Partida Rol por web

Tom coge las cartas de la primera mano con cierto temor, amedrentado y sobrepasado por su imaginación y el poder que le supone a la ninfa-dragón que tiene enfrente. Mira sus cartas… Mala mano, y empieza a dudar de sus posibilidades.

…¿Cuáles serán las consecuencias de perder?...

Casi sudando, el pobre mediano juega a la defensiva, con un juego conservador tremendamente previsible. Y obviamente, cuando todas las cartas están sobre la mesa, ha perdido la ronda.

…Maldita sea…

Emeraldz lanza una sibilante carcajada que hace que un escalofrío recorra la espina dorsal del saqueador. Su susurrante acento le recuerda al de una serpiente ¿Y qué hacen las mangostas sino comer serpientes? Criaturas más grandes que ellas, letales y venenosas, no son rivales para la astucia y velocidad de aquellas nobles alimañas. Tom es una mangosta, el meloncillo de Eterlund, y con aquel pensamiento logra hacerse inmune al miedo, el veneno que estaba corriendo su temple, como las mangostas se inmunizan a la picadura de la víbora en su primer combate con ellas.

La segunda mano no es espléndida, pero ofrece posibilidades.

Rosmarino esboza una misteriosa sonrisa y deja caer una de sus cartas.

-Es un trato justo, sí. Tanto si gano como si pierdo será un consuelo, tener un regalo tuyo sería una bendición, pero servirla sería más que un honor… - Intenta engatusarla mientras piensa su próxima jugada.

Los dos disfrutaron jugando a las cartas, pasando las horas con rapidez mientras ganaban una mano y otras veces perdían. Finalmente llego la ultima mano y esta era la que decidiría quien ganaría y quien perdería. De momento iban empatados, pero la mujer dragón parecía guardarse un As en la manga.

Scrauggh, indico al grupo que continuara. Moviendo su mano les indico que le siguieran mostrándoles la entrada al templo. Caminando con porte atlético y ágil ascendió la escalinata que llevaba a las antiguas puertas de recia madera labrada con motivos elficos. A unos cuantos metros de estas, una de sus hojas se abrió como si fuera empujada por una fuerza invisible, como si nada. Por el aspecto y tamaño los héroes  llegaron a la conclusión de que la hoja requería de tres personas corpulentas para poder abrirla.

Debéis saber que esta construcción es muy antiguaaa. De tiempos inmemoriales. Emerald es su guardiana!!

Ahora entremos en su morada! Mi ama se contentará al ver que hemos llegado antes de tiempo.

Caminando a través del ancho pasillo hacia el interior de aquel misterioso Templo, el grupo se sorprendió de lo ricamente decorado y perfectas condiciones en que se encontraban las paredes, techos y pilares.  Incluso  notaron que el suelo no se ensuciaba a su paso, a pesar de los restos de barro en sus botas. Preocupados por el estado de Tom, musitaron una plegaria esperando que esta aun estuviera vivo. Crum no se perdonaría que al descerebrado mediano le hubiera ocurrido algo.

Avanzando hacia el interior llegaron a una sala circular  de unos  50 metros de diámetro, en cuyo centro, sobre un pedestal se erguía imponente la estatua marmórea de una elfa que debía medir unos 4 metros de altura,  señalando con una de sus manos el techo abovedado -a unos 12 metros de altura- rematado con una cubierta de bronce y cristales tintados de unos 10 metros de diámetro que reflejaban la luz del exterior.  

Monedas de diversos metales y cuños brillaban a sus pies- pilas de platino y oro eran rematadas por gemas del tamaño de un puño y obras de arte repartidas por doquier. Figuras de piedra de aspecto humanoide decoraban la estancia, repartidas alrededor de la sala,  parecían tan reales que los héroes creyeron que podían cobrar vida en cualquier momento. Los ojos de Andor se abrieron maravillados ante tanta riqueza.  Habían oído historias de juglares y bardos sobre la codicia de los dragones, pero esto superaba con creces aquellos relatos de Taberna.

Un diván rodeado de cojines purpuras y telas extravagantes, descansaba cerca del altar. Varios cofres y armas de afilada hoja, se disponían a su alrededor.  Una consola repleta de licores exóticos, un arpa y un joyero completaban la escena.

