Partida Rol por web

Al final, tras la cruenta batalla, todos habían sobrevivido, Jaime incluso esta vez estaba ileso, había tenido suerte. Otros como Alfred y Nathan habían estado muy cerca de morir y por lo pronto apenas y podían andar tras las múltiples heridas sufridas. Y habían también los que aunque habían salido mejor parados, estaban también muy tocados, este era el caso de Melissa, Walter, Sir Hugo y el enano Grunt. El grupo se había reunido en el centro de la batalla, en medio de la pila de cuerpos de pieles verdes pues allí habían caído Alfred y Nathan; a la par, fue allí a donde Jalon llevo al maltrecho Hans que tenía un brazo muy hinchado y una flecha clavada de lado a lado. Respecto a los enanos, habían perdido mas de una veintena de matadores y había varios mas mal heridos, pero fuera de eso, sus fuerzas estaban ilesas.

Lorantha por su parte, puso manos a la obra sacando de entre sus pertenencias en su corcel, sus herramientas de cirujano para empezar a atender a los heridos, lamentablemente el estrés de la batalla y las precarias condiciones en las que se encontraban, poco pudo hacer para ayudarles.

Mientras la elfa intentaba curar a los heridos, varios como Walter y Sir Hugo empezaban a buscar una recompensa tras la batalla, pero para sorpresa de ellos, fueron detenidos por los enanos a empujones. Estos argumentaban con un tono osco que todo lo conseguido en batalla sería requisado para la gloria de Karak Ocho Picos bajo ordenes de Belegar Martillo de Hierro.

Y estaban en eso cuando de la nada los gritos de Domochievsky llamando a Jaime les alertó. -Jaime, he encontrado al imbécil de Igor, estaba bañado en sangre. Creí verlo en la batalla pero creí solo estarlo imaginando. Necesito que alguien me ayude a levantarlo-.

La batalla había acabado... Por fin. Kurt estaba cubierto de sangre, en buena parte ajena, y sobre todo goteando de la hoja del arma. Aquello había sido una auténtica carnicería, y en cierto modo le alegraba haber hecho una contribución más que notable a ella. Una vez cargó, el instinto de supervivencia se sobrepuso a todo lo demás, consiguiendo hacer que sacara fuerzas de donde no las había, y dando un golpe tras otro con fiereza. 

Había salido de aquella locura sólo con un pequeño corte, apenas un rasguño. Desde luego, podía estar satisfecho. Sobre todo teniendo en cuenta que otros habían acabado mucho peor. Perdido en esos pensamientos estaba, mirando alrededor para observar la plenitud de aquello, cuando escuchó a Domochievsky decir que Igor estaba allí tendido. Suspiró y se acercó, todo lo rápido que pudo, a comprobar el estado del viejo y ayudar al kislevita con él. 

El frenesí se evaporó y Trojan se encontró entre los gritos de los heridos y el silencio de los caídos. La lucha había terminado y él permanecía entre los vivos y victoriosos. Apenas unos rasguños sobre su piel y cadáveres de enemigos a su alrededor. Olfateó la sangre. Y la mugre.

Todavía con su hacha en la mano el norsca regresó con sus compañeros, para descubrir algunos gravemente heridos.

Si morís, lo haréis con gloria. Si vivís, lo celebraremos con cerveza. ¡Escoged!

Al volver a abrir los ojos mi cuerpo empieza  responderme y aunque dolorido consigo levantarme sin perder el equilibrio. Aunque la cabeza me da vueltas es mas por el cansancio que por las heridas así que cuando miro a mi alrededor buscando a mis compañeros me alegra ver que la factura no ha sido elevada y todos parecen estar con vida   .Pensé que había peleado en mi último combate pero esta visto que aun no ha sonado mi hora .Digo acercándome a ellos apoyado e mi alabarda 

La intervención de Lorantha salvó a Alfred y Nathan, entonces vi a Domochievsky pidiendo ayuda con Igor, entonces vi a Kurt echándole una mano y dejé de preocuparme. Recojo mi espada y con mi brazo sano la guardo en la vaina y me reúno con el resto.

Ante el empecinamiento de los enanos que indicaban que dejáramos el botín como si solo ellos hubieran luchado, cejo en mi empeño y aproximándome a mi montura acabo con su sufrimiento. No creía que pudiera sobrevivir cruzando las montañas y mucho menos podría quedarme yo aquí mientras el se recuperaba.

