Partida Rol por web

Me agacho para palmear a Ulrich y tranquilizarlo un poco, lo entiendo, este tipo de "movimientos" a mitad de la noche no son buenos ni para los hombres ni para las bestias.

-Tranquilo Hugo, yo se cuidarme solo,pero gracias por el ofrecimiento.Pongamonos en marcha pues.-dijo Kurt asegurándose que lo tenía todo, y saliendo de la instancia tras Grunt,para cumplir las órdenes de apoyarle en su vigilancia, con la mano en la empuñadura de la espada por si las moscas.

- Shhh !!! – se apresuró a exclamar el enano con evidente fastidio, mientras comenzaba a encaminar sus pasos en dirección a la carroza.

Al llegar junto a ella, se llevó vehementemente un dedo a los labios, para sugerirle a su vociferante líder cuál era la conducta más sensata que debía seguir.

- Todo está tranquilo por ahora. – dijo casi en un susurro – Pero pronto cambiará si siguen haciendo tanto estruendo. Hay que partir de inmediato. La mayoría de la gente aún duerme, y no creo que noten nuestros movimientos.

- Desgraciadamente… - agregó de inmediato con cierta pesadumbre – Eso incluye también a los guardias que cuidan la muralla. Tendremos que despertarlos si queremos abandonar la ciudad.
 

-Psss y eso que tiene que ver? Podemos despertarlos e irnos. O para que mierda nos levantamos?- parecía que el norteño estaba empezando a perder la paciencia.

La elfa resistió estoica la palmada en el trasero del norteño, aunque no pudo evitar dedicarle una mueca de desprecio. No era ni el momento ni el lugar de montar una escena, ya se la devolvería, cosa que no sería difícil, con su tendencia a entrar en combate a lo loco pronto le tendría bajo sus pies quejándose como una nenaza.

Acabó de colocar las cosas en el carruaje, mientras algunos de los miembros del clan todavía se movía sin rumbo fijo a pesar de las precisas órdenes del mediano. - Jaime, ¿por qué no salimos los que ya estamos preparados y el resto nos alcanza fuera de la ciudad? Si solo tu vida corre peligro por permanecer aquí al amanecer, no tiene sentido perder más tiempo. - le comentó aprovechando que había salido a inspeccionar la zona.

Jaime pareció meditar un momento las palabras de Lorantha y los demás, mientras todos terminaban de alistarse –Esperaremos, no dejaremos a nadie atrás- fue su contundente y sonriente respuesta al tiempo que subía a la carroza. –Sin embargo necesitaremos que esa puerta este abierta para no vernos atrapados en un momento de emergencia. Nethan, Sir Hugo, adelántense y asegúrense de que los guardias tengan la puerta abierta para cuando estemos allí-  Hasta ese momento Jaime si bien seguía preocupado se mostraba seguro de que todo saldría bien, hasta que Valdia apareció por fin. La mujer estaba claramente molesta por los continuos problemas que causaba, para todos era claro que era la única persona que realmente llegaba a corregir y cuestionar severamente a Jaime, aunque en el fondo esa era una relación muy extraña, nadie sabia por que Valdia le era tan fiel como cofundadora del clan.
Valdia tomando la iniciativa impartía ordenes finales para la partida preparando a todos para salir de allí cuanto antes. El camino era el paso de fuego Negro y era importante empezar a tomar precauciones, había ordenado, con la aprobación del táctico Jaime que Kurt cubriera la retaguardia con su ballesta ayudado por Lorantha de ser necesario; mientras el fiero Trojan debería proteger al conductor en caso de ser necesario por lo que debería ir adelante con este.

Una vez llego Walter quien era el ultimo en salir de la posada el grupo empezó su marcha haciendo una corta parada unos metros mas adelante para recoger a los dos enanos quienes se mostraban muy sorprendidos, pero no por la llegada de la carroza sino por la súbita aparición silenciosa de Domochievski, quien hubiera aparecido pocos instantes atrás de uno de los callejones de la ciudad jalando de su corcel con suma tranquilidad. Ahora montando de nuevo esperaba a que todos estuvieran en la carroza para partir junto a ellos. El grupo estaba ahora reunido de nuevo por completo y el camino los esperaba ya.

