Partida Rol por web

La Sociedad Fénix 2

Achnacarry (Capítulo I)

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30/12/2012, 16:13
William Talbot

Carraspeó y probó su whisky tras mirar a MacDonald. El asunto le Prue le escamaba particularmente, porque a veces pensaba que había perdido gran parte de su vida, de hecho los mejores años, amando a una mujer que se resistía a dejar de ser una niña.

-MacDonald tiene razón. Mi intención es que aprendieran a valorar el trabajo de los humanos cotidianos, y que se sintieran uno más. Los poderes son un don, pero conllevan una gran responsabilidad. Hay que usarlos en beneficio de los que no los tienen, y siempre pensando que, en el fondo, somos humanos. Es lo que somos. Somos humanos, con sus limitaciones. Una bala puede matarnos. Un borracho con una navaja, puede matarnos. Eso es lo que quería enseñaros. Que hay que trabajar juntos, luchar juntos y nunca menospreciar a nuestros enemigos, ni la ayuda de nuestros aliados. La historia está llena de grandes héroes que eran humanos sin ningún tipo de poder.

Acarició el vaso mientras lo miraba. Luego aclaró la cuestión de Prue.

-El problema con estos dos, es que son hijos de quienes son. Sus padres fueron grandes héroes en la Gran Guerra, y ellos han sido criados en un ambiente donde tener poderes era lo normal. Por eso se sienten más que los demás, consciente o inconscientemente. Yo mismo me crié así, pero antes vivía en el arroyo, robando en las calles de Leeds. Por eso nunca olvido lo muy afortunado que he sido, y que hay otras personas que no lo son y que, con su trabajo, hacen que funcione todo. El padre de Rémi era Durand Rosseau, un famoso maestro de esgrima francés, agente secreto y posteriormente general que destacó en la batalla de Verdún. Su madre, Adrienne, sigue dirigiendo la Sociedad Fénix. Los padres de Prue son Irvin Urquart, al que conocían como "doctor Ness", un genio inventor y ahora magnate, y su madre...

Parpadeó, sonriendo cálidamente.

-Deben entender que Prudence es, o eso intuimos, la nueva encarnación de un espíritu zoroastrista llamado "asha". La voluntad de Ahura Mazda. Es un ser que ha vivido en muchos cuerpos a lo largo de la historia, cuerpos que se han beneficiado de una extraordinaria longevidad, así como el manejo intuitivo de la pirokinesis. Realmente, Prudence tiene casi mi edad, algo menos, en torno a los cuarenta, pero aparenta ser una joven de 20. Eso la desquicia a veces, como entenderéis. Cuando ama a alguien, este se hace viejo, y ella no. Realmente, tiene un buen corazón, como su madre, que sacrificó su longevidad por una vida con su padre. Pero ella todavía tiene que encontrarse a si misma... que definir su carácter. El asha, ese espíritu, la dominará cada día más, transformando su personalidad. Es por esto que se ha pasado tantos años de fiesta en fiesta con su "primo". Siente la necesidad de aferrarse al "yo" antes de que ese yo cambie para siempre. Y esperemos que cambie para bien.

Se encendió un cigarro, rascándose una ceja con el meñique.

-¿Y que me dice de usted, señorita Rustámova?

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30/12/2012, 17:18
Eric Rusell

Escucha pacientemente las palabras de William Tabot. Lo que iba a ser una buena fiesta y posiblemente una buena cogorza se estaba convirtiendo en una especie de reunión de "conoceos mejor". Claro que con esas explicaciones uno podía comprender las actitudes de Prue, aunque no las compartiesen en absoluto. Y es que tener poderes especiales, haber vivido en una familia donde eso era lo mas normal del mundo y si a eso fuera poco los padres habían sido unos héroes en la anterior guerra,... en fin, todo era un caldo de cultivo que tenía como consecuencia ese carácter y temperamento. 

Claro que de toda la información, la cara de incredulidad que se le quedó a Eric al escuchar toda la historia referente al espíritu zoroastrista era mas que patente. Volvió a beber de su cerveza -ya casi vacía- y calló, mirando ahora a la rusa, esperando su respuesta.

