Partida Rol por web

El dolor fue desgarrador, Sybill cayó al suelo con la mano al costado y miró con odio a la mujer que la había herido, deseó lanzarle un nuevo chorro de luxina, pero la imagen de Luther ardiendo la desconcentró por completo. Eso, y que le quitó la lanza provocando en ella un grito que la obligó a arrodillarse en el suelo, con el costado salpicando de sangre el suelo. 

Un montón de groserías y palabras impropias de una dama aparecieron en su mente, pero no dijo ninguna en voz alta, estaba ocupada buscando cómo detener la hemorragia, con movimientos torpes y con las manos temblando, debido al dolor y el miedo. 

Elric apareció ante ella, pero su mirada se dirigió a Puñó Trémulo. Él también estaba herido. Y a Naya.

Necesito... Hay que hacer presión en las heridas -ella podía hacer presión en la de delante, pero por el costado detrás también tenía una herida, y allí le era más difícil alcanzarse y hacer presión-. Trae servilletas, manteles... Podemos hacer un vendaje improvisado. Naya necesita también asistencia... -muchos necesitaban asistencia. Y entonces su mirada se encontró de nuevo en Puño Trémulo y Sybill no pudo evitar sonreír de medio lado, cansada, dolorida y con pocas fuerzas, pero tan tozuda como siempre: no iba a rendirse-. Me debes un baile.

Las balas siguen silbando sobre vuestras cabezas pero de momento en vuestro pequeño grupo nadie ataca. Naya parece empezar a reaccionar aunque su espalda presenta una fea herida que le ha abierto el vestido casi por completo por detrás y la sangre resbala por su cuerpo.A pesar de todo parece que sus piernas empiezan a responderle

Eleanor dio un respingo cuando se vio las manos atrapadas. La tranquilidad que le había transmitido el amarillo se deshacía y el miedo volvía a formar parte de ella. Los ojos de aquel hombre, fijos en ella la habían marcado por dentro. Pero eso no podía impedirle pensar en otra opción. Se estaban llevando a los trazadores y a este paso ella iba a ser la siguiente. 
Debía hacer algo, avisar a alguien aunque fuera. Sus ojos se fijaron en Puño de Hierro, quien estaba antes cerca de ella.
- ¡Señor, se están llevando a los trazadores por el jardín! ¡Y al capitán de la Guardia Negra! ¿Qué hacemos...? - se incluye, aún dándose cuenta de que todavía no puede trazar y hay todavía enemigos de los que ocuparse. Busca a Aram y a Mescia con la mirada por el salón y a cualquier otro que pudiera reconocer. No era el mejor momento para quedarse sola...

Eleanor nota el miedo en su cuerpo cuando la tranquilidad del amarillo la abandona y eso hace que empiece a temblar como una hoja.El enorme hombre a su lado empieza a moverse y Eleanor se ve sola ante el caos,con una mujer que se le acerca con un gesto cruel.En sus manos empieza a formarse luxina roja para atraparla y llevársela al igual que al resto.Como un fogonazo Eleanor nota cómo su cuerpo se llena de amarillo y sale disparado rasgándole dolorosamente la piel de sus mejillas.La luxina impacta con el rojo de la mujer produciendo una explosión que las lanza a ambas al suelo.Las manos de Eleanor presentan quemaduras graves pero la luxina roja ha desaparecido con un fogonazo.La mujer yace carbonizada a escasos pasos de ella

Algo de él escucho que no era buena idea seguir usando fuego y una vez quemado algunos de esos malnacidos estuvo de acuerdo. Tiró la antorcha y empezó a conjurar cuchillas de luxina azul para lanzárselas a todo aquel que se acercara a por ellos.

Sus manos temblaban y se notaba agotado, tal vez estaban trazando demasiado, tal vez había perdido demasiada sangre pero mientras viviera nadie la tocaría.

Voy a morir y ni siquiera la he besado. Ni siquiera sé si ella me quiere.... Orholam, dame fuerzas...

"Flit, tienes que dejarme, sálvate, tienes que salvarte" Le decía la voz de Liandra en su cabeza aunque sabía que Liandra no había hablado, no podía haberlo hecho en su condición pero Flit la escuchaba. Algo dentro de él no quería perder la fe en que podrían salir de allí y que ella estaría viva y aprovechando que nadie les atacaba se volvió para ponerle una mano en el cuello. Necesitaba saberlo, no podía dejarla mientras le quedara una brizna de vida.

