Partida Rol por web

Un rayo de luz blanca salió de las manos de Rómulo impactando en la sombra que salía de la pared. El monstruo se retorció levemente sintiendo el dolor de la energía positiva que lanzaba el mediano. Mientras tanto Arthedain, convocando su arma mágica, se aproximó a las sombras quedando lejos de su alcance. Gaius se mantuvo a la espectativa de los sucesos sabiendo que su arma poca ayuda aportaría.

La primera de las sombras, espantada por el efecto sagrado del alyan de mosest, retrocedió hacia el fondo de la sala atravesando la pared de piedra hacia el exterior. La otra, pese a haber sido dañada por el ataque de Rómulo, o quizás incluso enfurecida por eso atacó con rabia al enano nuevamente intentando abrazarlo en su oscuridad. Bhain volvió a aullar cuando su carne se resecó al contacto con la monstruosidad intangible.

- Bhain, sal de allí - le grita el mediano al ver como la sombra sigue encaprichada en abrazar al enano. Rómulo, totalmente ensimismado en su papel de jefe insiste con sus "ordenes" - Sal de allí antes de que te sigan atacando! -

Al ver al enano debilitándose por momentos, casi incapaz de liberarse del abrazo de la Sombra, Robin entró en la habitación y sujetando fervorosamente su Alyan.

- ¡Aléjate de él, monstruo del averno, Random te lo ordena! ¡Que tus posibilidades de supervivencia tiendan a Cero!

Tras lanzar una típica maldición randomita, Robin se ve rodeado por un halo de luz que se extiende rápidamente hasta llegar a la sombra.

La criatura alzó sus brazos traslúcidos horrorizada por la visión del símbolo y retrocedió, fundiéndose en la pared como si nunca hubiera existido. Desfallecido Bhain se desplomó en el suelo. Su pelo había encanecido y cualquiera que lo viese pensaría que era un anciano cercano a la muerte. Nada en su aspecto recordaba ahora al recio guerrero.

El mediano seguía intentando hacerse cargo de sus funciones de jefe, sin saber como reaccionar ante todo lo que pasaba. Sin embargo algo tenía claro. Debía ayudar al enano de alguna manera

- Quizás pueda ayudarte - murmuró mientras rebuscaba en la bolsa que colgaba de su cinturón y finalmente extraía un pergamino de ella - este pergamino tiene magia que te puede ayudar a recuperarte. Aunque es el único que tengo, creo que deberíamos usarlo - explicó antes de concentrarse en la lectura del mismo y observar como se deshacia en una nube verde-amarillenta que iluminó el rostro del enano por un momento

- ¨Por cierto, la próxima vez no seas tan... eh... impulsivo - intentó explicarle a Bhain - no quisiera que aparezcan más de esas cosas. Son peligrosas. Y si te vuelven a atrapar... - finalmente se quedó en silencio, todos suponían lo que podía pasar si las sombras se dedicaban a abrazar a alguien durante mucho tiempo.

Más allá de su pequeño aporte a la fuerza del enano, Rómulo intentaba decidir cual era la mejor opción - Que opinan? Seguimos? o esperamos a que Bhain se recupere un poco más? Creo que deberiamos investigar a donde llevaban esas escaleras en la otra habitación. Las que bajaban. Arriba no creo que haya más que problemas. Tengo el pálpito que las soluciones están abajo -

El druida volvió a montar en su fiel Rómulo y esperó las respuestas del resto del grupo. Sobre todo la del enano que, pese a su magia, se veía mucho más debil que lo que estaba acostumbardo a ver.

Silvania permaneció en silencio, con el arco semitenso. Todos esos idiotas (*) se habían amontonado en la puerta, impidiendo la huida rápida si era necesario. Y con ello también le impedián disparar a las sombras, la habían dejado sin forma de ver a su objetivo.

Robin se acercó al temerario enano y susurró una breve alabanza a Random, Aquel Que Guía Nuestro Destino. Una aura azul rodeó a Bhain, que inmediatamente se sintió más fuerte.

