Partida Rol por web

Me levanté casi al mismo tiempo que Flit comenzó a trazar y cuando roció los guardias con rojo, concentré todo el calor en la palma de mí mano. Nada me dolía ya, me sentía fuerte, poderoso. Podría quemarlos a todos. 

Apunté la palma antes de disparar y vi a Aram rodeado de cadáveres.

Apreté el puño y deje escapar la luxina lentamente. Jadeando, mientras el dolor volvía atendí a las palabras del General. Estaba vivo, debía continuar en otro frente. ¿Esto era la guerra? ¿No había descanso en ningún momento? 

Bajé por donde subí, apoyando los pies en los dinteles de las ventanas y me uní al grupo en silencio. 

¿Qué podía decir? ¡Buen trabajo, matamos a cuatro personas sin que lo vieran venir? 

Al ver al General marchar en otra dirección, me doy cuenta que nuestro destino era diferente. 

La idea de usar arcos era bastante buena. ¿Podían ellas seguirnos el camino por los tejados? Sería de utilidad. Estaba de acuerdo, y seguí a todos sin problemas. 

-¿Te sirve un guantelete? -le pregunto a Flit quitandome el derecho. Ya me molestaban. Si no lo aceptaba, lo llevaría acuestas en la bolsa vacía que conservaba en la espalda. Un arco era mucho más útil, pero no tenía ninguno a la mano quizá... -puede que en algún cadaver haya uno. 

Naya escuchó a Eleanor. Era un buen plan, pero tenía una pega. - Creo que solo podremos llegar hasta allí - Le señaló más adelante con la cabeza para que viera que la distancia de tejado a tejado se volvia insalvable. - Pero vamos hasta allí a ver hasta donde alcanza la vista - le sonrió con aprecio antes de mirar a Flit.

- Toma - le dijo sin alzar mucho la voz antes de lanzarle su arco con las flechas, dejando expuestas las heridas de su espalda. En parte era un alivio sentir la brisa en la piel abrasada y no el roce del carcaj. Tras asegurarse que lo había cogido desenvainó su Yatagán y continuó su avance desde las alturas semiagachada para evitar ser un blanco demasiado fácil. Cuando llegó hasta el final, intentó ubicarse, localizar la cercania de enemigos y la del palacio.
 

Flit negó con la cabeza mientras daba una palmada en el hombro de Lennart mientras le decía "Es más probable que me hiciera daño con un guantalete a mi que al enemigo. El cuerpo a cuerpo no es lo mio, bueno, el combate en general..." dijo con una sonrisa maravillada pareciendo 10 años más joven, como si fuera un niño con zapatos nuevos "aunque estando todavía por aquí no tengo demasiados motivos para quejarme"

No sé porque estoy vivo mientras otros han muerto. Orholam es misterioso y sus caminos son demasiados retorcidos para la comprensión de un esclavo...

Flit cogió el arco de Naya con una sonrisa y tensó la cuerda varias veces para probarlo susurrando en voz baja "eres un arco muy bonito, me vas a ayudar a mantenernos con vida.... arco bonito" pero torció el gesto al ver las heridas de Naya y Lennart antes de decir "Creo que podría intentar curaros pero no me queda demasiado.... lo necesitáis?"

Siguió a sus compañeros camino de la puerta, una vez llegados allí con la seguridad de tener una muralla entre ellos y el enemigo tendría tiempo de valorar las heridas de sus compañeros, aunque el rostro quemado cada vez le tiraba más y le hacía más doloroso el hablar.

Debería sanar mi rostro antes de morir? Voy a dejar un cadáver muy feo.....

Había parecido un ataque de profesionales. Rápido y contundente y sin dejar nadie vivo.

Pero no había tiempo para recrearse en las victorias. La batalla continuaba y nuestra presencia era requerida en otra ubicación.

Espera Naya

La chica se fue sin darme cuenta caminando por los tejados. Imite su forma de caminar, encargado para evitar ser visto.

La Puerta de la Vieja era nuestro siguiente destino. Abajo los compañeros hablaban y se ponían en marcha. Desde allí arriba podía observar las heridas de todos ellos y me sentí afortunado. Sólo sufría alguna contusión fuerte, pero aún mantenía mi cara a salvo, no como Flit.

