Elden quedó horrorizado al ver como Bofrund se volvía piedra. Pero que demonios!? dijo tratando de encontrarle sentido a lo que estaba pasando.

Dalla sintió cómo sus pies se endurecían por momentos y supo que todo había acabado para ella. Su última mirada fue para Kroner. Era una mirada cargada de arrepentimiento y tristeza. Pensó en algo que decir pero nunca llegó a tener la oportunidad. 

A Kroner no le gustaba esa sensación de encierro, que seguramente el lobo de Elden también estaba sintiendo. En ese momento se dio cuenta que no sabía el nombre, o si tenía nombre.

Pero sus pensamientos se alejaron fugaces al notar que el piso se movía. Miró hacia Bofrund y su corazón casi se detuvo por un momento al ver cómo se transformaba en piedra rápidamente, con una magia poderosa y mortal.

-¡Bof...!- y se interrumpió al sentir un escalofrío recorriendo su cuerpo.

Tempus... ayúdanos y te llenaré de gloria...

El terror se propago como una llama sobre el heno de un pajar, haciendo que una especie de hechizo malicioso convirtiera en piedra a algunos de los compañeros. La furia bárbara de Gonkar resguardo al mediano de convertirse en una estatua, volviendo a recuperar la movilidad de sus miembros inferiores tras un latido de corazón. Kroner no resulto afectado, sin saberlo parecía estar protegido por una especie de campo de fuerza que repelió el ataque mágico, mientras que Slayer brillaba con fuerza en sus manos.

Garren con horror intentó correr sobre las baldosas en dirección al altar, intentado salir de la zona iluminada, ya casi lo había conseguido cuando tropezó y cayó convertido en piedra adoptando una curiosa figura- ya que al estirar sus brazos para protegerse de la caída quedo en una posición un tanto raruna, sus manos tocaban el suelo y unos de sus pies se apoyaba en el suelo mientras que el otro quedaba en el aire- deslizándose sobre el frio suelo salió de la zona iluminada, no sucediendo nada. Sobre su rostro descansaban las lentes oscuras que le permitían ver en la oscuridad, las mismas al ser mágicas habían resistido el hechizo.

Elden observó intrigado y preocupado todo lo que sucedía a su alrededor ya que el no sintió ningún efecto sobre su cuerpo. Girándose miro hacia atrás preocupado por Dalla y su lobo. Su compañero arañaba la superficie con sus garras intentando mordisquear la magia que emanaba de las baldosas, no parecía afectado pero Dalla, eso fue otra cosa. La bella princesa Maga comenzó a sentir la magia perniciosa de aquel lugar, manteniendo un porte digno, resaltada por su túnica mágica se preparó para despedirse de Elden y el resto de sus compañeros con unas últimas palabras, ya que pensó que era su fin……….

Elden y Kroner gritaron al unísono, Dalla! Noooooooo!

La última mirada de Dalla fue para Kroner. En aquellos preciados segundos se lamentó por no haber sido más sincera con él y por no no haberle mostrado sus sentimientos. Pero ahora era tarde... Pudo sentir la magia invadiéndola, superando sus defensas y cerró el puño sobre la túnica de las estrellas.

La túnica de las estrellas... un momento! -pensó.

La maga, en el último segundo de reacción, activó la magia de la túnica y su cuerpo se desmaterializó justo antes de la magia alcanzara su carne. En el suelo quedaron sus botas, petrificadas pero el resto de la noble volvió a aparecer casi 12 metros más hacia adelante, a salvo.

Sus piernas, temblorosas, no la sostuvieron y cayó de rodillas, descalza, sobre la fría piedra de las baldosas del templo.

-TEMPUS!... mi dios... gracias....

Kroner saltó hacia Dalla, intentando tomarla en brazos, que no tocara ese piso mágico que los había diezmado. Pero en ese salto se encontró abrazando el aire, y donde había estado la maga, había un par de botas petrificadas.

-¿Dónde...?- comenzó a preguntar el montaraz, buscando con la mirada a su compañera de viaje, y la encontró más adelante, sana y salva.

Escuchó las palabras de Dalla y éste sonrió, ya que pensaba lo mismo. Corrió hasta ella y le apoyó una mano en la espalda para ayudarla a incorporarse.

-Dalla... estás bien...- dijo consternado, aliviado, sorprendido, apenado y feliz -Por Tempus...-

Dangmar miro confuso e intrigado al ver tal poder capaz de convertir la carne en piedra. El erudito sintió un hormigueo recorrerle  la planta de los pies pero poco más paso, su dios parecía estar con él. Maldiciendo, bramo a sus compañeros: Debemos destruir este antro de maldad!