Zoroastrista, asha un espíritu que parece que está haciendo una especie de posesión infernal a Prue...- dios, no se enteraba absolutamente de nada. Y es que al australiano le quedaba grande todo eso de los poderes y espíritus. Él aceptó dicha misión para poder matar nazis y ganar la guerra, así de simple. Las cuestiones místicas se las dejaba a otro (normalmente a los alzacuellos). 

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30/12/2012, 19:09
Katerina (Katja) Rustámovna Rustámova

-Gracias sargento -murmuré con una sonrisa y me bajé el chupito de un trago -No dudo de que sus intenciones eran buenas -dije luego mirándolos alternativamente mientras sonreía gentilmente -Yo misma en mis funciones de capitana me acostumbré a valorar el trabajo de mis soldados normales y de hecho, no tuve ninguno con poderes que pudiera apreciar en el campo de batalla -retorné a mi vaso de cerveza que había quedado abandonado por la mitad y proseguí -Sabía que había más como yo de oídas pero hasta llegar aquí no había conocido a otros... Por eso me sorprendió que Persia y Phénix tuvieran esa forma de ser, quizás porque a mí, como a usted, me costó sangre, sudor y lágrimas sobrevivir en este mundo con poder incluido y todo -hice una pausa y me saqué un cigarrillo, lo sostuve en la mano sin encenderlo, lo usaba para gesticular -A decir verdad, no hay mucho para decir de mí -respondí a la pregunta de Wiliam -Mi padre, como sabrá por leer mi informe, fue Rasputín -lo miré a los ojos y me prendí el cigarrillo, luego miré a Eric y a MacDonald, estaba evaluando sus expresiones mientras le daba una pitada -De él heredé mi gran resistencia y mi casi inmunidad a las balas y al veneno, pero fue lo único que obtuve de él, de hecho, y me alegro de que sea así. Casi nadie sabe que soy su hija, quién sabe cuántos enemigos más me ganaría si se supiera... -tiré el humo dejando que se deslizara fuera de mi boca con suavidad -Y por culpa de él mi madre me despreció toda su vida, al punto de que la conocí por fotografía una vez que mi abuelo me visitó en el internado en el que vivía. Así que estuve prácticamente huérfana toda mi vida -me encogí de hombros -Creo que Persia no se da cuenta de lo que tuvo justamente por tenerlo toda la vida, yo hubiera dado lo que fuera por una familia o un hogar -"por alguien que me amara", pensé internamente. -En fin, todos tenemos cosas que aprender en esta vida -musité dando a entender que trataba de comprender la situación más que de juzgar -Y creo que si hemos llegado hasta aquí es porque con o sin poderes somos unos supervivientes, ¿no es verdad? -me serví otro poco de whisky -Yo digo que brindemos por nosotros, que nos lo merecemos, bastante hemos luchado en esta vida -levanté mi vaso.
No dije nada sobre la cuestión del espíritu ese, el "asha" porque no creía en esas cosas, aunque el hecho de que Persia fuera tan joven siendo más vieja y de que manejara el fuego era algo a favor de esa teoría, después de todo yo tampoco tenía una manera de explicar mis poderes que no fuera lo sobrenatural; sin embargo, entrar en esa área era dar por traste todo mi conjunto de creencias racionales y todavía no estaba preparada para eso. Todavía.

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30/12/2012, 20:42
Eric Rusell

¡Un momento!- exclamó de pronto Eric- haber si recapitulo: un tipo que se hace invisible, Prudence que es la nueva encarnación de un espíritu zoratriste o como coño se diga. La tal Asha esa, para entendernos. Un espíritu que tiene una mala costumbre de poseer a la gente y que tarde o temprano suplantará su personalidad por otra cosa que puede ser un angelito o el nuevo ser de la destrucción- añade. Era una manera muy vulgar e inexacta de decirlo, pero el australiano se entendía así- a esto hay que añadirle a una rusa con un solo ojo que es inmune a las balas y venenos y que desciende nada mas y nada menos que del hechicero Rasputín. Creo que voy bien, ¿verdad?  y finalmente, y no por ello menos importante: nuestro otro compañero, un inglés muy estirado y serio que seguro que te miraría muy mal si insultas a la reina de Inglaterra. Por no decir de un entrenador que lleva cosas raras en la cabeza y que seguro que le gusta llevar faldas, al fin y al cabo es lo típico de los escoceses- se refería al sargento MacDonald- y un Coronel- mira a Talbot- que se atreve a salir con la Prudence, lo que indica claramente que no está en sus cabales- suspira con resignación para comenzar a reír, tímidamente al principio, pero en estruendosas carcajadas al final- ¡¡¡¡CREO QUE ME LO VOY A PASAR DE FÁBULA CON USTEDES!!!!- grita de la emoción.