Iba por la calle a un paso entre el trote y los tumbos. ¿Trombos? Iba dando trombos por la calle para seguir el paso de mis compañeros y la conversación sobre todo. Guardé el guantelete en la bolsa, cuando Flit lo rechazó.

-A todos se nos dan mal muchas cosas -pensé en voz alta. Aveces, muchas veces, no podía completar el trazo. No era lo mío, por eso no había sido trazador de combate, sino Guardia negro. 

Me sentí un poco culpable cuando Flit se ofreció a curarnos. A pesar de verse un poco mejor sus quemaduras, quizá efecto secundario de curar a Mescia, aun se veia fatal. Mis cortes estaba coagulados. Abiertos un poco, pero la mugre hacía un buen tapón e ignorando el grito de auxilio de mí cuerpo flexione los brazos detrás de mí cabeza y dí un par de saltos rápidos. 

-Estoy en perfecto estado. Sucio, pero en perfecto estado -aunque fuera una mentira era algo triste que admitir en una guerra. Pero eso no me detuvo de decirlo con una sonrisa 

No había huido ninguno por si lado y por suerte para ellos murieron rápido, matar hombres sin una causa no lo veía bien, pero esta vez la causa era que no matasen a sus compañeros. 

Cuando empezaron a salir, Elric se acercó a los muertos intentando no pisar la luxina naranja, los miró unos segundos.

Luego se acerco a sus compañeros y escuchó el plan que tramaron después de las ordenes del Capitán. Asintió y miró a Eleanor, Cuando iniciaron la marcha siguió a la chica rubia, la protegería sin perder de vista a Naya que andaba  por los  tejados.

Empezáis a avanzar,unos por los tejados y otros al nivel del suelo,acercandoos de nuevo al grueso de la batalla.Los disparos se oyen ahora más cerca aunque los invasores ya han tomado la Muralla de Agua Brillante y tratan de afianzar su posición haciendo que los soldados de Danavis se replieguen hasta la muralla interior.En lo alto de ella veis a Deedee lanzando luxina verde a unos y a otros.Varios trazadores de leyenda están junto a ella  y en el otro extremo está Samila Sayeh completamente azul lanzando luxina sin parar,creando lanzas azules en las que ensarta a los enemigos y espadas con las que corta miembros.Dos escaleras de piedra os conducen a una o a otra mujer

- Gracias Flit, pero es solo superficial - le dijo en respuesta a su oferta de curarla, luego miró a Threkor disculpandose por no esperarlo.

Naya, empuñando su yatagán se aproximó a la mujer de azul que parecia estar sola ante sus enemigos. No había momento de hablar de estrategias. Había que actuar. Se avalanzó contra el primer insensató que se cruzó con su filo.

Una vez Eleanor me confirma la dirección y el resto ya parece preparado me dispongo a avanzar con ellos hasta la puerta de la Vieja. Por fortuna el avance ni resulta difícil ni nos encontramos con ningún grupo más de soldados enemigos, por lo que llegamos bastante rápido hasta la susodicha puerta donde se encontraba Deedee con sus hombres por un lado pero lo que realmente llamo mi atención fue la mujer azul completamente sola. 

Las ordenes estaban claras, pero un soldado que obedecía ciegamente siempre me había parecido algo estúpido y al parecer Naya estaba de acuerdo conmigo. Así que subo junto a ella en pos de ayudar a Samila. Nada más alcanzo a ver un enemigo disparo consiguiendo que el arma se atasque, por lo que la dejo caer mientras lanzo una estocada contra el enemigo más cercano.

Al ver que Naya avanzaba por los tejados dejó de escuchar a los demás y la siguió por el suelo, a su compañera se separaba de los demás y no iba a permitir que le ocurriera nada. 

Cuando esta saltó y golpeó a uno de los soldados enemigos se lanzó a ponerse a su flanco  para cubrirla de algún posible ataque. aprovechó para lanzar un garrazo al algún enemigo que tuviera próximo y evitar que cruzara por su lado intentando evitar que cruzasen directos a Samila. 

Con suerte consiguió clavar la garra de luxina azul en el abdomen del soldado. - Te cubro. 