Pero cuando Flit se da la vuelta Liandra ha desaparecido.Enloquecido mira a su alrededor tratando de localizar a la chica

-"¡FLIT!"-escucha por encima de los gritos.La voz de su amada es inconfundible y aterrado dirige sus ojos hacia la voz.

Las puertas del salón han sido abiertas y la gente sale en bandada por allí.Flit ve a Liandra en brazos de un hombre que la carga como un saco.La chica está maniatada con luxina y le mira antes de desmayarse por el golpe que el hombre le propina en la nuca mientras se mezclan entre la gente que huye despavorida por las enormes puertas

El caos proseguían en el salón, pero parecía que iba disminuyendo. Mirando alrededor, pude ver que estaban secuestrando a trazadores y sacándolos del Salón hacia el jardín. Garret yacía aún en el suelo pero Mescia era arrancada del suelo ante mis ojos y sacada por la puerta.

Lennart estaba en el suelo herido y Ren acababa de recibir un golpe tremendo en el estómago. Tenía poco tiempo para decidir hacia donde dirigir mis esfuerzos para con mis compañeros.

No tenía demasiado sentido salir hacia el jardín. En un espacio abierto, sería blanbco fácil para cualquier trazador enemigo que estuviera esperando que corriéramos en busca de ayuda. Era mejor que intentara socorrer a mis amigos y asegurar el Salón de baile para poder atender a los heridos.

Intenté localizar primero con la vista a Eda, a la que había dejado atrás mientras ayudaba a Garret, pero no tenía tiempo de quedarme parado. Si me paraba alguien podría atacarme desde la distancia.

Fijé mi vista en el hombretón que había atacado a Ren y eché a correr hacia él, mientras hacía correr la luxina desde mi brazo izquierdo a mi mano, creando un escudo azul, de conjunto con la espada que aún blandía en la mano derecha. Viendo la fuerza con la que había atacado a Ren, iba a necesitar protección.

No iba a atacarle con la espada, sino que aceleré la carrera para intentar desestabilizarlo con un golpe con el escudo y rematarlo en el suelo.

Antes de llegar a él Threkor ve a Eda corriendo hacia los balcones tratando de alcanzar al captor de Mescía.La joven es rápida y consigue sortear a varios de los que tratan de golpearla pero ella es más rápida y va lanzando bolas azules a diestro y siniestro.Sin embargo no consigue evitar una enorme barra de luxina azul que se cruza en su camino y la golpea a la altura de la garganta con tanta fuerza que Eda es lanzada varios metros hacia atrás inconsciente

Puño comienza a correr hacia el hombre del centro justo cuando Threkor nota un disparo en el hombro

No recordaba haber recibido un puñetazo tan fuerte en mi vida y cuando desde el suelo aún mareado por el efecto de este veo acercarse a mi agresor con los puños rodeados de luxina entiendo perfectamente el porque. A pesar del dolor y mareo intento buscar un arma de manera inútil, mi espada aunque cerca esta fuera de mi alcance y Tahes avanza demasiado deprisa hacia mi con esa sonrisa sádica que solo le había visto hacer a mi padre la última vez que lo vi. Por suerte para mi se le crispa el gesto en un rictus de dolor mientras escupe sangre y se mira el pecho atravesado por una espada azul.

Detrás de él veo que mi salvador no es otro que el enamorado que apenas había conocido hacía un rato, Threkor sino me equivocaba.

- Muchas gracias, pero si nos preguntan te importa decir que no me tumbo y yo de paso diré que lo derrotaste por delante y con honor. - le comento algo nervioso mientras me levanto y recojo mi espada. En el momento que dije la frase sabía que no era lo más adecuado pero la verdad es que necesitaba soltar estrés de alguna manera. Es entonces cuando me fijo que Mescia no hace ningún comentario de los suyos por lo que me giro preocupado a ver si la herida que había recibido era más grave de lo que me parecía y me doy cuenta de que ha desaparecido. Así que me giro hacia el joven y le pregunto preocupado - ¿Has visto a Mescia?

