Partida Rol por web

Cuando Ildyra trato de levantarse y unirse al resto de sus compañeros, sintió como la niña de cabellos rojizos se abrazaba aun mas fuerte a su cintura. La joven paladina no dudo. La abrazó con suavidad y comenzó acariciar su espalda con dulzura. 

—Ambos hermanos son uña y carne. Desde que su casa cayó en desgracia y sus padres murieron, ambos se han apoyado como solo la sangre y la desgracia saben hacer. Si queremos sacar a Shandal tendremos que utilizar a su hermano, no hay otra opción— respondió el anciano con voz pausada—. Quien se adentre en la torre arcana sin duda tendrá dificultades para afrontar las posibles trampas y los guardianes de acero. Debido a que los hombres más jóvenes, incluso los estudiosos de lo arcano, en ocasiones tienen la necesidad de demostrar su hombría me vi obligado a tomar cartas en el asunto. Inscribí glifos de disipación a lo largo de la torre arcana. Si Shandal descubre o ha pensado que vamos hacer lo que tenemos pensado hacer, sin duda habrá levantado tales prohibiciones a los alumnos que le sean fieles. De tal manera que estaréis sin vuestra magia en el interior para infiltraros y luchar.

» No creo que siga viva la cabeza del ghoul, aunque por precaución la quemaría— sugirió poco después de escuchar las inquietudes de Abelgos—. Respondiendo a su pregunta señorita, me temo que es imposible reconocerlos a simple vista. La creación de los vampiros está relacionada con efectos de gran poder como las runas verdaderas, los nodos de poder o la caricia de deidades malignas. Por el contrario los vástagos se crean arrebatando hasta la última gota de sangre del cuerpo de un mortal y dándole a beber sangre de vampiro. 

Cuando Nalen´Dag observó la inquietud en el rostro de Aerin, su rostro se torno avergonzado durante unos instantes. Tras esto sacudió la cabeza con enfado y el orgullo se instauró en su rostro. Con gran porte se irguió todo lo que su cuerpo lo permitía. 

—Los que se transforman se sienten atraídos hacia sus creadores, sirviendoles con gran lealtad. Además se cree que estos vástagos despiertan a la bestia interior, regresando a un estado primitivo en el que las necesidades básicas son exacerbadas. Aquellos que encuentran ese destino se convierten en letales depredadores de capacidades físicas y mentales inhumanas— añadió poco después con fuerza en su voz—. Sin embargo, no temas. Hay historias sobre vástagos que se han revelado contra sus sires y de ghouls que han logrado romper el vínculo que les ataba a sus amos. Con esto quiere decir que hay una falla en el proceso del llamado “abrazo”. Antes de que partamos os inscribiré un tatuaje protector que proteja vuestro cuerpo de tales manipulaciones.

Mientras el arcanista de avanzada edad hablaba, Aerin se había acercado a observar las heridas del capitán Mikel, junto a sus compañeros Vicnan y Cylina. Ahora que sabían que era más que probable la influencia de una runa verdadera todo cobró sentido. Sin perder un solo instante continuaron levantando los vendajes hasta llegar a su brazo derecho el cual estaba completamente necrosado. 

La piel del joven inquisidor se tornó cenicienta pues creía cuál era la respuesta al sufrimiento del pobre capitán. Cuando un Liche tocaba durante unos instantes la carne de un mortal, el sujeto experimentaba un gran sufrimiento debido a la apoptosis celular, sin embargo la muerte total del tejido implicaba bien una tortura de gran duración a manos del no muerto o el influjo de un factor sobrenatural externo que mantuviera dicho efecto en el tiempo: una runa de poder. 

Por otra parte las dos brujas intercambiaron miradas de inquietud al comprender que el pobre humano iba a morir en cuestión de días si no hacían algo para evitarlo. El efecto sobrenatural que había provocado la necrosis se había propagado de manera sistemática por el cuerpo del paciente, necrosando de manera lenta e implacable vasos sanguíneos, tejidos y nervios. 

En aquel momento Balthor recordó la existencia de una hierba que podía sanar los efectos nocivos provocados por la caricia de los no muertos; sin embargo solo había escuchado de su existencia en una antigua leyenda druídica. En el Bosque de los Gigantes se dice que existe un espíritu del bosque, encarnado en un león de gran tamaño. Quizás fuera una leyenda absurda o quizás no.

Mientras los tres vigilantes examinaban el cuerpo del capitán e intercambiaban miradas de extrañeza, confusión y miedo una voz suave como la miel rompió el silencio. 

—Soy Mérida— susurró la joven después de tirar ligeramente de los ropajes de Ildyra—. Los monstruos llegaron al pueblo. Hicieron daño a papa y mama. Joel y yo intentamos huir, pero nos encontraron y huimos. 

Las lágrimas comenzaron a deslizarse de nuevo por las rosadas mejillas de la joven, la cual seguía apresando como un cepo para osos la cintura de la hermosa paladina. 

—Cuando mire atrás mi hermano no estaba, asique escondí— explico con la voz rota y apagado entre sollozos—. Los malos apresaron a un montón de niños con cadenas y grilletes, pero a los demás les pegaban hasta que…

Las palabras de la pequeña murieron en alguna parte de su garganta al recordar la masacre que había presenciado. Sin duda una pequeña no debía presenciar tal atrocidad.

Balthor compartió la leyenda druídica sobre el león del Bosque de Los Gigantes, pero no andaban sobrados de tiempo, el capitán estaba en las últimas.

- ¡Si algún vampiro quiere transformarme aquí estoy, si se atreve!- se dio un fuerte golpe en el pecho - mientras nos encargamos de los que se pongan por delante.

Una jovencita llegó a su tienda con las malas nuevas, Blathor se enfadó mucho ante tal historia de abuso y muerte gratuitas.

- Tranquila chica, aquí somos muy fuertes y vamos a darles a esos desgraciados su merecido, vamos a recuperar a esos niños antes de que te des cuenta.

Al final siempre ocurría lo mismo cuando se trabajaba en grupo, según se obtenía información se abrían mas frentes y se iba perdiendo de vista el objetivo. Cuando empezó a hablar lo hizo con un tono neutro, analítico, sin rastro del sarcasmo o el desdén que solía mostrar.

—Hasta ahora tenemos un vampiro tremendamente poderoso con mucha influencia en el reino, que se ha asociado con el nuevo archimago y además por lo que sabemos de lo ocurrido en Mesh´Ran, seguramente también haya un liche implicado.

—El objetivo final es el vampiro, pero sabemos muy poco de él y nada del liche, de momento deberíamos centrarnos en lo que sabemos a ciencia cierta. El archimago debe ser uno de sus aliados más influyentes y la torre es un lugar de gran poder que no debería estar en sus manos, si acabamos con él y controlamos la torre le obligaremos a mover ficha, entonces sus colaboradores seguramente se pongan nerviosos y se vuelvan imprudentes. Además, su hermano es un caballero y por lo tanto alguien con contactos e influencias, para preparar la trampa tendremos que investigarle bien y seguramente consigamos información sobre sus aliados, por no hablar de la que pueda conseguir el grupo que se infiltre en la torre.

—Cuando empecemos a obtener información de sus aliados el paradero de los niños acabara apareciendo, ya que su secuestro seguramente tenga algún propósito oscuro y rituales de ese tamaño no se hacen sin que haya bastantes implicados a los que sonsacar, porque investigarlo ahora sería ir a ciegas—. Se giró para mirar al hombre postrado en la cama. —En cuanto a la cura, lo siento por el capitán pero ir a buscarla sería una pérdida de tiempo y es posible que la acabemos encontrando igualmente, al fin y al cabo si te asocias con este tipo de criaturas y eres medianamente listo, deberías tener algún seguro a mano por lo que pueda pasar.

Se apartó a un lateral y se apoyó en una de las camas, había hablado mucho más de lo que le gustaba hacerlo, pero creía que era importante que el resto se diera cuenta de que no debían dispersarse más de lo necesario. —Por cierto, yo soy buena con el subterfugio, en combate me defiendo y manejo con los temas arcanos.

Caidus coincidía con Cylina, salvo en una cosa. El destino del capitán no era motivo de preocupación para el elfo, pero su información podía ser muy útil.

