Partida Rol por web

No me entendais mal, se que vamos a derrotar ese mal - la mirada del enano se endureció y su puño aferro con mas fuerza su arma, hasta el punto que sus nudillos se volvieron blancos -No podemos darnos el lujo de fracasar, hay algo mas importante que nuestras vidas en juego. Si os han elegido para esta misión es por que os han considerado capaces de afrontarla.- El enano miro a sus compañeros y una media sonrisa se vislumbro debajo de su frondosa barba. -Quizás sea hora de darles a esas cosas un poco de jarabe de palo, peor no nos olvidemos a lo que hemos venido, como decía mi padre , no pierdas de vista la veta de oro

Romulo escucha la breve charla entre sus compañeros mientras espera que Gaius, que probablemente sea el más entendido, tome una resolución respecto al como conseguirlo - Si, mejor asegurarnos la salida, aunque sea para evitar demoras cuando terminemos con nuestra tarea - coincide con la mayoría

- Estén atentos, esa cúpula es demasiado alta como para no tomarla en cuenta - comenta mientras intenta escrutar la oscuridad en busca de algún movimiento, negro sobre negro, o algún sonido que le haga suponer que algo pueda haber allí arriba. La antorcha de la arquera no ilumina tanto como quisiera, pero no quiere tener las manos ocupadas, por si debe volver a recargar su honda.

El mediano se fijó en que Mosest portaba una antorcha siempreardiente colgando de su cinturón. Mientras hablaban y sin esperar la resolución de Gaius Arthedain cogió un guijarro de tamaño adecuado y lo atrancó en la palanca. Parecía que podría resistir o, al menos, ralentizar el movimiento de la misma si por algún motivo se pusiese en marcha.

Mamá brigitte tomó a su familiar una vez más y dejó que esté se colocara en su dedo índice -Vamos a ver mi pequeño amigo, vuela alto y dime lo que ves -Mamá enviaba una vez más al murciélago para que fuera los ojos que ellos no podían ser. Cada vez que envíaba a su pequeño murciélago, Mama lo pasaba bastante mal pensando en que algo le pudiera pasar, pero esta vez era distinto, se suponía que un murciélago pudiera formar parte del ecosistema del lugar en el que se encontraban; estaba segura de que su pequeño amigo pasaría desapercibido y no correría ningún peligro.

El pequeño murciélago se lanzó al vuelo desde donde estaban hacia la zona superior de la cúpula de la siguiente habitación. Mamma recibía las sensaciones: oscuridad, piedra... algo irregular que no formaba parte de la estructura, pero era también de piedra.. No. No era piedra. Se había movido un ápice y por lo tanto provocado un mínimo ruido que solo el oído extraordinario del murciélago podía detectar. El animalillo revoloteó asustado para regresar a la cálida y segura mano de la semielfa. Había algo grande acechando allá arriba.

-Escuchad...¿no lo oís? -Preguntó la maga al resto del grupo, sin percatarse de que ella tampoco lo había oído, pues tan sólo fué la sensación telepática de su familiar lo que le llevó a imaginar el sonido. -Ahí arriba hay algo, se ha movido...deberíamos desplegarnos y no permanecer tan juntosss -dijo dando unos pasos hacia atrás sin atreverse a cruzar la puerta. -Me temo que ESO de ahí arriba es batante grande, miss valientess amigosss.-Terminó añadiendo mientras se apartaba para ir dejando pasar por la puerta.

"Dejad que envíe un señuelo por delante", dijo el alto elfo.

Arthedain se concentró unos instantes y extendió su mano izquierda. Una forma vagamente humanoide y débilmente iluminada se formó por delante del grupo, como una avanzadilla, y fue al encuentro de lo desconocido.

"Vamos, en formación detrás."

Silvania dejó un momento la vigilancia de la retaguardia y los techos, donde se había concentrado, y su vista trató de ver aquello que los esperaba más adelante, su arco estaba como siempre semi-tenso, listo para dispara a lo que fuese en cuanto tuviese distancia de disparo.

