Partida Rol por web

Tres conjuros, correcto.

Bueno, para empezar el glifo no estalló, así que lo más probable es que el ladrón usara la llave. Además, examiné el glifo custodio. Lo reconocí y está intacto, cosa que no sucedería si alguien lo inutilizara borrando parte del símbolo.

Así que hablemos de la llave. Díganos dónde la escondió la última vez y qué personas estaban presentes cuando eso sucedió.

Ah, y una pregunta que no tiene nada que ver. Es sólo curiosidad. Xian Mei mencionó que además de jardinera era adiestradora. ¿Adiestradora de qué, concretamente?

La actitud infantil en la que sorprendieron a la joven elfa le quitó parte de glamour. Tal vez fuera eso lo que había vacunado a Bramo de sus encantos. O tal vez fuera que ya era la segunda vez que la veía. O tal vez, que estaba tan enfrascado en el caso que empezaba a perder contacto con el plano de la realidad en el que lucía tan bonita chica.

En respuesta al griterío de la mujer, la sonrisa en el semblante de Arávilar se desvaneció tan rápido como había aparecido. El vaivén del cucharón en dirección a su persona le hacía recordar situaciones jocosas. Hubiera sonreído, si no hubiera sido él el que se encontraba en peligro inmediato de sufrir las consecuencias de enojar a la cocinera, que blandía aquella arma blanca con furia.

¿Su casa? Pero si había una horrible prisión allí...

-En mi defensa, debo decir que no teníamos idea de que esa era su casa. Además, ¡fue su benévolo amo- exclamó, en un tono obviamente sarcástico al pronunciar ese calificativo -el que dispuso su hogar como... patio de juegos!- El semielfo mermó su furia, intentando abandonar los recuerdos de aquel día sangriento. Varios sacrificios se habían hecho, y aún se sorprendía de que la Dama de los Misterios no le había privado de su favor.

Te ha dado una oportunidad. No la desperdicies.

-Mire. Lo único que deseo es hacerle unas preguntas sobre anoche. ¿Usted no desea tanto como yo complacer a Quarivian?- Después de todo, resulta ser su mano la que nos alimenta a ambos...

-Animales, desde luego. Mis caballos, ponies, perros... y espero conseguir pronto un bello unicornio.

Luego lleva una mano al elegante collar de oro con una gema azul, que rodea su bello cuello. Lo acaricia lentamente.

-Los mejores escondites son a plena vista +sonrrie+ Cualquiera podria verla pero su funcion es solo conocida por mi, y el artesano que la hizo. Como otras piezas de mi joyeria, casi nunca me la quito, asi que...

Ladea la cabeza, con un delicado encojimiento de hombros.

-JM! Mi amo me pidio que los albergara, pandilla de inutiles, y a esos marineros! Si la batalla fue alli, es por que los buscaban a ustedes evidentemente! Que habrian de querer de una pobre mujer como yo!!?

La mujer te encara. Evidentemente no esta furiosa, sino molesta, y sus armas de salsa caliente y cucharon son primitivas, pero efectivas...

-Seguro quieres preguntar por lo del anillo de la amita eh? Pues no se nada! Despues de preparar la cena y dejar listo el desayuno, vuelvo a mi casa, que USTEDES arruinaron, a dormir entre los restos!

Entonces... Doy por hecho que nunca ha usado la llave para abrir la caja en presencia de persona alguna. Pero... ¿lo ha hecho delante de animales adiestrados? Suena un poco absurdo, pero descartermos las cosas absurdas para avanzar en la investigación...

Verá, es que encontramos un poco de argamasa en su habitación. Un animal es lo más apropiado para dejar esa pista, porque caminan descalzos y podría haberla transportado desde un lugar lejos de la casa, ya sabe, metida entre las garras, pezuñas, lo que sea...

Una pregunta más: ¿Cuánto tiempo pasó desde la última vez que limpiaron la habitación? Así podemos relacionar la argamasa con el robo.

-Solo un poco absurdo? +enarca una ceja, mirando a Meland. Este permanece impavido... Igualmente responde+... Nunca hay animales dentro de mi casa, señor... En cuanto a la limpieza, desde la mañana anterior. Si hallaron esa argamasa, debio llegar ahi durante el dia o en la noche...

Lewess, situado tras Bramo, observa y escucha en silencio. Suele ser una persona despierta, pero su imaginación parece haberse secado. ¿cómo demonios... conjetura agobiado.

Arávilar se decidió por omitir los comentarios de Aluria con respecto a la casa, con el único objetivo de salvar el interrogatorio. Si se disponía a discutir, no llegaría a ningún lado. Cerró los ojos sin poder ocultar una leve mueca de pena, que pronto desapareció para ser reemplazada por una de relajación.

