Partida Rol por web

La máscara de la Muerte Roja

7. Sala Negra

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20/08/2013, 00:46
Director

Una sala similar a la anterior, salvo por el color, recibe a aquellos que han logrado huir de la sala marrón por su propio pie. Una sala oscura, bañada por una luz que, al penetrar en la misma a través de unas vidrieras rojas, da a todas las cosas en su interior un aspecto mortecino y macabro. La estancia se encuentra devastada. Girones de terciopelo en los tapices de las paredes, muebles ajados y llenos de carcoma, telarañas en cada esquina, comida podrida y vino ácido sobre las mesas. La Muerte se siente, se respira en cada uno de sus rincones.

Aún con el corazón desbocado, los presentes se miran entre si, temerosos, descubriendo que Nicola se encuentra entre ellos, con un aspecto igual de saludable que el que presentase antes de caer enfermo. Sin embargo, algunos sospechaban que aquello podía ocurrir, y la sorpresa no fue relevante.

Pero lo que ocurrió a continuación dejó sin habla a la multitud menguada que se congregaba en la Sala Negra.

Un intenso destello carmesí inundó la estancia, cegando a todos los presentes, obligándoles a cerrar los ojos en medio de un quejido. Un parpadeo, dos... Y de pronto, varias figuras difuminadas, que al cobrar nitidez se presentaron con los rasgos de todos aquellos que habían perecido durante aquel encierro. Con un aspecto ligeramente incorpóreo, los muertos se presentaban ante los vivos, igual de sorprendidos que aquellos que aún respiraban y padecían. 

Entre ellos, una figura carmesí con los rasgos idénticos a los de Fionna, se quedó mirando a su gemela de carne y hueso, y se acercó a ella, lentamente, tomando sus manos, antes de deformarse en centenares de gotas de sangre que comenzaron a introducirse de forma grotesca por su boca, de manera apresurada, provocando un gorgoteo similar al que presentaban los que morían asfixiados por su propia sangre cuando la Muerte Roja había vencido sobre sus cuerpos.

En medio de toses violentas, la joven se arrodilló en el suelo, a medida que la figura carmesí se desvanecía por completo. Cuando no quedó nada de ella, Fionna suspiró hondamente, tratando de recuperar el aliento, con los ojos enrojecidos y llorosos por el esfuerzo. 

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20/08/2013, 01:13
Lucrezia

Lucrezia agarró su abanico frente a su pecho, asustada, con ambas manos, al ver lo que estaba pasando. ¿Qué significaba eso? ¿Habían vuelto a la vida? ¿O habían muerto todos?

- Hi- ¿Hija? - Preguntó, buscando entre los presentes a Elisabetta. Al encontrarla, corrió hacia ella, con lágrimas en los ojos. - ¡Elisabetta, hija! - Se acercó a ella, sin saber si podría tocarla, haciendo ademán pero sin terminar de atreverse. - ¡Hija mía! ¿Qué ha pasado? ¿Qué es esto? ¿Habéis muerto todos? ¿O es que hemos vuelto a la vida?

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20/08/2013, 01:33
Chiara

Chiara huye de la sala marrón con los demás, con los ojos llenos de lágrimas después de haber sido la causante de la muerte de Enzo con sus palabras, llena de congoja por haber tenido que elegir entre su corazón y su deber y se sumerge de pleno en la nueva sala.

Parpadea mirando a su alrededor, secándose las lágrimas con el dorso de la mano. Los tapices ajados, los muebles carcomidos, todo parece una metáfora de ellos mismos. No puede evitar mirar hacia abajo, descubriendo los jirones de su vestido, antaño lleno de hermosos volantes y ahora totalmente destrozado. Y la comida podrida, como debían estarlo a estas alturas las almas de todos los presentes... Chiara se tapa la boca, intentando no respirar el olor macabro de la sala, cuando un fogonazo carmesí la sorprende haciendo que cierre sus ojos con fuerza.

Y al abrirlos, los espectros de los que han muerto en este encierro aparecen, reunidos entre los demás. La joven se queda mirando con los ojos muy abiertos a Enzo, al que acaba de dejar en el suelo en la sala marrón, con su nuevo aspecto incorpóreo mientras grita aterrorizada. Todo su cuerpo se tensa por el miedo mientras gira a su alrededor, posando sus ojos en uno y en otro de los fantasmas, sin saber dónde ni cómo huir de ellos.

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20/08/2013, 09:16
Roderigo

Creía que estaríamos a salvo... Pienso mientras veo alrededor nuestra el color carmesí, yenando esa sala negra. En el momento en el que interactúa con mi hija reacciono encolerizado.

- ¡NOOOO! ¡Fionna! - Voy corriendo a su lado y la abrazo, dándole la opción de tenerla yo soportada y que se libre de lidiar con sus piernas, como cuando era pequeña y corría a mis brazos. - Hija mía, ¿estáis bien? - Acaricio su cara mientras pregunto.

