Partida Rol por web

¡Pero! ¿Qué crees qué haces? - dijo este, queriendo impedir el robo del cuadro.

¿Acaso no es demasiado evidente que alguien vive aquí? Sino no habría fuego. Lo más seguro es que solo se haya retirado por un rato, puede volver en cualquier momento. ¿Y quieres robarle un cuadro?

Reí levemente mientras Edain desmarcaba el retrato, ciertamente era igual a él.- Los emperadores tenían muchos amoríos, incluso puede que de verdad sea pariente, al menos descendiente de uno de los hijos bastardos que hubiese podido tener.- Reí nuevamente por esta idea, aunque era probable.- ¿Lord Bertram, cree que se pueda vender a buen precio? Tal vez nos ayude incluso a pasar por Roland , al menos como vendedores aventureros...

Tras escuchar a Lord Ahrem, me dejó hizo meditar ¿Porqué hay una chimenea encendida? ¿Quién viviría en este sitio abandonado? Posé la mano sobre mi espada, listo ante cualquier emergencia. Lo miré y respondí.- Disculpe, Lord Ahrem, pero este sitio está abandonado. Y a menos que el habitante de este sitio sea un noble, creo que tiene tanta potestad sobre ese cuadro como nosotros.

Ciertamente es un objeto caro y preciado, apreciaría que no se lo lleven - expuso, con una voz fuerte y clara, irrumpiendo en el salón.

Este había aparecido desde la nada misma, cargando una espada, la cual estaba envainada pero, Kyle sujetaba la empuñadura, como preparado para cogerla si era necesario.

Ser William - observó a este, apenas realizando un gesto de sorpresa - es extraño e interesante verte aquí.

Tú... tú eres Kyle, de la familia que es soberana de Banderlei. ¿Pero qué coño haces aquí? ¿Tú eres el que está viviendo en estas ruinas abandonadas? ¿Por qué?

Este hizo una pequeña mueca de sonrisa, y luego asintió la cabeza.

Vaya, entonces es verdad que ustedes no lograron regresar a sus tierras tras lo que pasó en el torneo. Por eso no se han enterado que fui exiliado.

Lo cierto es que es mi hermano mayor, Birmighan, ahora es el soberano de Banderlei. Ha matado a mi padre en complot con alguno de mis hermanos, y se hizo con el poder de nuestra casa. Me exilió tras que me rehusé a casarme con una mujer del reino de Lumen, impidiendo que consiga sus malditas alianzas.

Es probable, también, que este detrás de la guerra civil de Roland... - observó a los hermanos y luego asintió la cabeza - ah claro, ustedes no han regresado. No tienen idea de lo que está pasando allí - sonrió.

Este observaba a Kyle asombrado por encontrarse con semejante figura en un lugar tan remoto. Ya no parecía tan fuerte e increíble como cuando se lo veía con su armadura y el blasón de su casa. Ahora, era solo un sujeto más, con ropas cómodas y normales, casi parecía vulnerable. Pero este jamás lo subestimaría, su habilidad habla por si sola, y ya sido testigo en varias ocasiones de su destreza en batalla.

¿Y qué sabes sobre la guerra civil que ocurre en nuestro reino?

No mucho realmente... 

Se quedó pensativo, mientras observaba a todos. Aún se sentía nervioso por si alguno decidía atacarlo. Después de todo, la inferioridad numérica era una realidad, y por más habilidoso que fuera, no le sería sencillo acabarlos a todos juntos.

Al parecer apareció un pretendiente al trono. No sé como es ese cuento realmente, pero alega tener derecho real a la reclamación del trono de Illiandor. Así, consiguió imponerse sobre el concejo supremo de Roland, logrando que varios condes se sumen a su reclamo real. Bueno - sonrió - estoy seguro de que mi hermano debe apoyarlo también, de alguna manera u otra.

El punto es que no me extrañaría que la guerra civil acabe con todos los nobles muertos, excepto quienes decidan unirse a su casa, y pronto una guerra se desataría entre Roland y Illiandor, por acabar con el supuesto usurpador. Porqué esa es la misión, dicen que el Rey Harlock de Illiandor es un usurpador. 

Oktael se mareaba ante tantos nombres, políticas e intrigas. Sin embargo le llamaba mucho la atención que aquel joven viviese solo en este lugar. Un noble así, con la fama que decían que tenía, tendría muchos seguidores, sino un ejército listo para recuperar lo que le podría corresponder.

- ¿Y tu planeas permanecer el resto de tus días en estas... ruinas?- preguntó el africano bruscamente. Se había acercado al fuego para calentarse un poco las manos y secar sus pertenencias. - No compartirás tus planes con un grupo de desconocidos...- miró a los hermanos.- ... o no tanto.

