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La Sociedad Fénix

Sur le ciel de Paris (Capítulo 6)

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05/10/2012, 00:02
Director

Plessis sacó pies y paró in extremis, con un quite de sexta circular. Sin embargo, Durand libró, y tiró una estocada perfecta a su cabeza, que no pudo parar aun intentando retroceder más. Al cabo, el preboste le saludó, y se quitó la careta.

-Es suficiente, maestro. Todavía tengo mucho que aprender. Me conformo con haberle tocado una vez, lo cual no es cosa baladí, como han visto todos.

El resto de alumnos se turnó para combatir con él, pero pocos fueron los que consiguieron hacerle un tocado. A aquellas alturas, poco podía aprender en una sala de esgrima. Cuando terminó, tomó una cerveza en un bar cercano con ellos, contándoles alguna de sus historias. Volvió algo achispado a su casa, la que encontró silenciosa por la tarde. Comió algo que cocinó él mismo, y se preocupó. ¿Donde estaría Adrienne?

- Tiradas (2)

Notas de juego

*P.A: Esfuerzo supremo.

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05/10/2012, 00:39
Candance Urquart

El rostro de Candance se ensombreció.

-Te vas...

¿Le estaba dando lecciones sobre el deber a ella? Se separó del doctor sosteniendo la mirada para a continuación darse la vuelta e irse, no sabía muy bien donde, algún rincón escondido donde romper algo y llorar a gusto.

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05/10/2012, 12:14
Durand Rosseau

No había sido un día infructuoso después de todo. Después del ejercicio de esgrima, fue a tomar algo con los alumnos de la escuela de armas. Se lo pasó bien: contando pequeñas historias y anécdotas de algún que otro combate y sus viajes, así como escuchando las historias del resto, y enterándose poco a poco, de como se vivía en París en estos últimos días. 

Tras finalizar se dirigió a su casa, algo achispado -ya no era joven para aguantar tan bien la bebida-. Sin embargo, su casa se encontraba vacía. Adrienne no había pasado por allí. Decidió comer algo, y tras esto, se echó agua en la cara para quitarse su estado de "pequeña embriaguez".

¿Donde estaba Adrienne? esperaba haberla encontrado allí para volver a pedirla perdón por su reacción. No obstante, no fue así. Pensó lentamente donde podía encontrarse en estos momentos, para ir a buscarla. 

Notas de juego

A ver, ¿familiares cercanos, amigos,...? algún lugar que ambos compartamos o que sepa que a ella le gusta mucho. 

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05/10/2012, 16:23
Mijail Tupolev

El ex-capitán la asió entonces, obligándola a tumbarse. Fue besando su cuerpo, desnudándola conforme descendía, rumbo hacia la parte más íntima de su anatomía. Al cabo, ella terminó desnuda, y él jugaba con su lengua presionándola contra aquella parte tan sensible. Se guió por sus reacciones, procurando que llegara a su primer clímax.

Acto seguido, aún convulsionada y sudada, entró en ella. Ahora si que el hielo se fundía, o lo poco que quedaba de hielo en él. Hicieron el amor durante más de dos horas.

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05/10/2012, 16:28
Director

Adrienne salió al cabo de la bañera, y se estaba vistiendo cuando Amina apareció con un teléfono descolgado sobre un cogín. Al parecer, era una llamada para ella. Una llamada de Durand.

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05/10/2012, 16:34
Director

Durand probó suerte, teniendo una pequeña intuición. Pensó en que quizá su esposa había ido a casa de Candance, para pedirle consejo. Últimamente, esas dos hablaban mucho, y su esposa estaba utilizando a Candance como tabla salvavidas. Al otro lado descolgó la criada de Candance, Amina. Al preguntar por su mujer, le dijo que efectivamente estaba allí, y que se estaba bañando.

Con el teléfono descolgado, se aproximó al baño, y escuchó el ruido del agua al moverse, y como Amina parecía informar a su esposa de que estaba al otro lado de la línea. ¿Lo cogería?

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05/10/2012, 16:37
Doctor Irvin Ness

Ness no entendía que acababa de pasar. Si temía por sus amigos o por ellos, ¿Por que se ponía a llorar así? La siguió hasta el cuarto donde se encerró, y se agachó a mirarla en la esquina donde se había arrodillado. Sentía pena al verla así, en aquel estado.

-Candy... ¿Que te pasa cielo? ¿He dicho algo malo?

