Partida Rol por web

No se si era la tensión de lo ocurrido esta noche, o las cervezas y los cigarros felices que había tomado a lo largo del día, pero no había escuchado nada en ningún momento.

- Yo no he oído nada, no entremos en histeria colectiva. La idea de separar el grupo me parece lo más acertado y lo más productivo pero si Bea sabía dónde estaba el examen no se que hacíamos debatiendo esto cuando lo único que conseguíamos era perder el tiempo. 

Nada...creo que se refería a esa muñeca—dijo Sabina señalando a las gradas quitando importancia al asunto. A ella la daba más bien igual separarse o no . Ya no estaba allí por gusto, si no porque Martin le había hecho sentir culpable con el numerito. Como que irse sería traicionarlos...
A ver, supongo que Martin se refiera a encontrarnos en el despacho de Lopez yendo por dos sitios distintos. Así si pillan a un grupo el otro puede conseguir el examen. Y eso no es ninguna tontería.

A pesar de lo que había dicho a sus compañeros, Sabina se sentía inundada por el terror. Cuando señaló la muñeca sintió que todo su cuerpo se ponía en tensión. Aquello no podía ser. Era demasiado parecida a la muñeca que Guizmo había olfaeteado. Joder... Ojalá Guizmo estuviese allí... En aquel momento Sabina estaba dejando de sentirse atraída por Ricardo, aunque eso no borraba su pánico a quedarse sola toda la vida. Cada vez le costaba más respirar y moverse, por ello, para tranquilizarse, había seguido el debate de Martin.

¿Una muñeca? ¿Era eso lo que había visto Ainhoa? Juraría que no. Pero claro, seguir discutiendo sobre algo que ya no estaba allí era algo bastante absurdo así que no merecía la pena. Pero desde luego, que si aquello que había visto, Sabina también lo había hecho, de muñeca no tenía nada. Vamos, que si era una muñeca era francamente horrorosa.

Ainhoa se agarró fuertemente a su bolso, no tenía suficiente confianza con Martin, y estando Hellin le daba mucha vergüenza agarrarse a Ricardo, pero había que reconocerlo, Ainhoa estaba cagada de miedo. El portazo, la oscuridad, y aquella horrible visión. Sea lo que fuere, no iba a separarse de ninguno de ellos. No volverá a quedarse sola aquella noche.

La verdad que llevas razón, dijo escuchando a Sabina, montar un par de grupos estaría bien. Si el exámen está en el despacho de López, digo yo que todos sabemos llegar hasta él, ¿no es así? Podemos dividirnos en dos grupos y llegar hasta allí sin más. No es mal plan. Dijo tratando de mostrar una sonrisa a Sabina.

- Y, ¿como nos repartimos? sabía de antemano que Sabina no quería ir con ella, y bastante jaleo se había montado con su llegada, lo único que quería era ir por el exámen y volver a casa. Miró al resto esperando que alguien se pronunciara al respecto, aunque no tenía muy claro que separarse fuera la mejor de las ideas. Algunas de las chicas decían haber visto algo, y ella estaba segura de haber oído unos pasos. Tal vez fuesen los nervios que les estaban jugando una mala pasada, pero no le parecía muy bien dejar a unas chicas medio histéricas solas por un edificio a oscuras.

Me atemorizo y miro hacia todas partes. Pero no había nada. Soplo aliviada pero en seguida me recorre un escalofrío por todo el cuerpo.

Apenas presto atención a la conversación de mis compañeros. Mi instinto me decía que me fuera de allí, pero mi cabeza me decía que me quedara. Tenía que aprobar el examen y jamás dejaba un plan a medias.

- Separarnos? Pregunto sorprendida al recopilar la información en mi cabeza.

"Solo faltaba eso... para sentirme desprotegida totalmente.

Entonces, agarro del brazo a Ricardo.

- Yo voy con él.

Sabina sintió una punzada de celos al ver a Hellin agarrarse a Ricardo y decidió que no iría con ellos. Parecía que quisieran irse solitos a un aula vacía y... y.... A mi me da igual, pero decididlo rápido. dijo mirando a Martin y a las otras dos chicas. También podemos ir en tres grupos, como queráis. Triple posibilidad dijo haciendo una "o" con el índice y el pulgar.