¿Esas figuras? ¿Han vuelto? Con asombro miro a las nuvas presencias en la sala.

- ¿Camelia? ¿Patricia? ¿Sois vos?

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20/08/2013, 09:39
Elisabetta

¡Madre!... ¡Lautone! me lanzo en brazos de mi madre. 

Por Dios Santo que os he echado de menos. Ignoro lo que ha pasado pero doy gracias de que esta alocada carrera toque a su fin. Y de que estemos todos juntos de nuevo.

Hundo mi rostro en el pecho de Lucrezia. Lo siento mucho madre, lo siento de veras. Nunca quise desobedeceros. Sólo... sólo quería ser libre.

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20/08/2013, 10:42
Giuseppe

A giuseppe aquella sala le era familiar, ya había estado en ella. Fue cuando murió y gracias al Altísimo resucitó para guiar a los vivos a localizar a los siervos de Satanás... Parecía que habían derrotado a los esbirros pero... el Maligno tenía preparado un escenario final para ellos.

Giuseppe agarró de la mano a su hija.

Martina querida, no te separes en ningún momento de mí. Estamos en los dominios del Maligno.. el juego... aún no ha terminado...

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20/08/2013, 11:35
Fabiano

Cuando entra en esa sala, el chambelán se queda mirando a todos, sintiéndose tan asustado como fuera de lugar. Todos tienen sus lazos, todos tienen sus vidas a las que intentar volver... él no.

-Supongo... supongo que esto significa que vos, Chiara, decíais la verdad ¿no?

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20/08/2013, 11:52
Lautone

Se sintió un poco fuera de lugar pero se alegró de ver a Elisabetta, la había echado en falta y verla hizo que la ira que sintió hacía Lucrezia se fuera disipando por momentos, pero en cuanto vio que la mujer embarazada se lanzó sobre los brazos de su jodida madre y a lautone solo lo nombró, provocó que un fruncimiento de labios, tensión de mandíbula y que se alejara un poco de ellas dos.

Prefirió centrarse en lo que estaba pasando, otro sin sentido más...

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20/08/2013, 12:04
Lucrezia

- L- ¿lo estamos, hija? - Preguntó, con miedo, mirándose las manos. Las veía distintas a las de su hija, no sabía exactamente cómo, pero se sentía separada de ella. - La Muerte Roja nos dijo... que si conseguíamos la victoria para Ella, nos devolvería a la vida. Pero sin embargo, si os ayudábamos en contra de sus esbirros, como hemos hecho, no recuperaríamos nada... solo cenizas y sangre podrida. Temo que estemos ya sentenciados, mi pequeña... - Las lágrimas seguían recorriendo su rostro de facciones suaves y del color del alabastro más fino. - Ahora, hija mía. Lucharé lo que haga falta si ese engendro demoníaco pretende que incluso quienes habéis sobrevivido sucumbáis. Todo lo que era de tu padre, y luego mío, es ahora tuyo, mi amor. No puedo darte más... Lo siento. - Se llevó las manos a la cara y empezó a llorar desconsolada. - Es lo único que he querido siempre, mi hija... que lo tuvieras todo... por eso no podías ser libre hasta que no estuvieras asentada. Pero siento que aunque me preocupaba por tu bien nunca te lo hice saber... Ese niño que llevas en ti, mi hija, es tuyo. Usa lo que nos queda para protegerlo... Ya da igual la familia, la reputación, porque la Muerte nos iguala a todos... - Miró a los que no eran nobles en la sala, primero, y luego a los demás, acabando por Patricia, que había acabado entre dos mundos en más de un sentido. - ¿Cómo decía eso que leí una vez? "Nuestras vidas son como ríos que van a dar en el mar, que es el morir... Allí van los señoríos, derechos a se acabar y consumir. Allí van los ríos caudales, los medianos y los chicos, y llegados, son iguales los que viven por sus manos y los ricos." Por favor, hija... no lo olvides. No olvides que te quiero, y no cometas con tu hijo los errores que yo cometí con los míos. Enséñales que los quieres. Protégelos... pero con abrazos, y no solo con riquezas. Ámalos, pero no solo de palabra.

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20/08/2013, 12:18
Enzo

Enzo había sabido antes de que se produjera el juicio que iba a morir, cuando Chiara declaró que no era capaz de sentenciarlo aún a sabiendas de que era un heraldo el corazón le dio un vuelco. Ella era lo único bueno que había conocido en su vida, por eso se dejó matar por la persona que más odiaba en el mundo sin oponer resistencia.