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31/12/2012, 10:10
Rémi Phénix Rosseau

Cuando Prue comenzó a desplomarse, Phénix la tomó rápidamente entre sus brazos antes de que cayera al suelo. Se arrodilló, con Prue sobre su regazo en una extraña Pietá de roles invertidos. La respiración del francés era giatada. Nunca había visto a su prima en aquel estado, jamás había llegado a ver su extraña herencia materna en acción, aquel pequeño gran secreto solo sabido por los más próximos y del cual su madre ya le había hablado en alguna ocasión con una preocupación que ahora entendía.

Fuera lo que fuera que poseyera a Prue, era inhumano. Inhumano, cruel y despótico. Phénix había sentido su poder, un poder que le había producido un más que sensato temor sabedor de que aquello había estado a punto de atacarle ante la desaparición de su principal objetivo. Y aquello lo conocía, como había conocido a su padre. Y casi por primera vez supo que tenía algo en común con su padre. Ninguno de los dos parecía caer bien a aquel ser. Y a ninguno de los dos le caía bien aquello que ahora poseía a Prue y que la trataba como un simple receptáculo.

Pero no había tiempo que perder. Extrajo un pañuelo y limpió la sangre de la nariz de su prima y palmeó luego sus mejillas, mientras susurraba su nombre.

-Prue, despierta, despierta. Venga -la zarandeó suavemente-, vamos cariño, despierta.

Si no abría los ojos, la llevaría de regreso al bar. Empezaban a ocurrir cosas que Will debía saber. Y sintió la abrumadora necesidad de hablar con su madre y, especialmente, con tía Candance de lo que acababa de pasar.

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01/01/2013, 02:26
Director

La juerga en el bar se había apagado un tanto con la ausencia de Rémi y Prudence. Pero regresaron. En realidad, no regresaron los dos de pie. Prudence estaba desmayada y en brazos de Rémi. Eso terminó la fiesta, y les hizo salir fuera. Al menos a William y el sargento. Rémi explicó que Prudence había sufrido un extraño ataque de personalidad de su asha, y ahora estaba desmayada y sudada.

El coronel decidió que ellos se retiraban hasta la base, y Eric y la rusa se quedaron allí bebiendo (ya pagarían un taxi) hasta que cerraron el pub. De camino a Achnacarry Rémi compartió con el coronel su preocupación por Prudence y su lucha con el asha. No estaba bien. Era algo que Will sabía. Lo único que dijo fue lo siguiente:

-Todavía no sabe dominar su poder, porque es terca y no se deja enseñar. Necesita hablar con su madre, aclarar las cosas. Mañana, si se despierta mejor, iremos al castillo Urquart. Puedes venir si quieres, pero creo que antes tu madre necesita hablar contigo.

La lluvia volvió a caer mientras conducían entre los pinares, de noche, rumbo a las highlands. La mole de Achnacarry se recortó en el horizonte a la hora y media de viaje. Dejaron a Prudence durmiendo, pues falta le hacía. La base estaba desierta, a excepción de los guardias. Eran las dos de la mañana cuando se fueron a dormir.

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01/01/2013, 02:39
Director

A la mañana siguiente, se dió la vuelta al escuchar el toque de diana, poniéndose la almohada sobre la cabeza. Estaba de permiso, así que no tenía prisa para levantarse, y más después de las horas de sueño que debía recuperar. Cuando despertó se dió cuenta de que se le había ido un poco la hora, y serían las diez o las once, a juzgar por como lucía el sol. Prue ya no estaba en su cama, pero si estaba Rusell roncando panza arriba.