Toda la escena era un poco aterradora, pero como les pillaran, la oscuridad seria lo ultimo de lo que tendrian miedo, esta conviccion estaba atada al pensamiento de Martin el cual transmitia bastante tranquilidad por tener los nervios templados tras el episodio fuera.

-La finalidad de separarnos básicamente es que uno de los grupos vaya al despacho de Lopez y el otro trate de buscar en otro sitio donde pudiera estar, ademas de evitar riesgos de que nos pillen a todos.

A Martin le divertía todo esto un poco pero la verdad es que la cosa se estaba complicando por momentos y Martín no quería a Ahinoa en su grupo, no fuera a ser que se pusiera a pegar gritos y alertara a alguien. Apoyó las manos sobre su cintura y miró al grupo.

-Esta bien Helena y Ricardo parece que iran juntos, podeis ir con Ahinoa al despacho del rector y buscar en su ordenador alguna pista sobre el examen.

Luego miro hacia Sabina. La pobre chica estaba calentita ya de casa, esperemos que sus celos no la traicionen.

Giro su cabeza luego hacia Beatriz y dijo autoritario. 

-Beatriz Sabina y yo podemos ir a mirar al despacho de Lopez a ver si encontramos algun papel que nos ayude.

Alzo su muñeca y miró su reloj. Era medianoche. Tendrian unas cinco horas hasta que entrara alguien a la universidad.

- Son las doce. Propongo que intentemos colarnos primero en la oficina del conserje. El tiene una copia de todas las llaves, y si solo tenemos que forzar una puerta se notará menos nuestro paso. Propongo que vayamos primero ahi y luego nos separemos.

Sabina se había quedado por los pelos, pero era bueno separar a Beatriz y a Ahinoa. Si estaban tramando algo les seria imposible ejecutarlo entre ellas estando separadas.

-Y ni que decir tiene que pongais los moviles en silencio.

- Cierto. Dijo respondiendo a lo último y puso el teléfono en modo silencioso. Luego alzó la vista y apuntó con su linterna más allá de las gradas. Seguía con aquella horrible sensación y sentía que no estaba de más volver a mirar.

Cuando estuvo un poco más centrada, Ainhoa asintió ante los planes de Martin. ¡Perfecto entonces! ¡Vamos a la garita del conserje! Cogemos las llaves y ya de ahí nos separamos. ¿De acuerdo? Dijo mirando a su pareja, Hellin y Ricardo. Ella no iba a sentirse incómoda por ir con ellos. No tienen pinta de ponerse a darse el palo delante de nadie... ¡y menos aquí!

-es una gran idea Martín,  comentó mientras se aseguraba de que su móvil seguía en modo silencio.Estaba segura de que a Sabina no le haría gracia ir con ella, pero pensó que tal vez en el trascurso de la noche se daría cuenta de que estaba allí por lo mismo que todos ellos. -No perdamos más tiempo, sonrió y comenzó a caminar, ne parte porque quería que aquello acabase rápido, en parte porque aún rondaba por su cabeza el sonido de aquellos pasos.
 

El gesto de Hellin hace que mi cara tenga una sonrisa permanente casi toda la noche, le idea de que me elija para su protección es un halago. Le pongo la mano en la cintura y la aprieto bien fuerte. Acercando mi cara a su oído le susurro. - No te preocupes, no pasará nada y saldremos de esta, ya lo verás. 

Una vez dicho esto, me dirijo a todos. Me parece perfecto el plan de Martin, vayamos a conseguir esas llaves y luego nos dividimos. El plan era improvisado pero me parecía una buena opción, según pasaba la noche, Martín me sorprendía cada vez más. 

Bueno, pues movámonos dijo Sabina dando la espalda a la feliz parejita y andando con decisión. Cuanto antes terminemos, mejor. Sabina se quitó un mechón de la cara resignada. Estaba harta de todos y de todo y solo quería volver a casa. Le daba completamente igual si conseguían o no el examen. Sí lo hacían lo fotocopiarían y lo repartirían para todo el mundo, al menos ese era el plan. De espaldas a Helena y Ricardo se permitió poner el rostro serio. Los celos eran intensos y se clavaban como puñales al rojo vivo en la carne. ¿Cómo se había podido permitir siquiera el pensar que podía tener una oportunidad con él? ¿Cómo había sido tan idiota? Los ojos la birllaban y siguió andando sin pararse a mirar atrás.

