Partida Rol por web

Abriendo la sesión de la conocida sala circular que daba un lugar de encuentro a todas las especies del sector, una imagen holográfica daba forma a Tukin el Inconmensurable... O lo intentaba...

- ¿Pero qué demonios haces...? ¡Inútil, se ven todos enormes!¿¡Pero quieres acercarte!?¡Que no desenfoques, me cago en la...! -todo eso sonaba desde una minúscula raya azul en el suelo, que al poco se vio sustituida por una imagen de 5 cm de alto en la que se podía leer "problemas técnicos, permanezcan a la espera", lo que las particulares tecnologías de la sala traducían a las distintas lenguas.

Tres minutos después, una imagen de unos dos metros diez del cabecilla de na especie Florp, cubierto de algo verde que diríais que es sangre Florp, aparece.

- Buenas, buenas, bienhallados. Disculpad el retraso, los dos primeros cámaras no entendían una orden sencilla y he terminado por matarlos. -comenta con toda la naturalidad del mundo- Bueno, yo soy Tukin el Inconmensurable, líder de la raza Florp, seguramente la menos grande de las presentes, aunque me he adaptado a éste tamaño para que podamos hablar de una forma normal. -explica el holograma, cogiendo después lo que parece una toalla de un tejido extraño que alguien le pasa y limpiándose por encima, aunque la cosa no varía mucho dado que debajo del mejunje verde estaba cubierto casi por completo de tatuajes tribales verdes (el avatar es de sus tiempos mozos para que se vea algo más de la especie, que si no sería demasiado psicodélico).

- Bueno, con la que está cayendo, hemos aprovechado para independizarnos de los orionitas, que tantos quebraderos se cabeza nos estaban dando para expandir nos, aunque tampoco me interesan los salta-dimensiones esos, porque a saber lo que hicieron con la suya para venir a liarla aquí. Dado el caso, de momento ninguno de los vuestros se ha ganado un hachazo por mi parte, así que quienes quieran pueden establecer una alianza conmigo, hablándolo por separado si gustáis. Eso sí, historia Florp básica: había otra raza en nuestro planeta que nos trató como una plaga, así que nos los comimos. Somos de cabrearnos fácil con las faltas de respeto y esas cosas: el Dios de la guerra Expán no las tolera. Por lo demás, estamos abiertos al diálogo. -concluyó el holograma grande del gran líder de la raza menos grande.

La respuesta de los arbryl, de la facción antariana, hubiera sido bonito que no hubiera tardado en llegar, pero el caso es que llegó muchas horas después de que Tukin el Inconmensurable hubiera hablado en "canal abierto" para toda la Galaxia. Cuando finalmente se inició la comunicación, el representante arbryl estaba allí, plantado delante del holoproyector, sin moverse. Tardó algunos minutos en hablar y cuando al fin comenzó, su dicción era de cadencia pausada, lenta, como el crecer de las hojas.

-Yo soy Hyperion, Sumo Hierofante de los arbryl. Disculpad el retraso, necesitaba asegurarme de que sólo hubiera comunicación con usted, sin oídos indiscretos. Entiendo que no apoya realmente a ninguna de las dos facciones enfrentadas, ni los interesados orionitas ni los belicosos antarianos. Si ese es el caso y quiere formar una alianza, estaría interesado en crear nuevos lazos con otras civilizaciones espaciales. Nuestra diferencia de tamaño no será impedimento, seguro que puede conseguirnos cosas que nos interesan y viceversa. Ese sería mi interés, una alianza comercial. Pero no ahora, no, en un tiempo. Tendría que convencer a los míos, que no están acostumbrados a tratar con el exterior. Si está interesado en algo así, volveremos a hablar más adelante.

El cabecilla de los Florp se impacientaba con la inusitada calma del arbryl, hecho que se demostraba con tamborileos de sus dedos, cejas alzadas a modo de interrogación, y no fue hasta que ya estaba a punto de cortar la conexión cuando el ser aquel habló.

