Partida Rol por web

El nombre te suena. Antes de salir de Argluna te informaste un poco sobre tu destino. Supuestamente el Prado de la Estrella es donde se encuentra el templo de Corellon Larezhian que hay en la ciudad de Eterlund. O puede que ese sea el nombre del propio templo. Así que supuestamente está aqui, en alguna parte dentro de la ciudad...

El anillo es de plata. Tiene un símbolo grabado, pero nunca antes lo habías visto. Puede ser cualquier cosa, el emblema de una familia, de una secta, el símbolo de un mago o algo que simplemente parecia digno de ponerse en un anillo. Tiene el aspecto de una especie de runa.

La carta, por otro lado, está sellada con cera, pero sin sello. No tiene ninguna otra marca, ni destinatario ni remitente.

Aún no la has abierto.

- por fin..- Alma se pone de pie de un salto, y lleva su mano a los cabellos, para alizarlos un poco, y estirarse antes de tomar sus cosas, mira a su alrededor, todos aún estan preocupados por ese pedazo de carne. Alma respinga la  nariz y sigue su camino, escuchando las indicaciones de donde estaría la posada.  SIn hacer ningún gesto de agrado o preocupación, siguió  su camino, ya rumbo a la posada.

Pasas unos segundos identificando las auras, y compruebas que hay dos enanos con magia en las hachas. Uno de ellos tiene algo mágico en la mochila a sus pies.
Cuatro elfos en torno a una mesa, dos de ellos encapuchados, tienen magia, en una espada, una armadura, una capa, y uno de ellos sobre sí mismo.
Además, hay dos humanos, un hombre y una mujer, que aparentan ser simples campesinos, pero ambos tiene auras mágicas sobre ellos.

En la sala hay otras doce personas, pero ninguna de ellas tiene magia activa.

*Si.. aventureros sin duda. Bien, esto podra ser interesante..

Entro en la posada finalmente, echando un vistazo a los que poseen auras magicas en si mismo o en sus objetos personales... memorizando sus rostros. Podra ser util para despues... quizas.

Miro luego en busca de un encargado, y cuando le encuentro, me dirijo a el sin dudar ni la menor ceremonia, hablando llana y claramente mientras le miro a los ojos.

-Cuanto por una habitacion, por unas noches?

La bella elfa continúa hablando en élfico:

-Deberíamos llevarlo al prado de la estrella, a ese lugar al que llama el "templo de Corelon Larezhian". Supongo que un templo no debería ser muy difícil de encontrar -su tono sugiere a la vez que es nuestro deber así como que si se le hace caso se recibirá la gratificación de, como mínimo, su agradable sonrisa.

Asintiendo a Naurnes, busco rápidamente el anillo y se lo enseño al elfo.

--"Perdona ¿pero reconoces esto? y perdona otra vez por mis modales, soy Elessar Meneldur... ¿y tu nombre es...?"

Todo esto el elfico, claro está

El elfo se ha vuelto a quedar inconsciente, por lo que no puede responder a más preguntas.

Mientras los elfos que iban en la caravana se ocupan del elfo que encontrasteis en el camino, hablando en su propia lengua con el herido y entre ellos, algunos de los demás ya se han ido, presumiblemente a coger una habitación para pasar la noche en la posada recomendada por Cayo.

Te diriges tranquilamente siguiendo las indicaciones y no te cuesta encontrar el edificio. Cuando llegas hasta la puerta puedes ver el interior de la posada, donde hay varios grupos de personas bebiendo y algunas de ellas comiendo. Hay humanos, elfos y enanos. Cuanto te diriges a la barra para hablar con quien esté al cargo y pedir una habitación, ves a uno de los pasajeros de la caravana hablando con la que debe ser la posadera. No recuerdas su nombre, pero fue de los que se quedaron en la caravana cuando los demás se internaron en el bosque.