Threkor no responde sino que echa a correr hacia el centro del salón y entonces Garret consigue ver cómo Mescía es sacada de allí en volandas por dos hombres mientras ella trata de resistirse entre patadas y movimientos bruscos del cuerpo hasta que uno de ellos le clava una daga en la espalda y la chica se arquea gritando lo que les permite noquearla y desaparecer por el jardín

Después de caer, lo gritos se hicieron más fuertes. Primero pensé que era el efecto de haberme golpeado la cabeza y estar desorientado. Luego me di cuenta que yo era el que estaba gritando. Me dolía mucho la pierna, como si lenguas pegostosas de lava hicieran que mi piel y músculos entraran en ebullición, calentandome incluso la misma sangre. 

El dueño del látigo era una cosa salida de la pesadilla de un rojo. Era la unica explicacion. La cosa estaba recubierta de la misma cosa que me sujetaba la pierna. ¿Rojo? ¿Era igual de flamable?

Ya había tenido mucha paciencia, era momento de la acción. 

Vi a Celeste gritando.

-¡Lo siento, lo siento, lo siento! ¡LO SIENTO!- grité mientras comenzaba a absorber el calor de la pierna para llenarme de luxina para lanzarla en un chorro al pobre desgraciado que me había hecho perder el equilibrio. Sí lo sentía por el si realmente era inflamable...

Los pensamientos de Lennart quedaron bruscamente cortados cuando un pegote rojo le tapó los ojos y la cara impidiéndole trazar y respirar.Sólo escuchaba gritos a su alrededor y a Celeste debajo de él 

-"Tranquilo,Lennart voy a intentar arrancarte eso de la cara"-dice la chica poniendo una mano en el borde de la luxina.Su voz está teñida del esfuerzo que está haciendo para no romper a llorar debido al dolor del brazo

El caos de la batalla... me alimenta. Me hace fuerte.

Escucho los gritos y el dolor y, aunque deseo que paren, de algún modo perturbador hacen que los movimientos se tornen más claros en mi cabeza, que las opciones sean menos y más directas. Aprieto los puños y sonrío, para cuando una alumna rubia se detiene a mi lado, no alcanzo a identificar su nombre, pero sí que es de los nuestros.

Dirigíos a la salida. Los que estéis más sanos, proteged a los heridos.

Era una orden clara y concisa, sobrevivir para luchar un día más. Confiaba en mi Capitán, debía hacerlo. No podía permitirme más muertes, y él tampoco me lo hubiese permitido.

En el siguiente segundo ya tengo identificado a un engendro que está jugando con los gemelos como si fuese muñecos de barro y niego.

Oh, no, eso sí que no...

Comienzo a correr hacia él cuando es uno de los rebeldes el que trata de detenerme, poniéndose enmedio. No tengo ni que pensarlo, cuando mi puño, envuelto en luxina azul, impacta contra su mandíbula provocando que éste caiga un par de metros más lejos y escupa un par de dientes que jamás regresarán a su boca. Pero ese suspiro ha sido suficiente para que el engendro comprenda lo que se le viene, y comience a retirarse.

Nadie asusta a mis chicos.

Asevero, extiendo la mano hacia atrás mientras se dibuja una lanza de luxina pura, sólida y afilada. Una de esas que podrían aparecer en algún cuento de terror. Y entonces echo el brazo hacia delante con todas mis fuerzas para arrojar la lanza contra el engendró, mientras grito para que al vaciar los pulmones el impacto de mis músculos en el lanzamiento sea mayor, sin desviar la mirada en ningún momento de mi objetivo.

El Engendro lanza una especie de red contra la lanza que hace que ésta se desvíe de su trayectoria lo suficiente como para que el hombre de media vuelta y huya de allí mientras varios se dirigen hacia Puño de Hierro para tratar de frenarle

Sentía el dolor lacerante del costado y la espalda y la sangre resbalando por su piel empapando el vestido, lo que lo volvía más pesado e incómodo. Intentó incorporarse apoyando ambas manos en el suelo pero tuvo que hacer varios intentos antes de lograrlo. Se sentía agotada y dolorida pero no podía fallarle al prisma, ni a la blanca, ni a la Cromeria. - Estoy bien - les dijo a Elric y Marie con determinación para que se centraran en gente que de verdad lo necesitara. Tuvo que apoyarse contra lo primero que tuviera a mano para seguir lazando luxina roja hacia los tobillos y manos de los enemigos con el fin de limitar sus movimientos y que no pudieran trazar. Si ve algún grupo o individuo corriendo y cargando con alguno de los suyos les lanzaria luxina naranja al suelo para hacerles resbalar y caer. Era un arma de doble filo por eso intentaba que fuera poca cantidad pero es la suficiente como para que un par de ellos resbale