- Arriba... si, lo supuse - el mediano taloneo brevemente a su perro y se acercó a la puerta, dispuesto a lanzarse al galope en cuanto supieran que era lo que estaban enfrentando. Mientras la honda seguía en su mano, presta a ser usada, y la figura luminosa se adentraba en la nueva habitación, el mediano respiró profundamente, buscando en su interior la fortaleza necesaria para hacerle frente a lo que fuera que habitaba el lugar

- Listo para entrar - murmuró convencido - espero que ataque a esa... eh... figura. En cuanto lo haga tendrá una bala en su cuerpo. Yo me ocupo - Una sonrisa se dibujó en el rostro de Romulo, mientras trataba de asegurarse que su promesa no fuera vana

Las luces surgidas del filo de la espada de Arthedain adoptaron una forma vagamente humanoide y avanzaron por delante del grupo hacia la sala circular. Como en respuesta a esta provocación los demás escucharon un ruido procedente de lo alto. El ruido que podría hacer una sección del techo crujiendo como para colapsarse... Repentinamente una enorme figura de piedra se lanzó en picado desde lo alto, posándose en medio de la sala e intentando vanamente atrapar las luces con sus garras. Era una gárgola del tamaño de un humano alto y aspecto siniestro, musculado, cabeza de demonio y enormes fauces. Sus alas de piedra se abrían de par en par como intentando intimidar a aquellas luces sin sentido.

- Esto está lleno de sorpresas, ahora una gárgola...

Al ver la estatua viviente que se ensañaba con el señuelo luminoso, Rómulo ni lo pensó, con un gesto seguro dejó que la bala saliera disparada de su arma en dirección al monstruo, mientras sus rodillas se tensaban en derredor del cuerpo de Remo, dispuesto a dirigirse al combate en cuanto encontrara un hueco por el cual colarse en la estancia.

Su proyectil, perfectamente dirigido golpeo en la dura piel de la estatua viviente y rebotó sin causarle ningún daño - Pero... - murmuró - Si le dí... que está pasando aquí? -

Eso de ahí misss queridoss amigoss es ¡una Gárgola! Ahorrad vuestras flechas y virotes pues de poco servirán...sólo la magia puede derrotar a esta bestia que aunque no necesite ni comer ni beber, eso no le exime de querer devorarnos por mero entretenimiento. Ahora se entretiene con esas luces, pero tened por cuenta que nos verá aunque estemos a oscuras. -Y señalando con el dedo a la gárgola, la maga pronunció el conjuro:

Anail Nathorock
Uthbassa Bethuddd
Noctull NOcta

Esto nos dará tiempo.

Bhain avanzó con escudo y hacha en mano, dispuesto a defenderse de la gargola.
-tener cuidado, pueden haber mas- grito el enano a sus compañeros para que no cometieran alguna tontería

Arthedain musitó unas palabras de fuerza y el filo de su espada refulgió, llameante. Después, avanzó hacia la gárgola, adoptando una postura defensiva.

Una vez más Gaius pensó en aquel espléndido día de otoño, de sus primeros años de trabajo, cuando estaba prácticamente nadando entre riquezas en el tesoro de aquel estúpido sultán. Parecía que todo le sonreía hasta que por ceder a un falso sentimiento de seguridad activo una alarma oculta. Tuvo que elegir rápido el botín que se llevaría: una bella armadura plateada, que brillaba con el encanto del mithril, o por el contrario una magnífica cimitarra que refulgía por el poder de la magia. El mithril siempre había sido su debilidad…Las palabras de aviso de la nigromante habían rescatado esta vivencia entre los recuerdos del ladrón ,muy adecuada para la situación.

Solo en estos momentos se arrepentía de su elección, estando delante de una criatura creada por magia y que solo la magia podía destruir. En cambio en el resto de ocasiones se sentía más seguro ante un ataque por sorpresa o el terrible zarpazo de alguna bestia. Era la segunda vez que le pasaba en el mismo día, los malditos espectros habían sido los primeros, ahora la gárgola y bien sabe un buen asesino que no hay dos sin tres…

No podía hacer otra cosa que apartarse y permitir el paso a alguno de sus compañeros, que o bien portaban el poder de la magia en sus armas y corazones o no habían hecho caso de las indicaciones de Mama Brigitte y se dejaban llevar por su impulsiva y poco reflexiva valentía.

Poco podía hacer Robin contra aquella mole de piedra mágicamente animada: su vieja lanza era probable que se astillara al chocar contra la pétrea piel de aquella criatura, pero... ¿Qué más podía hacer, si no intentarlo? Pero que primero pasaran los profesionales; haciéndose a un lado, Robin trató de no molestar a los que estaban mejor preparados que él mismo para aquel enfrentamiento. Y si una vez estuvieran todos listos, quedaba algún huequecito libre, ya trataría de meter su lanza.

- Desplegaos, rápido, pedazo de...

Silvania se interrumpió bruscamente, consciente de golpe de que ella no debía dar órdenes y menos en ese tono. Pero cuando los demás la miraron, el arco estaba completamente tenso y la pequeña mediana buscaba con aínco un hueco por donde poder atacar la gárgola que no encontraba, sus compañeros la estaban tapando.