Partida Rol por web

Sara se agachó sin dejar de perder de vista a aquel cachondo que se recreaba en la broma... Tendió el dedo corazón e índice a la carótida de la presunta víctima y palpó... Sin pulso, tal vez estaba nerviosa, insistió buscando mientras palpaba, las vibraciones que transmitía los mordiscos se iban transmitiendo hasta los dedos... Aquello no parecía una broma.

 - ESTO NO ES UNA BROMA JODER!!!! -Sus sospechas encontraron confirmación enseguida con las voces que empezaron a pegar sus compañeros. 

-¡Vamos coño! ¡ Disparadle un sedante o algo así! -Se atrevió a sugerir uno de los estudiantes, Jimmy le llamaban. ignorando las palabras del Decano que por su parte les cominó a alejarse de la zona cero... -Tiene la rabia, a un vecino mío le pasó que su perro... -Empezó una retaíla anecdótica que quedó silenciada con un codazo.

-Deja al resto.- Le contestaron

-No es cáncer, ¿lo sabes? Creo que es rabia. -Añadió mientras se alejaban. Marcos por su parte optó por ignorarle, quería olvidar cuanto antes su diagnóstico fallido.

Co-

"...joder"

Claro que era rabia. Encajaba perfectamente con lo que estaban viendo. ¿Y no se supone que había cura para la rabia si te llevaban a un sitio seguro? Estaba seguro de que sí. Sí. Rabia. Tenía sentido. Sí.

-¡No tenemos un sedante que disparar, Jimmy! ¡Manteneos lejos de Segrellos!

Pero Luis Ramón, con más moral y devoción por lo que tenía que ser (y por conservar el trabajo, por qué no decirlo todo) que sentido común, seguía ahí, con los brazos delante del cuerpo, las manos semijugueteando y flexionando los dedos, a la expectativa para poder agarrar a ese tipo. Si aquello era hidrofobia tenían que evitar que mordiera a nadie y... bueno... atarlo, o algo.

-Vamos...

MIERDA MIERDA COMO SE LLAMABA SUELES ACORDARTE DE ESTAS COSAS TIENES LA LISTA DE PERSONAL

-...Gómez -dijo, tras sólo unos segundos, para su crédito- Tiene que ayudarme a sujetarlo. Está rabioso, y no queremos que contagie a nadie. ¿Entiende?

Aquello no era un plan... pero por una semana o dos de baja justificadas no se moriría, sobre todo en aquellas condiciones y si era de los que la cortaban. De que buscase el vector de la transmisión (¿saliva?) con sus dientes tenía bastante menos gana.

No va a parar, qué es lo que hacen? Salgan de ahí cuanto antes!!

Esta vez al decano se le veía desesperado. En fin, es lo que tiene el miedo al rechazo, cuando algunos hombres llegan a cierta edad se dan cuenta de que necesitan la compañía y se rodean de gente. Eso no les hace ser menos capullos, de todas formas. 

Me alcé helada, la voz de Luis Ramón con su grito se convirtió en un hecho. Es cierto... están muertos... dije con cierto nerviosismo y miedo en mis palabras. Pero la voz de Marcos me hace reaccionar.

¡Estoy bien Marcos! ¡No entres en la enfermería! ¡Ni te asomes! ¡Ahora saldré yo! le exclamé al joven mientras miraba al tal Segrellos, esta vez con otros ojos. ¿Cancer? ¿Rabia? ¿Y la espuma en la boca? pensé al escuchar a los estudiantes.

Mientras decidían que hacer yo miraba la puerta para salir de allí. Dos muertos y canibalismo compartiendo la misma sala donde me había metido yo solita como una idiota. Miré al hombre que pronunció mi apellido y escuché su idea. Creo que sí... se podría hacer. Pensé en ese momento en mis clase de defensa personal. Deberían servirme para reducir al joven Hannibal sin demasiado problema. Trazo mentalmente ti ataque y me lanzo a por Segrellos sin dudar.

Tragó saliva. Aquello no era... bueno...

-¿A la de tres?