—Hay que salvar al capitán. Por su edad y experiencia, su versión de lo ocurrido nos puede aportar información precisa. Al menos mucho más que la que nos proporciona ella—dijo señalando grácilmente a Mérida.—Dada nuestra situación, actualmente es la fuente más cercana y fiable que tenemos. ¿A qué distancia está el Bosque de los Gigantes?

—¿Qué más sabemos de Zagrán Grigory?—continuó, mirando al Archimago—Dado que Shandal ha sido pupilo suyo, ¿cree que es posible que le haya ocultado este asunto a su hermano Zagrán? Puede que su objetivo final no sea ayudar al vampiro, sino usurpar su posición de poder, y no quiera involucrar a su hermano para protegerlo, o para protegerse a sí mismo.

—Por otro lado, gracias por tus palabras, Abelgos, pero aunque yo ciertamente domine la magia arcana, Aerin posee conocimientos arcanos más profundos que yo. Por mi parte, creo que mi mayor aportación puede ser en la búsqueda de la cura del capitán y en detener a Shandal.

Ildyra se mordió el labio inferior mientras consolaba a la niña y decidió alejarla de la conversación acostandola en una parte de la enfermería susurrandole palabras de consuelo.

Se acercó a los demás suspirando. -Bueno, al menos sabemos que hay algún superviviente...-

Mientras comentaban planes unos y otros Ildyra volvió a repetir lo mismo.

-Con mi aura y habilidades es poco probable que me gane la confianza de gente maligna, pero creo que podría mejorar las relaciones y la visión de la gente del poblado hacia nosotros. Esparcir rumores positivos y esas cosas.-

Miró directamente a Balthor. -La confianza es buena, pero demasiada puede ser venenosa, tenedlo en cuenta y recordad que una retirada a tiempo es una victoria.-

Miro al archimago con una cara de preocupación - parece que lo que sea que aflige a nuestro capitán, que parece obra de un liche, podría ser consecuencia de una Runa verdadera, salvo que el susodicho haya tenido tiempo de torturarlo. Y dudo que haya dos que se manifiesten de forma similar al mismo tiempo. Sé que debemos detener al vampiro, pero este hombre tiene respuestas. Podría usar un hechizo e intentar adentrarme en u mente, pero desgarrada por la fiebre no sé lo que encontraría. Deberíamos ir a por ese remedio, no sea que no sea sólo un vampiro el problema.

Si no os parece ml, iré a... informar de los nuevos datos. La decisión de si enviar a alguien más no nos corresponde a nosotros, será nuestro general quien lo decida. En cualquier caso, si que estaría bien conocer nuestra capacidades. no soy una luchadora de vanguardia, aunque mis hechizos y pociones son muy versátiles y tengo algunos conocimientos de explosivos, pero si soy una erudita que maneja todos los temas, gracias a que uso mis mejunjes para amplificar mi capacidad cognitiva, superando a la mayoría por una amplia diferencia. Si bien no soy buena mintiendo, en mi tierra mi función es supervisar los tratados y hacer de mediadora, vigilando que se cumpla la ley. Si pretendéis que me infiltre, mis pociones y poderes ayudarán, pero no soy mejor que el cazador medio de una tribu con un poco de ayuda de su chamán, no me declararía especialista. Y no voy a negar que darle un puntapie a Shandal me gustaría, pero igual soy necesaria en otro punto

Nalen'Dag ofrecía información a cuentagotas, pero cada vez que hablaba la misión se tornaba un poco más difícil, si eso era posible. Nada en todo aquello iba a ser sencillo, y si muy arriesgado; un error y, como si de las fichas de dominó se trataran, todo se iría a la mierda. Debían actuar rápido pero sin precipitación, contundentes pero sin caer en la violencia gratuita, hacer lo que fuera necesario pero comedidos en sus acciones. No, no sería sencillo.

Se alegró de tener alguna defensa contra la posibilidad de ser convertido, pero no parecía suficiente, pues aunque eso les mantendría a salvo de levantarse contra los suyos una vez muertos, no les impedía ser dominados en vida. Así lo mencionó.

—¿Podrías protegernos también contra la dominación mental? —preguntó al anciano.

