Partida Rol por web

La zona de los dormitorios obviamente no es la más transitada a estas horas del día , por lo que podéis ir discretamente hacia allí sin cruzaros con apenas gente.

El edificio al igual que todos los demás es de madera oscura proveniente del bosque que alcanzáis a ver. Salvo la forja y el granero la verdad es que todos los edificios son casi iguales, varian principalmente en su tamaño y poco más.

Cuando llegáis veis que la puerta del edificio de dormitorios se puede abrir sin ningún tipo de llave y si asomáis la cabeza veis un pasillo central en el que hay varias puertas laterales que suponéis dan a los propios dormitorios.

Claro, Vic, mejor no hacerse notar. - digo en voz baja, caminando hacia el frente.
De todas formas, estoy segura de que Rhoddam será de mente más abierta. - prosigo convencida.

No sé, hay algo que me escama en todo este asunto ... - Abro la puerta de los dormitorios.
¿Señor Rhoddam? - le llamo estando ya en el pasillo, sin elevar demasiado la voz.
¿Está usted aquí? - espero un instante y si no obtengo respuesta miro en los dormitorios (llamando antes).
 

Cierro los ojos unos instantes y trato de escuchar cualquier sonido o ruido alrededor nuestro...

Y mientras pienso ...alguien se tenia que haber quedado en la entrada, ahora estamos en la boca del lobo, aunque por otro lado, estamos todos juntos... ...he de reconocerlo, Koyaanisqatsi me da seguridad...

¿Si? ¿Quien es? - Escucháis una voz responder, desde aproximadamente el final del edificio de los dormitorios.

No escuchas nada cuando entráis, tras la pregunta de Nyx escuchas que la respuesta viene del fondo del pasillo, a la izquierda, lo cual parece coincidir más o menos con una de las puertas que sale del pasillo central.

Tras eso te parece escuchar algún ruido que no consigues identificar por la zona de donde ha venido la voz. En el resto del edificio silencio de nuevo.

A pesar de no estar especialmente bien iluminado  ves que el interior del edificio parece bastante limpio y está en bastantes buenas condiciones.

¿Señor Rhoddam?  Somos amigos de Laurel, la curandera de Hondonada del Halcón, y de la clériga Cirthana, de Torm.  Las estamos ayudando a detener una enfermedad que está creciendo rápidamente en su pueblo.  Una amenaza real y presente. Le necesitamos llevar a Laurel algunos materiales urgentes.  Nos dijo que usted nos podría ayudar a saber dónde estarían los lugares del bosque donde es más probable encontrar esto...

¿Nos podría ayudar con algo de información?  Por el amor de Eldath...

Parece ser que alli, digo señalando a la puerta del fondo del pasillo a la izquierda.

Kellen se acerca a la habitación de donde sale la voz. Camina de puntillas para no hacer ruido y al llegar a la puerta, guiña un ojo a sus compañeros y asoma la cabeza al cuarto sin decir nada. Pretende ver al hombre antes de hablar con el. No teme nada, pero prefiere asegurarse...

¡¡Por Torm pasad!! - Escucháis que dice la voz, usando un volumen bastante elevado, pero con un tono bastante amigable, casi diríais que de felicidad.

Kellen avanza por el pasillo completamente en silencio mientras cruzáis esas pocas palabras. Veis como asoma su cabecita discretamente por la esquina inferior izquierda de la puerta de la habitación y la esconde rápidamente de nuevo.

Asomas la cabeza con total sutileza desde la esquina inferior de la puerta, casi a nivel de suelo, esperando no ser visto. Ves un dormitorio con bastantes camas y algunos armarios, y en el centro del mismo un hombre de mediana edad caminando lentamente, a la pata coja hacia la puerta. Has sacado y metido la cabeza rápidamente para no ser visto, con lo que no has podido ver mucho más.

¿Hola? ¡¡Como seáis alguno de vosotros riendoos de mí por estar cojo os vais a acordar!! - Dice la voz esta vez en un tono que suena a enfado.

