Partida Rol por web

- No hace falta que discutais, compañeros - irrumpió el encantador entre Karún y Eva. Había avanzado con ellos en silencio reviviendo su actuación con los enemigos. Había funcionado, es verdad, pero la ejecución había sido pésima para los estándares que se imponía. Ahora, luego de analizar la situación que tenían en frente, tenía un nuevo plan.

- Se me ocurre otra idea para atravesar este campamento... - se mesó la barba con calma, como solía hacer cuando creia que tenía una buena idea entre manos.
- ...simplemente les ruego algo de paciencia -

- Intentaré manipular a uno de esos ogros de voluntad débil para que nos muestre el camino adecuado, simplemente esperad a mi señal. Si todo sale de acuerdo al plan, podreis seguirme con mínimos riesgos - terminó de hablar Andet para luego ocultarse otra vez en su capa y desaparecer en el paisaje.

El clerigo se habia mantenido callado todo el rato. La experiencia en la ultima batalla le habia hecho pasar factura tanto su cuerpo como su espiritu inmortal.

Tras escuchar el plan de Andet lo miro con cojo de preocupacion.

Pero... y si saliera algo mal, que Pelor no lo quiera. Estarias en una mala situacion, no?

Andet parece tan confiado de su plan que ya empieza a ejecutarlo aún cuando salen dudas del sacerdote. Karún avanza unoa pasos y carga su arco cubriendo al mago. 

Luego el elfo se gira hacia Iannes: tranquilo monseñor, si sale mal el esbirro no tendrá tiempo ni de gritar.

A medida que fluyen las palabras de Andet aparto el rosto, arrugando la nariz. Negándome a mostrar a los demás, la cólera dibujándose en mis ojos. Me muerdo el labio inferior, para obligarme a contenerme. Pero no es hasta que el sabor metálico y dulzón empieza a empaparme la lengua, que consigo reprimir las ganas de hacer estallar el mundo por los aires.

Es un plan ... - Admito de espaldas al grupo. - No es un mal plan y el único que tenemos.

Hazlo. Pienso. Pero tampoco es necesario decirlo, porque Andet ya no esta aquí.

Diez minutos mas tarde Andet vuelve con un ogro a sus espaldas de aspecto bobalicón y mirada hechizada. Parece ser pues, que ha encontrado su guía.

-¿Tuyos ser amigos estos?- Farfulla en un común roto. -A mi seguir.-

Os hace una seña con su gruesa mano y da media vuelta para ir a través del campamento.

De nuevo Andet había conseguido hacer lo indecible, dominar la mente débil de algunas criaturas, menos mal que estaban de su parte.

Ahora tocaba avanzar en sigilo y cautela, cosa que no estaba muy acostumbrado, y esperaba no ser el que metiera la pata en esos momentos decisivos.

Esta vez, se lo veia satisfecho con lo logrado. La dulce melodía que sonaba constantemente en la mente del ogro le contaba historias falsas sobre su mejor amigo, el mago calvo que nunca había visto antes.

Ahora simplemente faltaba que nadie metiese la pata y podrían atravesar los campamentos exteriores como si de un paseo se tratase.

Avanzáis por medio del campamento evitando las fogueras y lugares de reunión. El ambiente está cargado y apesta bastante, no se puede decir que la higiene prime por el lugar.

El que seáis pequeños en comparación, os ayuda a pasar desapercibidos entre tiendas y chozas improvisadas ...

... sin embargo ...

Os encontráis con un imprevisto, un grupo de orcos esclavos están desollando a varios animales y preparándolos para ser comidos, cuando os encontráis cara a cara dudan unos segundos.

Karún habla hacia Andet desde el interior de su capucha: Mi señor, ¿porqué esta escoria deja de trabajar? ¿Debo matar a uno de ellos para que los otros aprendan de su ejemplo?

El encontronazo resulta tan inesperado que nos pilla a todos por sorpresa. Unos instantes de tensas miradas entrecruzadas. Si vacilamos, sabrán que no deberíamos de estar aquí. Son solo esclavos. Conocen el miedo mejore que sus propios pies. Están acostumbrados a que ocurran cosas extrañas a su alrededor. Cosas que no entienden, pero a un esclavo no se le dan explicaciones, solo ordenes que debe obedecer con diligencia y silencio. Calla y obedece ... lo se bien. Demasiado bien.

Sin vacilar sigo andando con paso firme y desafiante. Envuelta de una aura amenazante como si fuese un volcán a punto de estallar. Como si el mas nimio ruido pudiese desencadenar la mas devastadora ola de la destrucción y la muerte sobre toda la tierra. Paso por entre los esclavos como si ni siquiera existieran. Como si no fuesen seres dignos ni de ser mirados y mucho menos tratados.

Las palabras de Karún son vacilantes, sin confianza o el conocimiento del que sabe manipular su lengua como la de una serpiente. Los orcos enarcan sus cejas y uno de ellos parece que va a dar la voz de alarma ...

Sin embargo el paso de Eva es mas impactante de lo que uno podría suponer. 

Hay algo en la mujer que les recuerda el horror a los orcos. Quizá sea su aura de superioridad, quizá el olor de quien está marcado por el diablo. Pero la cuestión es que rápidamente bajan las miradas y se apartan de vuestro camino.

El segundo tramo que os lleva hacia el fuerte es un poco mas complicado y algunos de vosotros no vais muy finos. En mas de una ocasión estáis a punto de ser vistos o interceptados, pero el nuevo amigo de Andet consigue desviar atenciones y daros una oportunidad para que salgáis del paso.

Sin embargo eso significa que el ogro tiene que quedarse atrás para entretener a un par de gigantes y tenéis que llegar solos hacia la parte superior de la colina.

La parte positiva es que el fuerte está un poco alejado elevado, y es mas difícil que os observen aquí.

El fuerte en si es grande, del tamaño de sus habitantes, con gruesas puertas de troncos custodiadas por un gigante y dos ogros enfrascados en un intenso debate ... que por el momento, no parece que se hayan percatado de vuestra presencia.

Detrás de una parte escarpada, en el lado oeste de la construcción, hay otra entrada que no está custodiada por nadie.

Karún se adelanta hacia la entrada secundaria y se detiene unos instantes para escuchar si hay posibles amenazas alrededor. En cuanto lo cree seguro hace unas señales a sus compañeros.