Grunt quien fue el ultimo en subir a la carroza fue el primero en percatarse, sobre todo por que aquella flecha fue a incrustarse contra la carroza a solo escasos centímetros de su cabeza. En la cercanía se escuchaban voces y pisadas firmes dirigiéndose a ellos, el sonido parecía provenir desde la calle trasera a la posada y se acrecentaba rápidamente. Una segunda flecha apareció de entre la noche pasando muy cerca de Domochievski quien apenas se movió ligeramente como una acción reflejo sin mostrar desconcierto alguno.
-Yo me hago cargo, partan ya, los veré de nuevo en el camino-

Adelanta su caballo a la altura de Jaime y contesta

- De acuerdo, iremos a hablar con los guardias para que tengan las puertas abiertas cuando lleguéis - cuando iba a espolear a su caballo para salir presto a la entrada vio cómo aquella flecha se estrellaba contra la carroza , entonces hizo un amago de ir a desenfundar su espada pero Domochievski le contuvo y al escuchar que aquél se iba a encargar del problema , Sir Hugo le hizo un gesto a Nathan y espoleó a su caballo adelantándose al resto y poniendo dirección a las puertas de la ciudad - ¡ Vamos Nathan ! - dijo mientras se alejaba del grupo.

Acostumbrado a la vida en el ejercito Walter era bastante buena delegando y recibiendo ordenes asi que tras recoger sus cosas se reunio con el resto y espero a que le ordenaran que hacer. - Bueno y ahora..... - peor antes de poder hablar una flecha se incrusto cerca de él aunque afortunadamente no hirio a nadie - ¡Por Ulrich salgamos de aqui! -

Sin poder percatarme de mucho decidi abordar la carroza para no perder mas tiempo, ahora que estbamos todos lo mas sensato era partir de inmediato, fue cuando vi los flechazos que empece a acelerar el paso.-Bien compañeros, concuerdo con el humano, larguemonos de una buena ves- Sin perder mas tiempo saque mi escudo y mi hacha para estar listo en caso de ser necesario.

Viendo como se clavaba la flecha en el carro, abrí bien los ojos sorprendido y saqué la ballesta, empezándola a cargar y digo:

-Agachaos todos-  en voz baja, tensando la cuerda de la ballesta. Observó como Lorantha también se disponía a cubrir el carromato con el arco.

-Vamos nena,no me falles.- sin saber si iba por la ballesta o por Lorantha,vigilando en la noche agazapado en el carro, esperando a que alguien apareciera en la noche.

Un tirador oculto era sinónimo de malas noticias, siempre. Pero no importaba, nada de dejar a nadie atrás para que solucione por si solo las cosas. El bárbaro tomó su hacha y saltó de la caravana para ponerse al lado de Domochievski. -No pienso dejarte solo, flacucho. Vamos a encargarnos de esto así podemos partir de una puta vez... pero todos juntos-

Domochievski miro con indiferencia al recién llegado mientras este le ofrecía e imponía su ayuda. –Márchate, solo vas a estorbarme, no pienso llevar tu cadáver a rastras y no voy involucrarme si tu vida corre peligro. Además si un corcel pronto te dejaría atrás. Márchate y no molestes- Su tono de voz era claramente petulante y tosco, aunque eso era algo que Tronjan y los demás ya conocían.

-Lorantha- Llamé a la elfa -Te recomiendo que tomes las riendas de este armatoste que si no empezamos a movernos tendremos graves problemas, deja que Kurt y Domochievski nos cubran la retaguardia y yo iré junto a ti para cubrirte en caso de que nos ataquen por el frente- Pasé a la parte delantera del carromato esperando que la elfa me siguiera y por fin pudiéramos largarnos.
-Trojan¡- Le grité al Nordico. -Sube al carromato, haz caso a Domochievski, tendras problemas si nos vamos por que no podras alcanzarnos-
Esperando que todos estuviéramos arriba me encomendé a Grungni en espera de un poco de suerte, la íbamos a necesitar.

El característico sonido del zumbido de la flecha y el golpeo sordo al clavarse en la madera, la sacó de su estado de alerta a una posición de combate, buscando alguna cobertura con respecto al punto de origen de la flecha. Cuando lo hubo encontrado echó un rápido vistazo mientras ponía una flecha en su arco dispuesta a devolver el saludo.

