Partida Rol por web

Estaba un poco agitada luego de la batalla. Simplemente había atacado en un estado de pánico o ira o cualquier otra cosa, pero ahora estaba consiente de lo ocurrido. Miré los cuerpos con un poco de asco y lástima. Cambié mi postura a una más relajada. Asentí ante las cosas que decía Marcos y me acerqué simplemente para aclarar una cuestión que me dejaba intranquila.

Esta bien, creo exactamente lo mismo. Dije con un tono bastante frío mientras me posicionaba frente a el. Clavé mi mirada en la suya para que viera que no estaba jugando. En un ágil movimiento lo tomé del cuello y apreté lo suficiente para que no hiciera más ruidos extraños. Pero estas cosas como veras nos pueden matar en cualquier momento y ahí afuera hay más. Lo manejé de tal forma para que viera un segundo los golpeteos en la entrada y luego volviera a mirarme. Y no son sordos, escuchan bastante bien. Así que mantengamos el sonido al mínimo.

Lo solté bruscamente y me di media vuelta al almacén, no sin antes tomar una silla por si aparecía otra de esas porquerías. 

Marcos pudo esquivar fácilmente el agarre de Jenny, pero como pensó antes, adoraba el amor apache, hizo lo que sus gestos le indicaron y no le importó aparentar que le intimidaba, le tenía mas miedo a los muertos.

-Seh -dijo con la voz entrecortada por el agarre, y después mientras tomaba aire- tu eras la que decía antes que nadie sabía nada acerca de los muertos, ahora eres una experta nena, y contando como amas a Dios, me sorprende que no le hayas pedido que me callara. Y si vuelves a hacer eso tal vez tengamos que buscarte una tienda S&M y encontrarte un bañador de cuero apretado, una máscara y un látigo.

Rebuscó en su maletín los cigarrillos y el encendedor que Javier, el representante con el que firmó contrato había dejado en su camerino. Con los dedos todavía temblorosos sacó uno de la cajetilla y se lo puso en la boca, generalmente pensaba que fumar era para reinas y perdedores, pero dada la situación.

-¿Alguien quiere un mentolado?- dijo poco antes de ponerse a buscar.

Cuando todo habia terminado pude soltar un suspiro y me acerque al zombie que haba derribado, parecia bastante inanimado, Por el momento parece estar quieto. Contesto a la respuesta de Marcus, pero rapidamente me giro, Lucas, ve a buscar una botella de vodka y algo para vendarte el brazo. Yo acompañare a Jenny al almacen y de paso a chekear que no haya nadie mas.

Yo haria turnos para dormir? En parejas. Y asi todos podremos descansar. Pero primero hay que bloquear la entrada principal para que no entren los zombies. -Cogi unas sillas y mesas y las puse a modo de bloqueo.
Chicos si encontrais alguna arma de fuego dadme una, que aun se usarlas...

Entras al almacén haciendo el menor ruido posible. Te mueves como si hubieras estado allí dentro cientos de veces antes de esa. El silencio dentro del almacén es total, hasta que escuchas a Matías acercarse y estropearlo. Parece que él no se ha molestado en ser cuidadoso...

Al entrar en el almacén descubriis que allí no hay ningún ser más. Por lo demás, las estanterías están medio vacías, es probable que alguien saliera de allí con las manos llenas y bastante prisa hace no mucho tiempo...

Ea prepara una pequeña barricada en la puerta con las mesas y sillas sobrantes. Parece una construcción sólida, y si Lucas ha conseguido mantener la puerta cerrada, en principio las mesas deberían hacer ese trabajo mucho mejor. Cuando ha terminado, se da cuenta de que ahora el único lugar para sentarse es el suelo, pero merece la pena sabiendo que estais un poco más seguros allí dentro...

Además, habeis bloqueado la única sálida, asi que hasta el día siguiente nadie puede irse por su cuenta

Buscando detrás de la barra, encuentras una caja metálica escondida bajo la caja registradora. Parece el típico lugar donde alguien guardaría un arma. Sin embargo al abrirla descubres que está vacía. Alguien debe haber pensado como tu antes y se ha llevado el arma. Sigues buscando y parece no haber nada útil, hasta que al abrir el lavavajillas encuentras un cuchillo de cocina. Parece ser que al estar allí dentro nadie se acordó de él...