Escuchó atentamente las palabras del mismo y, cuando terminó de hablar, asintió con firmeza. Honestamente, no podía esperar más, pero dado que en su mente de guerrero y general no tenía mucho sentido la demora, replicó en lugar de simplemente aceptar.

- Debo decir que me sorprende ligeramente la decisión como táctico. Es decir, como facción neutral, debes suponer que no tendré problema en aliarme con tus enemigos, con las ventajas que eso conllevaría para ellos, ¿no crees más prudente cerrar la alianza cuanto antes? -preguntó el impetuoso Inconmensurable.

Parecía que el bando de las mujeres se había aliado con los orionitas y los hombres con los antarianos, así que me preocupaba que asociase mi imagen con el enemigos. No obstante, estaba condenado a intentar entenderme con ambos bandos de una guerra cruenta, y por suerte los beneficios del comercio entre aliados eran tan evidentes que todo el mundo podía estar interesado.

- Saludos, esto... ¿Óptima Emperatriz?¿Está bien dicho? Bien, bueno. Quería plantearos los mismos términos en los que negocio con otros. Alianza, preferiblemente comercial por ser lo más tangible. Más adelante, si nuestras necesidades coinciden, podríamos variar a algún otro tipo, quizás incluso militar en algún momento de llegar a tener enemigos comunes. ¿Qué opináis? ​-preguntó el Inconmensurable, esperando respuesta

Aprendiendo a marchas forzadas los controles de estos nuevos cacharros, el Inconmensurable fue a dar con información acerca de una raza que le llamó la atención más de lo habitual. Así pues, abrió una via de comunicación hacia el mismo, encontrándose ya fuese con su líder o con su representante, siendo ambos del mismo tamaño por la adaptación de los hologramas, aunque seguramente el Cicop era muchos miles de veces más grande.

Lo miró cara a cara, reconociendo cómo esa raza estaba formada por grandes guerreros. Así pues, Tukin alzó el cuello, pues inclinar la cabeza era un signo ofensivo en su especie (de estar a punto de empalar al rival con los cuernos), e inflando los pulmones soltó un potente rugido de guerra, plantándose firme ante la imagen del otro guerrero mientras lanzaba el rugido, mostrando su ferocidad. Si el Cicop había mirado su información, entendería que la miríada de tatuajes verdes que apenas dejaban ver la piel del Florp eran conseguidos a base de derribar enemigos.

Tras unos largos momentos, el rugido cesó y la imagen del Florp se estabilizó de nuevo.

- ¿Aliado o enemigo? -preguntó firme, clavando la mirada en el único ojo del Cicop.

Tukin funcionaba a una velocidad diferente a Hyperion, muy diferente. Su velocidad de habla era inversamente proporcional a su tamaño, lo que hacía la comunicación entre curiosa y surrealista. Cuando el pequeño florp contestó, el arbryl se mantuvo unos segundos callado, luego pestañeó y torció el gesto, lo que produjo que apareciera una suerte de grieta adjunta a la apertura que tenía en la cara y que le hacía las veces de boca, todo sazonado con una especie de crujido y una pequeña lluvia de musguillo.

-No -contestó por fin- Será cuando tiene que ser y no antes, o no será.

Puedes ver el holograma de la estatura de un ser de dos patas, parecido a ti en tanto a composicion fisica, aunque fisionomicamente hablando os pareciais lo que un huevo a una castaña, poseia alas, sus apendices eran finos y delicados y la expresion de lo que suponias que era su rostro my bien perfilada y sin protuberancias ni nada minimamente util para la batalla.

- Asi que abandonasteis a Orion... -oyes en tu mente a traves de la holoproyeccion- hay un dicho en mi planeta y es que "Shia no paga traidores"... ¿Cuales fueron vuestros motivos?

No parecia que lo hubiera dicho nadie, la estatua no se habia movido ni un apice y no parecia haber nadie mas con ella, pero estabas seguro de que lo habias oido.