Le acarició el pelo.

-Si es así lo siento...

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05/10/2012, 19:10
Durand Rosseau

Durand esperaba pacientemente mientras sujetaba el teléfono. Solo esperaba que su mujer cogiera el teléfono y poder hablar con ella. 

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06/10/2012, 02:40
Candance Urquart

-Los dos sabemos que voy a morir, dejemos de fingir

Dijo sin sacar la cara oculta tras las rodillas, hubo una larga pausa en la que hizo acopio de fuerzas para tomar aliento

- Desde que llegamos al París destruido yo debí haber desaparecido e Inana haber tomado el control, pero llevo todos estos días luchando por que no pierdo la esperanza de poder pasar mis últimas horas disfrutando de mi marido. Puede sonar egoista, pero si te paras a pensar ni te he llamado ni he insistido en sacarte del angar, me he limitado a esperar

Le miró serena aunque con las mejillas bañadas en lágrimas

- Lo tengo asumido, es para lo que se me creó, así que no es la muerte lo que me tortura si no dejarte solo

Estiró la mano para peinar el pelo del perplejo doctor

- Si nos hubieramos conocido antes... si al menos hubiera tenido tiempo de darte un hijo...

Se quedó mirandole con una expresión de un amor y una tristeza abrumadores

-...¿Quien cuidará de ti, mi vida, cuando yo no esté?

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06/10/2012, 14:24
Adrienne Rosseau

Adrienne salió de la piscina, sintiéndose en parte renovada, iluminada por una breve llama de esperanza. Se secó despacio y acabó poniéndose la delicada bata que había tomado del vestidos de Candance. La llegada de Amina no la sorprendió, pero sí el cojín con el teléfono y aún más saber que la llamada era de Durand.

-Alo? -dijo cuando tomó el aparato.

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06/10/2012, 14:28
Adrienne Rosseau

-Alo?

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06/10/2012, 16:50
Durand Rosseau

Adrienne...- al menos, se había dignado a coger el teléfono- soy yo- dijo- me gustaría verte- añadió- y vuelvo a pedirte perdón. No quise ofenderte con mis palabras y actos... sabes que no me gusta estar en esta situación- suspira- de verdad que lo siento- no sabía que mas decir.

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07/10/2012, 02:05
Adrienne Rosseau

Adrienne guardó un momento de silencio tras las palabras de Durand, al final del cual suspiró audiblemente.

-Está bien Durand. Lo cierto es que todo esto ni siquiera es importante. Ni mi enfado, ni tus disculpas. Nada de todo ello cuenta -dijo-. Ahora mismo somos actores de una obra que nos supera y te quiero a mi lado -el recuerdo de sus últimas visiones la asaltó ,y pese a todo, volvió a sentir miedo-. Sabes donde estoy, de modo que toma un taxi y vente para aquí. No creo que a Candance le importe demasiado, pese a que no sea tu principal admiradora. Tengo algunas cosas que contarte y dado que Irvin se encuentra también aquí, es conveniente que él también las escuche. Date prisa, Durand, y ten algo muy claro. Por muy enfadada que pudiera llegar a estar contigo en cualquier momento de mi vida, eres el hombre al que amo. Y al que amaré. Ahora, ven -dijo al tiempo que colgaba el auricular del teléfono, sin darle tiempo a respuesta alguna.

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07/10/2012, 02:34
Doctor Irvin Ness

El doctor escuchó sus palabras, y entendió al fin la magnitud del desastre. Ella estaba convencida de que iba a dejarle, si o si. La pena comenzó a invadirle, pero su mente creativa trabajaba más deprisa. Se negaba a aceptar aquel destino, a renunciar a su Candy.

-No... -dijo- No vas a dejarme. Lo impediré, aunque deba viajar diez veces en el tiempo. Inanna... se supone que solo está aquí para derrotar al mal. Pero tu te quedarás.

Tomó su mano, y la miró con una extraña determinación.

-Quiero hablar con tu maestro. ¿No soy el señor del tiempo? Pues quiero hablar con él.

Notas de juego

To put the eggs over the table.

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07/10/2012, 12:35
Candance Urquart

Parpadeó sorprendida ante las palabras de su esposo.
Irving era su Prometeo, cuando mas perdida y a oscuras se encontraba siempre aparecía él prendiendo de nuevo el fuego en su corazón. Puede que los periódicos y la historia ensalzaran los nombres de Durand y Tupolev pero si había un hombre realmente valiente en la Sociedad, que se estaba enfrentando a los dilemas y retos más complicados de todos, ese era él, su hombre.

