Partida Rol por web

Las cosas parecían estar poniéndose difíciles, pese a que el monje había caído los otros dos sapos seguían en pie y eran bastante difíciles de impactar. Nuevamente Niamar trató de impactar a su enemigo con su espadón pero bastante hizo con no caerse al desequilibrarse con el estúpido golpe que la humana le había propinado. - Sólo una estúpida creería en estos dioses.- Dijo enfurecida a la mujer que se empeñaba en golpearla.

El guerrero se ve atrapado por ambos oponentes y en lugar de sentirse perdido una sonrisa se dibuja en sus labios, sin pensarlo dos veces deja caer su espadón y toma con ambas manos una de las cadenas de la cual da un tremendo tirón para intentar tirar a su enemigo..

Frustrado por no conseguir impactar en su último ataque, frunce el ceño cabreado y levanta su arma sobre la cabeza. Aquellas criaturas habían conseguido atrapar al paladín, que intentaba zafarse de sus cadenas sin éxito. Su cabeza sólo pensaba en golpear con total violencia al hombre-sapo que tenía más cercano, pero las heridas le hacían perder la concentración.

Elandris intenta volver a tocar a su compañero

Los kuo toa logran esquivar los ataques de Prag y Niamar con facilidad. Entonces, Zenram deja caer su espadón al suelo e intenta derribar a uno de los hombres pez sin conseguirlo.
Los dos humanoides tensan las cadenas mientras el que está en el agua retrocede hacia el muelle de madera.
Zenram logra resistir al primer kuo toa, sosteniendo con fuerza la cadena sin embargo, el otro hombre pez, logra arrastrar al paladin hacia la playa...

El primero se ve arrastrado entonces por el paladín y parándose sobre la espada la levanta del suelo con una mano, mientras con la otra sostiene aun el escudo con la cadena enganchada.
El segundo kuo toa retrocede manteniendo la tensión y aunque tiene una ballesta colgando en un costado, se mantiene desarmado sosteniendo su escudo con la cadena.

Sharp dispara otra flecha al agua...

Niamar no se lo pensó dos veces y lanzó un mandoble a la virgen que continuaba tratando de atacarla, la hoja cortó sin problemas la fina y escueta vestimenta que portaba así como la piel y carne de la joven, la elfa si quiera se molestó en ver el efecto de su ataque y se concentró el los arponeros que seguían tratando de atacar a sus compañeros, pero demasiado tarde su hoja golpeo el lugar que antes ocupara su enemigo, tras esto dio un paso alejándose, debían pensar en otra táctica.

Tomaj putej!!!! No impediran nuestro ascenso al Plano Esperanzonia! grita la preciosa joven.
Niamar esquiva a la virginal joven que intenta apresarla, y de un mandoble le cercena la hermosa cabeza!

El paladín observa como la criatura toma su espada y el odio se refleja en su mirada, es evidente que la acción de la criatura ha sido una grave ofensa para el humano, por lo que vuelve a intentar jalar de el con la cadena para derribarlo, sin embargo su odio hace que la cadena resbale entre sus manos...

Haciendo importantes esfuerzos por que la frustración no le haga perder la cabeza, vuelve a intentar atacar a una de las criaturas que sujetan al paladín. Sin saber muy bien por qué, se siente reconfortado tras el leve toque de Elandris.

Los kuo toa, a pesar de haber caído el que parecía ser el mas fuerte de los humanoides, no dan tregua y esquivan todos sus ataques con gran maestría!
El que esgrime la espada de Zenram, lanza un mandoble descendente demostrando que sabe manejar muy habilmente el gran espadon, cuando atravieza armadura y hombro del paladin y lo derriba al suelo malherido.
Su compañero se acerca frenando un ataque de Niamar con su pegajoso escudo e intenta quitar del cuerpo sangrante de Zenram el arpón atravesado!

Elandris ve como su amigo cae al suelo malherido y sorprendiendose a si mismo, arriesgando su vida, se acerca rárpido hacia él. (Lógicamente evitando pasar cerca de los kuo toa hasta el último momento)

Una vez se encuentra junto a él lanza un conjuro de curación manteniendose continuamente atento a sus enemigos.

Con un rápdio movimiento Niamar evito que su espadón quedara trabado en el escudo de aquellos seres, aquel había sido un movimiento arriesgado por parte de su enemigo que quedó expuesto unos instantes, tiempo suficiente para que la elfa descargara con fuerza su arma sobre este hendiendo la armadura y la carne con igual facilidad.

Harto de tanta flecha fallando su objetivo, Sharp pone por un momento la mente en calma, no puede ser que un cazador innato como el falle tantos disparos. Cierra los ojos, regula su respiración, por fin apunta desde una buena posición a su rival, y dedicando una oración mental a su diosa Artemisa, incrusta una flecha en la piel escamosa del kuo toa.