El holograma de la Óptima Emperatriz ondulaba por leves interferencias mientras el silencio respondía a la propuesta de ese alienígena. La indirilia permanecía impertérrita, mostrando una expresión totalmente neutra al observar con detenimiento la figura del Inconmensurable. Tras esos momentos de silencio tenso, finalmente replicó.

- Ha sido usted sabio al mantenerse al margen de esta guerra y también es astuto al intentar aprovecharse de esta situación en la que nos encontramos.- dijo con un tono calculado de desafío. En seguida sonrió.- Me gusta. Sin embargo me gustaría saber más sobre vuestra especie antes de tener relaciones de mutuo beneficio. Espero que lo comprenda.

Se inclinó un poco hacia adelante, como si fuera consciente de que, en realidad, la figura que tenía delante no era tan grande como pretendía aparentar.

- ¿Por qué no me cuenta algo interesante sobre su gente? Mi pueblo querrá aprender qué clase de vecinos tendremos de ahora en adelante.- sugirió con la misma sonrisa cautelosa.

La mirada del Inconmensurable se endureció ante esa acusación, apretando los dientes y mirando a quien lo increpaba con dureza. Tardó unos instantes en hablar, como tratando de entender que trataban con otras gentes, "bárbaros", con otras civilizaciones distintas.

- ¿Con qué derecho exigían vuestros "Amos" que nos uniésemos a ellos? Solo con su mayor tamaño y fuerza, imponiendo que nuestra especie no tomase los planetas que requería para su expansión. Hace generaciones que nuestro planeta no da más de sí. Y aún a sabiendas de esto, los orionitas sólo nos daban como solución esperar a que su maquinaria burocrática andase como debía, ¿es eso traición?¿Si obligas a otro a acatar tu voluntad y ese otro se alza cuando puede? Gracias deberían dar de que no nos unamos a los antarianos y tomemos lo que bien nos guste por la fuerza. -explicó el orgulloso líder- Y aún así nos hallamos dispuestos a estar en buenas relaciones con aquellos que aún les sirven, siempre que se avengan a tratarnos con el respeto que merecemos. -concluyó.

¿Algo interesante de mi pueblo?¿Pero qué...? Pensó Tukin, dándose cuenta de la peligrosa rival que tenía delante. Era una petición en apariencia sin importancia, aunque según qué le contase podría intentar sacar conclusiones sobre nuestras fuerzas y debilidades.

- Claro... Veréis, nuestra especie fue catalogada como poco menos que una plaga molesta por unos antiguos habitantes del planeta. No obstante, bajo la tierra, nuestra sociedad creció y se consolidó con valores de honor otorgados por el Dios de la Guerra Expán. Cuando nuestra sociedad estuvo lista, con nuestros científicos innovando, nuestros guerreros entrenados y nuestra economía, a pesar de ser local, floreciendo, fue cuando nació el Dios Expán reencarnado, y bajo su mando todo lo mejor de nuestra sociedad se convirtió en un martillo de venganza para aquellos que nos habían tratado de fumigar y eliminar como si fuésemos simples proln sin cerebro. -con la palabra proln, se formó una imagen mental semejante a la de un pulgón increiblemente detallado.

Esa era la historia, o quizás leyenda, de cómo habíamos llegado a dominar nuestro mundo natal.

- ¿Os resulta interesante? -preguntó, manteniendo el tono tan neutro como era posible.

La estatua continuaba imperterrita ante el discurso.

- ¡Oh!... entendi otra cosa cuando hablasteis de "independizarse de los orionitas" -se escucha un leve suspiro- Mi pueblo tampoco comparte los valores de los Orionitas. Me explico, a nosotros la faccion Antares no nos ha hecho nada, pero parece que vienen en son de guerra.

Por primera vez ves como la estua ejecuta un movimiento, que es cruzar las manos sobre el tablero.

- La otra opcion es enfrentarnos a los Servidores de Orion. Lo cual tampoco augura nada bueno, mi pueblo se ha visto sumido en una guerra sin que tan siquiera se lo hayan consultado.