- No podemos confiarnos: estos seres son capaces de superar el Temor de Dios, y puede ser que dentro de poco caigan de nuevo sobre nosotros.

Robin respiró profundamente, reflexionando sobre sus próximas palabras. Era poco probable que aquello tuviera éxito, pero había que intentarlo. Ocho personas eran un montón y sus poderes serían llevados al límite. Finalmente, soltó su idea.

- Si Random está de nuestra parte, y concentrando toda mi Fe, quizás podría lograr camuflarnos a todos de estas criaturas. Podría pedir a Random que nos ocultara de la vista de los no-muertos, pero no sé si seré capaz de escudarnos a todos: somos un grupo muy numeroso.

Las cejas de Arthedain se alzaron con peligro de tocar el techo cuando aparecieron un pergamino y un conjuro de restablecimiento menor, que permitió al afligido enano recuperar parte de la energía perdida.

"Bien, bien", entonó el elfo. "Esto empieza a parecerse a una unidad de élite."

- No es una mala idea - le contestó el druida, pero te recuerdo que no somos ocho... sino nueve. No te olvides de Remo - le explicó algo ofendido de que el clerigo no hubiera considerado a su amigo - Sin embargo quizás yo pueda protegerme a mi mismo y a Remo de esos no-muertos. Aunque me vean no les será facil golpearme. Puedes intentarlo para proteger al resto - afirmó convencido que que esa acción estaba portándose como un verdadero lider.

- No vamos a limpiar un nido de muertos vivientes escondiéndonos de ellos.

El rostro de Silvania estaba serio como casi siempre.

- Una vez, un amigo me transformó en un halcón, para que supiese lo que era volar. Fue algo increíble sentir el viento en mi rostro, y poder dominarlo con un giro de alas. Notaba el calor del sol en mi espalda. Y la velocidad, podía ir más rápido que nadie y siempre recta. Cuando volví al suelo al terminar el hechizo, la euforia me invadía. Me sentía más viva que nunca.

Ignoraba si los demás la escuchaban o no porque no los miraba, su tono era monótono, como hablándose a sí misma, quizás era feliz con ese recuerdo, o lo usaba para alejar el miedo. Era imposible saberlo.

- Lo que siento en este maldito agujero es justo lo contrario. Debemos avanzar, pero sin escondernos de esos seres, porque hemos venido a acabar con ellos y con sus creadores.

Bhain permanecía tumbado en el suelo con su rostro demacrado, ajado y envejecido, su pelo encanecido como si hubiese caido el peso de los años encima suyo. Se sentía inutil y abatido pero a medida que las fuerzas volvían a su cuerpo el decrepito cuerpo parecía recobrar la vida que las sombras le habían robado, los nublados ojos de bhian recuperaron parte de su color azul

Gr..gracias amigos, si no fuese por vosotros .... Intento alzarse pero aun no estaba lo suficiente fuerte, el shock había sido bastante grande y su cuerpo estaba intentando asimilar los duros cambios. Alargó una mano a sus amigos para que le ayudasen a levantarse

Pese a la incredulidad de todos, fue la desagradable maga quien le tendió la mano al enano. Su rostro no mostraba sentimiento alguno, simplemente le tendió la mano para ayudarle a alzarse. Los oscuros ojos de Mama escondían la certeza del sufrimiento por el que Bhain había pasado. Una experiencia cercana a la muerte sabiendo como su vida se escaparía como absorbida por una oscuridad terrible.

El Enano cogió la suave mano de Mama en contraste con la curtida piel del enano. Noto la mano de esta, quizas debido a que esas criaturas se habian llevado su energia vital y con ello su calor, su fuerza, y parte de sus años la noto cálida . A medida que los conjuros iban haciendo efecto esa extraña sensación disminuía, miro a Mama a los ojos pero un rubor le subió por las mejillas y sus palabras parecían entrabancarse en la boca del enano, como si todo un ejercito intentara pasar a la vez por una puerta de apenas metro y medio de ancho, al darse cuenta de que le había cogido la mano .

Gr... hu... Se sentía como un estupido asi que sonrió a modo de dejar entrever su agradecimiento