Di vueltas por todo el almacén hasta estar 100% segura que allí no había ninguna persona. Nadie escondido bajo un estante ni dentro de ningún mueble pero tampoco se veían muchos víveres que digamos. ¿Qué magnitud había alcanzado esta plaga de personas salvajes? No estaba segura, de hecho no tenía ni la más remota idea, pero si se extendía considerablemente estarían unos cuantos días a la deriva y como todos sabemos, sin comida no vivimos. 

Busca todo lo que puedas de comida, armas u objetos que se puedan usar como tal. Voy a avisarle a los demás que se queden tranquilos. Le dije a Matias mientras pasaba por su lado para volver a la entrada.

Cuando volví lo primero que noté fue la barricada reforzada de la entrada. Perfecto, ahora tendríamos un poco de seguridad en lo que quedaba de la noche o por lo menos esperaba que así fuera. Puse la silla en el medio del lugar y me senté en ella. Apoyé mi tobillo derecho en la rodilla izquierda y empecé a tamborilear esa misma pierna para desestresarme. Muchas cosas extrañas estaban ocurriendo y lo mejor era relajarse y pensar.

Buenas noticias. Parece que alguien asaltó el bar antes que nosotros y quedan pocas cosas. Por suerte en el almacén no hay ninguna persona ni viva, ni muerta, ni semi-muerta, ni un carajo. Ahora... Gracias por tu bello comentario Marcos, lo tendré en cuenta a la hora de ir al baño y tener que limpiarme. No sabemos que son esas cosas exactamente pero vimos como actúan. Si te pones en frente te comen, así de fácil. En el escenario vimos como con tu GRAN ACTO comenzaste a llamarles la atención y en cuanto nos escondimos y no escucharon más ruido se calmaron...o algo parecido. Por lo menos no estábamos rodeados hasta los pechos cuando salimos. Comencé a carraspear. Hablar mucho me secaba la garganta realmente y por las provisiones que podíamos sacar de allí, era mejor no gastar saliva.

¿Cómo anda eso? Le pregunté a Luke secamente mientras me acercaba y le tomaba con cuidado el brazo herido. 

¡Oh si!¡hora de aplicar los puntos de presión!- pensó el bailarín-.

Para eso estamos belleza, -contestaba con una plácida sonrisa de ironía mientras se acurrucaba y abría su maletín buscando una cosa- y te puedo ayudar en eso también cuando quieras, yo tengo experiencia en limpiar caquitas de niñas malcriadas, una vez tuve una coreógrafa muy ebria en el hotel que pidió que le prestara la ducha, pasados unos minutos sin que escuchara nada entré y la vi tirada en un charco de vómito y del trasero le salía... mejor no profundizo en el tema, pero no hubieran querido estar en mis zapatos.

Y ya que piensas irte muy afanada de doctora corazón con Lucas mientras sacas los trapitos al sol, tal vez sea buena hora para que levanten la mano aquellos que buscaron algo para bloquear la puerta de la muerte y aquellos que les importó cinco y se acomodaron a sus anchas en el auto ¿porque no levantas la mano? Sabes, si quieres podemos seguir con este apasionado baile toda la noche -en ese instante la mano que había levantado la usa para sacar un cuchillo grande de cocina que había encontrado, y su última frase la acaba de decir con un tono solemne y muy serio, como si estuviera dispuesto a llevar sus palabras hasta las últimas-.

