Partida Rol por web

La arquera saca su arco de la espalda, coloca una de sus flechas en el arco, pretende intimidar al hombre que grito, el alineamiento de la mujer pide que socorra a los gritos que acaba de escuchar.

Sidhe se acerca a la puerta donde se escucharon los gritos, con el arco en la mano patea la puerta para tratar de abrirla y sorprender a la persona que esta amenazando.

Junto con Naurnes, Elessar busca el lugar que les habían indicado y de paso buscaba con la vista a sus otros personajes.

--"¿Qué crees de este ataque a estos elfos?" Lo comenta mientras mira la calle en busca del unicornio pintado en una puerta

Naurnes acompaña al otro elfo fuera de la sala y en busca del local donde nos han invitado a cenar.

-Creo que deberíamos esperar a ver qué dice. Parece que tiene cosas que discutir. Si le podemos servir de ayuda nos lo dirá. Me gustaría pensar que todo está arreglado ya, pero algo me hace sentir que no es así. Cenemos algo, puede que sea nuestra última cena caliente en un tiempo... -dice la elfa haciendo gala de su intuición femenina.

Acelero el paso , corriendo si es necesario para intentar alcanzar al personaje que sale pero intentado moverme con el mayor sigilo posible, mientras me fijo en él.

Estos elfos siempre en lios... me acerco indiferente a mi ritmo...

Te acercas tan en silencio como puedes dadas las circunstancias y, curiosamente, parece ser suficiente. La figura que sale por la ventana está muy concentrada en lo que está haciendo y no se da cuenta de tu presencia. Para cuando llega al suelo (parece que no tiene mucha confianza trepando) ya estás a un par de zancadas de él y aún no se ha dado cuenta. A esta distancia, la escasa luz que hay en la calle es suficiente para ver que se trata de un humano, de constitución menuda y bastante joven. Probablemente no ha cumplido los 17. Sus ropas, de buena calidad aunque muy gastadas por el uso, son oscuras y no pueden ocultar su botín, una pequeña caja, como para guardar pergaminos.

Os acercáis al edificio mientras veis como Auris llega hasta el tipo que salía por la ventana. No podéis ver gran cosa de él desde donde estáis, salvo que viste ropa oscura y poco más. Aunque ahora que estáis más cercas sí que podeis comprobar que lo que hay pintado en la puerta del edificio es, efectivamente, un unicornio.

Cuando salís a la calle veis a Klaxtor y Olaff que están cruzando la calle. Auris, más alejado, ha salido corriendo en dirección a un edificio que parece estar abandonado. Lo más estraño es que Olaff parece estar desatando su hacha, como si pensase usarla.

Al llegar a la puerta de donde proceden los gritos, Sidhe y Alma se encuentran junto a la misma. Ambas con el arma preparada, Alma con su cimitarra y Sidhe con el arco. Se reconocen de la caravana y ambas perciben que la otra esta aquí por el mismo motivo.
Sin embargo, antes de que Alma pueda llamar a la puerta, Sidhe le da una fuerte patada. Aunque las puertas en la posada, al menos en esta planta, parecen bastante resistentes, esta en concreto no resiste lo suficiente y se abre de par en par.
Las dos mujeres pueden ver la situación desde la puerta rota. Un hombre, aparentemente de origen mulan, está de pie en el centro de la habitación, vestido sólo con unos pantalones (no tiene armas a la vista). A sus pies hay una mujer de la misma etnia cuyas prendas no la califican como “vestida”. La mujer, que está llorando, tiene el labio partido.
Ambos os miran, paralizados por la sorpresa.

Tratas de aguzar el oído y consigues oír parte de la conversación de las dos mujeres (que hablan en Iluskano).
La mayor de ellas está hablando en este momento.
- Pues creo que jamás había oído hablar de ellos.
- Por que no se hacen publicidad. Se dedican a matar humanos a la menor oportunidad. Y las demás razas tampoco les hacen gracia.
- ¿Y crees que Salas y sus hombres darán con ellos?
- Eso espero. Creo que están buscando un perdido artefacto mágico que les dará un gran poder. Y eso no será bueno para nadie. Especialmente para los humanos de Eterlund.
- ¡Por los dioses! Esos Elder Valuza son de lo más peligroso.
- Eldret Veluuzhra.
- Eso... De acuerdo. Salas y tú tendrés mi apoyo. En lo que necesitéis. Pero debéis detenerlos, a todas costa.

Entremos a por nuestra comida, allá Auris con sus cosas. Tengo un dicho... nada de broncas con el estomago vacio.

Me pensaba que le interesaría más un posible enfrentamiento.

- Guárdanos sitio pues Klaxtor voy a ver que ocurre. ¿Te importaría dejar mi animal en el establo?

Voy atento a lo que hace Auris para desenfundar el hacha y coger el escudo, o no.

*Curioso...

Pienso, muy interesado al oir sobre un artefacto magico de gran poder... No puedo disimular una sonrrisa, es la clase de cosas que me interesan. Mas no veo como aproximarme sin llamar la atencion...

*Bah, al abismo con las sutilezas!

Me corro, ni levantado ni arrodillado sino caminando agachado, a una silla mas cercana a las dos mujeres y que quede mas o menos entre ellas, para verles bien el rostro, aunque sin sentarme en su mesa. Me dirijo a las dos, en tono bajo.

-Esos temas se deben hablar con mas reserva, señoras...podria haber oidos mas indiscretos que los mios, aqui. Y con otras intenciones...

Sidhe camina algunos pasos dentro de la habitación. Ver a la mujer con el labio roto, la enoja aun mas que cuando escuchó el grito de la mujer. Mira al hombre y le apunta con su arco.

"¿A quien ibas a matar, eh? Atrevete a hacer lo que ibas a hacer delante mio. Antes que propines un golpe más, unas de mis hermosas flechas quedara incrustada en tu pecho."

La guerrera espera la reacción del hombre que claramente esta un poco sorprendido por la situación.

Me balanzo contra la figura del humano, en le momento en que toca tierra,intentando derribarlo, para qeu así mis compañeros puedan venir y entre lso tres inmovilizarlo causandole el menor daño posible.

¿Qué demonios...? Un minuto y ya se menten en problemas. Salgo corriendo hacia Klaxtor y Olaff. Cuando los alcanzo pregunto en tono no muy alto --"¿No íbamos a cenar?"

Una mirada de incertidumbre compartida con su acompañante elfo le indica a Naurnes que tampoco Elessar sabe a qué se debe la carrera, pero sin duda debe ser importante si implica tener un hacha preparada. Sin entender mucho la situación y lanzándose a la aventura en cierto sentido, la elfa corrió tras el pequeño grupo. Tal vez sus artes sirvieran para algo y su curiosidad pesaba en su mente mucho más que su nada entrenada precaución. 

Caballero. Es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas.