Partida Rol por web

Habíamos partido de la grandiosa Nuln hacia ya 10 días; Jaime había tenido una gran idea, conquistaríamos la gloria de las montañas del fin del mundo. La verdad no pude evitar enamorarme de la idea, después de tantos y tantos años por fin salía de aventura. Mi armadura la había perdido hacia mucho, al igual que mi espada; pero eso no importaba, aun tenia mi intelecto y experiencia, no había duda alguna en que el clan necesitaba de mí. Ahora se adentraban en una aventura llena de peligros donde un líder nato como yo debería resurgir de las cenizas y revivir las glorias del pasado.
Nuestro viaje había sido tranquilo, aunque por algún motivo Jaime solía pedirnos que nos diéramos prisa y que no parásemos prácticamente para nada. He pensado que probablemente este igual o mas emocionado aun que yo por esta gran empresa. Aunque Valdia no la lleva igual, esta fastidiada y ha obligado a Jaime a parar el día de hoy. Y pues la mayoría ha aprovechado para descansar, por mi parte me he dispuesto a preparar algunas estrategias para lo que pudiésemos enfrentar en el camino.
Valdia ha reabastecido los víveres para el viaje y duplicado la carga, después de aquí nos internaremos en el paso de fuego negro, allí las cosas no serán tan sencillas como aquel jovenzuelo en Agbeiten que intento colarse en la carroza para robarnos, que de no ser por que no llevaba mi espada y que me encontraba durmiendo habría derrotado en unos instantes y no habría tenido que clamar por ayuda.
Donde habré dejado mi espada… hace mucho que no la veo mas.
Valdia me llama, la leche esta lista y debo dormir…

_{Extracto del diario de Igor, Lord Mariscal del Clan Sombra Lunar, 30 de Erntezeit del año 2523.}

Varios días habían pasado ya desde que la pequeña comitiva que conformaban los 12 miembros restantes del clan sombra lunar partieran desde lunar con destino a la lejana Karak Azgal. El grupo había parado muy poco y se había mantenido la mayor parte del tiempo en los caminos.
Al final obligado por Valdia, Jaime tuvo que ceder permitiendo al grupo hacer una última parada antes de internarse en los peligros del paso de fuego negro. Su anfitrión era la ciudad fortaleza de Grenztadt de más de 2000 habitantes, muchos de ellos enanos.
El grupo aquí se reabasteció bajo indicaciones de Valdia y descansarían hasta la mañana siguiente en que emprenderían su camino.
Algunos aprovecharan para dar un vuelta por la ciudad, ver un poco, enterarse de los últimos rumores de la zona, pero al final todos regresaron cerca del atardecer a la posada donde descansaban; sabían que la odisea seria larga y había que estar preparados. Sin embargo Jaime no estaba allí, se había desaparecido de nuevo; Valdia no había tenido que decirlo, para todos ya era algo obvio y cotidiano, el mediano estaría bebiendo y metiéndose en problemas en algún rincón de la ciudad.

Las horas pasaron y uno a uno los miembros del clan fueron cayendo entre sueños, mientras a fuera la noche continuaba su deambular titilante al compás de las estrellas. Todo estaba tranquilo todo estaba sereno, era una buena noche de descanso para todos una ultima noche en el imperio.
Y sin embargo todo tenía que cambiar… otra vez.

-Arriba, todos arriba- clamaba el mediano con vehemencia zarandeando a cada uno de sus compañeros del clan en su intento por que estos despertasen deprisa. –Vamos, despertad ya holgazanes, debemos partir, no espera una larga jornada y debemos aprovechar cada minuto que tengamos de luz- De luz? Se preguntaban todos, afuera aun era de noche, apenas estaba amaneciendo.
-Rápido, que alguien despierte a Valdia para que aliste la carroza, y no olviden a Igor. No dejen nada y dense prisa, debemos partir de inmediato.- Claro, el mediano no iba a despertar a Valdia, era problemático pero no imbecil. Aunque había algo peculiar en su conducta, Jaime parecía nervioso e irracionalmente muy apurado.

-Que sucede mediano? ¿Cual es la apuración para que nos hagas partir cuando aun ni siquiera termina de asomarse el sol? ¿Acaso has vuelto a meterte en líos y estamos siendo perseguidos?- Interrogué al mediano con intención de conocer el por que de su nerviosismo y su prisa por partir mientras aun terminaba de despabilarme.