Pero lo que dejo realmente perplejos a los héroes fue lo siguiente: Sobre el diván descansaba una elfa de pelo verde y su compañero Tom. Estos parecían conversar mientras disfrutaban jugando con lo que parecía ser una baraja de cartas. Alzando su copa, Tom saludo a sus compañeros al verlos entrar.

Extrañados de la surrealista escena y de no ver a la gran Sierpe, el grupo avanzo siguiendo al orco.

Los héroes vieron como el orco se arrodillaba a unos cinco metros de le elfa y apoyando sus puños sobre el suelo, agachaba la cabeza con respeto, exclamando: Ama! Aquí están los elegidos!

…Salvado por la campana…O no…

Tom había perdido, sin duda, pero cuando sus compañeros irrumpen en la sala decide evitar sombríos pensamientos sobre las consecuencias de aquella última mano y alza su copia jovialmente hacia ellos.

- ¡Hola compañeros! ¿Qué tal el viaje? -

Ilene caminaba entre las riquezas atesoradas por la dragona. Conociendo el celo de estos seres por sus cosas ni siquiera se le pasaba por la cabeza tocar una sola de aquellas monedas. Igualmente observó con preocupación la gran cantidad de figuras de piedra talladas con una maestría sorprendente. Estaban fuera de lugar en aquel sitio y eso le preocupaba.

Por otra parte se fijó en la elfa de pelo verde. No conocía en detalle los poderes de los dragones, pero por la actitud de Tom era plausible que fuera otra "invitada" por la dragona o incluso la propia dragona... todo era posible.

Se aproximó junto con sus compañeros a la pareja que jugaba tranquilamente a las cartas. Solo contestó a Tom cuando llegaron al su ado.

- Bien, no ha habido ningún problema. - Fue la escueta respuesta.

- Y seguro que el pequeño también. GRRR. dijo tras referenciar el orco que habían llegado antes de tiempo. El templo era antiguo, muy antiguo, se notaba en  el aspecto de la piedra que sostenía sus paredes. Una gran puerta se interpuso ante ellos y se abrió como si nada, sin nadie tocarla. Sólo podía significar magia. Si la puerta se cerraba tras ellos estarían en graves apuros. Cada vez que se adentraban más Crum estaba más inseguro.

El templo en si era un tesoro propiamente dicho, un tesoro arquitectónico que fascinaba al enano y hacía de menos las abundantes riquezas que había en los alrededores. Encontraron sentado al mediano junto a una elfa de pelo verde, pero no había rastro del dragón por ningún lado. ¿Qué habría pasado?

El saludo del mediano pareció precipitado como si intentara evitar algo. Le dedicó una mirada fría y gruñó en su interior.

-Ella ES el dragon...-

Tom lanza un fugaz mensaje mental a Andor, esperando que no fuera detectado por Emeraldz.

El lujo del salón sorprendio al guerrero. Las montañas de riquezas más allá de su imaginación lo distrajeron de la urgencia. Las joyas, el oro, las pinturas, las sorprendentes estatuas; todo era sorprendente. 

Al ver a Tom jugando tranquilamente con una hermosa elfa, sonrió aliviado y dice - Tom! Que bueno verte a salvo, jajaja! Y en buena compañía, no?-

Pero la sonrisa se congela en su rostro al darse cuenta. La advertencia en su cabeza recorre su cuerpo como un balde de agua fría. El guerrero usa toda su fuerza de voluntad para no cambiar su postura y tomar su arma. Ahora está sumamente alerta a lo que ocurrirá a continuación. Sus ojos se clavan fijamente en la elfa y no la pierden de vista.