-Bueno, en ese caso, le debo una disculpa- dijo, haciendo una leve reverencia. -Pero ahora quisiera hablar sobre el robo. Cuanto antes resolvamos esto, más pronto podremos descansar el uno del otro. Uffff- suspiró, frotándose los ojos. -Especialmente de estas entrevistas. Es que, parece que nadie sabe nada. ¿Siempre son así? Las otras empleadas quiero decir- inquirió, intentando sonsacarle algo sobre las mujeres de la casa.

Espero que se le de por chismorrear...

-Trabajo aqui hace un dekana tan solo, por que necesito dinero extra para pagar las reparaciones! +te increpa+ No tengo tiempo para chacharear!

Regresa a rociar la salsa, paro te mira maliciosamente de reojo.

-Aunque a veces esa pecosilla viene a hablar conmigo cuando tiene sus ratos libres,... es la mas sociable de las tres y siempre esta con eso de su novio, que salidas y esto... Bah, que entendera un tipo como tu de amores!. Si te interesa hablar con ellas, ve al cuarto de servicio, al final del pasillo, y no me molestes!

Arávilar le dedicó una sonrisa que rayaba en la euforia. Para ese momento, Bramo debía de encontrarse entrevistando por segunda vez a la dama Wisp. Si tenía suerte, tal vez había convocado a las empleadas nuevamente, por lo que esa era una oportunidad única. Por otro lado, aquella mujer parecía estar en un mal humor que empeoraba de a ratos, algo que le hizo decidirse aún más.

-Muy bien, le dejaré en paz. Agradezco su ayuda- dijo el semielfo, para luego voltear y encaminarse hacia la puerta. A medio camino, paró súbitamente. Una oleada de pena le abatió, acompañada de algo de culpa. No era razonable sentirse así, pero no podía evitarlo. Comenzó a revolver el saco que colgaba de su cinto y extrajo 10 brillantes piezas de oro. -Para usted- dijo, situando el pequeño tesoro lejos de la cocinera por el momento. -Es lo mínimo que puedo hacer luego de haber arruinado su casa. Espero que le sirva para hacer algunas reparaciones- comentó, dedicándole una última y leve sonrisa.

Sin esperar respuesta, salió fugazmente de la cocina, en busca de la dichosa puerta hacia el cuarto de servicio. Fue hasta el final del pasillo y pegó una de sus largas orejas contra la puerta, intentando percibir cualquier sonido del interior.

No oyes nada en absoluto. Sin embargo al pasar por el pasillo si te percatas que Bramo esta entrevistando a Lady en el cuarto donde la conocieran. Hay otras habitaciones en el pasillo, aunque la unica que ves abierta es un comedor.

Con un poco de magia se pueden hacer milagros, hasta hablar con los animales. Un perro puede ser un espía muy sagaz, señorita.-Bramo trataba de defenderse del escepticismo de Lady Wisp...

...para pasar pronto al contraataque...-Sigamos con las preguntas, aunque no me llegó a responder si se quitó la llave durante esa noche...

Díganos el nombre del fabricante de la llave y dónde podemos encontrarlo. Luego iremos a hacerle una visita.

Díganos de entre todos sus sirvientes si alguno ha entrado a su servicio recientemente o por el contrario la tienen por señora desde hace mucho tiempo.

Pero sobretodo... díganos los nombres de todos los que entraron en esta casa en las últimas 24 horas...

No se me pasa que Quarivian nos alertó bien temprano de la misión, y lo más probable es que para enterarse con tanta prontitud, tuviera un despertar entre las sábanas de la muchacha. Es la piedra de toque perfecta para saber si Lady Wisp miente o dice la verdad sobre los invitados... Todo depende de si le menciona u omite.

-Le dije que hay varias joyas que casi nunca me quito... +señala+... Por supuesto que anoche no fue una excepcion.... En cuanto al fabricante, su nombre es Tessalar, es un poderoso mago que vive en el barrio marino. Meland les dara la direccion.

Cruza las manos en actitud contemplativa.

-Pues... Aluria lleva menos un dekana con nosotros. Despues esta Xiao, que tiene algo mas de un mes, desde que mi anterior entrenador se fue... Ingrid y Radija en cambio, trabajan conmigo desde hace varios años.

Sonrrie levemente

-y en cuanto a su ultima pregunta, en las ultimas 24 horas no vino nadie mas que ustedes a esta casa... al menos, invitados. Es evidente que alguien sin invitacion vino, y se llevo mi anillo...

No te creo, mentirosa. Pero los invitados son lo de menos...

Algo llama la atención de lo dicho por la elfa.

¿El anterior domador... se fue? Hábleme de él. Después de todo, conocería bien la casa. Lo mismo se puede decir de Aluria. En ambos casos quiero conocer las circunstancias que rodearon la contratación de Aluria y Xian Mei, así cómo las que envolvieron la marcha de sus antecesores en el cargo. Recomendaciones... Credenciales...

Arávilar esbozó una sonrisa al no percibir ningún sonido del otro lado. Parecía que no había nadie dentro, hasta que comenzo a oír las voces. Por un segundo, se sobresaltó, creyendo que su secretismo estaba en peligro. Se relajó al comprobar que las voces eran las de Bramo y la dama Wisp, en aquella segunda entrevista.