Lora respondió al zarandeo del mediano con aparente calma, sus gráciles movimientos disimulaban la velocidad a la que se movía. Apenas si parecía que se hubiera sacudido la ropa tras levantarse del camastro cuando ya estaba en la puerta con todas sus pertenencias al hombro y su arco en la mano.

Desde hacía tiempo había aprendido que lo importante era estar preparado, así que no se preocupó por los motivos que habían llevado a Jaime despertarles con tanta premura, simplemente obedeció, aunque se permitió un momento para lanzar una pequeña plegaria a los dioses, rogando que por aquella puerta no entrara la guardia de la ciudad, al menos no mientras ellos estuvieran allí.

El norteño se sacudió ligeramente mientras se sentaba e intentaba entender que era lo que estaba sucediendo. Aun estaba cubierto de cerveza y recibir patadas de un mediano de seguro no entraba en la lista de sus despertares mas ansiados. -Ya, maldito medio hombre! Te escuche la primera vez, calla ya!- protestó, esa voz chillona lo estaba volviendo loco. Arregló todas sus cosas y ya estaba listo para salir -Como odio a ese mediano- dijo para si mismo.

Y era verdad, no toleraba para nada a Jaime. Pero había que comer y el clan era su alimento, además estaba ansioso por esta nueva empresa y por ella tenía que agradecer al mediano por lo que seguía soportándolo.

Abriendo los ojos de inmediato, Kurt levantó la cabeza alarmado y con la mano en la empuñadura de la daga,pero vió que no ocurría nada fuera de que el mediano levantaba a la gente para ponerse en marcha.

-Joder,me apetecía dormir un poco más,pero habrá que ponerse en marcha, el oro nos espera- pensó.

Empezó a desperezarse un poco y se colocó la el chaleco y la camisa de malla, se ajusto la espada al cinto y el escudo a la espalda,preparado para partir rápido como quería el mediano, y yendo a coger y comerse un trozo de pan, esperó a que los demás estuvieran dispuestos a partir.

Jaime se vio sorprendido, como era posible que lo hubieran descubierto, de seguro el enano lo estuvo espiando, la próxima vez tendría que estar atento. Pero con tantos enanos en esta ciudad era sencillo confundirse.
Jaime retrocedió un poco alarmado llevándose un mano a la espalda, mientras que con la otra pedía calma al herrero del clan. –Yo no hice nada te lo aseguro, te lo juro por Ranald. Yo solo estaba jugando a los dados y ellos comenzaron, yo solo intentaba irme con las ganancias de la noche y juraron que si estaba aquí para el amanecer me matarían; y ustedes no quieren ver al buen Jaime Sanpanza con las tripas de fuera verdad. Tenemos que irnos ya, despierten a los que falten y preparémonos, nos espera un largo día-

El caballero nunca discutía las órdenes pues no era virtud de caballero la holgazanería ni la desobediencia así que aunque pesarosamente se despertara, ni siquiera rechistó y guardando su gruesa manta en su petate comió algo de tocino frío en silencio, guardó todas sus pertenencias y se acercó a su amigo Kurt una vez estuvo listo, Kurt era la persona más cercana a él y el único con el que había trabado una amistad sincera.

- Parece que hoy es el gran día... para bien o para mal hoy llegaremos al paso dejando atrás las tierras del Imperio, nos vamos de tu tierra, pero no te apures. Yo cuidaré de ti.

Con ojos aún entrecerrados por el sueño, el perturbado enano intentaba darle algún sentido a todo el caos que se había desatado a su alrededor. Apenas si alcanzaba a discernir las figuras de sus compañeros, pues una persistente e insidiosa bruma carmesí se empeñaba en opacar su mirada. Solo reconocía algunos sonidos, más que nada voces, y tal vez algo que parecía el sordo retumbar de unos pasos sobre el crujiente suelo de la habitación.

Quizás no debería haber tomado aquella última jarra.

Poco a poco, todo empezó a cobrar sentido. Las prisas, los gritos, los tropiezos. Incluso las torpes excusas de su líder. Todo volvía a la normalidad. Todo menos la habitación, claro, que seguía dando vueltas ante la aprehensiva mirada del enano. Con creciente desesperación, Grunt empezó a sentir que algo asqueroso pugnaba por abrirse paso a través de su sistema digestivo. Fuera lo que fuese, no había tomado la dirección correcta.