Rémi parpadeo, quitándose las legañas. Fue al baño a hacer pis, y se encontró a Katja duchándose de espaldas. Se la quedó mirando un rato con la toalla sobre los hombros. La verdad es que la chica era bonita. Lástima que fuera rusa, y estuviera como una puñetera cabra. Se lavó los dientes y se acicaló con cierta pereza, saliendo de nuevo al barracón para vestirse. Fue entonces cuando vió a su madre en el umbral de la puerta, mirándole.

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01/01/2013, 02:43
Adrienne Rosseau

Su madre le miró como si en vez de un hombre medio desnudo, y nada feo, viera a un niño que jugaba con su caballito de madera, mientras su padre le miraba sentado en una silla y se reía. Le hizo un gesto luego, señalando la puerta con el mentón.

-Creo que te hace falta un café. Vístete y vamos.

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01/01/2013, 02:46
Director

De nuevo, las puñeteras ranas. Una de ellas saltaba sobre su rostro desde un helecho, y Prue gritaba. Se despertó, agitada, y vió que era de madrugada y estaba en el barracón. Todos estaban dormidos, y ella sintió algo de nostalgia. Sintió la necesidad de salir a ver las estrellas. Se puso encima una guerrera y todavía con los pantalones del pijama, salió a fumarse un cigarrillo en la soledad del patio de armas.

Entonces, vió una luz encendida en el despacho del coronel, a través de su ventana, la luz mortecina de la chimenea. Decidió acercarse, simplemente a curiosear. No había guardia en la puerta a esa hora de la noche, y las puertas de la base no podían cerrarse con llave (según dictaban las ordenanzas). Así que se deslizó hasta el despacho donde Will trabajaba, y curioseó un momento entre sus documentos y su biblioteca, simplemente pasando hojas. Escuchó luego un arma amartillándose y se giró, viendo a Will en pijama militar bajando una pistola. "Menudo susto me has dado", le dijo. Ella sonrió, mirándole. "¿Pesadillas otra vez?". Asintió.

Se acercó a ella, dejando el arma, y la abrazó, mimándola. Ella se escondió en su pecho, suspirando. Al cabo de un rato se dió cuenta de que el cincuentón se estaba... animando. Eso le hizo mirarle como si no diera crédito. Él parpadeó y rió como hacía cuando eran novios.

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01/01/2013, 02:53
William Talbot

Le acarició el rostro y la miró con una sonrisa. La notaba preocupada, pero no quería que se preocupara. Lo que experimentaba, en cierto sentido, era natural.

-Mañana vamos a ir a hablar con tu madre... -antes de que le dijera nada, añadió- Te hace falta su consejo. Aunque te eche la bronca. Yo iré contigo, eso la suavizará.

Le acarició el rostro, tan suave y juvenil, mirándola a los ojos.

-Prue... -susurró.

Le dió un largo beso, primero casto y dulce, luego apasionado. La llama en el interior de Prudence se fue avivando, y pasó los brazos por detrás de su cuello.

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01/01/2013, 03:03
Prudence Urquart
Sólo para el director

Por increible que pudiera parecer estaba nerviosa, no sabía lo que sentía. Desde que se perdió en la selva todo era un maremagnum dentro de ella, pero allí, en los brazos del peremne Will se sentía segura, con el suelo bajo los pies.

A la luz sinuosa del fuego observó su rostro surcado de arrugas, los hermosos rasgos juveniles se habían tornado en curtidos y maduros, muy distintos aunque igualmente atractivos, si cabe más para ella, que pese al paso del tiempo siempre encontraba al adolescente señorito William tras ellos. Una sola lágrima llena de toda la pena que inundaba su alma rodó mejilla abajo. Había una sola razón para todo, no quería vivir sin él ¿Por que tenía que envejecer?
Hundió la cara en su pecho, no quería que leyera sus pensamientos, no quería que supiera lo que estuvo a punto de hacer en Brasil que tanto la atormentaba y que había revuelto al Asha. Todo era por él... sin darse cuenta le clavó los dedos, temblaba, contenía tantas emociones a la vez...

-Ojalá... ojalá se congelara el tiempo en esta noche y pudiéramos estar aquí, siempre juntos. Sin muerte ni distancia...