- Adiós viejo amigo.

Atravieso con mi espada su corazón, el sonido de sus quejidos desaparece cuando libero el acero de su cuerpo. Recojo los arreos y la silla de montar, quizás podría sacar unas monedas de su venta.

Grim sigue ayudando a sus compañeros a ser puestos cerca de Lorantha cuya ayuda estaba siendo tan inestimable. Tras terminar miro a Sir Hugo - Será difícil que te den algo, pero piezas de metal orcas puede que no les importe y luego podamos fundirlas. Al menos nos harán un descuento por alquilar una de sus forjas en la fortaleza si sigues deseando la armadura y tienes lo necesario.  - Miro al rededor decidiendo nuestro siguiente paso - Ahora que hacemos? deberíamos ir con los enanos de vuelta a su fortaleza para descansar.

El bretoniano miró al herrero rúnico y asintió.

- Si dejan piezas metálicas en el campo de batalla las cargaremos en el carro para fundirlas. Si me pudieras ayudar con el tema armadura te estaría eternamente agradecido. Tener una armadura en Bretonia es símbolo de estatus, indispensable para un caballero. No sabes como te lo agradezco, honraré tu creación con mis acciones, aunque me cueste la vida. Por cierto... Es la segunda vez que veo a Igor luchar como un poseso cuando el resto del día está tirado en esa carreta. Lo he visto acabar con enemigos de una lanzada, como si estuviera imbuído en una sed de sangre impropia de alguien que se muestra tan agotado todos los días. Que alguien me explique como lo hace, ¿Se trata de algún tipo de magia? Porque estoy muy seguro de que no se trata de ninguna alucinación. Llevo sin beber semanas y el sol no me ha dado tanto en la cabeza como para imaginarme estas cosas. 

Miró a todos los presentes, con una mirada inquisitiva. Estaba bastante sorprendido por los "poderes" de Igor. Necesitaba respuestas.

-Pues yo no he visto nada- exclamó Jaime caminando entre Sir Hugo y Grim en dirección a donde estaba el viejo Igor. -Probablemente tu eres el que estaba imbuido en una sed de sangre y lo has alucinado todo. Míralo, ese viejo ni siquiera podría levantar una espada. Ya veras que cuando lleguemos con Valdia nos dirá que se le escapo en medio de la batalla como habitualmente hace cuando se le meten ideas en la cabeza, ya visteis lo que paso en el río-. Y sin mas se perdio para encontrarse con los otros e improvisar una camilla para llevar a Igor hasta el carromato.

Tal como comentaba Jaime, al caer la tarde, para cuando todos se hubieron reunido en torno al carromato para tener una victoriosa cena y poder descansar, la misma Valdia les contaba una historian un tanto desarticulada de como en un descuido el anciano se había escapado hiendo a dar a la fila de piqueros enanos en un intento por ser valiente, tal como solía narrar en sus disparates mentales. Para Domochievski y Jaime era claro que el anciano simplemente había tenido suerte, probablemente los orcos no habían reparado en él ante tanto enano fortificado amenazándoles, o quizá sin quererlo realmente, los enanos le habían protegido.

Mas tarde, ya cuando la noche hubo caído, el grupo fue visitado por un emisario enano ataviado con grandes joyas procedentes de las profundidades de las montañas del fin del mundo. Muy similares a las que el enano Grim custodiaba celosamente.

-Mi señor Thorek Cejohierro desea verlos ahora, espera por ustedes en su casa de campaña- informó el emisario con un gesto indicativo de que iba a esperarlos y que tenían que ir, o al menos eso aparentaba por que le acompañaban cuatro enanos que fungían de guardias y que estaban fuertemente armados. Si consideraban eso y el hecho de que los enanos no les dejasen coger nada de recompensa tras la batalla, ni siquiera el metal viejo de los orcos, no parecía que aquellos hombresitos estuviesen muy agradecidos con la ayuda prestada.

El emisario les informó que sus cosas estarían a bien resguardo por lo que no tenían que preocuparse por ellas, pero en cualquier caso, podían quedarse uno o dos a cuidarlas, pero el resto debían de acompañarles. Por ello, Valdia, teniendo que cuidar de Igor, optó por quedarse mientras el resto se alejaba a través del campamento enano hacia el lugar donde aquel enano desconocido les esperaba.