Mientras Naya intenta desestabilizar a los pocos enemigos que quedan se fija en que al otro lado del salón,en los balcones,su padre está siendo arrastrado por tres hombres,dos le llevan de los brazos y el tercero de las piernas.Lleva los ojos tapados con una cinta negra por lo que no puede trazar pero es un hombre corpulento y entrenado por lo que por un breve momento Naya tiene la esperanza de que logre escapar.Es tan solo un segundo pues uno de los hombres le golpea con fuerza en la cabeza y Bardrych deja de moverse antes de que desaparezcan por la oscuridad del jardín

Poco a poco el enorme hombre se ha ido acercando al pequeño grupo que se encuentra cerca de las puertas.En la mano blande una enorme espada azul llena de una sangre que le salpica también parte del rostro y la cara.Cojea debido a los disparos recibidos en los muslos y una fea quemadura en el pecho semidesnudo indica que ha recibido el impacto de una bola de fuego

Dirige brevemente una mirada a Sybill cuando ésta le habla y el hombre sonríe mientras da una vuelta completa sobre sí mismo quedando nuevamente cara a cara con Sybill.El brazo de la espada se eleva por encima de ella y a sus pies cae una cabeza cortada limpiamente

-"Soy un hombre de palabra.Bailaremos"-responde Puño Trémulo.A pesar del esfuerzo no parece cansado y el dolor que debe estar sufriendo no parece afectarle en gran medida.Mira hacia las puertas y luego a Elric-"Intenta atrapar a alguno de los que huyen,necesitamos respuestas"-ordena al único que no parece estar en un estado lamentable

Siento el dolor pulsante del porazo, no  hago mas que gritar y maldecir ante mi enemigo,mientras mi traje se termina manchando por mi propia sangre, Bajé demaciado rapido,apenas vi a mi hermano en completo peligro,olvidando que con mi pierna coja,solo soy  un blanco muy facil para estos asesinos.

Con la pocas fuerzas que aun queda para mover este debil cuerpo,lanzo mi bola de luxima hacia unas de las columnas mas cercana a mi posicion,para que explote y con la sustancia subroja,termine cayendo hacia mis enemigos,para protegerme trazo una manta amarilla y la refuerzo,para que cubra mi cuerpo de mi propia bomba

Ren consigue su objetivo y la luxina ardiente cae sobre varios enemigos pero también alcanza a Celeste y a Lennart así como a Garret que notan cómo su piel se quema ante el contacto con la luxina.Garret nota el impacto en los brazos y la cara mientras que Lennart lo siente en la espalda y las piernas.Celeste es la menos dañada al estar aún bajo lennart lo que no impide que una fea quemadura quede en su frente.Sobre Ren cae luxina suficiente para que la manta amarilla que tiene sobre él comience a arder y a achicharrar al chico que comienza a gritar hasta darse cuenta de que soltando la luxina ésta se deshará así que con un siseo la manta desaparece convertida en polvo y tan sólo queda Ren retorciéndose en el suelo

Tras dejar a Marie en el suelo y que esta le pidiera servilletas, manteles o cualquier cosa para tapar la hemorragia, cogió cualquier tela que tuviera al alcance y se la dio. - Si no puedes taponar la herida ciérrala con fuego es lo más rápido pero a su vez doloroso. Hizo caso omiso a las palabras que le dedico a Puño Trémulo, pero sonrió satisfecho por sus actos, Esta siendo atacada e incluso puede morir  y piensa en bailar. 

Naya confirmó que estaba bien, aún así le dio el último empujón para que se incorporase dejando que se apoyara en su hombro a la vez que el se levantaba y dejaba a Marie con Puño Trémulo. - Seguiré trayendo a gente, si necesitas algo grita, dio un pequeño golpe a su compañera en el muslo con la palma de la mano para que se centrase. 