Y cuando llegó, se dispuso a ayudar a Sara en el irreprochable plan de sujetar a un zombie con sus brazos para evitar que siguiera mordiendo y atacando a nadie. En su defensa, aún no sabían que era un zombie. En su descargo, tampoco lo sabía toda esa gente en todas esas películas que morían en aquel mismo momento, su acto sólo sirviendo para contagiar aún más y en más direcciones la epidemia.

-¡Umffff! -tiró, tratando de ayudarla, sujetando para que no mordiese ni pudiese moverse, forcejeando entre los dos- ¡Diosss como se resiste!

"Esto es un puto caos" pensé enrabietado, la oleada de estudiantes había cesado y había echado una mano a que saliesen todos por la puerta, al menos estaba todo más despejado.

Los últimos rezagados provenientes de la enfermería tenían el semblante de haber visto a la misma muerte-¿qué está pasando allí?- les pregunté mirando en dirección a la enfermería, ni me miraron.

Los estudiantes pasaron de mí y salieron disparados por la puerta, siguiéndoles yo con la mirada.

Quedé mirando la enfermería al final del pasillo, parecía escuchar revuelo, pero había cierta distancia y no llegaba a identificar ni las voces siquiera.

-¿Y ahora qué pasa? No puede ser peor que esto- mascullé entre dientes y maldiciendo por lo bajo, mientras me dirigía hacia allí a paso ligero.

Todos estaban intentando agarrar al hombre perro menos el anciano. Quería ayudar pero Sara no le dejaba y ella era la ley. Siempre le habían dicho que tenía que obedecer a la gente de uniforme y así lo hizo. Se quedó en la puerta de la enfermería apretando cada vez más fuerte el palo de la escoba.

Como le haga daño a mi amiga se va a enterar.

-Todo se va de madre.... Piensa Enrique al ver entrar a la enfermería al becario y a la seguridad para intentar placer a Segrellos. -Pero que coño hacéis, joder ya se encargara de el los médicos o la policía.  Entendía el porque de su acción pero no entendía la razón de tener que hacerlo ellos, hubiera sido mucho mejor dejarlo ahí encerrado y haber llamado a la policía.

Poco a poco va llegando mas gente alrededor de la puerta por lo que Enrique se hecha hacia atrás dejando paso a su compañero del estudio, al decano y aun nervioso Santana. Sin decir nada Enrique se dirige hacia la salida para salir y avisar a los compañeros del chico del SAMUR y después para aprovechar y llamar a la policía.

La combinación de movimientos fue pausada pero certera, Segrellos estaba más pendiente de otras cosas que de lo que estaba por ocurrir. Primero un empellón le alejó del festín haciendo que se desatase una fura incontenible más Sara anticipó eso, primero una llave, que le inmovilizó un brazo, quedaba otro brazo del que se encargó su compañero.

El rabioso gritaba y se movía con una furia incontrolable sin desistir en sus intentos de liberarse.

En el exterior, numerosos curiosos empezaban a aproximarse por el ruido que producía el enfrentamiento. Uno de ellos repentinamente se apoyó en la pared, otro se llevó la mano a la sien, un tercero puso la voz de alarma.

-Me encuentro mal. - Susurró antes de caer inconsciente.

Nadie sabía nada del enfermero desde que se marchó con la muestra que había tomado, sin embargo nadie podía negarle el don de la oportunidad apareciendo de dios sabe dónde se había metido.

-¡Mierda!- Maldijo mientras se agachaba colocándose sobre el caído, extrajo una linterna pequeña que tenía y la proyectó abriendo los ojos del nuevo paciente-. Creo que han sido contagiados, tiene los mismos ojos vidriosos.

Fue una suerte que ninguno de los dos se plantease no ya el resultado habitual de encerrar a alguien frenético en una habitación que no estaba diseñada para encerrar a alguien en cuanto llegase la gente a sacarle de ahí, sino siquiera la posibilidad de encerrarlo hasta que llegase la policía.

-*fruuufff* ¿¿Alguien que traiga algo para atarlo? ¿Sujeciones? ¿Tiras de cuero? ¿Un bozal? -reprimió otro tirón de Segrellos, que luchaba por soltarse, pero estaba bien cogido- ¿LO QUE SEA?