Tukin, el Inconmensurable, nuestro objetivo es la paz. Tampoco somos una raza sumisa, pese a lo que pueda parecer, que va a dejarse mangonear, pero estamos dispuestos a firmar un Tratado de No Agresion, si le parece conveniente.

- Apasionante.- respondió con una sonrisa divertida.- En respuesta a su amable sinceridad, yo también le contaré algo sobre nosotros: cuando finalice esta importante conversación y regrese a mis tareas diarias, tendré que convencer a muchísima gente de que esta nueva especie descubierta, la cual permaneció bajo tierra fortaleciéndose, esperando la mejor ocasión para poder extinguir a toda una raza vecina, no es un enemigo potencial sino una futura aliada.

Hizo una pausa y aprovechó para medir la reacción del ser que tenía delante. Seguía hablando con una sonrisa enigmática.

Algunos me acusarán de debilidad por mi inacción, abogando por un ataque preventivo. Otros se girarán hacia mí esperando que calme su temor. Los demás harán lo que yo crea oportuno, pues por eso soy la Óptima Emperatriz. Comprenderá mi prudencia.- explicó asintiendo como si se diera la razón a sí misma.- Entretanto, que su dios de la guerra siga favoreciéndole. Me gustará compartir más historias con usted en un futuro.- añadió con una expresión casi informal.

El líder de los Florp se quedó un segundo anonadado ante las palabras de la Óptima Emperatriz y después soltó una sonora carcajada.

- Oh, estoy seguro de que comunicaréis a vuestros súbditos de la manera más óptima posible, sin duda, para los planes a futuro que tenga. Quiero decir, contando esa parte de la verdad, sin duda podemos parecer poco más que viles traicioneros, pero si unos seres que sean cientos de veces vuestro tamaño os bombardeasen sin opción a negociar o escapar, ¿cómo reaccionaríais? -comentó con lo que parecía una media sonrisa- En cualquier caso, voy a abrir una vía de comunicación también con vuestro aliado. Pronto podréis calmar a aquellos militaristas que sólo quieran ver lo peligrosos que somos como potenciales enemigos y no lo beneficiosos que somos como potenciales aliados, con razones adecuadas. -expresó el líder con algo en mente.

Durante las conversaciones con ambas líderes, Tukin el Inconmensurable estaba llegando a un puerto interesante, así que decidió hablar con ambas líderes a la vez. Así pues, abrió una nueva vía de conversación con ambas.

- Saludos nuevamente, Aliadas de Orión... Veréis, estoy convencido de que a largo plazo, o incluso a corto, podría ser beneficioso para todos nuestros pueblos formar un pacto de no agresión, mezclado a su vez con un tratado comercial si lo consideran adecuado. Además, conociendo tan razonables líderes, estoy bastante seguro de que en esta nueva y tensa situación, al menos una de las dos ha dedicado ciertos recursos a mejorar los conocimientos para su respectiva especie... así como yo reconozco haber hecho. -explicó el Inconmensurable- Para que no parezca un simple intento de sonsacar información, proclamaré en primer lugar que en mi especie se han tomado esfuerzos para optimizar nuestra capacidad comercial tras el encuentro con tan numerosa vida en la galaxia... Así pues, si tenéis notas que nuestros investigadores puedan aprovechar, vuestra facción podrá gozar también de nuestros avances. -concluyó.

Shezzish fue la primera en hablar dirigiendose a ambos:

- A los marmoreos nos parecen correctos los terminos de tu acuerdo, sin embargo, he de decir que lamento no poder ofrecer una tecnologia en contrapartida a la suya, Tukin el Inconmensurable, ya que nuestra gente se ha lanzado avida de explorar al espacio, lo que si podriamos ofreceros....

Alza una mano y frente a los tres aparece la imagen de una fotografia aerea de una ciudad de seres de muy grandes dimensiones con un solo ojo.

