Partida Rol por web

La carga de las fuerzas del clan fue brutal a pesar de su reducido número. Para los matadores que en su mayoría avanzaban junto a ellos, fue inesperado verlos unirse a la refriega y causar tanto destrozo sobre las líneas enemigas. Tanto Alfred, Trojan, Kurt, Grim, Jaime e incluso Domochievski que se había unido a la refriega desde el flanco derecho, atacaban al grueso contingente de orcos y goblins apoyados por las fuerzas de pieles verdes.
Allí sumidos en el caos, pudieron ver dos cosas a su vez asombrosas y a su vez importantes. La primera fue que  Melissa y Nathan, aunque mal heridos se encontraban de pie combatiendo contra el enemigo en el centro de la batalla. Lamentablemente, las fuerzas de orcos los estaban empujando junto al resto de matadores del asalto inicial, hacia las picas de los enanos. Lo segundo fue que, hacia el final de la batalla, de forma inesperada, surgió la figura de un anciano conocido, Igor había entrado en batalla y solo ellos de entre sus compañeros  (a la par de muchos enanos), pudieron verlo. Su comportamiento no era el habitual, no parecía ser aquel anciano débil y tonto que ellos conocían. Aquel hombre semi desnudo y con el torso bañado en sangre, había cogido una pica enana de algún lado así como un escudo, y con estás empalaba continuamente a goblins y orcos por igual con una furia que solo podía hacer pensar a todos que algún tipo de demonio le había poseído. Hacia el final de la batalla, le encontrarían derribado sobre un orco y bañado en sangre, pero vivo.
Mas al norte, Grunt y unos pocos Matadores, habían atacado en solitario a la retaguardia de los pieles verdes que se componía principalmente por lanceros goblins causando sobre ellos grandes daños. Mas al norte, Sir Hugo astutamente se había desviado con su corcel para lanzarse contra las filas de arqueros goblins y siendo seguido por Hans y Jalon que ante la indecisión de entrar en el caos de la batalla y arriesgar sus vidas, optaron por atacar junto al bretoniano en una zona donde llevaban las de ganar.

Se había metido entre los goblins increíble. Su caballo aplastaba goblins mientras él desde arriba pinchaba al máximo número de enemigos sin que la lanza se quedara trabada en ninguno para así poder seguir su mortal carga.

Como un cuchillo caliente en mantequilla, siguió atravesando la formación (si es que se podía denominar así) de los goblins repartiendo muerte a diestro y siniestro, mientras esquivaba flechas que silbaban por todos lados  e incluso bloqueando una con su escudo en el último momento. 

PROTÉGEME DAMA...

Sin resuello, pero aun con fuerzas para pelear seguiría el bretoniano sobre el caballo.

La guerrera tenía la adrenalina corriendo como caballos desbocados por su cuerpo. Aun sangrando por varios sitios y un brazo casi entumecido, levanta el escudo una y otra vez mientras para los ataques que chocan contra su viejo escudo. Sin embargo la guerrera tiene miedo de quedarse ensartada  en las picas de los enanos y lucha por salir de la marea que la llevará a estrellarse contra ella. Esa nueva distracción quizás la pague cara...

Kurt empezó a dar golpes a un lado y a otro, con rabia y cierta desesperación fruto del deseo de sobrevivir a aquella locura. Sin embargo, no había nacido ayer, ni esa era su primera batalla, así que sabía que había que contenerse. No exponerse demasiado, y tener listo el escudo para rechazar los golpes de aquellos asquerosos pieles verdes. 

Volteo el arma creando un anillo de acero a mi alrededor pero aun así son demasiados y noto como varias armas muerden mi carne atravesando la armadura de cuero .Me muerdo el labio al pensar que esto no hubiera pasado de haber dispuesto del dinero para comprar aquella cota de mallas que había visto .Diablos , el puto dinero siempre ha sido un problema 

Ahora es el turno de ataque de los orcos y vienen con ganas, empiezo a defenderme, gracias al tiempo de combate logro bloquear la mayoría de los ataques que me lanzan los orcos y los goblins. En el fragor de la batalla doy un traspiés y uno de los ataques logra superar mi defensa:-Mierda! Malditos bastardos pieles verdes!!!

