ahora las tres mujeres reunidas en la misma mesa, (compenso lo de antes) iban a averiguar cosas, por lo menos la caballero y la arquero. De pie, caminan hacia la el mesón, buscando al tabernero.
¿sé cual era el número de la habitación?
En cierto modo. Las habitaciones no están numeradas. No tienes más que indicar la habitación a la que te refieres. En este caso, la que esta contigua a la tuya, la segunda a la derecha de la primera planta.
al encontrar al hombre, le pregunta por la habitación, la segunda, contados de adelante hacia atrás, al lado derecho, de la primera planta.
Sintiéndose un poco a rastras de las dos enérgicas mujeres, sin duda más habituadas a la acción que a la conversación, la joven elfa asintió y las siguió a toda prisa, para no perderse esa acción. A lo mejor averiguaban algo...
Vaya, tendría que hacer algo para avisar a los compañeros, estas mujeres no parecen integradas en la trama, más bien todo lo contrario -pensó para sí.
¿Esa habitación? La alquiló esta tarde un mercader del este que viajaba con su esposa. Precisamente vi a la mujer salir por la puerta hace un buen rato. Creo que tenía bastante prisa. ¿Por que lo preguntan? ¿Ha ocurrido algo? ¿Le han molestado?
esa frase "le han molestado", despierta las suspicacias en la chica - no es por nada en especial, pero por como te refieres a él, es como si fuera alguien importante, ¿lo es? - pregunta con una sonrisa en los labios, fingida, claro está-
Para mi todo el mundo es importante. Todo el que paga su habitación y sus consumiciones. No importa si es un mercader, un noble o un aventurero.
Algo ya exasperada, pero logra mantenerse en calma, rueda los ojos y vuelve a tomar la palabra - ah...¿pero no conoces más de ese sujeto?, el nombre por ejemplo, para empezar - le sonrie un poco, a su lado, las dos chicas aún, calladas.
Me coloco cerca donde esta la posadera, para que me observe.
"-Es importante que nos ayude, por favor, ¿sabe hacia donde se fue? ¿Viene a menudo a este lugar? ¿Lo conoce, un poco mas de vista?"
Un poco sorprendida por el interrogatorio miro a las tres mujeres. ¿qué está pasando aquí?
Pues es la primera vez que se hospeda aquí, nunca antes lo había visto. Creo que se llama Fezim, Mumed ó puede que Moned Fezim. Y me ha dicho que es comerciante, pero no se de que clase. Normalmente no me importa...
la arquera, pro su apresurado interrogatorio había puesto en alerta, seguramente a la posadera, Alma rodó lo ojos, observado a la mujer, había arruinado la conversación, de todas formas, la mujer había respondido, por lo menos, al había hecho el intento.
- eh.. bueno, muchas gracias - rápidamente, toma del brazo a la arquera y se la lleva de vuelta a la mesa, la clérigo de aura molesta podía seguirlos, le interesaba saber que había pasado con ella. Cosas raras habían sucedido a la llegada de la caravana, como esos hombres que buscaban algo en el elfo...
- ey, tú, ven con nosotras - le indicó con viva voz a la clérigo, habían cosas de las que conversar.
La posadera cierra la puerta de la posada y apaga la mayoría de las luces del interior, aunque deja algunas. Parece que ya es bastante tarde.
reunidas en la habitación de la arquera y la caballero, Alma se sentó en la cama, su aspecto no había cambiado mucho, distante, arisca, pero parecía, por ahora, descansar, después de todo, ya era bastante tarde.
- en fin... no sé que tanto esté pesando pero algo me dice que está todo bastante conectado - medita en voz alta, fijando sus ojos en la arquera - y tú... ¿como sigues de tus heridas? - le pregunta, su voz se había suavizado ligeramente, sólo ligeramente.
me tomaré esta libertad
"-Lo siento, me arrebate un poco allá abajo, pero hay que alegrarse de que ya tenemos algo, ¿no?"