Giró su rostro hacía lo que quedaba del salón, fuego,  sangre, muerte, malheridos, pero en su mente ahora mismo solo estaba una mujer Liv. Aspiró buscando su olor pero solo consiguió oler sangre, así que solo le quedaba la visión pues el oído no le serviría de mucho entre tanta explosión.  Mientras buscaba a Liv, Puño Trémulo le dijo que intentara atrapar a alguno de los que huían, por unos segundos trató de entender a que se refería pero finalmente entendió que era que cogiera a alguno de los agresores y lo dejara con vida, algo que veía absurdo, de donde venía o matabas o morías, no cogías crías para charlar, aún así intentaría hacer lo que le decía el hombre

Elric ve a Liv casi en el otro lado del salón,tiene un ojo semicerrado a causa de algún golpe y la frente le sangra pero no parece estar demasiado mal pues está sobre una silla pegada a la pared lanzando dardos contra todo aquel que intenta acercársele. 

Sonrió al ver como su amiga estaba más o menos bien y que no se la habían llevado aún, hizo caso a Puño Trémulo y se dirigió hacia la puerta aunque una vez allí era difícil saber quién era de los buenos y quién no ya que todos corrían despavoridos.Le pareció ver a un hombre guardándose una pistola por lo que una vez escogida su presa se acercó hasta ella, buscó la forma de que no le viera una vez cerca, aceleró su velocidad y cogió la cabeza de este y la chocó con todas sus fuerzas contra la primera pared cercana dejándolo inconsciente, luego formó un casco completo con un solo orificio a la altura de la barbilla, lo suficiente para que entrara aire por ahí y pudiera respirar pero sin que tuviera visión para trazar nada. Lo cogió de las piernas y lo arrastró hasta  donde estaban los demás, una vez allí hace de sus manos y pies un bloque azul dejándolo completamente como una crisálida

Volvió a mirar en dirección donde estaba su amiga y si necesitaba ayuda ella o alguien alrededor del pequeño campamento que habían montado.

Bueno, primero me intentan disparar, luego me intentan incinerar y ahora me aciertan al fin. No esta mal la cantidad de suerte que estaba teniendo esta noche. Si esto fuese una partida de nueve reyes supongo que ahora es cuando tocaba acabar con lo que parecía que había empezado como un simple baile.

El incinerado, el mosquete, la luxina roja, el engendro y ahora la sorpresa final…

Por suerte aun tenía la luxina amarilla recorriendo mi piel acumulándose en mis manos, eso me permitió pensar con claridad sin dejarme llevar por mis instintos, que en estos momentos me estaban llevando lentamente hasta un estado de bestialismo.Despedazar a esos malnacidos se me antojaba algo plausible y placentero.

Pero primero lo primero…

Fuego…

Desabrocho mi camisa que aún tiene el fuego adherido y la dejo caer al tiempo que me apago el fuego del cabello con mis guantes. Ha sido una suerte que mi ropa tuviese ese toque ignifugo que me ha protegido al menos de lo peor.

Aún así seguía habiendo demasiado fuego por aquí, por lo que volví a mirar el verde oscuro de mis ropajes y decidí trazar una capa con la que protegerme en un eventual desastre, la capa con capucha me cubre el cabello. No es precisamente una pieza a la moda, pero me ayudará en lo peor. Sentir el tacto de esa capa recubriendo mi piel desnuda me produjo una sensación de heroica inmunidad. Embozado como un espectro verde salido del bosque de sangre diría alguno al verme.

Y ahora que la parte de mi auto preservación estaba asegurada tocaba el resto de problemas.

Miré de reojo al tipo que había intentado matarme y que me había acertado en el brazo.

Cree una pequeña bola de luxina verde del tamaño de una bala de mosquete, eso normalmente tendría el mismo efecto en alguien que ser acertado por una bola de caucho… duele pero no lo suficiente para matar a menos que imprimas la suficiente voluntad a tu creación o que apuntes a la cabeza. No era el caso, el verde me decía que tenia que darle una lección a esa gentuza, así que aproveché el amarillo del estoque que aún yacía a mis pies. Otro golpe de pensamiento claro que contrarrestó mis ansias de batalla.

Genero así un poco de luxina amarilla en forma de clavos que mezclo junto a la bola de luxina verde dejando en la palma de mi  mano un pequeño proyectil con pinchos. Ahora solo había que dejar que la conservación de la energía hiciese el resto.