Deshizo su apretada postura y le cogió de la mano para llevarselo corriendo al domitorio. Cerró la puerta tras ellos y empezó a quitarse la ropa, él se quedó algo parado

-¿Recuerdas todo eso que te he enseñado del Maithuna? Es hora de ponerlo a prueba de verdad, desnúdate.

Siglos de escritos sobre sexo tántrico no podían estar equivocados, era la única manera que se le ocurría de llamar al maestro con la suficiente fuerza como para que les atendiera de inmediato y llevar a alguien consigo.
Juntos se escurrieron hasta la cama donde Candance hizo todo por vaciar sus mentes y concentrarse unicamente en el amor que sentían el uno por el otro. Vio el colgante de oro que le había regalado aquella primera noche

-Tiene que funcionar...

Cerró los ojos, acarició la "Lágrima" y se fundieron en un profundo beso mientras ella deseaba con todas sus fuerzas que el maestro les recibiera

Notas de juego

Nota:
Básicamente, el sexo tántrico es un método complejo y completo para transportar a la pareja a un grado de elevación que trasciende el deseo animal; para ello, se hace especial énfasis en la participación integral de todos los sentidos. El objetivo es la unión física y espiritual en lo más profundo de ambas conciencias. Se trata de un entrenamiento físico y espiritual que abarca el sexo antes, durante y después del coito; nos invita a vivir sensualmente todo el tiempo que se comparte con la otra persona, convirtiéndose la pareja en un peldaño más del camino hacia la unión absoluta con los dioses.

El símbolo del tantrismo es la ley de atracción del universo y conceptualiza al sexo como una representación humana del abrazo de la diosa Shakty con el dios Shiva. Esta unión es llamada Maithuna y manifiesta la unión de ambos dioses en el plano trascendental. Los cuerpos son un refugio de lo divino y por lo tanto deben tratarse con sumo respeto, amor, placer y espiritualidad.

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07/10/2012, 16:35
Durand Rosseau

No había mucho mas que hacer o pensar. En un abrir y cerrar de ojos, Durand sale de su casa y busca un taxi para ir hacia la casa de Candance.

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07/10/2012, 17:28
Artemis Marie Sowreston
Sólo para el director

Su cuerpo era un montòn de terminaciones nerviosas en las que cada vez que èl depositaba un beso, una caricia, una lengua tibia, ella se retorcìa, a veces creìa ir del infierno al paraìso en un sòlo instante pero no le importaba demasiado quedarse en el infierno que era mucho màs placentero. Sujeta de sus brazos, sintiendo còmo se hundìa en ella, provocàndole el màs arrebatador calor, gimiò diciendo su nombre, Artemis no tenìa pudores y no iba a empezar aquella noche cuando volvìa a ser suya, su mujer.

Con los ojos cerrados, intentando controlar lo inevitable, se vio envuelta una y otra vez en un torbellino de clìmax y arrebatos que la provocaron a morder el cuello de Mijail buscando un poco de cordura. Aquellas dos horas estaban bien a punto de ser llamadas eternidad. Pero cuando se dio cuenta, sin saber cuànto habìa pasado, se volviò a èl ya mucho màs tranquila, sus piernas ya no temblaban y lo abrazò ponièndose encima suyo luego comenzò a besarlo dulcemente o bueno, todo lo dulce que ella podìa ser, tirando de su labio inferior, sonrièndole con los labios y con la mirada.

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08/10/2012, 16:08
Director

Ninguna religión moderna habría pensado en un ritual como aquel. Pero sin duda, resultó efectivo. Efectivo y, ciertamente, placentero. Su maestro aguardó hasta que ambos, fundidos en aquel eterno abrazo, terminaron en un climax digno de un maestro tántrico.

De nuevo, su mente voló a través del túnel informe más allá del espacio y el tiempo. Pero esta vez, no viajó sola. Al llegar al otro lado, el sol lucía, y el viento meció su pelo. Ella volvía a vestir como el ser primigenio que era, Boran, y se encontró con la sorpresa de que Ness lo hacía con un tuxedo highlander con falda escocesa. Se lo quedó mirando un momento, como si no diera crédito. Pero lo que Ness miraba era la gigantesca puerta de color azul pintada con leones amarillos cuyas puertas se abrían lentamente.