La arquera habla con la cabeza gacha, sabia que habia arruinado la situación, pero se pudo sacar alguna información gracias a la posadera.
"-Estoy bien, sobrevivire."
- supongo...- se tiende en la cama, mirando al cielo razo - clérigo, háblanos más sobre lo que pasó con aquel elfo...- le solicita a la elfa, que estaba con ellas, aún
-Emmm, no soy clérigo, soy maga, lo siento. Si fuera clérigo ya habría tratado de sanar las heridas de la arquera, ¿Sidhe, verdad?, pero no está dentro de mis capacidades. Veréis, el elfo al que rescatamos en el claro mientras veníamos hacia esta ciudad, Caranthir decía llamarse, nos convenció de que había que llevarlo al templo de el prado de la estrella, también conocido como templo de Corelon Larezhian. Nos pareció más que razonable, lo acompañamos y nos dijo que fuéramos a una taberna donde nos darían de cenar gratis sus amigos, o eso nos hizo entender. Fuimos, pero era una casa de la que salía un ladronzuelo al que interrogamos brevemente. Trabajaba para alguien, pero se nos escapó sin poder averiguar quién era ese alguien. Al entrar en la casa nos pareció abandonada. Y al volver al templo nos dijeron que nunca habían tenido a un elfo llamado Corelon allí y pude comprobar yo misma que no estaba donde lo dejamos... -suspira la joven elfa, perdiendo fuerzas y ánimos por momentos- No sabemos qué ha pasado y nadie ha salido herido, pero la sensación de que está pasando algo importante y que hemos sido manipulados nos resulta bien molesto. Al menos a mi -concluye finalmente, cruzando las manos sobre su regazo.
- ahh, pensé que habían peleado, salido heridos... algo de sangre y golpes... pero sólo fueron a hablar y pasar el rato - dijo con desdeñosa sinceridad - pues sí... es muy extraño, seguramente era algún tipo de ladrón o prófugo que quería estar lejos de uds para escapar, en fin, sigo pensando que debió servir de comida para los buitres, - se tendió nuevamente en la cama, dándole vueltas a sus ideas
- clérigo... mago, al final es lo mismo, lanzan hechizos, aunque de distinto origen, no hacen más que alterar las normas básica de la realidad...- suspiró pesadez, tendida aún en la cama
La elfa no contesta nada ante las agudas puyas de Alma, civilizada y diplomática. Ciertamente podría, pero no es el momento ni la ocasión.
-Tendría que volver con mis compañeros, si queréis podemos reunirnos de nuevo por la mañana, tal vez nos podamos ayudar mutuamente... -dice Naurnes la maga en tono conciliador. En cierta medida podría dar la sensación de ser una mujer apocada, al menos en estos momentos, pero lo cierto es que está a solas con dos mujeres armadas cualquiera de las cuales la podría reducir físicamente sin demasiado esfuerzo. Tal vez es por ello que trata de retirarse de la escena tan pacíficamente.
La ve salir, y se tiende nuevamente en la cama, con una pérfida sonrisa en los labios - ah... la espantamos... que débil mentalmente... es... yo sólo deseaba hablar - se rió un poco, y miró a la arquera, acomodándose de costado , su codo doblado, ayudaba a sostener su cabeza - en fin... supongo que es una reacción comprensible para una elfita como ella... suelen ser muy suceptibles... pero.. dime... ¿que piensas de todo cuanto ha pasado?...¿extraño o crees? - le pregunta Alma, mordíendose el labio inferior - ¿tú fuiste con los otros a buscar más elfos o te quedaste en la caravana como yo? - le preguntó nuevamente, su interés en determinar lo que estaba sucediendo era más grande que su hastió de tener que seguir hablando, ya estaba cansada.
Te retiras de la habitación dejando a las dos mujeres, para reunirte con ellas por la mañana.
Quieres hablar primero con tus compañeros, o simplemente te despides de ellos y te reúnes con Elessar en la otra posada ?