Tenía la nariz colorada de la emoción y los ojos cristalinos

-Hazme olvidar que existe nada más a parte de nosotros, hazme tuya y no me dejes nunca

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01/01/2013, 03:37
Director

William sonrió antes de besarla. Él mismo deseaba que todo aquello fuera cierto, aunque sabía cual era su destino. Sin embargo, había decidido amarla hasta el final. Pasara lo que pasara. Se fundió con ella en un abrazo ardiente, que les consumió en la pasión del deseo refrenado durante largos meses de ausencia y el tortuoso entrenamiento. La llevó a su dormitorio, y allí, en la cama, casi conforme cayeron, hicieron el amor con pasión desesperada, ansiosos el uno del otro. Las bocas se buscaban con ansia, entrecortada y fuerte la respiración. Ella se agarró a su espalda luego, apoyando las manos, mirándole a los ojos mientras la poseía. Hicieron el amor como antaño, con la fuerza de su pasión, casi juvenil. Hasta que el sueño les venció.

Cuando despertó, olía a desayuno. Sus tripas rugieron, y frotándose los ojos, vió que él estaba sentado en la mesa cercana, con un vaso de zumo de naranja. Le sonrió. Se levantó entonces, todavía medio desnuda, y comenzó a comer con él, juguetona, todavía de pie. Le llevaban el desayuno a la mesa. Sin duda, privilegios del comandante. Aún tuvieron tiempo de hacer un rápido bis, matutino y cariñoso. Luego mandó traer sus ropas de civil, las que había traído con su equipaje al llegar a Inglaterra, y tras vestirse comenzaron el camino.

Will conducía, como si fueran un matrimonio, y ella miraba los paisajes de su Escocia natal con cierta melancolía y remembranza: espléndidas praderas, montañas rocosas y cubiertas de líquen, bosques de pinos y lagos de aguas que reflejaban el cielo. Tras dos horas de viaje, llegaron al lago Ness, cuya silueta le era más que familiar. Vió el pequeño amarradero de pesca, y las casitas donde vivía el viejo Tom. Pasaron por el este del lago, cruzando Whitebridge, el pueblo donde fue a la escuela del jardín de infancia, y en cuyo pub cogió las primeras cogorzas.

Al fin, en el sur del lago, la majestuosa silueta de Urquart Castle se recortó, con el lago de fondo.

Cruzaron el puente del siglo XVI, llegando hasta la puerta del castillo, donde estaba aparcado el coche de su padre. Bajaron, sintiendo la humedad casi al instante, y más en aquella época invernal. La puerta de madera, con el dintel pétreo con las armas de la familia les recibió, cerrada, no obstante. Will picó a la puerta, y esperó un momento. Cuando abrió, se dió cuenta de que era su madre en persona.

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01/01/2013, 03:57
Candance Urquart

Era infrecuente que su madre abriera la puerta, porque pese a todo seguía siendo una gran señora con maneras. Quizá es que estaba cerca de ella cuando picaron, o es que iba a salir. Sea como fuere, vieron al mayordomo unos pasos por detrás de ella, acercándose presto. La pirokinética afgana sonrió, despacio, con cierta elegancia, todavía sin terminar de abrir la puerta.

-Te encantan las visitas sorpresa -dijo- Podrías haber llamado.

Parpadeó, abriendo luego la puerta de par en par y retirándose unos pasos.

-Pasad, pasad. Me alegro de veros. ¿Como estáis?

Le dió dos besos a William y luego miró a su hija, esperando que se acercara. Cuando estaba ante ella tras un largo viaje tenía varias reacciones posibles. La más común era una sensación de prisa, despachando rápido las presentaciones para ir a ver su padre. En otras ocasiones, se mostraba tímida como un conejillo asustado. A pesar de las discusiones y su rebeldía, su madre le seguía imponiendo mucho respeto.

