Partida Rol por web

- Vemos que no hay nadie, pero... Yo escuchaba lo contrario hace un par de minutos. Quizas se han escondido.- Digo esta última frase sin seguridad, ya que no tiene sentido que alguien se esconda si nos quiere pillar. A no ser que... Claro! Por qué no?

- Escuchad... Y si hay más alumnos en nuestro mismo caso? Es decir, puede que haya venido otro grupo a robar el examen y ahora esten atemorizados porque se piensan que nosotros somos profesores o algo así. Y por eso se esconden.

El móvil de Hellin vibró. Era un mensaje de Martin.

Estamos todos bien (menos mi pie) y por aqui no hay nadie. Sabina y yo vamos directos al despacho de Lopez. Informad con las novedades.

Lo que habías recibido era un mensaje de tu padre.

Hijo, ¿dónde estás? Te he estado llamando. Tu madre ha sufrido una crisis... Parece que ya está estable. Te llamo luego. Papá
 

Apoyado en Sabina, Martin pudo ponerse en pie y cojear. Vuestros pasos, como era de esperar, eran tan lentos como un caracol. Al menos el silencio parecía que os acompañaba.

Al pasar por delante de la puerta de la entrada principal de la Universidad, una luz comenzó a parpadear hasta que se mantuvo fija. Allí, pudisteis ver una placa conmemorativa que rezaba así.

Por aquellos que lucharon

por una mundo libre

por una Universidad libre

Era una placa que siempre había estado allí, pero bajo esa luz, parecía hasta siniestra.

Teníais un camino largo para recorrer, y no podíais perder tiempo.

Ainhoa poco a poco fue recuperando el color no tan pálido en sus mejillas. Habían conseguido relajarla entre todos. Era absurdo lo que había visto, no tenía ningún sentido, aunque quizá y solo quizá, Hellin pudiera tener razón en lo último que había dicho.

Quién sabe. Dijo sin querer responder a su primera pregunta. Será mejor que sigamos adelante. Como bien has dicho, aquí no hay nadie. Dijo tratando de confiar en sí misma.

¡No dejemos que Sabina y Martin vayan solos! Es mejor que les acompañemos por si acaso. ¡Venga! Dijo mirando a Ricardo y a Beatriz por si querían ser ellos uno de los primeros en salir.

Mi cara al leer el mensaje de texto que recibo en el móvil que tengo guardado en el pantalón se torna de preocupación. No podía ser que ocurriese ahora mismo. Teniamos que conseguir ese examen y luego me acercaría para ver que todo esta bien y no pasa nada grave.

- Venga salgamos del baño y vayamos a por el examen. Si queréis salgo yo primero y miro si tenemos compañía. Dije mientras me acercaba a la puerta y la abría. 

Mirando a Hellín: - No te preocupes, que no hay nadie, serán los nervios que te están jugando una mala pasada. 

-No os preocupéis, seguro que eran los pasos de Martín y sabina. dice Beatriz tratando de relajar el ambiente. Al oír las palabras del chico se gira hacia él asintiendo. Al perecer es el único capaz de mantener la calma y seguir pensando en coger el exámen. - Sal Ricardo, nosotras te seguiremos ¿verdad chicas? hay que llegar al despacho de López y no podemos volver a separarnos.

- Beh.

Sin hacer caso de nada, salgo yo primera.

Sí, sí... Estaba loca y escuchaba mal... claro.

Al final, salisteis del baño. Y no había nadie esperándoos, como alguno temía. La oscuridad seguía siendo total, si no fuera por las luces rojas de emergencia. Pero esas luces no ayudaban, eran un poco angustiosas porque no os dejaban ver más allá de lo que teníais delante de vuestras narices.

Los baños eran los de la planta baja, los de la entrada. Os quedaban por subir dos pisos antes de llegar al despacho del Señor López, y cruzar los dedos para que estuviera allí el examen.

Y ante vosotros teníais dos posibilidades. O ir al ascensor, que sin duda era lo más rápido, o subir por las escaleras.

El móvil en tu pantalón volvió a vibrar.

Al mirarlo, cantidad de correos basura estaban esperando a ser leídos.

- Pilar quiere ser tu amiga en Facebook.

