Partida Rol por web

Tras dejar la mayoría de tus pertenencias a buen recaudo y bajo llave en la habitación que te han dado en el tercer piso, bajas a cenar. Te sientas en una mesa, cerca de la mujer del aura mágica (aunque no sabes si la sigue teniendo, pues se te ha pasado el conjuro). Mientras cenas y la observas, ves que la otra mujer de la caravana, que también permaneció en ella mientras los demás se internaban en el bosque, está cenando sola en otra mesa. No hay rastro de los otros miembros de la caravana.

Poco tiempo después, antes de que termines el estofado, llega una mujer para reunirse con la que estabas observando. Es una mujer un poco mayor que la otra pero con mejor porte. Ambas se alegran de verse y piden dos vasos de vino.

Al oir la pregunta de Elessar, me quedo unos segundos en silencio.
Ha muerto, entonces. ¿Sabeis algo de los otros?. No, claro. Vamos, es por aquí. Hablaremos más tarde.

Con estas enigmáticas palabras, el elfo os guía por las calles de Eterlund. De hecho, pasáis por delante del Perro Astado, el local que os aconsejó Cayo para dormir. Es un gran edificio de tres plantas, y no parece un mal lugar. Camináis durante un buen rato, ciertamente despacio, por tener que cargar con el elfo herido.

Finalmente llegáis al templo de Coleron Larezhian. Aunque se llame el Prado de la Estrella, no es un prado, aunque tiene un cuidado jardín. Se trata de un edificio de piedra, de dos pisos de altura, aunque al entrar, comprobáis que se trata de una sola planta, pero de techos muy altos. El edificio no tiene guardias y la puerta está abierta. Cuando entráis, cargados con el elfo herido, otro elfo, vestido como un acólito se apresura hasta vosotros. Tras comprobar el estado del herido, pero sin decir ni una palabra, os guía a una puerta lateral que da a una pequeña habitación con una cama, una silla y una jarra de agua en el suelo, luego os deja allí sin decir nada.

Una vez acomodado en la cama me permito cerrar los ojos unos segundos.
Gracias amigos, aquí se ocuparán de mi. Perdonad Elas, no pretendía ser maleducado. Ha hecho un voto, aunque no se en que consiste.
Ahora podeis dejarme aquí. Os veré por la mañana y hablaremos. En cuanto a la cena que os prometí, cruzando la calle hay un local, con un unicornio pintado sobre la puerta, parecerá estar cerrado, pero llamad y os abrirán. Decid que vais de parte de Caranthir y os darán bien de cenar.

Disimuladamente, bebo un poco de agua... Sin embargo, en realidad estoy tratando de aguzar el oido para saber que estan hablando....

AL llegar  a tan insulso lugar no hace más que despertar los más profundos resquemores en la joven caballero, que camina, con una expresión de asco en su rostro, pasando entre los sujetos que bebían. En la barra, puede ver al otro sujeto que venía en la caravana, quien como ella, no se movió de su lugar cuando todos buscaron anciosos poder ayudar a alguien. Alma repingó la nariz y pidió una habitación, en donde reposar un rato, lejos de la chusma.

Subió los escalones, en busca de la habitación, no le cosaría mucho dar con ella, al abrirla, miró a los lados y entró, recostándose en la cama, rezongando mientras miraba al cielo razo. repasaba lo que había visto con esos hombres, lo que estaban buscando. tenía deseos de averiguar más cosas, sólo por mera curiocidad.

-No es una cena lo que buscaba yo, señor. A mi más bien me movía la curiosidad... -dice la elfa en un tono bajo y como esperando a que el otro interlocutor rellene la frase. 

Entonces... ya esta todo? Se viene alguno a cenar?

No deseando molestar aprovecho para despedirme.

Como deseéis, si necesitáis alguna cosa mas estaremos unos cuantos días aquí.- Mientras me dirijo hacía la salida lentamente por si hubiera alguna respuesta.

Bien si necesitáis algo dejad recado en el Perro Astado.

Vamos Klastor y Olaff dejemos a los elfos que hablen tranquilos sin humanos. Mueca sonriente y mirada picarona a los elfos.

Buen trabajo Olaff os habéis portado bien en vuestra primera misión y ahoraa cenar que nos lo hemos ganado. Digo mientras conduzco a Klastor y a Olaff a la dirección indicada

Como despacio y con calma, no hay prisa para nada.

Al terminar la comida veo a los borrachos de al lado, al parecer se estan diviertiendo mas que yo, me levanto y subo las escaleras para dormir.

Con un asentimineto Elessar acepta la sugerencia de Caranthir. Una vez que los tres elfos están solos...

--"De todas formas, antes de marcharnos, creo que esto os pertenece". Saca de su jubón el anillo y los objetos de la elfa y se los da.

Se queda esperando alguna respuesta

Te cuesta oir lo que dicen, los campesinos borrachos están haciendo demasiado ruido, sólo captas algunas palabras sueltas.

Mientras estás recostada en la cama oyes un fuerte ruido en la habitación de al lado. Luego un hombre grita “voy a matarte por esto, zorra”. Una voz de mujer le suplica “No, por favor, no”.

Mientras te diriges a tu habitación oyes un fuerte ruido dentro de una habitación. Un hombre grita “voy a matarte por esto, zorra”. Una voz de mujer le suplica “No, por favor, no”.

Auris saca a Klaxtor y Olaff de la sala. Cuando me quedo a solas con los elfos, Elessar me entrega el anillo y una carta de mi compañera muerta. Me quedo unos segundos mirando el anillo y me lo guardo. Al encontrame entre elfos, utilizo nuestra lengua natal para hablarles.

Me ocuparé de que le llegue a la persona que corresponde. En cuanto a la carta... no se lo que significa, pero tambien sabré quien deba ocuparse de ello. Muchas gracias. Ahora no quiero entreteneros más, tendréis hambre y vuestros amigos os estarán esperando.

Auris saca a Klaxtor y Olaff de la sala, para que los elfos puedan hablar en privado. Al salir, os dirigís a la salida del templo y, desde la puerta, podéis ver, al otro lado de la calle, un destartalado edificio, que cualquiera diría que está a punto de derrumbarse, con algo pintado sobre la puerta. Puede que sea un unicornio como dijo el elfo, o puede que no, está demasiado lejos para estar seguro. Lo que está claro, es que alguien está saliendo por una ventana del primer piso de ese edificio que parece abandonado.

El sonido de la habitación continua la despierta de pronto, y restrega sus ojos, esas frases y esos ruidos. Alma se estira, y vuelve a recostarse, pero no podía quedarse tranquila, algo desde lo que había pasado con el elfo la había mantenido molesta, algo que debió hacer pero que no hizo.

No tenía puesta su armadura, pero echó mano a su cimitarra, si funda y fue a la habitación continua. colocándose en la puerta. Toca con fuerza tres veces, golpeando con la palma completa.

- abran ahora!- grita, avazallante, como era propio en un caballero.

Cuando ya comenzaba a prepararme mentalmente para cenar esto.

- ¿Qué hay en la zona alguna organización que quiera expulsar a los elfos? – Mientras intento ver algún detalle del que sale por la ventana. Aunque miro después de avisarme uno de mis compañeros.

- Como nos deje sin cenar me molestaré. – Voy desatando el hacha por si acaso tuviéramos que combatir.

Trato de prestar algo mas de atencion, esforzando el oido... Casi lamento no poder pasar mas cerca, pero no quiero llamar mas la atencion de lo debido...