"Ya veo que estamos presenciando el nacimiento de una alianza política... en vez de uno, vamos a ir por dos reinos..."

No, no es mi intención - dijo entre risas, aunque no tardó demasiado en ponerse serio - la realidad es que... mi hermano se ha hecho con el poder, y no es un tipo fácil de llevar, mucho menos de los que perdona. Esto es solo algo temporal. Hasta que se me ocurra algo, o surja alguna oportunidad.

Este observó a Oktael y le recordó rápidamente. Después de todo, los hombres de piel negra eran muy escasos en aquella región, y fácilmente lo identificó como uno de los luchadores del torneo. Al verlo sentarse de forma calmada y calentar sus manos, empezó a sentirse un poco más tranquilo con la presencia de estos invasores en su casa.

Edain hizo un gesto con los hombros de desinterés como respuesta a Ahrem, sin embargo pegó un pequeño susto cuando Kyle entró en la habitación, produjo una risa nerviosa y desempolvó la parte de arriba del marco y "centró" el cuadro, se sonó la garganta y con la frente en alto bajó del banquillo. Quedó en silencio escuchando a los demás hablar de familias y traiciones.

Miré a Kyle con desprecio. Al verlo, pude ver que era muy parecido a su hermano, Dravon...- Deja el acto, Kyle. No nos respetaste tú, ni tu familia. Muy tarde para hacerlo ahora...- Recordé como suplicaba a él y a Birmigham por justicia, recordé como pedía clemencia a su hermano... Mi ira se acumulaba poco a poco, pero aún era capaz de mantenerla. Sin embargo, mi tono hostil contra Kyle no disminuía.

-Tú no eres tan amable como para dar tal información a cambio de nada. Supongo que querrás que nosotros solventemos el problema en Roland, dándote esa "oportunidad" que tanto necesitas...

Sin embargo, tenía que pensar con la cabeza fría. Aunque fuera un traidor, seguía siendo alguien poderoso. El era el único capaz de limpiar nuestros nombres, mi única opción para volver a ver a mi familia.

-No tengo ninguna intención de ayudarte, al menos sin esperar nada a cambio.- Lo miré fijamente, con todo el resentimiento que poseía hacia su familia.- Y si he de pedir algo... Es la cabeza de Dravon, y un duelo contigo. Ahora.

Pólux no conocía a aquel tipo de nada, pero por lo que sabía, había sido su familia quien había jodido a sus nuevos compañeros, y por ende entendía la reacción de William. No obstante, aunque se posicionó a su lado, le advirtió diciendo:

-Así que tu eres uno de los que jodió a mis actuales compañeros, ¿no? -expuso mirando a Kyle- está claro que os merecéis el exilio, aunque no sea por el crimen correcto -dijo mirando a William, el cual por lo que le había contado, entendía perfectamente su enfado- mas debo deciros que este hombre es famoso por su habilidad con la espada, en todos los pueblos de Pulkria los campesinos alaban su hábil manejo, así que si yo fuera vos no lo retaría; si queréis darle una lección no tengo problema en ayudaros -expuso siempre dispuesto a una buena pelea- y si no, que os pague el agravio con oro, o con ese rico cuadro del tatarabuelo de Edain -dijo sin importarle mucho si era el  emperador o quien quiera que fuese, ya en su mente se lo había fraguado como un pariente del comerciante.

-Gracias, Pólux, pero quiero un duelo justo. No hay porque morir, Kyle... Al menos por ahora, mientras le somos útiles el uno al otro.- Dije esto sin desviar la mirada de Kyle. Necesitaba mantener la calma... No era el momento de perder los estribos.

-Me lo debes, De Vincezo. Y yo se lo debo a Guinevere...-Por primera ,en 7 años, vez dije su nombre. El decir su nombre trajo una imagen tenebrosa a mi cabeza, pero traté de ahuyentarla mirando a Kyle. Apreté con fuerza la vaina y el mango de la espada, esperando la respuesta...

Este observó a William y se lamentó al escuchar lo que este le planteaba, acerca de su esposa.

Lamento tanto eso William - bajó la cabeza un poco, cuando finalmente tomó su espada y la terminó arrojando al suelo - pero no lucharé contigo. No tiene sentido. Yo nunca apoyé las decisiones de mis hermanos. Todos los hijos De Vincenzo actuaron siempre por su propia cuenta, incluido mi hermano menor, Travor.

Particularmente William conocía a Travor muy bien. Por mucho tiempo estuvo bajo su mando. Era el general más eficaz de la guerra, junto a el conde Aretinni, quienes fueron los líderes de ejército que más destacaron en el campo de batalla.

Jamás apoyé las acciones de Dravor... lamento tanto que hiciera eso con tu esposa... el día de vuestra boda...

Este parecía verse realmente triste por aquella situación, mientras se sentaba en una silla rústica que había cerca de este.

Algo allí no andaba bien, y eso a Oktael lo ponía nervioso. Desconocía la historia de la esposa de William, pero nada bueno se podía esperar.

Esta situación lo llevo a pensar en su mujer, su compañera y madre de sus hijos. ¿Dónde andaría ahora? Quizás nunca lo sepa. Sin embargo, trató que su atención se fijara en aquellos dos hombres. El desenlace de aquello no podía ser nada bueno, el honor de William así lo exigía 

Miraba a Kyle con furia. El me negó lo que yo más deseaba; No venganza, si no justicia.- Te imploré que hablaras con tu padre. A ti y a Birmigham. Me arrodillé. Me arrastré, y tu respuesta fue la misma: "Todos los hijos De Vincenzo actúan siempre por su propia cuenta". -Me temblaba la mandíbula. Mis puños temblaban, y sentía mi cordura perderse poco a poco. En el torneo, ansiaba poder luchar contra Kyle, eso y por la promesa de un puesto en la corte de Banderlei, eso habría garantizado mi justicia...

Acto seguido me quité mi armadura y mi franela de lino, dejando mi torso desnudo frente a todos. Mi cuerpo se encontraba lleno de cicatrices, y pude ver que Oktael reconocía el origen de las mismas; que no eran de ningún arma filosa, sino las de un látigo.- Tu hermano hizo que me azotaran por oponerme a aquel derecho "arcaico" e innoble. Por suplicarle que no lo hiciera.- Recordaba como reía mientras oscilaban el látigo sobre mi espalda, luego de haber abusado de mi esposa. Mientras ella yacía en una esquina, con la mirada perdida...

-Ella no pudo soportarlo. No podía estar con aquel hombre que había jurado protegerla, cuyo juramento rompió el mismo día. Ella... Ella era lo único que me importaba. Y cuando regresé de mi súplica por justicia... Ella colgaba de del techo.- Nunca le había contado a nadie mi historia, ya que era algo muy personal. Solo los de Vincenzo estaban al tanto de la misma, pero no aquel último detalle. Todos pensaban que mi esposa me había abandonado, cuando en realidad estaba enterrada en el sitio donde la había conocido.

-Nuevamente, Kyle, te reto a un duelo. Me lo debes.- Esta vez desenvainé la espada, y le apunté con la misma. 

Al escuchar el relato del caballero, incluso alguien tan despreocupado como Pólux, sintió cierta congoja en su corazón, pues el relato era terriblemente desgraciado, y el saber que le había ocurrido a quien consideraba su amigo, hacía que le doliera aún más. Así pues, poniendo una mano sobre William, dijo:

-Siento enormemente tu pérdida amigo, y ten por seguro, que si algún día quieres ajustar cuentas con ese malnacido líder de los De Vincenzo, cuenta con mi espada a tu lado; y sí, yo opino como William -dijo mirando a Kyle- la inacción es tan reprochable como la acción misma, ¡tened al menos la decencia de pedirle perdón y tragaos vuestro puto orgullo de noble! -exclamó el guerrero dejándose llevar por la ira, pues aunque aquel tipo no fuera quien violase a la mujer de William, odiaba que se sintiera inocente en todo aquello, y esperaba que se redimiera, para al menos aliviar en parte tal deleznable acto.

Kyle escuchó el relato de William y se sorprendió bastante cuando se enteró de que su esposa se había suicidado tras dichos acontecimientos. Agachó la cabeza y repasó aquella jornada, como sintiendose culpable de los actos cometidos, a pesar de no ser el autor de tal crueldad.

Cuanto lo siento William, Dios mío, cuanto lo siento - se puso de pie y cogió su espada, la cual había tirado anteriormente - pero veo que ninguna palabra calmará tu necesidad de justicia. 

Este la desenvainó y adoptó una pose de pelea.

Vamos entonces. De cualquier forma siempre fui mejor con la espada que con las palabras.

Oktael quedó perplejo ante el relato de William. Al final, el comportamiento bárbaro de aquella civilización, de aquella parte del mundo era más común de lo que parecía. Pero tenía algo en claro...

- William... tu causa es mi causa.- dijo con determinación. Miraba a Kyle con desprecio, como si hubiera sido él mismo quien cometió aquellas aberraciones.- Nadie debería sufrir esa tortura. Te comprendo mejor que nadie...- al final parecía que lo unían más cosas que las que pensaba.

Se acercó a Polux y lo miró con intriga. Tampoco entendía a qué iba el enfrentamiento y esperó que el viejo mercenario entendiera su gesto.