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01/01/2013, 04:04
Prudence Urquart
Sólo para el director

Estaba visiblemente asustada, no se soltaba de la mano de Will, tras el que se escondía parcialmente

-Hola mamá...
Dudó por un momento, no se atrevía ni a mirarla directamente, era una relación complicad la de ellas dos sin embargo tomó la delantera a su chico y en un gesto inusitado y sorprendente la abrazó con fuerza apoyando la cabeza en su hombro

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01/01/2013, 04:16
Candance Urquart

Su madre se vió sorprendida por aquel gesto. En un primer momento pensó que era por lo de los niños de Talbot Mannor, y lo de su tío Durand. Sin embargo, al abrazarla, pudo sentir que estaba nerviosa, y otras cosas. Pudo sentir la influencia del asha cada vez más poderosa. Una influencia para la que ella no estaba tan preparada como le gustaría.

Respondió a su abrazo, despacio, con un apunte de suspiro. Después de todo, era una niña. No por edad, claro, sino en el alma. En el fondo de su alma. Y tenía miedo de lo que no conocía. Ella se había criado en aquel mundo, muy diferente del suyo. Había tenido una vida normal, y luego se la había complicado a su gusto. Ella no había tenido esa bendición. Sin embargo, uno quiere lo no tiene.

-Estás temblando... vamos dentro, aquí hace mucho frío.

Entraron dentro del castillo, y el mayordomo se quedó con sus abrigos en el hall. Dentro hacía calor, gracias a un inteligente sistema de calefacción central diseñado por su hermano. Prue conocía bien el hall con su lámpara de araña, sus bustos romanos y los tapices, alguno de ellos una auténtica joya de los siglos más oscuros de la Edad Media.

Llegaron al salón principal, que usaban como comedor y sala de estar informal. A tal efecto había unos sillones y un diván cerca de la chimenea encendida. Al fondo, en la mesa de madera de roble del comedor, estaba sentado su padre con algunos de sus trastos, revisando una especie de reloj.

Se giró al verla llegar, y la miró con una mezcla entre sorpresa y agrado.

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01/01/2013, 12:52
Rémi Phénix Rosseau
Sólo para el director

Asintió. Sentía su cuerpo aún devorado por la pereza y torpeza matutinas, pero se las sacudió de encima con rapidez. Se vistió y salió del barracón donde aún aguardaba su madre. Se detuvo un instante para mirarla mientras ella permanecía con la mirada fija en algún punto del horizonte. Seguía siendo la mujer más hermosa que conociera y el hecho de que fuera su madre no era un obstàculo para apreciarlo objetivamente. Y desprendía un aura de entereza absoluta, pese a cierta fragilidad en su pose y que él era capaz de apreciar mejor que ningún otro. Era resultado de la muerte de su padre, un duelo que él no había podido ni sabido cómo paliar.

Se acercó hasta ella y la besó en la mejilla, para a continuación ofrecerle el brazo.

-Cuando quieras, mamá. Ayer William me comentó que querías hablar conmigo y, lo cierto, es que yo también quería hacerlo contigo. ¿Imagino qué ya te ha contado lo que ocurrió ayer con Prue, verdad? Estoy preocupado por ella. Jamàs la había visto así. Y William, no sé, reaccionó de un modo extraño, casi frío. A veces tengo la sensación de que para él solo somos una arma más, aunque con un inconveniente. Nuestras personalidades. 

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01/01/2013, 13:01
Prudence Urquart
Sólo para el director

Estaba emocionada por estar en casa, creyó que nunca los volvería a ver... hacía meses que quería regresar, aunque ahora creía entender eso que siempre decía su madre de que "El hombre propone y Dios dispone", las cosas no pasan hasta que es propicio que pasen (al menos a ellas) y así estaba sintiendo que era.
El abrazo de su madre la llenó de paz pero cuando divisó a su padre al fondo del salón salió trotando a su encuentro

-PAPÁ!!!!

Se agachó apoyandose en sus rodillas y lo abrazó dandole una buena retaila de besos. Candance siempre había estado un poco celosa del inmenso amor que Prue profesaba a Irving, en mas de una ocasión había derramado amargas lágrimas por que a su marido le había tocado la parte amable de la paternidad y temía que sus hijos, especialmente Prudence, pensaran que no los quería cuando era todo lo contrario.

-¿Como estas papi? ¿Que haces?

El viejo inventor pudo apreciar que la mirada de su niña no era la viva y brillante de siempre, algo había cambiado.