- ¡Únete a la Comunidad Intel, conoce todo acerca de ordenadores!

- ¿Problemas de erección? ¡Nosotros podemos ayudarte!

Dejando atrás la placa conmemorativa, os acercasteis lentamente hasta las escaleras. Pero allí había otra opción: El ascensor.

Sin duda, era lo más rápido y lo mejor para el pie de Martin. ¿Funcionarían a esas horas?

Ainhoa antes de salir del baño mandó un "guasap" a Sabina.

"¿En qué planta estais? Nosotros vamos a subir".

Escribió.

Algo más relajada al comprobar que efectivamente no había nada, ni nadie allí, aunque un tanto nerviosa por la oscuridad del lugar, señaló una vez más las escaleras. Creo que no hay que pensárselo mucho, ¿no? Dijo mirándolas. Usar el ascensor va a ser demasiado canteo. ¿No os parece? Dijo marchándose hacia ellas.

Oye Martin, aunque te duela..es mejor no usar el ascensor. Hace ruido...claro, que creo que no hay nadie y que todo esto es sugestión. Cómo veas. dijo la chica mirando a todos lados con expresión preocupada mientras pensaba que tenía que haberse ido en cuanto vio la que habían liado. O si quieres Sabina tragó saliva. No le hacía ninguna gracia estar allí sola.O...o siquieres voy yo sola. No me voy a quedar con el examen para mi sola. AL fin y al cabo si he entrado es porque me lo has pedido.

- Exacto, mejor las escaleras.

Me dispongo a subirlas mientras saco mi móvil y le escribo un mensaje a Martin.

"Nosotros también vamos al despacho, nos vemos allí. Mejor no entréis sin que estemos nosotros para vigilar."

Después, me giro hacia Ricardo y espero a que llegue al escalón donde estaba yo.

Me inclino hacia él.

- Oye ¿Todo bien? Me ha parecido verte preocupado por algo...

A Martin le aterraba la idea de coger el ascensor. Asi que pese a que su pie le dolía le dijo a Sabina. 

-Creo que lo mejor es que cojamos las escaleras.

Las cosas se les estaban complicando. El pie de Martin no estaba nada bien y el chico estaba empezando a percibir que Sabina estaba un poco perdida. Asi mismo estrecho a Sabina entre su brazo y dijo.

-No te preocupes. No te voy a dejar sola.-dejó una pausa dramatica antes de continuar.- Pero sigo pensando que lo mejor es que encontremos antes de subir algo que pueda usar de muletas, No voy a dejar que la chica cargue con el muerto jajaja.

Hellin estaba tardando demasiado tiempo en contestar. ¿Que les habría pasado?

Nos encaminamos escaleras arriba, cuando Hellín se gira y me pregunta:

- No, no, para nada, es el móvil que no para de vibrar y llegarme chorradas, que si email de problemas de erección y otras basuras. No es nada de verdad. Vayamos a por el examen, terminemos con esto y que llegue por fin mañana para pasear contigo y tu perro. 

El gimnasio es lo mas cercano aparte del despacho, pero también hay escaleras. Venga, no te de vergüenza que te ayude hasta llegar a la planta de los despachos. No soy tan floja, que hago pesas con Giz—bromeó suavemente la muchacha mientras miraba a un lado y a otro. Además, estoy acostumbrada a llevar a gente en cabestrillo. He hecho bastantes cursos de primeros auxilios mientras la gente tomaba el sol y disfrutaba del verano en el insti.
La idea de ir de nuevo hasta el gimnasio no gustaba nada a la chica ya que también había escaleras. Lo mejor era subir el tramo de las escaleras y luego meterse en cualquier despacho. Precisamente por ser casi  verano había un montón de paraguas en los despachos, ya que no tenían que utilizarlos para llegar a su casa y seguro que el primer despacho que encontrasen tenía alguno.

Beatriz comenzó a subir las escaleras sin haber mediado palabra, le parecía tan obvia la elección que era estúpido si quiera afirmar que debían dejar de lado el ascensor. Estaba tensa, quería terminar todo aquello cuanto antes para poder irse a casa a intentar dormir tranquila.
Estaban a tan sólo un par de tramos de escaleras del dichoso despacho del profesor López y ya parecía que llevaban horas allí dentro.