Luego llegó el comentario del enano. - ¿En qué momento de esta noche has soñado que yo sabía llevar este trasto?  - le respondió mientras, apesar de las palabras se subía en el carromato y tomaba las riendas. - ¿Y cómo piensas protegerme de lo que venga por delante si vas montado conmigo en el cabestrante? Te diré lo que haremos, tú llevas las riendas - dijo a la vez que se las entregaba a Grim - y yo te protejo y si llegan lo suficientemente cerca de tu hacha, me entregas las riendas y me proteges tú. - 

Observo receloso al enano y su extraño actuar. Un enano que quiera tratar tan tranquilamente con una elfa no es de fiar.

-Con razón vuestros reinos son solo piedra marchita.

Con un suave movimiento de bridas asuso a Stratego para que avancemos. El caballero cubre un flanco, yo el otro.

-Lorantha, me gusta tu estrategia, aunque no confíes mucho en el enano para esa tarea.

Ulrich trota junto a mi. Morr es una sombra mas en los cielos.

Totalmente repudiable la manera en la que aquel mocoso llamó a los reinos enanos, pero ese no era el momento de rendir cuentas, teníamos que salir de ahí y al parecer nadie quería darse a la tarea de llevar el maldito carromato, supuse que haría caso a la elfa, supondré que tendremos el mismo fin manejando yo o manejando ella.
-De acuerdo hija de los bosques, solo pensaba que tu gente era capaz de montar y guiar a estas bestias...solo no me culpen si hago que nos estrellemos en lugar de escapar.-
Muy a mi pesar tome las riendas y me dispuse a avanzar, si algo salia mal se las daría de inmediato a la mujer.
-Realmente creo que seria mejor cubriéndote de las flechas con mi escudo que manejando a estos animales, pero si realmente no puedo cambiaremos de papeles.-
-!Niño¡- Le grité a ese insolente bribón. -Aparta el trasero de tu bestia amenos que quieras que te saque del camino.- Con eso bastaría por ahora.
-Ultima llamada Trojan, sube que nos vamos ahora mismo- y sin mas que decir me dispuse a manejar el maldito carromato, esperando que la suerte me sonriera un poco.
-Grungi, gran ancestro de los enanos, maestro de la forja y el metal...guia mis manos para poder mover a estas bestias tal como lo haces cuando uso el martillo para crear algo poderoso en tu nombre-

Nethan y Sir Hugo ya habían partido, su misión era tener las puertas de la ciudad-fortaleza abiertas para cuando la carroza estuviera allí.
Por su parte el hasta hacia unos momentos desaparecido Domochievski se había ofrecido para contener a los enemigos que se aproximaban  mientras el resto del grupo se marchaba asegurando que los encontraría mas adelante. Sin embargo muy a su pesar Trojan no quería dejarle toda la gloria y había decidido quedarse, esto a pesar de las advertencias de que al no contar con un caballo no podría alcanzarlos mas adelante.
La carroza empezaba a moverse de nuevo, con el enano Grim en las riendas. Era claro para todos que el enano no era bueno en lo que hacia, pero al menos, a pesar de los inesperados brincos la carreta avanzaba con firmeza y buena velocidad. Sin embargo ese no era el único contratiempo que hasta ahora enfrentaban, desde las alturas de diversos edificios de la ciudad les arrojaban flechas, debería haber por lo menos 6 arqueros, la mayoría en la retaguardia. Por suerte sus puntería no era tan efectiva, la mayoría de las flechas habían errado por mucho, solo 2 tuvieron cierta contundencia; la primera clavándose en la carroza cerca de donde daba cobertura Kurt, la segunda paso entre medio de Trojan y Domochievski como una clara advertencia de que quietos eran un blanco fácil.
Tras las flechas, tal como había pronosticado Domochievski surgió un conjunto de lo que parecían ser bandoleros; eran alrededor de 5 solamente y avanzaban a toda prisa contra los defensores de la carroza. Mientras, por su parte, esta empezaba a tomar ya cierta distancia con relación a estos.

Igor estaba seriamente indignado, no había duda de que estaba entre una bola de cobardes, probablemente tendría que hacerse cargo del paso de fuego negro el solo. Pero lo importante era lo actual, debía ayudar al enano, si tan solo tuviera su armadura…
Pero eso no importaba, solo necesitaba su espada. –Pasadme mi espada cobardes, yo protegeré al enano aun cuando me cueste la vida- Seguro de si mismo el viejo Igor se había levantado tambaleándose de un lado a otro en su intento por llegar a la parte frontal de la carroza.