O puedes decidir si quieres que sean cuatro o tres partes -entonces con una sonrisa de desenfado y placer saca otro Sandwich de jamón de cordero que tenía en su maletín y lo pone en el piso a la vista del grupo-, yo me conozco, y he sido claro con todos desde un comienzo, no esperes que un bailarín vaya por ahí dando patadas a lo Chuck Norris o gritándole a la gente para que se calle o a los muertos que se coman esto o aquello, yo sé mis límites, esos los tengo claros, te debo una disculpa por cierto ¡Pero era un jodido muerto!¡No creerás que iba simplemente a decir, -Ah es un muerto caminando, tres de esos se iban ayer a la casa de mi vecina a comerse a mi vecina.- Yo me pregunto si conocemos tus límites, o si queremos conocerlos cuando sientas el terror.

Pero no tienes que hablarlo conmigo -dice mientras se pone en pié, y se acomoda la mochila- puedes hacerlo con Ea -inmediatamente y con un movimiento ágil coge el cuchillo por la punta y se lo entrega a la militar -no te preocupes, guardé un arma más grande para mí- le dice con un guiño, saca la botella con el resto del agua de manantial y le da un trago para terminársela. Mi vida te pertenece preciosa, aquí tienes mis agradecimientos. Y si me disculpan me dirigiré al baño de señoritas para conseguir algo de agua y mirar si este hermoso rostro puede brillar una vez más, además que el encuentro me ha dejado con ganas de usar el Toilet, cosa que tampoco recomiendo que hagamos solos, pero no se preocupen, como el héroe que soy tomo esa bala por mi cuenta - dicho esto camina ágilmente hacia el baño, pero indirectamente atento a las reacciones que el grupo tendría a sus palabras.

Casi podía sentir remordimiento por crear una tormenta, pero no era un espíritu domeñable tampoco, por eso le agradaba Jenny.

-Un consejo gratis para finalizar, si quieres que tus escudos de carne estén en la línea frontal para recibir las balas, deja de tratarlos como si fueran robots o tú la mamá de los pollitos.

Eh eh chicos, calma! Al parecer nos tebdremos que ahuantar por tiempo asi que debemos tener buen rollo. Tendremos que mirar si hay suministros para alimentarnos todos bien, o almenos para subsistir.-Dije terminando de colocar las mesas y mirando la escena de marcos y Jenny.

Me concentré en lo que realmente me importaba. Escuché como Marcos comenzaba a tirar mierda pero la verdad es que no presté atención a las cosas que se refería exactamente. La herida de Luke era lo único que me llamaba la atención en aquel momento. Desde hacía tiempo que no veía algo así y podía jurar que la última vez había sido por el ataque de un animal. 

Lástima que perdí mi mochila en el auto de un acompañante. Seguramente quedó en el aparcamiento de aquel lugar, sino podría curarte esto en un santiamen. Le dije a Luke soltando su brazo y mirando a Ea. ¿Consiguieron el alcohol que pidió Matias? 

No me quedaba otra que hacer caso a lo que ella decía, así que me quite el saco que llevaba e improvise una especie de bolsa donde pondría algunas raciones para comer ahora. Unas latas de arvejas, algo de carne enlatada y esas cosas que parecian que no necesitaban demasiada elaboración para cocinar. Luego volvi a juntarme con el grupo y sobre una mesa, ¿Lucas conseguis... observe a Lucas descansando en el piso y frunci el ceño, idiota... ¿quieres morirte de una infeccion o prefieres que te corte el brazo sin anestecia?, me fije detras de la barra si habia alguna botella de vodka y obvio que lo iba a ver en un bar. Me acerque hacia el con la botella en la mano y me agache, acerca el brazo para que pueda ayudarte.

Matias no puedes coger nada del bar sin hacer una tirada de buscar. Las raciones de comida y todo lo que has sacado del almacen requieren una tirada de buscar, y la botella de vodka también. Por esta vez pase, pero recuerda que tu no sabes lo que hay en el bar hastra que buscas. Podría no haber comida enlatada, o no haber vodka en el bar ok?

-Gracias Matias   dijo Lucas mientras le trataban la herida del brazo.  -Ahora creo que voy a intentar descansar, hoy ha sido un día muy duro, y solo cuento desde que salimos del teatro, asi que mañana necesitaremos tener las pilas cargadas

Lucas se retira a dormir mientras el resto seguiis despiertos. Parece que ya habeis acabado vuestras tareas pero aun no habeis decidido como vais a montar las guardias, ni como vais a pasar la noche. Parece que dejar a Jenny a solas con Marcos puede ser más peligroso que beneficioso, pero nunca se sabe, quizás surja el amor...