Domo había visto algo, Valdía contó una historia que ni inocentes críos se creerían, y Jaime afirmó que el había perdido su juicio en su lucha contra los pielesverdes.

- Se lo que he visto. Y creo que todo el clan ha demostrado muchas veces que es de fiar. No me creo esa historia de Valdia. Si vamos a seguir juntos, si éste grupo ha de seguir junto creo que tenemos que ser sinceros sobre quienes somos, o nunca confiaremos entre nosotros.

Esperaba una respuesta, pero de repente llegó una comitiva de enanos que les "invitaban" a la tienda del líder. ¿Que querrían? Ya les habían tratado mal con el tema saqueo, ¿Cual sería la próxima? Esperaba que no fuera ahora. 

Las palabras de Sir Hugo son para empezar algo irreales, no parace ser verdad que el viejo Igor que conocemos sea capaz de esas obras, pero algo había pasado en esa batalla, el simple hecho de estar todavía con vida lo demuestra, sea suerte o otra cosa, algo nos había salvado. 

Mientras el resto del grupo va llegando Jaime intercambia algunas palabras con sir Hugo y acaban siendo algo más: Sir Hugo cálmese.  le digo al bretoniano.-Jaime, no se que ha pasado en esa batalla, pero algo ha evitado que muramos todos, llámalo suerte, habilidad o lo que quieras, pero no me digas que algo falla cuando Igor ha hecho lo que ha hecho. le digo a Jaime, justo en el momento que llega un emisario de los enanos y nos convoca en la tienda de su comandante:-Será mejor dejar esta conversación para más adelante, pero creo que sir Hugo tiene razón sino confiamos entre nosotros estaremos muertos la próxima vez.

Me parece que esos enanos no reconocen nuestra contribución a la batalla , malditos avariciosos .Mascullo por lo bajo antes de escupir mi indignación por el trato recibido  .¿Acaso no hemos sangrado con ellos?.Hasta ahora siempre había escuchado que   Sigmar te libre del odio  de un enano pero parece que es aún es más peligroso interponerse entre ellos y el botín ..Interrumpo la diatriba y mirando a los compañeros enanos digo .Perdon. , me deje llevar por la ira .. casi morimos y nos niegan nuestra parte del botín como si hubiésemos luchado hombro con hombro.

No había contribuido para nada en la batalla y en el transcurso de ella mi caballo recibió heridas tan graves que solo pude sacrificarlo para librarlo de su agonía. No estaba siendo un viaje demasiado apacible, no es que esperara salir indemne de las montañas pero empezaba a pensar que Sigmar me había retirado su bendición. Caída ya la noche junto al fuego en un campamento protegido, podíamos contar las aventuras sucedidas y agradecer no haber sido eliminados por los orcos.

- Sea como fuere si Igor lucho o no, hemos tenido mucha suerte de salir de esta batalla solo con unos rasguños y contusiones. Podía haber sido mucho peor, si los enanos no hubieran aparecido.

Hablando de esto un grupo de enanos de los que nos rodeaban se acercó hasta nosotros para exigirnos que lo acompañáramos a la tienda de su jefe, no se que más querrían. Ya habíamos tenido problemas con ellos al pedir parte del botín y ser expulsados se malos modos sin poder obtener nada. Estaba claro que nos aceptaban por no suponer una amenaza, pero no creía que les fuéramos simpáticos.  