Cuando regresó con todos los demás sus ojos buscaron a Chiara, su padre lo había obligado a mirarlo a él antes de ejecutarlo, arrebatçandole el deseo de que fuera Chiara la última persona a la que viera antes de sucumbir. Por eso el bastardo pasó de largo de todos, excepto de ella.

Cuando la vió, descubrió que Chiara también lo buscaba a él. Se acercó a ella despacio para no asustarla.

- No me temáis mi señora, vos no. Sólo quiero deciros que aunque vos supísteis que yo era un Heraldo de la Muerte Roja, no os mentí en nada de lo que os dije. Os amo de verdad, desde hace tiempo y jamás he votado en vuestra contra. Vuestra enfermedad no vino por mi mano. Os he demostrado que soy capaz de morir por vos, os he entregado mi corazón y en vez de guardaros rencor por descubrirme, os amo todavía más, tanto que volvería a morir por vos las veces que hicieran falta... Lo único que deseo es que me perdonéis por el daño que os causado y permitidme daros un consejo... Marchad de aquí, en este castillo lo único que hallaréis es muerte, dolor y traición- le acarició el rostro con ternura sus dedos incorpóreos no eran capaces de transmitirles el calor que sentía Enzo por ella, pero el gesto era evidente- Ojala nos hubiéramos podido conocer en otro momento, me habría encantado tener una oportunidad con vos, fuera de estos muros...-sus ojos se posaron en los de la muchacha, llenos de amor sincero.

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20/08/2013, 13:03
Nicola

Cuando todo se desató, como después de cada votación, el ex caballero tenía claro que iba a morir allí, sólo, tirado contra una pared. Sin embargo, las fuerzas volvieron a él, y fue capaz de ponerse en pie y empuñar su muleta para salir de allí. Cuanto más avanzaba hacia la nueva sala, más vivo se sentía, y atrás quedaban el dolor y las fiebres. Nicola estaba seguro de haber escapado de la Muerte Roja ésta vez... Hasta que llegaron a ésa nueva sala, y vieron lo que había en ella. 

Al ver a todos aquellos que habían muerto, el hombre se miró automáticamente las manos. Parecía seguir tan vivo como aquellos que no habían probado la espada de la guardia. Quizás se equivocara, pero de momento, prefería asumir que seguía vivo. 

Cerca de Martina y Giuseppe, se interpuso entre ellos y Fionna cuando ésta fue... ¿Poseída? ¿Atacada? Por un espectro carmesí. Esperando una reacción por parte de la joven, el hombre pudo escuchar claramente las palabras de los espectros. Las de Enzo le hicieron esbozar una sonrisa sarcástica.

-Deduzco entonces que el responsable de mi enfermedad fuisteis vos...

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20/08/2013, 14:29
Camelia

— Roderigo, Dios mio... Pensé que jamás volvería a verte—con lágrimas en los ojos, Camelia se abrazó a su marido, escondiendo el rostro en su hombro, y rompiendo a llorar— Lo siento... Nuestras hijas... No podía seguir mintiendo. Ellas merecían saber la verdad. 

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20/08/2013, 14:56
Attilio

Miro a todos y sonrio, paro mi mirada en Chiara.

-Vaya, hola traicionera Chiara...

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20/08/2013, 16:04
Juliana

Juliana observa los reencuentros de familias, amigos y enemigos un poco apartada. Sabía que a ella no le quedaba nada.

La perspectiva de volver a la vida, aunque fuese pagando un precio, era realmente tentadora, y la envidia la corroía al ver cómo todos hablaban, reían o lloraban, sabiéndose sola.

Pero ella sabía que era mejor que ellos. No los necesitaba. Al menos todos los que la habían traicionado habían terminado tan muertos como ella, y con eso tenía suficiente para contentarse, aunque no se sintiera para nada satisfecha. 

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20/08/2013, 16:13
Chiara

Chiara siente temor cuando el fantasma de Enzo comienza a caminar hacia ella, pero hay algo en sus ojos que le impide huir y la insta a escucharlo. Mientras el joven habla, los ojos de Chiara vuelven a humedecerse y amargas lágrimas se deslizan por sus mejillas sin que ella haga nada por detenerlas.

Cuando él acaricia su mejilla con sus dedos, ella lleva la mano hacia ellos, entrelazándolos con los suyos, recordando cada minuto compartido de los últimos días. Un sollozo ahogado la sacude cuando intenta hablar con la voz tomada por el llanto. — Os creo, mi señor. Os creo. Yo... No sé si es posible, pero intentaré salir de aquí, por los dos. Yo... — Chiara no puede evitar sentir que de alguna manera se está despidiendo, y cada vez le cuesta más hablar, con la mirada prendida de los ojos del joven bastardo.. — Gracias por todo, mi señor Enzo. Os debo más de lo que podéis imaginar. Habéis abierto mis ojos y si consigo salir de este lugar por mi propio pie os juro por lo más sagrado que no os olvidaré nunca. Nunca. Yo... Yo también os amo.