Su camino no había sido muy difícil, los orcos bastante más preocupados por otros enanos o por sus compañeros decidieron que él no era tan peligroso. Sus ataques no se le acercaron salvo un orco que buscaba presas fáciles al que desvió su arma antes de golpearlo en la rodilla. Manteniendose junto al resto siguieron hasta encontra al resto. Por fin llegaron hasta Melissa y el resto- Melissa por aquí, únete a nuestro círculo para que no nos rodeen! - La gritó en cuanto estuvieron a tiro de ella.

Estaba rodeado pero vendería cara mi vida, aun así consigo acertar a varios, pero son demasiados, esquivo el primer ataque pero la marabunda de goblins alrededor mio me golpean con saña.
Al menos veo a unos 20 metros que mi caballo sigue vivo, no tiene mas que la herida del lobo, espero que los dos salgamos de esta.

La batalla se desarrollo como cualquier otra solo que esta vez había muy pocos humanos participando. De hecho, realmente el enfrentamiento fue entre el ejercito enano y los orcos; ambos ejércitos provenientes de Karak Ocho Picos, como descubrirían mas tarde los mercenarios tras hablar con los enanos.

La victoria fue gloriosa, tal como lo esperaban los enanos, aunque también era claro que el ejercito piel verde no era tan numeroso como para hacerle frente a tantos enanos. Las cifras variabas y pocos le importaban realmente los números, pero aproximadamente el enemigo había tenido un total de 200 tropas de infantería conformadas principalmente por goblins, unos 20 jinetes goblin, cinco carros de guerra y un puñado de arqueros que no superaban las tres docenas. Mientras, las fuerzas de enanos tan solo sumaban 100 en su fila de picas, un número muy cercano de escuderos; con ello y el amplio número de matadores la victoria era algo seguro, aun cuando no hubiesen intervenido los mercenarios del clan. No obstante su ayuda fue muy importante pues ayudaron a romper las filas enemigas antes de que se estrellaran con las picas enanas e incluso sus jinetes acabaron prácticamente por si solos a los arqueros. En realidad, Sir Hugo había sido quien había causado mas estragos cargando velozmente contra los goblins una y otra vez sin que estos pudieran impactarle mas de una vez. El solo había matado a 4 goblins y dejado fuera de batalla a otros seis. Luego, entre Jalon y Hans, se habían hecho cargo de dejar fuera de combate a otros 10 goblins, mientras que el resto acabo huyendo. Por su parte, solo Hans resulto herido, con un par de flechas que le atravesaron el brazo y el hombre derechos.

Otros actos sobresalientes fueron los Grunt y Kurt. El primero, luchando en la retaguardia del enemigo, había logrado por si solo destrozar las filas y causar caos en el enemigo. Mientras que Kurt se había vuelto una maquina de matar en el flanco izquierdo causando heridas a cada oponente con el que se atravesaba. Y claro, estaba también la elfa Lorantha quien prácticamente había tenido una tarde sencilla disparando al bulto de pieles verdes para cuasar heridos asegurados prácticamente con cada flecha que lanzaba.

Para el final de la batalla, el valle cerca de las colinas había quedado en un mar de sangre y muerte, al menos la mitad del ejercito piel verde había muerto en la batalla, el resto estaban o heridos o bien habían huido.

El cielo es lo único que veo mientras caigo lentamente hacia el suelo , ni siquiera noto el golpe  cuando mi cuerpo choca contra la tierra .Mi mano se abre y deja caer la alabarda ahora ya no me duele nada , los ojos empiezan a pesarme y aunque oigo a lo lejos la voz de los compañeros celebrando el resultado de la batalla poco me importa todo ya . Lo que lamento ahora no es irme así , ha sido una buena batalla ,pero siento no haber podido vengar al capitán .

La batalla había terminado y el tiempo volvía a transcurrir con normalidad. Me di cuenta que me habían alcanzado en el hombro izquierdo, la herida era fea pero no mortal, todavía podía moverme y ser de ayuda. Me puse a buscar a mis compañeros para hacer recuento. 

