cure, es su oportunidad. maldita perra que me ha mordido, veis como no hace falta ayuda para acabar con estos engendros.

Clavo mi lanza en su nuca como cuando se remata a un animal herido.

-Igual nos traen regalos estos bichos, siendo guerreros de antaño, no creo que viniesen aquí con las manos vacías..., ni que se defendiesen a mordiscos como ha hecho esta ahora.

Comienzo un registro del cuerpo que acabamos de eliminar, mientras no paro de mirar a la imponente guerrera de las dos espadas, con su cabeza colgando.

Como se mueva, la hemos liado.

Al liquidar a mi contrincante, me sorprende positivamente comprobar que mis compañeros ya han liquidado al resto. Limpio el filo de la espada con un paño mientras miro con asco el cadáver. Luego me acerco a Kilder y le digo:

-Si quieres te puedo aplicar unas vendas, aunque no soy curandero y tres de cada cuatro veces no sirve de nada...  Por cierto, ¿dónde estarán Aldar y Erikand? Tengo el presentimiento de que están en grave peligro...

Examino la sala en busca de salidas.

Swen termina de desenganchar el puñal del cadáver, la limpia con renuencia y vuelve a guardarlo. Luego se limpia las manos y extrae de su zurrón sus herramientas y materiales de curación.

- La curación es un arte, mi arte, y, como bien dijiste hay que reservar nuestras energías -su gesto no es de especial agrado, más bien de determinación ante la necesidad-. Pero hoy na va a ser el día para aplicarlo -dice al ver la herida y empezar a tratarla-. Será necesario usar otros medios.

La maza de Erikand se estrella contra la cara del troll y se oye un crujido cuando su morro se aplasta y los huesos de su cara se clavan en los restos de su cerebro. La bestia se tambalea, da un paso atrás y levanta su maza de nuevo; Se tambalea hacia delante y cuando parecía dispuesto a descargar un nuevo golpe, se desploma contra el suelo.

Un rápido registro en la sala revela que no hay puerta ni ventana alguna que de acceso a otros niveles de la torre.

De los objetos portados por la vexilla reanimada, solo el escudo parece tener algún valor ya que el resto de armas y piezas de armadura han sido presas del óxido y el paso del tiempo.

El alivio de ver al monstruo caer me ilumina la cara. Suelto una risa contenida y me acerco a felicitar a Erikand cuando me doy cuenta del color cerúleo de su piel y de cómo cuelga su brazo, inerte a un costado. Se tambalea y le ayudo a recostarse contra la pared más cercana. La maza del no muerto le ha hecho auténtico daño. Está perdiendo sangre.

Pienso en rasgar algo de ropa e improvisar un torniquete.

- ¿Cómo estás, amigo?

Erikand aguanta el grito de dolor durante el salto al notar el dolor punzante del brazo, por suerte, el salto vale la pena y golpea duramente al troll. Sin embargo, el troll levanta su enorme maza de nuevo y Erikand, aún sintiendo el dolor de su brazo destrozado, no sabe cómo reaccionar. Por suerte, el troll se tambalea y cae inerte cerca suyo.

La concentración se le pasa, y el dolor y el mareo toman su lugar. Erikand se tambalea un poco y Aldar le ayuda recostándolo sobre una pared.
- No. Estoy bien, estoy bien, el sangrado no es muy grave... Pero si estaría bien un torniquete. Hazlo tú, yo sé un poco sobre hacer primeros auxilios, pero no creo que esté en condiciones de hacermelo con una sola mano... - Erikand se deja hacer, aguantando el dolor.- Cómo estarán los demás? Si también los han separado en parejas... Si también les ha tocado un troll... Debemos encontrarlos y ayudarlos. Acaba rápido con esto y encontremos a nuestros amigos.

Miro mi vendaje, miro a Swen, vuelvo a mirar mi vendaje, y mascullo entre dientes:

-No se para que les dejo hacer nada, con esta cura, como mucho conseguirán que se me infecte, y menos mal que finalmente no he tenido que amputar...

Arranco el flojo vendaje que me han hecho, y comienzo a mover las manos con un movimiento hipnótico, creando un pequeño haz de luz en cada mano, de repente, lanzo una de estas con fuerza, como si quisiese insuflar vida en mi pierna, y luego lanzo la otra.

-Pues si, compañeros, deberíamos encontrar a los otros dos, no se que me dice que Aldar está otra vez haciendo alarde de su manejo de la lanza. Igual han sido las voces de Swen...