Alton musito una plegaria -réquiem in pace- rogando por las almas de los compañeros convertidos en piedra mientras horrorizado observaba sus rostros. Fue el último  en salir de la zona iluminada por la descarga mágica, asintiendo a las palabras de Dangmar, exclamo: El mal que yace aquí ha de ser destruido a toda costa. Aunque nos vaya la vida en ello!

Dalla se congratulaba de su suerte arropada por Kroner y el resto de sus compañeros. Las amenazantes estatuas con formas demoníacas seguían amenazantes como si fueran a caer sobre ellos de un momento a otro pero nada ocurría. Un silencio y calma tensa era todo lo que se rumiaba en el ambiente observando  el altar que estaba a tan solo unos cuantos metros, asentado sobre una plataforma elevada, decorada con siniestras tallas y cráneos humanos. Flanqueando el altar hay dos braseros de hierro que prenden en llamas al unísono, en ese instante. En las esquinas de este malvado templo se alzan dos estatuas oscuras -del tamaño de un ogro- vestidos con armaduras, portando uno un espadón de dos manos y otro una especie de lanza dentada. Sus rojizos ojos se iluminan con intensidad como réplica a las llamas verdes que iluminan el altar, mostrando con más nitidez las demoniacas estatuas.

Elden se alegró al ver que 2 Daña logró escapar de la macabra trampa, pero fue aún mas sorprendente ver a Gonkar deshacer la magia de petrificación, al entrar en furia, había escuchado antes, que los bárbaros eran duros oponentes cuando se enfurecian y ahora podía ver que eran ciertas aquellas historias.

Parece que te podrás desquitar con aquellas estatuas. le dijo al mediano para que pusiera su atención en los enemigos que recién parecían.

Finalmente, el vigía puso su atención en su compañero animal. Esta vez no lo iba a calmar. Preparate para atacar. le dijo para sincronizar ataques coordinados.

Kroner se levantó, soltando delicadamente a Dalla, y tomó con ambas manos a Lady, sintiendo cómo la magia comenzaba a recorrer su cuerpo.

Parece que tendremos acción, después de todo... pensó el explorador, dirigiéndose a su hoja.

Alton se interpuso entre sus compañeros y el maligno altar y alzando su símbolo sagrado musito una orden con la intención de desterrar el mal que habitaba en aquel rancio Templo. Por el poder de Tempus yo purifico este lugar! Irradiando un  haz de luminosa energía golpeo el altar rodeándolo por completo, sintiéndose por un momento victorioso, como respuesta un destello fulminante de negrura absoluta engulló la luz divina dejando a todos aturdidos. Una maliciosa carcajada resonó en la sala mientras que los braseros parecian avivarse, ascendiendo las verdes llamas hasta casi tocar el techo de la bóveda. ¡Qué -exclamo sorprendido el paladín-, que mierda es esta!

A su lado Gonkar piel de oso sostenía su lanza de adamantina preparándose para recibir a aquellas criatura de pesadilla que comenzaban a moverse hacia ellos, exclamando en su característico idioma: Vaaamosss puuuutosss! Gonkar destrozarrrr.

El guardián del espadón llego a la altura de los medianos en lo que dura un latido, el mismo era de cerca más grande aun de lo que parecía en un primer momento, debía medir más de 2 metros de altura, sosteniendo su espadón con ambas manos hizo un barrido lateral golpeando de lleno a los medianos -Alton interpuso valientemente su escudo y Gonkar su lanza adamantina-, pero nada pudieron hacer contra la fuerza del impacto,  que los mando literalmente por los aires siendo empujados varios metros  atrás. Gonkar cayó sobre el suelo atónito ante lo que acaba de suceder, mientras que Alton parecía haber quedado inconsciente tras chocar estrepitosamente contra la estatua de Garren cayendo sobre el frio suelo haciéndose añicos.  El escudo de acero del paladín que mostraba sobre su relieve el símbolo de Tempus, descansaba sobre el suelo partido por la mitad, como una burla cruel al dios de la Guerra.

El segundo guardián se movió igual de rápido para caer sobre Kroner, que se interponía valientemente para defender a Dalla. A su derecha se encontraba Elden y su lobo, Dangmar permanecía a su izquierda mirando atónito como habían quedado los dos medianos. Al encontrároslo tan de cerca descubrís que lucháis contra lo que parece ser una especie de armadura de aspecto demoniaco, haciendo una carga intentó empalar a Kroner, desviando la dentada lanza al chocar contra la flamígera hoja de Slayer, saltando chispas en su fallido recorrido, volviendo a recuperar su posición la criatura para acabar con la amenaza que ha irrumpido en el Templo.