Proyecté la bola de luxina verde hacia mi objetivo con una sacudida que me provoco moverme ligeramente hacia atrás de una manera involuntaria. Una vez impactará la luxina verde se rompería dejando que los clavos de luxina amarilla se proyectasen con la misma energía que tenia la bola verde. Eso si todo salía bien crearía una improvisada bala de fragmentación que a todas luces sorprendería  a mi agresor y a cualquiera alrededor suyo.

Aquel que había disparado a Luther y que en ese momento estaba recargando su arma recibe el impacto de la bala en el pecho quedando clavados en él varios de los clavos que Luther había creado.El hombre le mira un momento con el estupor pintado en el rostro mientras su pecho se llena de sangre al igual que la boca antes de caer boca abajo contra el suelo.Esos mismos clavos han impactado en varias personas de alrededor,clavándose en muslos y costados aunque sin matar a nadie más,tan sólo ocasionando más gritos de dolor que se suman a los que ya había

Seguí moviéndome nuevamente buscando más enemigos o aliados en apuros mientras la claridad y equilibrio del amarillo me sugerían que tal vez la próxima bala especial podría ser recubierta con cuchillas amarillas, algo más mortífero que los clavos.

Luther,al igual que el resto, ve que los enemigos han comenzado a huir por las puertas y el jardín y en el salón apenas quedan enemigos y los que hay moribundos se clavan una daga en el corazón

Lo había soñado? No, esta vez estaba seguro que no lo había soñado, Liandra estaba viva!, su Liandra había sobrevivido pero alguien estaba intentando llevársela y eso no lo consentiría. 

Flit empezó a correr para perseguirlos. Le costaba, estaba herido, pero mientras estuviera consciente lo intentaría. La antorcha ya no le serviría, cualquier peso le sobraba, así que la dejo y salió corriendo detrás de los captores.

Espérame Liandra. Ya voy... ya voy. 

Si tenía a los captores a tiro les tiraría estacas afiladas de luxina azul a las piernas para ralentizarlos.. pero no era muy probable, por no decir casi imposible.

Efectivamente no los tenía a tiro,al menos a los que se llevaban a Liandra y el que se mezclasen con lo que huían no lo hacía muy sencillo

El pegoste que tenía en la cara no quemaba tanto, pero me impedía ver. No podía descargar mí ataque en esas condiciones. Le podría dar a cualquiera. Rayos. La temperatura estaba aumentando. Comenzaba a sudar intentado liberarme, sentia la debil mano buena de Celeste intentando quitarme la cosa de la cara. Una explosión sobre mí cabeza y luego más dolor. Caia fuego del cielo. O eso sentía. Me estaban cayendo más gotas ardientes en la espalda ya magullada. Despegué mis manos del pegoste de la pierna y lo llevé al de la cara. Estaban aún sensibles y suaves por las quemaduras del entrenamiento. Pero apreté la mandíbula, y tiré junto a Celeste del pegote que tenía, esperando liberarme cosa que sucedió de golpe cuando la misma luxina se deshizo al igual que el látigo que le oprimía la pierna aunque una fea quemadura le rodeaba la pantorrilla y dolía,oh,cómo dolía.

Bajo Lennart Celeste comenzó a sollozar dejándose vencer por el miedo y el dolor.El hueso atravesaba de una manera horrible la piel y pequeñas quemaduras afeaban el bonito rostro que se había acercado al chico hacía escasos minutos.No sabía muy bien cuántos pero no debía haber pasado ni media hora

Estaba muy enojado. Y tenia mucho odio acumulado. ¿O solo era subrojo? Lo mismo daba. Quemaría a esos malditos. 

La sangre aun brotaba en mi herida, sacandome por cada minuto que pasaba mas y mas  fuerza de mi cuerpo. Tenia que detener esta hemorragia con el subrojo,pero tal prioridad mia fue interrumpada , por mi  propia explosion de mi Luxima. Ya que esta  fue  lo suficientemente ardiente como para quemar mi manta, provocando que el debil escudo amarillo, no sea el suficiente como para evitar proteger mi cuerpo  ante el calor de mi propia ira ciega. Esto solo provoco que yo mismo creara una  situacion de perder-perder, no importaba que hiciera, mantuviera la manta o la votara. La luxima se desapareceria,dejandome indefenso ante el fuego incesante.