Poco a poco la luz se hizo, primero como un halo borroso y lejano que poco a poco se acercaba, hasta que al final sintió que le parpadeaban los parpados. Por fin abrió los ojos y vio a Lorantha administrándole una cura y la sonrió, pues era lo único que podía hacer en ese momento, le dolían todos los huesos del cuerpo y por lo que recordaba había sido lanceado y cortado en varias ocasiones, pero estaba vivo, aun no comprendía como pero lo estaba, así que se quedo allí tendido un buen rato hasta que por fin recupero al suficiente fuerza como para levantarse, en cuyo proceso se paro varias veces pues le zumbaban los oidos y se mareaba si se movía rápidamente.
Al hacerlo descubro algo que le ilumino la cara, su caballo estaba allí de pies esperándolo plantado como un seto a su lado sangrando de un costado por una fea herida, pero sin mas consecuencias, era una herida grave pero no mortal, no podría montarlo pero si se le cuidaba en un mes estaría tan lozano como antes.
Cogió las riendas y poco a poco se acerco al carro después de dar las:- Gracias Lorantha, a su amiga que le había cortado al menos las hemorragias y se podía mover. Mientras llegaba al carro fue saludando a los compañeros que veía y le pregunto a Sir Hugo:- Sir Hugo Sabes de caballos?, me gustaría que me ayudases a cuidar a mi caballo, al igual que a mi perro que lleva maltrecho en el carro ya mucho tiempo.
Había perdido a su pájaro, pero su perro fiel que estaba tumbado en el carro curándose de una fea herida y su caballo estaban con el, y esperaba que por muchos muchos años.
Al llegar al carro ato al caballo al mismo y le quito la silla y los aperos de monta salvo el bocal al que están sujetas las riendas. Cogió alguna sabana limpia la hizo trizas para simular vendajes, echo un cubo de agua a la herida, la seco y con ayuda de algún compañero vendo la fea herida del lomo del caballo. Lo acaricio durante todo el proceso tranquilizándole.
Una vez acabado hizo lo propio con el perro* que ya presentaba mejor aspecto que cuando fue herido.

Nathan se tumbo a su lado y reposo los huesos mal heridos cuando una comitiva de enanos vino a reclamar su presencia. Una vez expuesto lo que requerían dijo:- Jaime, yo me quedare aquí, estoy muy mal herido como para serviros de algo.

Nathan se acercaría para pedirle que le echara una mano con los cuidados de su caballo, y así respondería el caballero.

- Claro, se lo básico. No soy de lejos un Maestro de Cuadras así que no esperes amplios conocimientos por mi parte. La herida que tu montura ha recibido es muy fea... Tenemos que estar muy atentos si no queremos que vaya a peor. Respecto al perro, no debe ser demasiado diferente curar las heridas a u animal que a otro. aprovechando que estaban todos juntos habló con Lorantha:

- Creo que si combinamos los conocimientos de todos tendremos mas éxito tratando de salvar a todos los animales. Si pudieras ayudarnos con esto, estoy seguro que todos te lo agradeceríamos mucho. Especialmente, los mas afectados - diría mientras acariciaría al caballo herido tratando de tranquilizarlo.

- De todas formas y cuando lleguemos a nuestro destino o tengamos oportunidad, convendría que alguien mas experto que yo echara un vistazo a los animales.

-Tonterías- exclamó el mediano dándoles la espalda, -Alucinan con cosas que no tienen sentido, quizá lo vieron levantar un arma y presa de la adrenalina han creído ver cosas que realmente no han ocurrido-. Sentenció justo cuando el emisario hizo presencia.

Aunque el emisario indicó que solo se quedaran una o dos personas junto a sus pertenencias, al final fueron mas los que se quedaron. Nathan que estaba mal herido, Jalon que no tenía interés en hablar con un señor enano, Igor quien dormitaba en aquellos momentos y Valdia quien como siempre, le cuidaba como una niñera.

El resto de mercenarios del clan Sombra Lunar avanzaron cruzando los contingentes de enanos que se agolpaban en un esfuerzo apresurado por montar un perímetro defensivo donde establecer su campamento mientras caía la noche en las faldas de aquellas montañas. Algunos enanos les miraban con desinterés, otros mostraban simpatía o desagrado, incluso hubo algunos que les saludaron con cortesía a la distancia en señal de respeto.

Dejando atrás la concentración principal de enanos, subieron por la montaña en un antiguo camino que probablemente era de manufactura enana, aunque claramente estaba en ruinas. Su destino era un pequeño montículo de rocas en la alto donde les esperaban un reducido grupo de enanos.

El grupo fue invitado a adentrarse en el montículo de rocas, allí les esperaban una treintena de enanos de diversa índole aparentemente. Esto dado que sus atavíos eran distintos en los nueve enanos que estaban al centro y entorno a los cuales un grupo de dos docenas de enanos fina y fuertemente ataviados montaban guardián con inmensos martillos de guerra empuñados contra el suelo.