Un sollozo sobreviene a la joven que esconde su rostro entre las manos, sin ser capaz de prestar atención a nada de lo que ocurre a su alrededor.

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20/08/2013, 16:24
Enzo

Enzo mantenía toda su atención sobre la muchacha, había escuchado de fondo a Nicolai e incluso a Attilio, pero sólo le importaba Chiara. Aún no sabía como terminaría todo aquello y en vista de que él ya estaba muerto y no sabía si volvería atrajo a la joven hacia sí con la mano en la que ella le había entrelazado los dedos, con la otra la tomó por el mentón y sin más preámbulos la besó en los labios, abrazándola con fuerza y apretando sus labios contra los de ella. Disfrutando de aquel beso como si fuera el primero y el último.

- Yo tampoco os olvidaré, mi dulce señora...- declaró al fin separando su boca de la de Chiara pero reacio a separarse de la muchacha.

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20/08/2013, 16:46
Roderigo

Veo a mi esposa, de nuevo, al fin... Juntos otra vez. Una especie de sonrisa se dibuja en mi rostro, mezcla de confusión, temor porque estuviéramos en la sala menos recomendable y una alegría por tener a mi familia.

Camelia, amor de mi vida, no digáis más... - Con Fionna aún en mis brazos me acerco a mi esposa. - Se merecían saber la verdad, pues no hemos sido perfectos ni los mejores padres. Son nuestras hijas, las dos, de sangre o no, y teníamos que haber sido iguales con ellas. Se lo merecen. 

Al terminar mi frase miro a Patricia con vergüenza en los ojos. No huyas de nosotros, hija...

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20/08/2013, 16:57
Chiara

Chiara cierra los ojos cuando Enzo la besa y no puede evitar pensar que sus labios saben a lágrimas, a despedida y a muerte. Pero a la vez, también saben a esperanza y a este sentimiento se aferra la joven mientras siente la ternura del joven embargándola. Se mantiene pegada a él durante todo el tiempo que dura el beso, intentando olvidar que puede ser el último, que ha vuelto a perder todo lo que tenía otra vez.

Cuando sus bocas se separan, Chiara permanece junto a él, perdida en lo más profundo de sus ojos, con los suyos húmedos y tristes, pero cargados de amor.

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20/08/2013, 17:52
Elisabetta

Al ver la reacción de Lautone y cómo se aleja de nosotras, me separo suavemente de Lucrezia.

Disculpad madre, debo hablar con mi prometido -o lo que queda de él

Mi buen Lautone -tiendo mi mano hacia su figura tan alta y fuerte como lo fue siempre. Espero no malinterpreteis mis palabras. Excepto la disculpa hacia Lucrezia, todo mi agradecimiento y mi dicha proviene de estar justos los tres. Ignoro las rencillas que habéis padecido mi madre y vos. Bien sabéis que a veces mi madre puede ser un poco insufrible, pero cuando vos nos dejasteis ella cuidó de mi, y abandonó esa pompa y esa forma altanera de comportarse que tan poco nos gusta a vos y a mi - miro a mi madre con una sonrisa y esperanza en el rostro.

En la muerte tuve la suerte de volver a encontrar a mi madre. La mujer que me amó de pequeña, antes de perder a mi padre y mi hermano. Venid con nosotras, Lautone -invito -pues este juego macabro parece no tener fin y me alegraría estar a vuestro lado también.

De vuelta con Lucrezia dedico una sonrisa a Chiara, feliz por haber encontrado el amor aún en la muerte. De pronto, no podía ver otra cosa que amor, arrepentimiento y perdón.

Todos, nobles y no tan nobles, se prodigaban perdones, abrazos, besos, y palabras de afecto. La muerte roja no ha ganado. Satanás a perdido esta batalla, pues aunque todos muramos hoy aquí presa de la muerte roja, el amor ha triunfado en la Corte de Prospero.

Alzo la mirada hacia Giuseppe buscando su aprobación, pues él es el tocado por el Divino, a él que se le concedió otra oportunidad. Él tenía que saber a qué me estaba refiriendo...

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20/08/2013, 18:22
Giuseppe

Giuseppe miró a Elisabetta y supo que aquel comentario estaba destinado a su persona.

Mi querida Elisabetta, no dudo que el amor haya encontrado su camino entre tanta oscuridad y me felicito por ello al igual que todos los presentes en esta sala. Pero me temo que el Maligno nos reserva el truco final... Yo estuve en esta sala y se puede sentir y palpar la desesperación en ella presente. Desesperación, maldad y corrupción.... Si el Maligno hubiese perdido habría alguna salida en esta sala... más yo no la veo y, por tanto, creo que la partida de Satanás sigue en juego, para nuestra desdicha...