Kellen vuelve a aparecer en el umbral de la puerta. Esta vez despacio y dejándose ver. -No señor, cálmese. Hemos venido a hacerle una visita, ya que hemos oído que es usted un gran experto en este bosque, aunque son mis compañeros quienes hablarán mejor con usted -dice Kellen con voz conciliadora-

-Por cierto, me llamo Kellen.

Te mira algo sorprendido de primeras, pero ves que tras examinarte un instante suelta una amable carcajada - ¡Jajaja! Pase usted señor Kellen. ¡Y LOS DEMÁS TAMBIÉN! - Esto último lo dice levantando la voz algo más, pero sin sonar a enfadado en ningún momento.

Señor Rhoddam, buen día. -dijo Koyaanisqatsi quitándose la capucha-  Espero se encuentre mejor de su pie.  Nos contaron que se había herido. 

Gracias por recibirnos.  Como le decía, nos envía Laurel.  Necesitamos su ayuda para guiarnos -con palabras- miró apenado a la pierna en recuperación- hacia un par de lugares en el bosque.

Me quito la capucha y quedo tras Koya. Observo de arriba a abajo al maderero y completamente sería miro su pierna.

Y para que cuente los peligros que haya. - digo completando la frase del paladín.

Me quedo a refugio de Koyaanisqatsi, y observo al enfermo: quiero que nos cuente "su historia", pero por el momento dejo que los tieflings lleven la conversación.

Continuáis por el pasillo y entráis por la puerta por la que habéis visto asomarse a Kellen.

El dormitorio es una sala bastante diáfana salvo por las camas que están pegadas a tres de las paredes de la misma y algunos pequeños armarios entre las camas. Todo el mobiliario es bastante sencillo, aunque está en buenas condiciones.

En el centro de la sala, ahora mismo andando de vuelta a una de las camas para sentarse veis a un hombre de estatura media, delgado, de entre treinta y cuarenta años. Va vestido con un pijama largo cuyos colores se corresponden a los que habéis visto por ahora en emblemas, sellos y demás durante el tiempo que lleváis en el consorcio.

Una vez se sienta de nuevo en una de las camas os dice con un cierto tono de desconfianza - ¿Realmente venís a ayudarnos? ¡Alabados sean Torm y Laurel! - Veis como se masajea un poco una de las piernas mientras habla.

Sentaos por favor sentaos, ¡no querréis que acabe también con dolor de cuello! - Os dice señalando su propia cama y la cama al lado de la suya.

Reconozco que conozco bastante bien este bosque, he realizado alguna que otra excursión por el mismo para el consorcio. ¿En que puedo ayudaros exactamente?

Muchas gracias señor Rhoddam.  Sí, la situación en Hondonada se está poniendo cada día más grave, hay más casos y ya algunas muertes.  Bajó la cabeza, entre rezo y preocupación, sin embargo luego luego la levantó, con más determinación: Lo bueno es que Laurel sabe de una cura, y ahí entramos nosotros.  

Debemos conseguirle  un musgo que crece en la zona donde está el árbol más viejo del bosque, unos hongos que sabe que crecen donde las viejas forjas de los enanos, y... algo que cree que la vieja bruja, ¿Uzimila? podría tener dentro de sus hierbas.  ¿Sabe que caminos deberíamos tomar para llegar a estos diferentes lugares? 

cuando veo que tengo oportunidad pregunto... ¿por qué estabas tan alterado por si nos reiamos de tu cojera? ¿qué te ha pasado? Yo te veo muy bien...

Y mientras hablo me siento junto a el, en su cama, muy cerquita...

No hablo demasiado por el momento, pero trato de crear climax entre el y yo y va a comenzar ahora... el transcurso de la convesacion puede que me lleve a terminar antes de poder seducir a este hombre o no...

Por favor, lo que tengo que hacer... aunque este salvaje puede serme de ayuda.