Vi a lo lejos que Jalon, cargaba a Hans y cabalgaban hacia los enanos. Mientras avanzaba en la misma dirección, encontré a Walter levantándose, cómo recién despertado:-Walter! Estás herido?!! le dije a gritos mientras seguía avanzando. Me encuentro a Alfred y a Nathan muy malheridos y pido ayuda:-AYUDA!!! TENEMOS DOS HERIDOS!!!

La elfa, al ver a los pieles verdes en clara retirada se acercó con premura a atender a sus compañeros heridos. 

Entre la marabunta había perdido a muchos de vista, así que los gritos de Grunt le sirvieron por un lado para conocer de antemano quiénes de sus compañeros estaban en peores condiciones y por otro dónde se encontraban. Tomo su equipo y con la ayuda curativa de la naturaleza, se puso manos a la obra, aunque le pidió a Grunt que se asegurase de que los pieles verdes que había a su alrededor estuviesen bien muertos para evitar sorpresas desagradables.

Empezó a atender  a los heridos por orden de gravedad, y si bien con todos puso el máximo cuidado, con Melissa, sacó su ungüento especial y puso todo su empeño en restañar sus heridas. Con Trøjan hizo justo lo contrario, procuró que sus atenciones, como siempre, fueran especialmente dolorosas aunque efectivas.

Cuando todo aquello estuvo resuelto, y mientras sus compañeros se dedicaban a espoliar a los adversarios caídos, ella buscó restituir la flechas perdidas y se fijó si por casualidad algún piel verde llevase algún objeto élfico para reclamarlo para sí.

Me golpean varias veces produciéndome cortes profundos y heridas graves, cayendo en un pozo oscuro del que no se si despertare...

Prosiguió con la carga, goblins caían derribados, otros ensartados, otros heridos de gravedad. Si cargar solo contra una maraña de enemigos y salir ileso de entre tantos no era una epicidad, ¿Qué lo era? Pero de repente un pinchazo frío le devolvió a la realidad. 

Uno de esos bastardos había conseguido acertarle en su brazo derecho, y por un momento pensó que la lanza se le caería, pero apretó los dientes, y el músculo, respondió en caliente. 

Acabada la batalla, y habiendo aplastado al enemigo, se acercó a Lorantha:

- Buena batalla la que hemos vivido aquí. Por desgracia, he sufrido una herida en el brazo de empuñar la lanza y la espada. ¿Me podrías echar un vistazo cuando tengas tiempo? Hay mucha gente que está peor que yo, así que miraré alrededor a ver si encuentro algo de interés.

Dejaría a Lorantha atrás, y se bajaría del caballo. Éste se merecía un descanso por la labor y al bretoniano le apetecía andar. Se paseó entre los cuerpos, examinándolos con la mirada y usando la espada para hacer una mejor labor, buscando algo de valor con lo que financiarse una armadura pesada, que falta le hacía.

Después se acercó al herrero rúnico y le explicó su situación:

- Bien peleado, herrero. Me gustaría preguntarte lo siguiente. ¿Estás muy metido en tus proyectos? Lo digo porque como sabrás, para ser nombrado caballero como tal debo llevar una armadura de placas. Y así, con mallas y en partes cubierto por cuero, parezco mas un explorados que alguien que se presupone que va a cargar sin pensarlo contra el enemigo. Si pudieras hacerme una armadura... Y creo que metal no nos va faltar - miraría hacia atrás señalando todas las armas y objetos de metal que habría por el suelo.

- También pediré algo de los fondos comunes, a ver que dicen los demás. Mi armadura actual la podría utilizar otra persona, no tengo problema con eso, pero para ser nombrado caballero necesito una armadura de caballero. O nunca me reconocerán como uno.

Los golpes llovían y por cada uno que recibía, otro devolvía la pelirroja. Al intentar salir del ataque de los orcos sobre el contingente enano, la ya vapuleada guerrera se llevo un fuerte golpe que la tiro al suelo de espaldas sin aire en los pulmones. Se miró allí donde la habían golpeado y vio con alegría como las anillas aguantaban y sólo tenía un fuerte dolor. Su atacante desapareció en la vorágine del combate. La guerrera continuó aguantando, con las fuerzas renovadas al escuchar una voz amiga. La llamaban por su nombre.