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01/01/2013, 16:35
Adrienne Rosseau

Llegaron a la sala de oficiales del comedor, aquella a la que no habían podido entrar durante el entrenamiento. Era un comedor más pequeño pero acogedor, con una zona de mesitas de café y unos sillones para que los oficiales pasaran el rato cuando no tenían nada que hacer, charlando. Siempre había un cocinero de guardia con café preparado para ellos, así que cuando llegaron les sirvió dos tazas.

Su madre tomó asiento, y con elegancia puso azúcar en el café, escuchando lo que le decía desde que salieron del barracón. Entonces sonrió, despacio, negando.

-Se hace el duro porque tiene que hacerlo. Pero no es frio, y de hecho no quería comprometer vuestras vidas en esta lucha hasta que no le ha sido estrictamente necesario. Me contó como tenía que ser el entrenamiento y yo estuve de acuerdo. En Talbot Mannor os enseñamos que eráis especiales, únicos, y a sacarle partido a eso. Aquí tenían que enseñaros que, en el fondo, somos humanos. Respiramos, amamos, nos enfadamos... y morimos. Lo único que quiere es que trabajéis como un equipo, y tengáis cuidado con las personas normales. Con un arma en las manos, pueden hacer mucho daño. Sino, fíjate con lo que pasó en Talbot Mannor, y a tu padre. Esa era la casa de Will, la de sus primeros padres. Creeme, le ha afectado mucho. Pero es un hombre muy centrado, muy cerebral. Esto no es por la venganza, sino porque hace falta.

Removió el café con la cucharilla y luego bebió un sorbo.

-No te preocupes por Prue. A su madre le pasó igual, hace muchos años, pero ella sabía controlar esa presencia. El espíritu que la posee no es maligno, sino benigno, y tiene que aprender a convivir con él. El espíritu se manifiesta solo cuando lo considera oportuno, y ya ves que no se opuso a que su madre se convirtiera en una simple mortal, despojándose del don de la longevidad, por el amor que sentía hacia tu tío Irvin. No, el espíritu no le hará daño. El único daño que puede hacerle es si resiste a su destino, como ha hecho hasta ahora. Y su destino es claro, como lo fue el nuestro. Tenéis que vencer a esos nazis. Ellos no desean nada bueno para la humanidad. Como tampoco lo desearon sus antepasados.

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01/01/2013, 16:45
Irvin Urquart

Acarició el cabello desordenado de su hija, un cabello que había heredado de su abuela, junto a su tono pelirrojo. Ella no lo sabía porque no la había conocido. Allí estaba, su niña juguetona y alegre. Habían jugado muchas veces cuando era una cría. Él intentaba enseñarle cosas, pero casi siempre terminaban jugando al escondite o persiguiéndose por las highlands junto al trote de un perro lanudo. La quería de una manera que era dificil de expresar con palabras. Pero la veía diferente, más apagada. Eso le preocupaba. Sonrió.

-Estoy reparando mi vieja máquina del tiempo. Hace mucho que no la uso, en realidad. Tu hermano viene mañana, le alegrará verte.

Besó su frente.

-¿Estás bien, palomita? ¿Te quedas a comer con nosotros?

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01/01/2013, 18:28
Prudence Urquart
Sólo para el director

Abrió los ojos como platos cuando le dijo que era ese objeto
-¿No esta Octopuss por aquí? ¿Y Titi (Saraswati)?

¿Por que la estaría arreglando precisamente ahora? ¿Para eso querría venir Will también? No estaba al tanto de los cambios desde la caída de Talbot. Frunció el ceño observando el objeto, era un diseño típico de su padre. Reclinó la cabeza cariñosamente en él.

-Nos quedamos hasta mañana papi, supongo que nos iremos por la tarde

Sonrió abrazandolo fuerte, suspiró y cerró los ojos

-Que ganas tenía de estar en casa... ¿Nos damos un paseo luego? Primero tendría que hablar con mamá...

¿Ganas de estar en casa? ¿Hablar con su madre? Eso si que era preocupante

-Oh! Creo que tía Adrienne y Phénix vienen también, pero no se cuando ¿Verdad Willi?