Después de comprobar que no había más peligro, Eleanor bajó del último tejado con cuidado, y entonces se dirigieron a la muralla. Allí estaba Deedee, con quien debían ir según las órdenes, pero Samila permanecía al otro lado totalmente sola. "No es normal que se mantengan tan separados..." se planteó la joven, mirando extrañada la situación. "Si rompe el halo y se convierte en un engendro..." Pero antes de que pudiera advertir a sus compañeros, algunos de ellos ya se habían decidido a ir a ayudarla. 

- Pero no vayáis tan de cabeza... - murmuró tras sacudir la suya.

Echando a correr por las escaleras que subían hasta Samila, Eleanor sacó una flecha y se detuvo a mitad de las escaleras, disparando contra cualquiera que amenazase a sus compañeros.

Parecía que el plan de replegarse había saltado por los aires y que no acatarían las órdenes como disciplinados soldados pero que más daba? Tenían que cuidar de ellos mismos sin importar las rencillas y diferencias habidas en la cromería, ahora eran hermanos de arma y su vínculo era más estrecho que cualquier orden. Habían sangrado juntos, había curado sus heridas y no permitiría que sufrieran otras.

Flit siguió los pasos de Eleanor y desde retaguardia puso una flecha en la acanaladura del arco y lo tensó, doblando la nervadura todo lo que le permitían sus brazos cansados y cuando soltó la flecha se dio cuenta rápidamente que algo había ido muy mal.

El cansancio me comenzaba a nublar la vista, y pensé en ¿qué tan anormales son mis compañeros para poder seguir saltando y tenerse de pie con tanta energía?

Quizá fuera la perdida de sangre, que me había dejado agotado. O los constantes golpes, o la pelea constante, o el esfuerzo mental, o todo junto. 

Los muchachos habían estado cargandose gente mientras yo miraba. No es que me sintiera menos por no cegar una vida, pero era evidente que no estaba aportando nada por lo que decidí cuidar la retaguardia. Cargandome de subrojo me giré y seguí avanzando lentamente pero de espaldas. En algún momento vendría alguien por ahí y si tenia fuerza para alzar la mano, le quemaría la cara al pobre infeliz. Sí, seria un buen plan en donde no tenga que trabajar mucho. 

Naya se lanzó a defender a la azul y yo fui detrás de ella. No iba a volver a trazar en aquel momento, asi que me quedé un poco atrás y recargue la pistola.

Un nuevo tiro impacto en el enemigo. Le estaba empezando a coger el tranquillo al arma de fuego.

A mi alrededor contó uaba la batalla y no podía permitirme el lujo de distraerme.

Desde arriba podéis ver al rey Garadul rodeado de sus Hombres Espejo pero ningún trazador con él.Al mirar hacia el cerro donde antes vistéis a vuestros compañeros raptados veis varios estandartes y un numeroso grupo de gente que presumís que son los trazadores y engendros que vistéis anteriormente.

Naya corre hacia un soldado que se abalanza por la espalda contra Samila Sayeh y de un golpe la joven le atraviesa el corazón con un grito que resuena por encima del resto.Gareth trata de disparar pero el arma se encasquilla y sin perder el tiempo la suelta y comienza a avanzar espada en mano,agachándose mientras corre y desjarretando a uno de los hombres que se halla de espaldas a él mientras por su lado pasa Elric corriendo y tirándose al suelo de rodillas para resbalar por la muralla y clavar desde el suelo su garra azul a una trazadora que estaba arrojando luxina hacia Naya.Desde el borde de la escalera la arquera del grupo no espera y sin casi detenerse deja escapar una flecha que se clava en el hombro de uno de los que trata de trepar por esa muralla haciéndole caer al vacío.A su lado Flit trata de hacer lo mismo pero el cansancio le vence y la flecha se le rompe al intentar tensar el arco.Lennart y Threkor suben los últimos,el gemelo acumulando calor en su cuerpo mientras se coloca cerca de Samila y Threkor un poco adelantado a Eleanor y Flit realizando un disparo certero en la frente a uno de los que trata de atacar a Gareth.Mescía salta con una lanza verde en la mano y se la clava a un soldado por la espalda al tiempo que una ráfaga de luxina naranja recubre parte del borde de la muralla por la que suben los soldados mientras Aram,con la piel totalmente azul salta trazando una especie de plataforma en el aire para apoyarse antes de caer sobre varios soldados que acaban de subir.Dardos azules salen disparados de las manos del chico mientras cae sobre ellos