- Es la posicion exacta del planeta natal de nuestra.... contrapartida antariana, los Cicops. Todo claro si le pareciera apropiado. Tenga en cuenta que esta informacion le seria muy util ya sea para tener controlados a seres que cabe la probabilidad de que sean hostiles o para atacarlos, si esa fuera la intencion de su raza...

La Óptima Emperatriz miró fijamente a su aliada durante unos instantes. Su expresión era difícil de leer pero obviamente estaba meditando algo muy deprisa. Miró a Tukin y adoptó una postura erguida. Sonrió discretamente.

- Una ruta comercial estable suena exquisita.- concedió con un leve cabeceo.- Supongamos que mi sabia aliada le otorga a usted esa información y que yo le ofrezco las bases de una nueva tecnología.- dijo lentamente.- Nosotras recibiríamos los informes de esa tecnología que usted ha investigado por su cuenta... ¿y qué más?- preguntó con curiosidad.

El trato estaba alcanzando unas dimensiones interesantes. Dar tanta información tenía que ser beneficioso para todos.

El líder de los Florp sonrió.

- ¿Consideran desequilibrado el trato? Verá, con cada investigación que otorgo ya sea a su especie o a la de su compañera, la aquí presente Matriarca Shezzish -estos nombres alienígenas eran como tener un cacho de carne entre los dientes, impronunciables a veces-, ambas reciben la tecnología que yo investigado, lo que es un doble beneficio a mi parecer. También se produce un pequeño desequilibrio entre ustedes dos, en favor de quien haga el trato, pero no voy a fingir que soy tan delicado como para que me preocupe sobremanera. El caso es que, en palabras de mis comerciantes, debería presionar a que me dieran dos tecnologías por cada una mía, para así pasarles la investigación a ambas, pero a título personal tampoco me parecía algo justo. -expuso con claridad- Por tanto, pensé que una pequeña dosis de información a cambio de ahorrarles la molestia del tiempo que se tardaría en transmitir información entre ustedes... ¿no suena razonable? -concluyó.

Tras un breve instante de frotarse los colmillos que salían de los laterales de la boca con una de sus grandes manos, añadió:

- Sumado a lo anterior, quiero preguntar: ¿si me ofreciese a venderos tal innovación, cuál os parecería un precio razonable?¿Dos créditos espaciales por cabeza más la información os parecería justo? -preguntó, pensativo.

Tras un rato de haber cesado la comunicación con el Arbryl con respecto a la alianza comercial, Tukin abrió una línea de comunicación a todo el sector Antariano.

- Saludos de nuevo. -dijo, ahora obviando el modo en el que antes había tratado de entenderse, de guerrero a guerrero, con Gekos- Me encuentro ahora mismo bastante interesado por vuestras especies. Ha sido interesante ver cómo otros también obligaban a trabajar a sus súbditos... -lancé una mirada significativa a los Arbryl- Bien, sea como fuere, y dado que la alianza comercial de momento no parecía interesar sobremanera, quería preguntar... ¿Qué os parecería adquirir los últimos estudios de mis científicos sobre los mercados? Creo que vuestros propios investigadores podrían sacar bastante al respecto. El trato es simple: tecnología por tecnología, si sólo os lo paso a uno de vosotros. Si debo pasároslo a ambos, ahorrando así el engorro del reenvío con sus costes añadidos, podría aceptar informaciones interesantes sobre el sector. -ofreció el líder de los Florp a los Antarianos.

Shezzish levanto las manos en gesto de "paz".

- Mi bien hallado Tukin, como bien decis podria parecer injusto a priori el dar una tecnologia a dos personas a cambio de otra tecnologia, sin embargo tened en cuenta que ahora mismo a nosotras el tiempo, dentro de lo que cabe, nos sobra y puede no importarnos que tardemos en facilitarnos informacion. Pero del mismo modo que su raza va a facilitar una tecnologia a dos personas, piense que tambien va a abrir dos rutas comerciales al mismo tiempo y que por tanto el beneficio redunda.

El líder de los Florp chasqueó la lengua. Algo no le convencía de los cálculos aquellos.