No se lo creía, la presión disminuyó, se empezaron a ver espacios y la pequeña escaramuza, que a la imperial se le antojó eterna, se decantaba de su lado. Voy a vivir. Se daba por muerta cuando su caballo tropezó, pero sus aliados se habían dado la vuelta y habían combatido junto a los enanos. Voy a vivir. Tenía numerosos cortes por su cuerpo. Se había caído del caballo a una velocidad tremenda dándose un fuerte golpe en la cabeza que la dejó inconsciente, había sido atropellada, mordida y golpeada en medio de un contingente de goblins, tenía el pelo pegado por la sangre y varias costillas rotas y un hombro dislocado, apoyada en su espada, respirando con dificultad, y con unas temblorosas piernas, espera a que lleguen hasta ella sus compañeros.

La primera que llega hasta ella es su amiga lorantha, la pelirroja es una guerrera dura, de trato hosco, pero al ver a la elfa se relaja todo su cuerpo y antes que la cure, se acuerda de esas primera flechas que vió justo antes de verse rodeada por los jinetes goblins. Melissa se abraza a su amiga y con la cabeza oculta en su hombro, llora. Con sollozos entrecortados por la falta de costumbre, con un susurro débil dice.

-Gra-gracias- articula con dificultad.

Un lobo se lanzaba contra su caballo un fuerte impacto en el costado y ver como el suelo se acercaba a toda velocidad.....era todo lo que recordaba. Sonidos inconexos se juntan en mi cabeza, gruñidos, gritos y golpes de metal contra metal. Luego nada. Abro los ojos y sobre mi yace el cuerpo del lobo que me había derribado, su sangre cubre mi cuerpo, por lo que parecía no había llegado a darme mas de un bocado antes de que fuera abatido. Los relinchos de caballo cercano demostraban que tenía un dolor terrible. Al levantarme siento la suerte que he tenido el campo de batalla es una matanza de pieles verdes y mi dolor por lo que veo podría ser mucho mayor. Grunt es el primero en verme y acercarse a ver que tal me encuentro.

- No es que este bien Grunt, pero podría haber acabado mucho peor si no hubiese sido por vosotros. Parece que no solo he perdido mi caballo sino también una gran batalla. 

No acabo de decir eso cuando recuerdo los sonidos lastimeros que había oído. Al mirar alrededor puedo ver mi caballo, el pobre animal había recibido todo el impacto de la carga del lobo y sus patas parecían rotas. Aunque pudiera darle los cuidados necesarios nunca podría sacarle de estas montañas. Me acerco hasta mi antigua montura y le calmo mientras pienso si debería de terminar ya mismo con su agonía.

- Alguno de los que sois mas duchos en materia de animales. ¿Creéis que puede salvarse o es mejor terminar aquí con su vida?.

La escaramuza fue rápida, los enanos fueron mucho mejor que los orcos y más numerosos así que duraron poco en romperles las líneas y destrozar su moral. Su grupo alcanzó a los heridos y formaron un círculo a su alrededor protegiéndolos para evitarles más heridas. No sufrió ninguna herida durante la lucha y al final cuando las cosas se relajaron usó su fuerza para ayudar a todos los heridos en llegar a los curanderos así como rematar a todo piel verde que viera aún moviendo. Al poco descubrieron como estaban sus compañeros y la mayoría estaba mejor de lo que habría esperado al verlos caer bajo el golpe de los goblins.

- Sir Hugo, sois un guerrero decente, podría intentar invertir mi tiempo en procurarle una armadura cuando estemos en un sitio más respetable para tal menester. Como podéis imaginar al ser para vos tendréis que ocuparos del dinero del alquiler de la fragua y el material, yo podré mi tiempo y herramientas. Ahora os advierto, sólo trabajo para gente que se lo merezca, haced algo de lo que no se sentiría alguien decente feliz y veréis que los orcos y yo tenemos algunas cosas en común. - Lo dijo con la mirada muy seria y el rostro cubierto de sangre tras la batalla.