Partida Rol por web

con el grupo reunido las posibilidades de que estuvieran conversando o algo así, relacionado con el asunto de los elfos; eran factibles. Fruncí el ceño, a no ser por esta herida, me hubiera acercado, pero quizás con algo de suerte, al salir del templo, estarían aún ahí. Encaminé mis pasos hacia el templo en busca de vendas y algo que terminara con las molestias que ya tenía por la estocada que ese sujeto me había proferido.

Te diriges al templo elfo. Allí una joven sacerdotisa elfa muy amable (puede que demasiado) te limpia y venda las heridas de forma bastante decente. Incluso te da una especie de té que, aunque no sabe muy bien, te calma el dolor bastante. Sin embargo la herida sigue ahí, y aunque no lo dice abiertamente, parece sugerir que lo que ha hecho es gratis, pero si quieres curación mágica la vas a tener que pagar.

Te sirven una jarra de aguamiel y te sientas a una mesa para beber tranquila. Es tarde y el único otro cliente que hay es un hombre que se está adormilando sobre su cena a medio terminar.
Mientras estás sentada bebiendo, entran por la puerta tres hombres (aunque técnicamente uno de ellos es un semiorco). En seguida los reconoces como parte de la caravana en la que llegaste a la ciudad.

le agradece de buena forma  a la elfa, a pesar de que le resulta algo empalagosa con su forma de ser, no podía esperar mucho más de aquellos seres que tenía de esa manera a proteger a otros. Aunque, bajó la mirada, aún pensaba en las razones de haber ayudado a esa mujer... Se levantó y se colocó sus ropas, mirando a la mujer, debe agradecerle nuevamente, ahí, una vez más yendo contra a su naturaleza... ¿que hacia con estos seres a los que debía ver como inferiores?. La había ayudado, y por lo mismo, le debía un favor, a pesar de que era el deber de los clérigos en el templo. 

Pide uno de los conjuros, de ahí a encontrar al otro clérigo y que más encima la cure, sería demasiado trabajo, ya sea persuadiéndolo, ya sea seduciéndolo. aguardó a que la curasen, tenía prisa para ir donde el resto del grupo.

Una vez curada sales del templo para tratar de encontrar a los tipos de la caravana. Sin embargo, para cuando has terminado, el grupo ha desaparecido. No hay rastro a la vista de ninguno de ellos.

Que desgracia, ya no estaba el grupo que había visto antes. Se habían discipado. Habían posibilidades de encontrarlos en la posada, al igual que sus cosas, si es que seguian ahi. Así que sus pasos se encaminaron nuevamente hacia la posada. Descansar  y comer algo, sería ideal, luego vería como averiguar cosas sobre aquel hombre.

Tan pronto como entras otra vez en la posada puedes ver al grupo que buscabas allí mismo. Un hombre está adormilado sobre su cena en una mesa, y la otra mujer, la que te ayudó contra el tipo de arriba, la llamada Shide, se encuentra cenando en una mesa. En otra mesa se encuentras los demás. Aunque parece que los dos elfos del grupo acaban de llegar pues aún están de pie y los otros tres, los dos humanos y el semiorco, parecen llevar ya un rato cenando.

Mientras los tres tipos de la caravana están cenando, llegan otros dos encapuchados. Son los dos elfos, un hombre y una mujer, que acompañaban la caravana y se reúnen con ellos. Pero antes de que puedan reunirse, entra tu compañera por la puerta, Alma. En cuestión de unos minutos se ha reunido en la posada una buena parte de los miembros de la caravana. Menuda coincidencia.

Veo a la gente, la misma gente que estaba en la caravana junto a mi entrar por la puerta de la Taberna.

"-Al fin, esto se esta poniendo bueno, ya quisiera irme de aqui y hacer lo que vinimos a hacer"

ver al grupo reunido le causa una sensación casi de familiaridad, después de todo, son los únicos rostro que podía identificar como conocidos en aquel lugar. Lentamente se va acercando la joven muchacha hasta llegar donde ellos aunque sin acercarse directamente sino, sentándose lo más cerca de ellos, para pedir algo de comer, le hacía falta, además, algo de beber.

Mientras estás cenando, puedes ver como poco a poco los otros miembros de la caravana se van retirando. Sin embargo, cuando la mujer elfa parece que se va, en realidad lo que hace es cambiarse de mesa dirigiéndote una amplia sonrisa.

-Hola, mi nombre es Naurmes. Tú eres Sidhe, arquera de la caravana con la que vine, ¿verdad? -su rostro cálido e inocente sólo puede ofrecer buenas vibraciones.

Mientras estás cenando, puedes ver como poco a poco los otros miembros de la caravana se van retirando. Sin embargo, cuando la mujer elfa parece que se va, en realidad lo que hace es cambiarse de mesa a la de Sidhe, dirigiéndole una amplia sonrisa.