Alguien sube donde estáis vosotros y veis a varios Guardias Negros junto al Prisma que traza unas lentes y mira hacia el cerro antes de trazar una amarilla con un mensaje en ella,la recubre de luxina azul y amarilllo líquido y se la daa una Guardia Negra que corre en dirección a Danavis

-"¡No matéis al rey,hay que apresarlo.Su aliado lo quiere muerto,es un cebo!"-os grita Gavin antes de ordenar a sus Guardias Negros ir a otra de las puertas,desapareciendo rápidamente de vuestra vista

Al escuchar el disparo y ver caer a un enemigo a mi espalda me giro hacia Threkor y le hago un gesto rápido de agradecimiento con la cabeza. Al parecer los entrenamientos en conjunto con todos los presentes estaban dando su fruto, ya que en apenas unos segundos habíamos dado la vuelta a la situación.

En ese momento aparece el Prisma acompañado de miembros de la Guardia Negra, lo cual nos da unos segundos de seguridad. Pero lamentablemente son solo eso pues como llego marcha después de comprobar la situación, por lo que mantener el lugar volvía a depender completamente de nosotros.

Sin perder un segundo más avanzo rápidamente hacia el extremo de la muralla por el que estaban escalando, procurando no pisar la narangelatina dejada por Mescía, mientras empiezo a acumular subrojo y hago un gesto a mis compañeros rojos para que me apoyasen.

- Un poco de incendiaria por aquí y les tenemos...

- ¡Cuidado con dar al rey! Lo necesitamos vivo - le dijo a Garret con más fiereza de la que pretendia, pero la adrenalina había tomado las riendas de su cuerpo y de sus actos. Había varios rojos y subrojos, así que el joven tendría todo el apoyo necesario sin tener que sumar el suyo.

Con la mirada buscó un acceso fácil - Necesitamos llegar hasta él - dijo al resto de sus compañeros que trazaban otros colores. - Si ellos se deshacen del grueso de soldados que nos impiden llegar, nosotros lo alcanzamos y lo podemos apresar con luxina. ¿Qué os parece? -

Una vez arriba de la muralla, la joven rubia se tomó unos momentos para recobrar el aliento y echó un vistazo a su arco, casi sorprendida. Era lo "normal" que sus flechas tuviesen que acertar, pero para no haberlo manejado nunca, le parecía extraño lo bien que se le estaba dando. Volviendo a colocárselo a la espalda, se acercó al borde de la muralla y le dirigió una sonrisa cómplice a Garret. Alargó la mano hacia abajo, dispuesta a rociar a aquellos seres de amarillo, pero la luxina no salía de su mano. Chasqueó la lengua en un gesto de fastidio y se giró hacia Naya.

- Iré contigo, los ataques de luxina no servirán con los Hombres Espejo y desde lejos será más fácil atacarles. - dijo dándose un toquecito en el arco. El cansancio parecía haber fatigado un poco su magia, pero no iba a rendirse por ello ni mucho menos.

Al meter la flecha en la acanaladura la había roto haciendo que lo único que saliera disparado del arco fueran las astillas de la flecha que arañaron la piel de sus manos temblorosas.

Rasguños, solo son rasguños, lo preocupante es que las manos tienen vida propia, creo que esto es a lo que se refería la doctora Lucy al estar al límite y que esa sensación no es el final, que aunque te sientas mal puedes seguir curando y que a veces nuestro cuerpo no conoce sus límites. No los conoces Flit, pero pronto los conocerás... vuelve a intentarlo, no te han entrenado tanto como para que te dejes morir.

Flit se encaró en dirección al rey y a su guardia de espejos, puso otra cuerda en la acanaladura y tensó el arco mientras sus manos seguían temblando. Disparó, fallando por completo. Con un gesto de rabia se puso el arco a la espalda y se encaminó a la retaguardia de sus compañeros porque en ese estado era más probable que les matará a uno de ellos que a uno de los enemigos.

-¡Enseguida! -grité recortando la distancia que me separaba de Garret con dificultad. Cuando llegué, jadeando miré a donde estaba mirando y levanté la mano. 

Me concentré y saqué todo el subrojo que había acumulado. De inmediato sentí el frescor del viento, pero la luxina no tomó la forma que esperaba. Simplemente se fué como llegó. 

-Mierda -miré a Garret -lo siento, yo... -aun jadeaba de subir las escaleras -creo que estoy muy agotado.