Y asi sucede, mi cuerpo me traiciona en el ultimo momento, y soy presa del intenso calor. Me retuerzo ante los daños sufridos en mi propia piel, mi carne empieza a oler ya quemado,hasta mis propias  sensaciones empieza a distorcionarse,fruto de daños nerviosos seguros. Para salvaguardar mi vida,hago un enfuerzo contrario en el fuego. Uso su mismo color, para transformar el fuego subrojo, en mero latigos de fuego candente, que lanzo fuera de mi persona,pára que asi se desvanesca como sucedio con mi propias manta amarilla. Una vez liberado del dolor,me muevo lejos del lugar arrastrandome,para intentar curar mis propias heridas con mi anterior bendajes improvizados con luxima naranja+amarillo- 

Ren no consigue mantener los vendajes en su pierna pues el naranja resbala demasiado y el amarillo líquido no ayuda demasiado y a pesar de haber podido crear una especia de cobertura Ren se da cuenta de que no era sólida y por eso su propio fuego le ha quemado.No por nada el amarillo es el color más difícil de solidificar y el más codiciado.Así que sangrando Ren se mueve por el salón

El engendro emprendió la huida después del golpe de Puño de Hierro. El Comandante de la Guardia Negra, había hecho honor a su nombre y el enemigo huía de él.

El caos empezaba a decaer. Los heridos enemigos se suicidaban sin darnos opción a capturarlos y los que aún quedaban vivos huían con compañeros nuestros secuestrados. El porqué era un misterio que en los próximos días deberíamos desvelar. Pero ahora era momento de atender a nuestros heridos.

Con el latigazo de dolor recorréndome el brazo de la espada, corrí hacia Eda donde yacía, esperaba que inconsciente. El golpe que había recibido había sido brutal y temía por su vida. Al llegar a su altura me arrodillé junto a ella sin querer moverla por si tenía algo roto.

Le aparté un mechón de la cara y le tomé el pulso en la muñeca, ya que su cuello presentaba un feo hematoma que hacía presagiar lo peor, aunque algo me decía que estaba viva.

EDA, EDA. - Gritaba intentando que me escuchara

Cuando veo a Threkor alejarse sin responder me encojo de hombros mientras busco de Mescia. Cuando al fin consigo localizarla veo como la apuñalan y al instante salgo corriendo en su dirección. No entendía porque me preocupaba tanto, al fin y al cabo apenas la conocía de esa misma noche pero había algo que me instaba a moverme hacia allí. Fuese lo que fuese perdió su importancia cuando otra explosión de luxina lleno el lugar y reconocí el dolor del fuego en mi cuerpo. Sin siquiera pensarlo empece a trazar como había hecho la vez anterior extrayendo el calor de las llamas hasta que estas se apagaron, no obstante esta vez la furia acumulada por la idiotez o malicia de los que lanzaban fuego dentro con tanta gente junto con la ira de quien había empezado este ataque se desborda.

Por lo que enfurecido cargo contra los secuestradores que estaban huyendo hacia el jardín con la vana esperanza de alcanzar a Mescia.

Todo se desdibujó a su alrededor y ya solo había furia ciega. Habían malherido, quizás de muerte, a su hermana y sus amigos y seres queridos estaban en peligro. El salón entero estaba ardiendo. ¡¡¿Y ahora le arrebataban a su padre?!!

Se agarró las faldas de aquel molesto vestido y las alzó mientras soltaba un grito que más parecia un rugido animal, utililzando así el dolor de las heridas para transformarlo en fuerzas para correr. Tuvo que saltar uno de los charcos de color naranja que había en el suelo, fintar a un lado para esquivar a gente que estaba combatiendo, incluso tuvo que contorsionar su cuerpo para esquivar un ataque que iba dirigido a alguien del otro lado.

"No se lo van a llevar!! No se lo van a llevar!!"

Apretó los dientes mientras intentaba recabar más energía para correr más rápido, si no, no llegaría.

Y no llegó porque el salón era enorme,ella estaba herida y los captores ya estaban saliendo cuando ella los vio.Cuando Naya llegó a las puertas del jardín solo vio muertos y heridos pero ni rastro de los captores