-Hola, mi nombre es Naurmes. Tú eres Sidhe, arquera de la caravana con la que vine, ¿verdad? -su rostro cálido e inocente sólo puede ofrecer buenas vibraciones.

Levanta la vista hacia la elfa, sus cejas, y el arco que muestra con estas es señal de su suma extrañeza - no, estas equivocada- le responde con cierta sequedad, rueda un poco lo ojos para volver a a ver a la elfa, pero su forma de hablar no era para nada desagradable, al contrario, era mas bien atrayente- me llamo Alma - toma la pinta con cerveza y le da un sorbo, desviando la mirada hacia otro lado, esa aura clara, como Alma la llama le era familiar, desgraciadamente familiar.

Le devuelvo la sonrisa a la elfa que se acerco cuando creia que me quedaba sola.

"-Asi es, mucho gusto Naurmes. Lo siento mucho, hace algunos minutos tuve unos problema, ¿me perdi de algo, que hablaban los de la caravana?

-¿Problemas? Curioso, porque nosotros no hemos parado de llevarnos sorpresas hoy. Pero dime, ¿qué problemas son esos? Prometo ser discreta si hace falta -dice terminando la frase con una dulce sonrisa perfectamente capaz de infundir tranquilidad y seguridad a quien la escucha. Aunque la joven elfa lo más parecido a un arma que lleva es una daga y carece de protecciones o armadura, sí lleva algunos útiles que para el típico aventurero resultan claramente delatores: Naurnes es una lanzadora de conjuros y precisa, por tanto, de focos materiales para conducir su magia. Éstos, por supuesto, deben ir dentro de las bolsitas que porta bien ajustadas a su cintura.

"-Bueno, ¿no escuchaste gritos provenientes del piso de arriba? A no ser por mi y Alma, otras de las mujeres que iban con nosotros en la caravana, se habria cometido un asesinato, menos mal que llegamos a tiempo y nos enfrentamos con un tipo, bastante raro, Alma lo persiguio pero yo me quede aqui, no se que habra pasado, no se nada de ella, ni de la mujer, ni del tipo"

La sensación que se produce estar cerca de la elfa es de tranquilidad y confianza, pero, ¿podre confiar realmente en ella?

-Ese tipo, ¿no sería un elfo, verdad? Nosotros nos encontrábamos fuera de la taberna, el elfo que rescatamos durante el viaje de la caravana nos invitó a una comida... que resultó ser una trampa. Acabamos de volver. Creo que hay algo muy raro en proceso. Tantos ataques... Me da la impresión de que buscan algo de alguien de la caravana, no sé porqué. Sólo es una intuición, eso sí -dice Naurnes en tono cálido y bajo, reflexivo.

que melosa mujer era esta, ni siquiera se había presentado correctamente ante Alma, que permanecía algo algo extrañada porque, ahora, sin proponerselo, tenía a dos acompañantes en su mesa. Dejó la pinta de cerveza e hizo un mohin con los labios. no podría sacárselas de encima, por lo menos, no aún. Pero... ¿que era esa sensación agradable?, no no era la elfa, que ya la tenía más que asqueada con su presencia, sino... era otra cosa ¿acaso  extrañaba la compañía de otros individuos? No eso no podía ser, la mayoria no eran más que lacayos, plebe sin ni una pizca de alcurnia necesaria para que ella esté a su lado.Pero en ese momento, no se snetió tan mal ahí.

- si, esa mal agradecida, de todas formas no pude dar con ella, desapareció, preferí mejor, curar mis heridas - le comenta a la arquera - ¿y tú?...¿estas bien? - no pareció una pregunta realizada en un tono muy "agradable",pero por lo menos le preguntaba, lo que ya era mucho - en fin, ¿asi que dicen que aquel elfo los emboscó?... je. vaya,  hubiera sido mejor dejarlo a merced de los buitres y los gusanos, - se encogió de hombros, empinando, una vez más, su pinta - puede ser que tengas razón, que estén buscando algo en la, o de la caravana, aún no podemos afirmar eso, eso me recuerda que necesito saber quienes eran los que estaban en esa habitación, el posadero puede saber, ¿me acompañan? - les pregunta, ya colocándose de pie, tenía vendas en su abdomen, pero ya la herida estaba sanada, ella sólo no había retirado las vendas.

"-Es muy extraño todo esto,si, gracias Alma, si no fuera por tu ayuda...veo que estas mejor y me alegro, te acompaño, hay que investigar lo que esta pasando"

Me termino mi comida y mi bebida, ha sido una noche muy larga, comienza a cansarse mi cuerpo, ¿será seguro estar aca? ¿Donde estaban las otras personas que nos acompañaban, que tendrian que decir? y lo mas importante ¿por que nosotros?