Estaba furioso como no lo estuvo nunca en ese mes, o en ese año, las manos de Marcos temblaban de la ira, sus dientes rechinaban con fuerza, hubiera podido gritar, maldecir, chillar y romper cosas en un remolino salvaje, pero por alguna razón el remordimiento le impedía ser libre, lo sentía por Janeth.

Poco después de dejar al grupo Marcos entró en el baño de damas, era un desastre, no había nada rescatable, ni siquiera el papel higiénico. Si así estaba el de damas no tenía la mínima intención de saber cómo estaba el de caballeros, tomó otro trago de agua, recargó la botella, orinó largamente en el retrete y a la pálida luz que tenía revisó su mochila con el propósito de cambiarse de ropa, un vistazo al contenido de la bolsa le hizo comprender lo que pasó, angustiosamente se volcó al lavamanos y junto al espejo empezó a usar los últimos restos del jabón líquido de manos y el agua para tratar de borrar ese gesto de muerto que se le había pegado en el rostro, una y otra vez aplicó agua, una y otra vez se frotó el rostro, la mejilla izquierda empezó a dolerle por el súbito maltrato, pero el maquillaje no cedió, por eso Janeth sugirió que bailara Thriller con un disfraz de zombie, y allí estaba, MJ en un gesto de muerte que no saldría simplemente con un baño.

Se derrumbó un instante en la silla del retrete, una sonrisa de dolor y unas lágrimas corrían por su rostro - Es El Paraíso otra vez- se dijo a sí mismo. Janeth lo había fregado, y se lo merecía. Encendió su reproductor y por un rato escuchó una canción de Café Tacvba, con el espíritu un poco más consolado consideró sus opciones, si lograra localizarla tal vez consiguiera obligarle a decir que clase de maquillaje le aplicó, eso si no era ya una muerta caminando por las calles, de todas formas no había en España una mujer tan cabezadura como ella -bueno,en ese bar estaba una aspirante al segundo lugar- por lo que no creía que le fuera a colaborarle, podía ir al hospital y consultar con un especialista, ahora que lo pensaba, necesitaba preguntarle al doctor.

Salió del baño con un gesto un poco más reconfortado, sonriendo caídamente a los que lo veían, se dirigió a la parte de atrás de la barra, recuperó una caja de metal que había encontrado en su búsqueda de armas, y en ella guardó parte del contendido de la mochila, además de los restos que pudo encontrar a la vista de la botella que Ea le había roto en la cabeza al muerto, tal vez pudiera darles uso más adelante, o tal vez ya estaba empezando a perder la cordura y estaba tomando los hábitos seniles de la abuelita Flamenca, habría que averiguarlo en el futuro.

Regresó con la caja en una mano y se situó a una corta distancia de la pared de la esquina inferior izquierda del bar, a una buena distancia de la entrada y sus muros, pero en un punto donde tuviera perspectiva más o menos de todo, del grupo, de los muertos en el interior y de la entrada.

-Como dije antes dormí un poco en el auto, por lo que pido el primer turno de vigilia, si ya desea alguien acompañarme va en ustedes, creo que podemos descansar, pero mañana hay que pensar a mitad de donde nos quedamos, para saber a qué lugar vamos a ir- expresó con un rostro fatigado.

- Si quieres ya hago el turno contigo Marcus. - Dije con una sonrisa. Sería mejor hacer la guardia con Marco, que la pobre Jenny y el podrían acabar mal.

¡Acepto más que gustoso la propuesta!- expresa con una el bailarín con una sonrisa que pretende disimular la tristeza que siente a su interior- Quedamos así entonces, mhhh, supongo que va a ser pasada la medianoche, así que hacemos relevo en dos horas y media para que Jenny y Matt reciban la mañana, y lo que nos reserve.