-¿Donde estamos? -dijo.
-En Babilonia.

El doctor caminó junto a ella por las puertas que se abrían, y contempló la maravilla de la ciudad de los jardines colgantes, exhuberante de vida y actividad. Caminaron hasta el palacio, mientras Ness contemplaba todo con infinita curiosidad. Como si descubriera un mundo que fue su propio mundo.

Penetraron en las estancias del palacio, y caminaron hacia una sala ajardinada con una fuente en el centro. El maestro estaba de espaldas, mirando por el balcón. Vestía una larga túnica de seda, muy sencilla. Se percató de que estaban allí, y se giró para mirarles.

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08/10/2012, 16:41
Zaratustra

El maestro reconoció a Boran, pero no a su acompañante. Él no solía prestar mucha atención a personas concretas, sino más bien a fenómenos de carácter general.

-¿Que sucede, Boran? ¿Has fracasado en tu misión? ¿O tienes dudas?

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08/10/2012, 17:06
Doctor Irvin Ness

Aquel debía ser el tal Zaratustra sobre el que Nietzsche había escrito un libro. Se adelantó unos pasos y habló con decisión.

-No, no ha fracasado. He viajado atrás en el tiempo con ella y nuestros compañeros para salvar el mundo.

Parpadeó, y le ofreció la mano. El maestro no parecía reconocer aquel tipo de saludo.

-Soy Irvin Urquart, del clan Urquart de Escocia. No estoy demasiado familiarizado con su religión porque soy cristiano. Ya sabe, Cristo, aquel tipo que murió en la cruz en judea. Puede ser que él no tenga grandes poderes como usted o como Candance, pero nos enseñó a amar y a defender lo que amamos.

Vió como aquel hombre le sostenía la mirada y le escuchaba con curiosidad.

-He venido aquí para hablarle de lo que voy a hacer, y para pedirle algo a cambio. Se que para ustedes es muy importante todo ese asunto del asha, de la elegida que salvará al mundo y todo eso. Pero quiero que entienda que si el mundo va a salvarse no será solo gracias a Can... a Boran, y a su alter ego del pasado, Inanna. Somos un grupo de gente, que formamos parte de una agrupación, la Sociedad Fénix. Esta agrupación ha juntado gente con... bueno, con poderes como los de Boran. Otros no tenemos poderes, y solo nuestra inventiva o nuestras capacidades. Supongo que gente como usted podría llamar héroes a lo que somos estas personas, creo que héroe viene del griego. No se si usted conoce a los griegos, aqueos... bueno, esos comerciantes de las islas, con togas y barbas. Ya sabe.

Zaratustra asintió con una sonrisa, como si se hiciera cargo.

-Nosotros estamos dispuestos a dar nuestra vida para defender el mundo, para impedir que detonen esa bomba, y se pueda liberar todo ese mal del que me habló Boran, y que nuestra compañera fallecida, la pequeña Prue, vió en aquella esfera gigante. Y es de eso de lo que quiero hablarle, de la vida y de la muerte. Usted ha conocido muchas de las mujeres en las que se ha rencarnado mi Candance. Pero esta última personalidad suya, la de Candance, para mi es algo más que una mascarada, que una fachada para justificar en el mundo de los hombres su extrema longevidad. Yo la conocí siendo Candance, y me enamoré de ella. Decidí unir mi vida a la suya, y ella hizo lo mismo. Creo que el matrimonio ya existía en su época, o eso leí. Desde los sumerios, dicen.

Hizo una pequeña pausa tratando de reorganizar sus pensamientos tras aquel galimatías.

-Se que su destino, o al menos usted dice eso, es dar su vida, si es necesario, para vencer al mal. Pero ese no es el destino de Candance, de la mujer, de la humana. Ese es el destino de Inanna, del asha reenacarnado. Y si debe pagar un precio, me gustaría que lo pagara Inanna, o el asha, pero no la mujer. Se que puede parecer que lo que pido es muy egoista. Que prefiero que el mundo se destruya a perder a mi mujer. Pero no es así. El mundo será salvado, se lo prometo. Palabra de un escocés. Lo único que quiero es que nos de una oportunidad, solo una, de vivir como una pareja normal, cuando todo haya terminado.

Suspiró, rascándose el cogote.

-Eso es todo, lamento haberle molestado con sus cosas.