Y el enfermero apareció como por arte de magia. ¡Gracias!

-¡Joderrrrr! -dijo. La situación estaba que se podía permitir un taco- ¿Van a tener ataques también? ¿Tenemos que sujetarlos mientras vienen llamamos a urgencias, o a descontaminación?

Luis Ramón se vio, de repente, en la situación de uno de los enfermos de cuando llegó el Ébola; y como la situación se resolviese la mitad de bien que lo llevaron cuando pasó, estataban listos.

"...oh no"

VENGA PERO ME ESTÁS JODIENDO

Miró a Sara, como buscando confirmación: ayudaba que estuviera justo al lado. No encontró mucho ahí, salvo la completa conclusión de que aquello se le había ido completamente de las manos a todo el mundo. O quizá sólo estaba proyectando y eso era idea suya.

Poco a poco va llegando mas gente alrededor de la puerta por lo que Enrique se hecha hacia atrás dejando paso a su compañero del estudio, al decano y aun nervioso Santana. Sin decir nada Enrique se dirige hacia la salida para salir y avisar a los compañeros del chico del SAMUR y después para aprovechar y llamar a la policía.

Primero se agachó atravesando la puerta metálica, afortunadamente no había pasta para realizar la inversión completa que requería una instalación de estas características. A continuación tomó las escaleras por donde había visto previamente marcharse al compañero del fallecido médico del Sámur. El ascenso resultó trabajoso, el móvil aún no tenía cobertura. Finalmente llegaron a la planta baja, varios tonos acompañados de la vibración del móvil le notificaron nuevos Whatsapp.

Finalmente tenía señal -y datos-.

Antes de mirar los mensajes que le llegaron Enrique marca el 112 para especificar lo sucedido. Esto estaba llegando a punto en el que tendría que intervenir la policía nacional o quizá la guardia civil y más aun habiendo dos muertos.

Mientras espera que respondan su llamada Enrique camina hacia la salida ya que imagina que en la entrada principal podrá encontrar la ambulancia con el resto de compañeros del medico del SAMUR. Enrique estaba nervioso y dubitativo en si tenia que decirles que su compañero era uno de los fallecidos. - Dios se van a poner hechos una furia y ni siquiera se bien como explicarles lo que a sucedido. 

Cómo se llamaba el chino? Yama... Yamaguchi, eso.

¡Yamaguchi! -Me acerco al doctor hispanojaponés- Yamaguchi, tú sabes bien como yo que la policía no va a ser capaz de controlar "eso". Lo que deberíamos hacer es intentar salir de esa habitación y encerrar al contaminado. 

Tras unos instantes de silencio, le informo a mi manera de la situación:

Yamaguchi... (bajo un poco la voz, dando un tono de confidencialidad) ¿recuerdas el caso del hongo Cordyceps unilateralis? ¿Su reproducción tan... "peculiar"? Pues nuestra investigación va en ese sentido, así que ya sabes: yo que usted evacuaría esto sin llamar a nadie, para que no pueda reproducirse más. 

Joder! exclamé al ver tan poca sangre entre la gente. Que alguien entre y busque vendas para atarle y algo para amordazarle antes de que nos muerda! grité a los que estaban en el pasillo.

Y llegó a mis oídos que era contagioso y ya había alguno fuera que lo padecía. Me cago en...! Dios! Miré al hombre que me acompañaba. Parecía el único dispuesto a echarle un par de huevos a esto. Debemos encargarnos primero de este. La enfermería debería tener suficiente material como para atarle. Le dije al supervisor. ¡Si alguien entra de una puta vez a ayudar! exclamé un tanto desesperada ya. Ser consciente de que podía acabar con el cerebro hecho agua y comiéndome a la gente, no ayudaba a tranquilizarme... empezaba a alterarme y.. eso no era bueno.

¡Los que esteís allí fuera junto a los contagiados! Usad su ropa para atarles y amordazarles! Incluso su propio calzado, si lleva cordones, atadles las piernas!!! cuanta menos movilidad tengan, más facil será sujetarles..