Justo en el instante en que Tom le enviaba el mensaje mental, la espada de Andor comenzó a vibrar ligeramente en su espalda. Realmente parecía cierto lo que el mediano contaba, haciendo que el guerrero hiciera un gran esfuerzo para no empuñar su arma.
Emeraldz dirigió una mirada pícara a Tom y exclamó sonriente: ohh pequeño saqueadorrr! Me temo que habéisss perdido vuestra última mano. A continuación volvió su mirada hacia los héroes y exclamó alzando su copa: Muy bien Scraughhh. Veo que esstán todosss. Por favor acercarosss y tomad una copa. Debéiss descansar antess de comenzar la búsqueda de vuesstro camarada. Pronunciando a continuación unas palabras ininteligibles mientras chasqueaba sus dedos, se materializó una mesa rectangular de tamaño considerable, repleta de viandas y diversas carnes de aroma exquisito, cuyo olor abofeteó las fosas nasales de los héroes. Emeraldz se levantó y señalando con su mano invitó al grupo a que tomara asiento mientras Scraughh le acercaba la silla para que ésta se acomodará. La invitación parecía sincera y no era sabio ofender a la anfitrióna.

- ¿Perdido? Espero que no te hayas jugado nada. le dijo enfadado de nuevo al mediano. Sabía como eran aquellas criaturas y les encantaba meterse en lios. - Si señora. Cuentanos más sobre Thorgar. ¿Donde está? Por ejemplo. seguía tan enfadado con el mediano que no se dio cuenta que la mujer de cabello verde podría ser el dragón y la habló entre gruñidos. El que apareciera mágicamente la comida, no le agrado pero estaba tan hambriento que comenzó a comer si educación alguna.

Andor dio un paso atrás al ver aparecer la mesa. Miraba desconfiado a a comida y tardó en reaccionar. Está muestra de magia le aseguraba que en efecto, la elfa era la dragón. El guerrero recordo las historias de su infancia, algunos dragones muy poderosos podían mostrar visiones y engaños o incluso cambiar de forma. Pero a pesar de los trucos, los dragones eran orgullosos de su palabra.

Probablemente la comida era segura, concluyó Andor luego de ver a Crum engullir sin reparo la misma. Y el vino también al ver la copa casi vacía de Tom. 

Con gesto serio, el guerrero desmonta su espada de su espalda (sin desenvainar) y se sienta en la silla más alejada de la elfa. Con cuidado apoyó el espadón a un lado de su pierna, para poder alcanzarla rapirápidam de ser necesario. Con mejores modales que el enano, procede a tomar un gran trozo de carne con un tenedor. La comida en realidad estaba deliciosa. Sin embargo optó por no tomar nada de vino, no quería embriagarse ante un ser tan peligroso.

- Gracias por ofrecernos este banquete, pero por favor cuéntenos sobre nuestro amigo y el por qué nos invitó aqui.-

Tom se encoge de hombros con gesto de resignación cuando el gruñón enano alude a lo que sea que se haya jugado en la partida*.

En silencio y con el respeto que nace del temor, el mediano se sienta junto a sus compañeros y empieza a comer, tranquilamente, mientras espera a ver como se suceden los acontecimientos… A él ya le han pasado bastantes cosas por hoy.

La bienvenida había sido cordial, aunque algo en el gesto de Tom le hacía sospechar que quizás éste o había hablado de más o se había jugado algo que no debía a las cartas.

Se alzó de hombros, "lo que tenga que llegar lo hará a su debido momento", pensó para si misma.

Observó como sus amigos empezaban a comer de la mesa mágicamente invocada. La verdad es que Ilene tenía hambre, por lo que no puso ningún remilgo y se sentó al lado de su amigo Crum mientras empezaba a comer sin ninguna vergüenza.

No quería relajarse, pero el entorno, la mesa y la falta de sensación de peligro le hizo bajar totalmente la guardia.

Estoy colmosionada! como es esto posible... no lo puedo creer aun... esto es mucho en tan poco, en tan poco!, una dragona verde!?, un esclavo Orco? y que plan tendra tener a una bestia como esta?... sin duda si la luz necesita de la oscuridad para hacerse mas brillante y esplendorosa, entonces este es el justo lugar para que su energia de Lathander haga valer su fuerza contra tanta penumbra...  la Elfa no deja de estar callada sus pensamientos la agobian de tanta conversacion interna que no puede dejar de manejarla...