Aunque el enano aún era joven, al menos según los parámetros de su propia raza, hacía tiempo que había abandonado aquella vida. Nunca había tenido demasiados compañeros con los que compartir sus ratos libres, y sus propios intereses habían profundizado su carácter solitario y taciturno. Tal vez se había centrado en cuestiones demasiado “académicas”, y poco a poco se fue desacostumbrado a los excesos y a las noches de juerga.

Ahora su cuerpo se lo recordaba de la manera más dolorosa. Pronto descubrió que no eran pasos los que retumbaban en la habitación, sino su propia cabeza, que parecía a punto de estallar.

- ¿Qué diablos? – balbuceó entre dientes mientras intentaba ponerse las pesadas botas de cuero. - ¿Es que siempre vamos a tener que salir corriendo? Pronto ya no quedarán lugares en el Imperio donde escondernos…

Algo en las palabras y gestos del mediano no terminaba de convencerme, lo miré acusadoramente recordando las mentiras que solía decir en aquellos tiempos en que las apuestas y el dinero eran lo máximo en mi vida, de todas formas empece a guardar mis cosas, puse mayor énfasis en mi hacha y mi rodela, puede que las fuera a utilizar pronto. -Esta bien mediano, pero no te salvaras de una reprimenda-

Partí de mi tierra para vivir aventuras y obtener fortuna. Me uní a una compañía de mercenario tan heterogénea y misteriosa en nombre, como en integrantes. "Sombra Lunar". Interesante nombre e interesante compañía. Más si se en ella ves a un poderoso lobo de Ulric en compañía de un caballero Bretoniano, a un callado y fiero Kislevita con un Halfling... un mercenario junto a un soldado,y ... una elfa entre enanos.

En definitiva, un grupo interesante. Un grupo digno para cualquier gran historia, aunque en ella nos faltase solamente un siervo de los dioses, un sacerdote, o un iniciado... no importa. El hombre del norte podría pasar por uno.

Me había acercado a la compañía y me dispuse a unirme a ellos. Me presente al patrón quien me acepto sin mas. Y me adelante para tratar con mis futuros compañeros.

La aventura, no empezaría a desatarse pronto. No importaba, el futuro se veía prometedor. seguro pronto todo mejoraría.

Esas habían sido mis primeras palabras, cuando me uní aquel variopinto grupo. Y ahora, ahora me veía levantado

por los furibundos ladridos de Ulrich y la presión de sus patas en las partes blandas de mi cuerpo.

-Maldición, ahora que pasa, ¿nos están atacando?. O es que alguien a sido al fin tan valiente como para intentar robarme.

- Una noche tranquila para reponer fuerzas antes de empezar lo verdaderamente duro del viaje - fue lo que penso Walter cuando se tumbo en su catre descansar y asi parecia que seria la noche pero pronto le despertaron las voces de sus compañeros discutiendo - ¿Que sucede, ya ha amanecido y los gallos todavia no se han enterado? - y mientras se despereza escuchaba al pequeño Jaime contar algo acerca de unas deudas de juego - Tipico y ahora tendremos que salir corriendo maldita sea- penso para si o quizas lo murmuro.

Aliviado por la reacción del enano, Jaime se dispuso a continuar con su apresurado preparativo para partir esa mañana.
-Bien será después Grim, recuérdamelo en el camino, preferentemente cuando estemos varias millas lejos de aquí- Mirando a todos noto que nadie había despertado aun a Valdia ni a Igor, por su parte Domochievski había sido el primero en despertar y ya completamente preparado salía de la habitación común con una dirección incierta. Aunque en el fondo esto no desconcertaba al grupo, era una actitud normal en el y solo solía responder antes los cuestionamientos que el mismo Jaime hiciese hacia él.
-Es que tengo que hacer todo yo- Se quejaba Jaime mientras avanzaba apresurado hacia Igor y lo zarandeaba un poco –Despierta Igor, nos atacan, rápido, vamos, arriba!-, he inmediatamente ignorando la reacción del anciano se dispuso a prestar atención a los demás -Lorantha, Trojan lleven todas las cosas que estén aun aquí a la carroza. Walter, ayuda a Lorantha a realizar todos los preparativos que se requieran para tener lista la carroza y partir. Grunt, asegúrate de que no recibamos visitas inesperadas, Kurt, dale protección de ser necesario. Los demás, por favor se han tan amables de no retrasarnos más y despierten ya a Valdia. O es que quieren dejarla y quedarse sin comer en el trayecto hasta las montañas?-