Mirando hacia todos lados una vez más, el semielfo respiro profundo y empujó la puerta levemente, esperando que estuviese abierta.

El dato de que Xiao, la domadora de... lo que fuera llevaba sólo una semana trabajando en la casa no había pasado desapercibido para Lewess, que recordó también la respuesta más bien tirante de la mujer cuando le preguntaron. Encima, las botas de una persona que trabaja con animales no es esperable que estén tan pulcras como las de un sirviente que sólo pisa caras alfombras, y quizá la argamasa del piso de arriba pudiera aparecer por ese camino. Pensó en hacer alguna pregunta al respecto, y luego examinar el calzado de la entrenadora, pero todo aquello debía ser hecho con delicadeza, y Bramo ya continuaba con su serie de interesantes preguntas.

Al abrir la puerta de la sala de servicio, comprendes la razon del silencio. Dentro esta la joven pelirroja, con la oreja pegada a la pared adjunta, oyendo la conversacion entre Bramo y Lady. Al verte se aparta subitamente, y sus pecosas mejillas se ruborizan.

La sala de servicio es sencilla, y su mobiliario solo se compone de un par de armarios, una mesa con varias sillas y un baul grande. Sin embargo todo esta limpio y tiene un aspecto hogareño.

-Oh, no me he explicado bien...+comenta+... se fue... abandono este mundo.

Suspira, apenada.

-Un desafortunado encuentro con un grupo de maleantes... El solo habia ido a buscar unos arreos y... bueno, prefiero no hablar de ello. Fue muy rapido, y la guardia no logro atrapar a los malvivientes. En fin...

Continua, al cabo de unos segundos.

-Contrate a Xian por recomendacion de un amigo, un joven de la familia Tarm. Viene de una tierra muy lejana... mmm... no recuerdo ahora el nombre... bueno, no importa, lejos de Faerun. De algun modo llego aqui y empezo a trabajar para ellos como entrenadora. Me cedieron su contrato a cambio de algunos favores jaja... Es callada, pero eficiente y obediente, ademas de bonita como habran comprobado... Lo que daria por tener esos ojos rasgados!...

Sonrrie levemente, pero luego vuelve al tema

-En cuanto a Aluria llego por recomendacion de Quarivian. Me dijo que debia dejar de derrochar dinero en posadas y tener mi propio servicio. Hasta ahora no me he arrepentido, es muy buena cocinera, aunque algo cerrada. Es la unica que no se queda, despues de cenar vuelve a su casa. He tratado de convencerla de que tenga habitacion aqui, como las demas chicas, pero no quiere abandonar su hogar... Que puedo decirle, son buenas razones, para mi. 

Justo cuando creía que su maniobra había sido de lo más sigilosa, un inoportuno chirrido acompañó los movimientos finales de la puerta, delatando su presencia. A pesar de su desliz, la escena con la que se topó revertía la situación. Ahora era él quien había atrapado a Radija en el acto. No obstante, Arávilar no tenía explicación alguna como para justificar su presencia allí.

-Oh, ehm... lo siento. Estaba buscando... la cocina, je- dijo a un ritmo acelerado, frotándose la nuca. Tardó pocos segundos en darse cuenta de la situación, para luego observar a la muchacha y a la pared alternadamente. -Ah. Parece que vengo en mal momento- dijo en tono bromista, esbozando una sonrisa. -¿Te molesta si te acompaño?- inquirió, mientras un nudo comenzaba a formarse en su garganta.

Esto de investigar es difícil..., pensó, viendo lo charlatán que se había vuelto. ¿O era siempre así?

Bueno, si Aluria salió de la casa justo después de cenar, tiene una buena cohartada. Pero de Xian Mei no se puede decir lo mismo. Interrogaré al amigo ese que la recomendó...

Espera, como se llamaba eso que usan las personas... Ah, sí: diplomacia.

...No porque sospeche de él, sino para verificar las credenciales de la domadora, claro.

Dígame el nombre del joven y la dirección de la familia Tarm. Le haremos una visita después de ver a Tessalar.

Es que si Meland soltó los perros por el jardín, es algo raro que un ladrón entrara en la casa sin que nadie escuchara ladridos. Y siendo domadora, bien podría hacerlos callar mientras llegaba su compinche.

Mira a Lewess y Lilith.

Por mi parte no más preguntas. No sé si vosotros tenéis alguna duda más, chicos.

Ni que decir tiene que deben vigilar a la domadora extranjera hasta que volvamos del taller de Tessalar y del hogar de los Tarm. Asegurarse de que no abandona la casa en ningún momento hasta nuestra vuelta.

Antes de irnos, me gustaría revisar el perímetro. Me refiero al jardín y el muro que lo rodea. Para ver si encontramos más restos de argamasa. Meland, ¿podría atar a los perros para que camináramos libremente por el jardín?