Con aquellos guardias enanos en torno al circulo de rocas que parecían tener runas enanas grabadas con cincel, el grupo de mercenarios fue guiado por el emisario para introducirse hasta donde se encontraban aquellas nueve figuras, donde cinco de estás tenían la peculiaridad de portar largas y llamativas barbas trenzadas y adornadas, mientras que al centro de todos se encontraba un viejo enano de largas barbas blancas trenzadas en dos colas y que portaba un intimidante casco con cuernos mientras su martillo con brillantes runas moraba en sus brazos.

Adelantándose al resto unos pazos, este enano fue el que empezó a hablar en la lengua de los enanos que muy pocos del clan conocían y que por tanto muy pocos entendieron. No obstante, el emisario enano que les acompañaba no tardó en traducirles aquellas palabras, aunque en un tono que era claramente mas relajado.

-Yo, Thorek Cejohierro señor de las runas de Karak-Azul y fiel servidor del rey Kazador les saludo en nombre de los ejercitos enanos de Karak Ocho Picos bajo el mando del rey Belegar Martillo de Hierro. He hablado con el pequeño consejo de enanos aqui reunido acerca de sus faltas, y dada su ayuda heroica en la batalla y su clara posición como aliados de Karak Ocho Picos, hemos desidio perdonar la falta menor que supone el haber intentado cruzar las tierras del rey Belegar sin siquiera presentar sus respetuosos saludos. Asi mismo les perdonamos por la falta grave que supone el traer a esa reprobable creatura con ustedes- puntualizó señalando a la elfa Lorantha que claramente no era bienvenida.

El señor enano hizo una pausa para que el emisario terminará de repetir sus palabras en el lenguaje del imperio y enseguida continuó, siendo de nuevo traducido momentos despues.

-No obstante, la elfa no tiene permitido permanecer aqui en nuestro territorio, si no solicita formalmente el permiso ante este consejo. Y de ninguna manera recibirá agradecimiento de nuestra parte. Aunque, bajo los designios de Belegar, rey de estas tierras, todo elfo que se presente en estas tierras ante los señores enanos con los debidos respetos, le será permitido, combatir a cualquier bestia que compartamos como enemigo siendo recompenzado por sus acciones e incluso se le permitirá conservar una pequeña parte del botin que haya recaudado-.

-En lo que respecta al resto, son bienvenidos a los valles de Karak Ocho-Picos. Por su gran ayuda prestada, nuestro pueblo les está en deuda. El consejo aqué reunido conmigo como voz representante del rey Belegar hemos decidido ayudarles en su viaje como pequeña recompenza por sus acciones, y asi mismo hemos presentarles un merecido botin acorde a sus acciones en batalla- terminó estirando su corto pero fornido brazo para solicitar un largo pergamino que aparentemente habían llenado tras la batalla.

-Pero antes de eso- exclamó el viejo y fiero enano -quisiera saber, quienes son y por que se encuentran aquí-.

Jalon, Nathan, Igor y Valdria, se quedaron junto al carro a guardar nuestras pertenencias mientras el resto íbamos a hablar con el jefe Cejohierro.

Mientras marchábamos hacia la colina, me di cuenta de la cantidad de guerreros enanos que había, martilladores, guerreros del clan y algunos de los matadores que habían sobrevivido a la batalla, y todos y cada uno de ellos no dejaban de mirar a Lorantha con desprecio y eso era mala señal. Me acerqué a Jaime y le comenté:-Parece que no les gusta la presencia de Lorantha entre ellos, habrá que pedirles que realizar una petición formal para que la dejen pasar junto a nosotros, si no la expulsarán de sus dominios. tras unos instantes le comento:-Tanto Grim como yo te podemos ser de utilidad para hacer de traductores, tu escoges.

Kurt ni siquiera se molestó en intervenir en la discusión sobre Igor. Puede que hubiera algo raro con él, puede que no, pero no le importaba lo más mínimo. El hecho de ser llamado por el jefe de aquellos enanos, en cambio, sí le importaba algo más. Entre otras cosas, por que no tenía ninguna pinta de ser una petición, si no algo más parecido a una orden. 

Marchó con el resto, algo nervioso por lo que podrían encontrar, hasta dar con aquel grupo, presidido por aquel imponente enano con un martillo que debía valer más de lo que Kurt había tenido jamás... Y eso sin mencionar el resto de su equipo. 

-Eh... Mi nombre es Kurt Schüman, mi señor enano. Soy mercenario, al servicio de Jaime, el mediano aquí presente.