Las habitaciones individuales son dos piezas de oro por noche. Si lo preferís podéis acomodaros en el dormitorio común por dos piezas de plata. ¿Os gustaría cenar algo primero?

Los elfos están muy concentrados trando de hablar con el herido y entre ellos, siempre en su propia lengua. Y no se han dado cuenta de tu pregunta, pero puesto que el herido es incapaz de responderles por haberse quedado inconsciente otra vez, parece bastante claro que le vendría bien otro conjuro de curación. Sin embargo, está fuera de peligro y se recuperará completamente con descanso y cuidados.

Rapidamente, saco del bolsillo las 2 piezas de oro.

-Una habitacion privada, y bien apartada de las demas de ser posible. Que hay de comer?

*JA!, dormitorio comun.. Rejuntadero de ganado.

Mi mirada no esta fija en la mujerzuela, sino en el entorno, vigilando sobre todo a esas dos personas con auras magicas.

Me quedo durando si lanzar otro de mis conjuros al ser ignorado por los elfos.

Finalmente decido no hacerlo. Uno de mis maestros me indico que un sacerdote de Tempus debía comportarse de forma que no ofendiera a otras razas o formas de comportarse. Los elfos siempre se han considerado los creadores de la magia y nosotros unos simples aprendices. Seguramente alguno de ellos se molestaría si, sin su petición lanzara uno.

Como aparentemente esta estabilizado me limito a tocar ligeramente el hombro de Naurnes para recordarle mi presencia.

Sí no me dice nada seguiré de camino de la posada. Una vez atendido mi animal pediré habitación. Saldré y mirare si encuentro alguno de los compañeros para cenar con ellos recordando la advertencia de Cayo de no comer allí.

Naurnes parecía absorta en su conversación en su musical lenguaje y al sentir el ligero toque en el hombro del clérigo se sobresaltó. Su compañero élfico de la caravana, Elessar Meneldur, sostiene un anillo que enseñaba al elfo herido, ahora inconsciente.

-Ha vuelto a quedar inconsciente. Si puedes tratar de ayudarlo de nuevo seguro que lo agradecerá. Yo lo haré, al menos. Ha pedido que le llevemos al templo de Corelon Larezhian, pero no sabemos dónde está. ¿Podrías ayudarnos también en eso? -dice ahora en común, mirando al clérigo con sus ojos almendrados, cálidos y amables.

Cuando ya me disponía a marchar Naurnes se percata de mi presencia.

-Intentare ayudarlo con mis escasos conocimientos de conjuros. - Bajando la cabeza sintiendo mi poca capacidad real en contraste a cuando sali del templo en que me sentía un campeón de Tempus. Lo cual constato al notar lo debil que ha salido el conjuro.

-En lo que no puedo ayudados es en indicados donde están los templos de esta ciudad. De la granja de mis padres, que apenas recuerdo, fui llevado al Templo de Tempus en Argluna y nada mas salir fue para unirme a esta caravana. Incluso el trabajo me lo busco uno de los guardias del templo que me presento a la caravana.

"No tengo nada mas que hacer aqui" - pensaba la arquera- con los ojos situados en los acompañantes que iban hacia la posada descrita por Cayo camino en aquella dirección esperando buscar alimento y descanso.

Olaff vuelve a rezar a su dios por la curación del elfo herido y, aunque su estado parece el mismo tras el conjuro, el elfo recupera la consciencia. Intenta moverse pero lo hace con mucha dificultad.

Gracias, amigo. No se a que dios rezas, pero puedes darle las gracias de mi parte.
Lentamente y con evidentes signos de dolor, me incorporo y trato de poner de pie.
Ahora, si alguno de ustedes, nobles forasteros, fuese tan amable de ayudarme a llegar al Prado de la Estrella, gustoso les invitaré a cenar...

Aunque hablo en común, para todos los presentes, pronto centro mi mirada en los ojos de la dama elfa, y los mantengo allí.