Mientras el arcano pensaba en ello, siguió escuchando lo que unos y otros iban diciendo, como discutían sobre que hacer y como hacerlo. Intervino alguna que otra vez, especialmente para proponer una división en varios grupos que se encargaran de distintas cosas de una sola vez; divide y vencerás, como alguna vez había escuchado decir, era un gran consejo en ese momento. Si golpeaban fuerte en varios puntos a la vez, no darían tiempo al enemigo a organizarse. En cuanto a la cura, no estaba tan seguro de que fuera algo prioritario, y pese a ello no lo descartó de inmediato. Empero, no creía que fuera una idea centrarse en eso y retrasar lo demás; cuanto más tiempo dieran al vampiro y sus aliados, más complicado se volvería todo.

—Puede que un par sean capaces de ir al bosque, regresar con la cura y luego unirse al resto antes de que movamos ficha definitivamente. Balthor, que conoce las leyendas druídicas, y alguien más que esté familiarizada con los conocimientos necesarios. —Aerin era la opción obvia, pero la había cogido cierto aprecio y en verdad prefería tenerla cerca. Por otro lado, desde el intento de control junto a la Catedral había estado algo despistada, podría ser que otro asunto la ayudara a despejarse.

Asentí a la recomendación del archimago en lo que la cabeza del ghoul se refiere, le tocaría ir de nuevo a donde entregó las pruebas y dejar la estricta recomendación de quemar esa cabeza solo por si acaso.  Por otra lado el que pudieran inscribirles runas de protección mental le gustaba, le había sentir seguro.

Se giró para ver los que tenían una conversación paralela sobre el capitán enfermo, logró quedarse con fragmentos y repitajos de lo que decían, lo que incluye ir a un lugar a conseguir un ingrediente. Se ofrecería voluntario, no por cuidar a un desconocido si no por tener algo de acción y estirar las piernas. 

-Un servidor. -Contesto a Agatosh. -Si al "miau miau" le parece bien. 

A pesar de que las palabras de Balthor rebosaban energía y confianza, no pareció reducir el miedo que se había instaurado en el corazón de Mérida. En su lugar continuó abrazada a la joven paladina, disfrutando del consuelo ofrecido por la sierva de la luz y la justicia. 

—La decepción provocada por Shandal, unido a que él y su hermano tienen una relación estrecha, me lleva a desconfiar y pensar en una posible colaboración en todo esto. Por ello no creo que debamos confiar en él— dijo Nalen´Dag ante las palabras de Cylina— La mejor opción sería colarnos en su casa, dejarlo inconsciente y enviar un mensaje con el sello familiar a la torre arcana. De esta manera quizás no sospeche en absoluto mi antiguo pupilo. 

» Por otra parte la leyenda que comenta vuestro compañero acerca de una cura es cuanto menos interesante; sin embargo, no creo que sea nuestra nuestra tarea buscar tal cura— añadió poco después sin dar tiempo a ser interrumpido—. A pesar de ello informare a Lancerot, ya que no solo nos permitirá salvar al capitán Mikel y la información que pueda ofrecernos, sino que será un recurso de gran valor en futuras luchas contra este enemigo. 

Cuando Agatosh preguntó sobre un posible remedio para proteger sus mentes el archimago de avanzada edad asintió con confianza, dando a entender que crear una poción o una encantamiento de protección no supondría un gran reto para él.

-Un servidor. -Contesto a Agatosh. -Si al "miau miau" le parece bien. 

Balthor soltó una sonora carcajada mientras le daba un golpe en la espalda con su mano tamaño pala que le removió un poco los órganos internos, si tenía mocos seguro que ya estaba despejado.

- Que gracioso Abelgos, no tengo problema en ir contigo, pero parece que esa cura tendrá que esperar,  es una leyenda al fin y al cabo, pero tenemos objetivos mas urgentes, ese tal Shandal será duro y esa torre no va a ser un sitio fácil de dominar.

Vicnan casi sintió la palmada que recibió Abelgos de Balthor. El hombretón parecía un compañero leal, aunque con semejantes muestras de afecto tal vez era mejor mantener cierta distancia profesional.

- Por mi parte, estoy listo para partir - dijo Vicnan - por supuesto esperaremos a tener todo el equipo necesario, pero siento la voluntad de Sarenrae impulsándome a actuar -

Se le escapó una sonrisa enjuta al ver que el druida de casi dos metros de altura se reia con su broma sobre gatos. Se hubiese reido su propio chiste pero estando en el hospital y con heridos que necesitan reposo no quiero hacer escandalo.

Por otro lado la palmada que viene es recibida y aunque me mueve un poco de mi posición la soporto sin pena ni gloria, después de los últimos días recibiendo palizas con bandas de hierros en los puños o mazazos en la cabeza, una palma de pesaba lo que dos pulgas fornicando.

-Un grupo entusiasta, la mayoría. Me gusta.

—Entonces tenemos un plan. Creo que estamos listos para volver a la ciudad, en cuanto puedas prepararnos para lo que está por delante —dijo al mago, sin darle más vueltas. Lo difícil comenzaría pronto.

No le gustaba demasiado la idea de adentrarse en un lugar donde no pudiera usar su magia, gracias al ritual del aquelarre nunca había sido muy dependiente de ella, pero desechar un recurso valioso nunca era buena idea.

—Pues diría que ya tenemos un plan, deberíamos ponernos a ello cuanto antes. Al fin y al cabo tiene pinta que nos tocara improvisar sobre la marcha, así que mejor ir con tiempo.

Me encojo de hombros. Poco sentido tiene ya la conversación, todos han dado su punto de vista, es momento de partir. Uhmm, distinto señuelo, pero el mismo plan, hacernos pasar por quienes no somos. Si cae en esa trampa y le capturamos será algo que recordarle, yo tendría cuidado, un mago no cae dos veces en la misma piedra... o lo hace a propósito.

Alya se dio un par de toques en la barbilla pensando sobre la situación. Le parecía que iban a actuar sobre información incompleta y que, probablemente, cualquier plan que diseñasen ahora, sin importar el cuidado que le pusieran, no sobreviviría al contacto con el enemigo.

Acarició de forma distraída la recién estrenada insignia de Vigilante que se había colgado del exterior del destiltraje. - Al final, un plan sólo es necesario para saber de qué te estás desviando. - pensó mientras asentía, mostrando su acuerdo con el grupo y la tarea que tenían frente a sí.

Bueno, me gustaría poder encontrar la cura, ya sabeis, cualquiera de vosotros puede ser el siguiente.

Era algo bastante conocido que los paladínes eran inmunes a practicamente todos los venenos y enfermedades, por lo que suponía que aquello no le iba a hacer daño, pero no podía decir lo mismo de los demás.

-Pero no podemos dividirnos más... una pena. Me dedicaré a esparcir buenas palabras sobre nosotros y sacar información.

Al día siguiente se reunieron en la tienda del archimago, la cual había sido ampliada a través de medios mágicos en más de cinco veces su tamaño original. Allí les esperaba el capitán Marcus, acompañado de Nalen´Dag y su familiar, el pequeño roedor que se hacia llamar Mhun.

Mientras Mhun embotellaba el brebaje contenido en tres calderos de gran tamaño, su amo inscribía un complejo tatuaje a cada uno de los Vigilantes que les protegería de la influencia de la vitae vampírica. Horas después todos los presentes lucían un grabado arcano en sus espaldas y multitud de frascos de vidrio yacían repartidos de manera ordenada en una gruesa mesa de roble.

—Los viales de color purpura protegerán vuestras mentes de los embates mentales de nuestro enemigo, mientras que los de color esmeralda cambiarán vuestra anatomía hasta convertiros en personas completamente distintas. Ambas pociones realizaran su efecto durante veinticuatro horas aproximadamente. Por último, los frascos que contienen el liquido cristalino son de agua bendita— explicó el archimago con voz calmada mientras señalaba sus obras recién creadas—. Dadas las circunstancias no he sido capaz de preparar nada más. Me temo que cada uno solo podrá tomar una poción de cada y dos frascos de agua bendita. Si coordinamos bien nuestras acciones debería ser mas que suficiente.

» Si ya estáis preparados es hora de marcharnos— añadió instantes después de que los presentes guardaran el nuevo equipamiento—. Acercaros.

Cuando el grupo se reunió alrededor de Nalen´Dag, este golpeo el suelo con su bastón, provocando que cientos de luces de pequeño tamaño los rodearan hasta formar una hermosa cúpula.  Al retirarse aquel manto de luces de artificio, el grupo se encontró en lo alto de una colina desde la que podían ver la ciudad de Norul en la lejanía.