Martin siguo a Sabina hasta la puerta que conectaba el gimnasio con la facultad. A continuacion alzo un dedo a su boca en señal de silencio y acto seguido pegó su oreja a la puerta para ver si identificaba algun ruido proviniente del pasillo continuo.

-De ahora en adelante será mejor que susurremos.

Martin seguia sin saber por que les ayudaba, pero les ayudaba que era lo importante. Y Martin no era un chico desagradecido, ya la invitaria a algo cuando se terminara todo.

Acto seguido giró su cabeza hacia el grupo y profirio un siseo dando a entender que no debían hacer ruido.

La división estaba hecha. No pudisteis evitar pensar que en toda película de terror, el error más grande que cometían los protagonistas era separarse. Pero habíais hecho caso a las palabras de Martin porque, al fin y al cabo, eso no era Hollywood.

Caminasteis en silencio hasta la entrada oficial del gimnasio. No estaba cerrada, como esperabais. Al abrir, os asomasteis. No había ni un alma. Estabais en lo que se consideraba el subsuelo de la Universidad. En la plantas más altas, estaban las clases y la cafetería.

Frente a vosotros estaban las escaleras anchas que ascendían al piso superior. A vuestra izquierda, un ascensor y una puerta que daba a la sala de materiales deportivos.

El despacho de los profesores estaban en las salas superiores y la sala del conserje estaba en la planta principal, donde estaba la puerta de acceso a la Universidad.

Ainhoa señaló las escaleras de subida. Era absurdo tomar el ascensor, aquello llamaría demasiado la atención si es que aún había alguien allá dentro. Así que lo mejor sería tomar las escaleras y no preocuparse más de ello. La sala del conserje estaba más arriba, así que tampoco suponía un esfuerzo subir unos cuantos pisos, no hacía falta ser un gran deportista como Martin para poder hacerlo.

Vamos. Susurró a sus compañeros para que tomaran las escaleras junto a ella.

Voy decidida y con la seguridad de estar con Ricardo, el cual su sonrisa al ver que yo quería ir con él había provocado otra sonrisa en mis labios.

No, Helena. Tu nunca has pensado ésas cosas y menos en momentos así.

-Pues vamos para arriba.- Le digo a los demás en modo despido. Aunque no sabía muy bien que dirección iba a tomar ellos, igual hasta subían con nosotros.

Martin tomo la delantera con un par de agiles zancadas hasta llegar a la esquina superior de las escaleras.

Entre el culebron y las sospechas, algo me dice que hoy va a ser mi noche. O puede ser peor...

Sonrio al fin y al cabo por lo rocambolesco de la escena y pongo una mano en el hombro a Helena indicandola que antes de que avanzasemos mas me gustaria comprobar algo.

Y como si fuera un espia se encaramo a la esquina y busco algo entre su mochila.

Acto seguido saco un pequeño espejo te la mochila y comprobo que no hubiera nadie en los pasillos contiguos usandolo a modo de retrovisor.

-Lo he visto en algunas pelis y esto nos ayudara a saber si hay alguien vigilando cerca.

En las peliculas... a veces ni Martin se creia todo lo que estaba pasando hoy.

El rostro de Sabina estaba ahora tan pálido que no se veía ni rastro de su mancha. Sin decir nada subió las primeras escaleras antes de llegar al punto donde se separaban. La unica vez que comentó algo fue cuando Martín hizo el numerito del espejo. Sin luz no vas a ver nada, Martín...y si hay alguien irá con linterna.Incluso podrías crear un reflejo y delatar la posición...

Una sonrisa asomó en el rostro de Beatriz al ver su actuación. En las películas.... menuda tontería. Pensó mientras su gesto se tornaba serio de nuevo, recapácitó, lo cierto era que se sentía nerviosa, esperaba que aquello no se pareciese a ninguna peli. Deseaba que todo fuese rápido, sencillo y sin sobresaltos.
Suspiró al oir las palabras de Sabina, ¿es que nada la perece bien?,Dios... que borde.

Viendo a Martin sacar el espejo, pienso en la cantidad de recursos que tiene, y lo peor es la actitud de los demás. Por lo menos él ha pensado en otras opciones y viene preparado. Pienso. 

- Venga vayamos con cuidado pero no nos paremos mucho que quedarnos en un mismo sitio puede ser peor.