Elentari paso a paso, siguiendo de cerca a sus compañeros, solo se presta a caminar, sin cuestionamientos fisicos, ni verbales, su guardia esta activa, se le estar algo tensa y en su rostro refleja como sus pensamientos en conflicto se mantiene latentes, no le agrada el Orco, pero igual no se detiene, lo unico firme pero sutiles son sus pasos, los mismos que honor a su raza y estirpe

Estar enfrente de la forma humanoide de Emeraldz le hace sentir un poco de incomodidad, no sabe si ciertamente es una invitacion, o una mimica carnada para bajar la guardia y sufrir por la osadia... Como asimilar la precencia de una entidad mistica de tan completa magnificencia y a su vez compartir con ella como si fuera tan solo un ser viviente comun... es poco fuera de serie que Tom se tome tan libre su comunicación con Emeraldz... 

Elentari acepta un poco temerosa el ofrecimiento de tomar algo de beber, sus manos pasean un poco por la mesa antes de hacerse con algun recipiente para beber, tomar algo de algun dragon podría significar algo muy peligroso de hacer se dicen que suelen ser muy posesivos con sus pertenecias... yo lo seria su fuera dragon, lo cual seria algo magnifico y un poco loco... yo una dragona... jejeje...; aun así observa paseando por alrededor de la mesa a sus compañeros siendo ella la ultima en hacerse con alguna opcion para beber... Elentari espera sin ingerir nada latente y observante con una sonrisa disimulada

Los aventureros comenzaron a comer y apreciaron para su asombro que sus energías se reponían y sus fuerzas aumentaban.  Permitiéndose el lujo de saborear el festín regado con buen vino volvieron a preguntar por Thorgar y esta vez su anfitriona pareció más dispuesta a relatarles lo que con tanto misterio ocultaba. Una cosa estaba clara, Emeraldz los necesitaba para algo, al igual que a Thorgar y a los anteriores que le precedieron. Algo requemaba a Tom y Andor, los cuales parecían darse cuenta que posiblemente este fuera su último festín. Mirándola de repente con recelo. Los verdes iris de la elfa se posaron sobre ellos, como si esta de repente hubiera oído sus pensamientos. A continuación miro a todos y asintiendo comenzó a contarles una historia de tiempos antiguos. De cómo una poderosa semidiosa la crio y le enseño sus artes mágicas. De cómo Emeraldz ansió poseer más conocimiento y poder y de cómo su mentora fue traicionada por ésta no sin antes castigarla privándola del objeto que más deseaba.

Mirando en dirección a la estatua, les indico a los héroes que ella era una representación de Aka Rasha. No me malinterpretéis! Yo realmente la amaba! Con una amarga mueca sorbió un trago de licor y volviendo al presente, exclamo en tono serio y sombrío: Vuestro amigo enano accedió a buscar ese objeto a cambio de su libertad y las de sus hombres. Traédmelo y os habréis ganado vuestra libertad y la de aquellos que halléis. Traicionadme y no tendré piedad con vosotros. Haciendo una tensa pausa, los miro y continuo-  El objeto en cuestión es una gema esférica del tamaño de un puño. Ésta está protegida en una cámara por poderosos conjuros que me impiden entrar en esa área. Solo tenéis que descender a las catacumbas del Templo y cogerla. Probando a los nuevos voluntarios, prosiguió- No es tan difícil.

Que más queréis saber!

- ¿Por qué crees que seremos capaces de atravesar esos conjuros? - preguntó al instante Ilene. - Algo capaz de detener a un ser como tú no será algo fácil de desactivar.

Ilene comía y bebía sin problemas mientras hablaba.

- Está claro que no somos los primeros. Necesitamos saber qué ha detenido al resto de incursores... a qué se enfrentaron y qué los detuvo. Por otra parte, la libertad está muy bien, pero quizás necesitemos algo más.

- Si conseguimos lo que deseas, que nuestra recompensa sean nuestros deseos... uno para cada uno. - Se atrevió a comentar Ilene tratando de negociar. Era muy difícil negociar con un dragón, pero sabía que eran criaturas que mantendrían su palabra si es que accedían a darla. Hasta ahora la dragona había sido cordial y quizás proponer un aliciente adicional le hiciera pensar que se involucrarían más en la resolución de su problema.