Partida Rol por web

-Esta bien. Pero dejame agarrarme al borde de la escalera.

Serian solo un par de plantas como mucho. Y ademas el y Sabina iban camuflados. No había que preocuparse tanto de que los pillaran.

Los ojos de Martín se estaban empezando a hacer a la oscuridad.Tanteo entre sus dedos el borde de la escalera y apoyado en Sabina comenzaron a subir. Martin trataba de no suspirar cada vez que el pie rozaba con algo. Pero el dolor inicial de la quemazon se estaba yendo y ahora se le comenzaria a hinchar a menos que le puisiera un poco de hielo. Miró a la chica, realmente le estaba sorprendiendo la reaccion de Sabina. Era la única que se había quedado con el. Y estaba tirando para adelante. Sonrio.

Despues de, tras algo de dificultad, subir un piso Martin le pidio a Sabina un respiro acercandola contra una esquina cubierta por una columna en pasillo principal. Martin se incilno "Solo un segundito..." El chico se sentó y respiro hondo una vez.

-Mierda esto se va a inflar si no le ponemos algo de hielo.

No habíais llegado ni a subir el primer tramo de escaleras cuando un golpe en el primer piso os paralizó. Os detuvisteis, mirando hacia el techo. ¿Casualidad? ¿Habría alguien más allí? El miedo empezó a apoderarse nuevamente de vosotros...
 

El payaso... el payaso... Está aquí... Ahora viene a por mí... Me vigila y se esconde... No puede ser... Aún se acuerda... El payaso...

Esto es el fin... Nos van a pillar... Están los profesores, saben que hemos entrado... Nos van a encontrar, nos van a suspender...
 

Lo sabía, hay alguien... Nadie me creía, pero ahí están... Saben que estamos aquí, nos han pillado... ¿De quién es esa risa?... ¡La niña, otra vez la niña!

Esto es el fin... Han llegado y nos van a descubrir... No hay manera de salvarse... Y mira a Hellin, está tan preocupada... Si la pillan a ella, ¿qué va a pasar? Pasará de mí, no he sido capaz de protegerla... Se irá con otro, se irá con Martin...

El móvil vuelve a vibrar... Mi madre... Mi madre... Mi madre...

Por fin te llega la contestación de Hellín

Nosotros también vamos al despacho, nos vemos allí. Mejor no entréis sin que estemos nosotros para vigilar.

Tu móvil comienza a vibrar. Al mirarlo, es un whatsapp de Ainhoa

¿En qué planta estais? Nosotros vamos a subir

No habíais llegado ni a subir el primer tramo de escaleras cuando un golpe en el primer piso os paralizó. Os detuvisteis, mirando hacia el techo. ¿Casualidad? ¿Habría alguien más allí? El miedo empezó a apoderarse nuevamente de vosotros...

No sólo voy a estar de baja una temporada, si no que me van a expulsar... Y se acabaron los partidos... No voy a poder volver a jugar... Se acabó todo, nadie me querrá...

No lo hemos hecho bien... La hemos liado y ahora nos han pillado. El plan no ha funcionado, es culpa mía... Ricardo me odiará... Martin me odiara... Nadie querrá tenerme cerca... Me quedaré sola... Sola...

Acaricio la cara de Ricardo. No me llegaba a creer del todo sus palabras... Quizás me lo decía para no preocuparme más. Entonces, me detengo en seco.

- ¿Habéis visto eso?- Iba a quedar como una loca de nuevo, seguramente...

En el techo de la primera planta había visto a alguien... ¿O a algo? O quizás solo era cosa de mi imaginación aterrorizada.

Me quedé observando hacia ése lugar, tragué saliva y noté como los pelos se me erizaban ¿Qué me pasaba?

- Será mejor que vayamos rápido.-

Ya me daba igual todo, quería acabar con esto cuanto antes. El examen lo comenzaba a ver cada vez más lejano y menguaba en mi pirámide de prioridades. Vamos, le hacemos la puñetera foto y ¡A la mierda todo!

Seguí subiendo decidida, si había más gente allí seguramente serían alumnos. Si no eran alumnos, serían profesores que nos suspenderían ¿Qué mas daba eso ahora mismo? Pero... ¿Si no eran ni profesores ni alumnos ni... personas? Giré la cabeza para mirar a mis compañeros, a los cuales había dejado bastante abajo, entonces, me senté en las escaleras para esperarles.

Una vez sentada, no pude controlarme ya... Y cualquier cosa me daba miedo, tanto miedo que, finalmente, decidí salir por patas.

- Joder, joder, joder...

No sé cuántas escaleras subí, me puse a correr por el pasillo, luego volví a recorrer ese pasillo en dirección opuesta y vi un hueco en las escaleras. Así que me metí allí dentro con la esperanza de... ¿De qué? Hice un ovillo con mi cuerpo y noté como temblaban mis piernas.

Lo sentía, sentía que ella estaba de nuevo cerca... Notaba el ambiente que había notado hacía un par de horas en aquel chino.

No sabía muy bien que era lo que había hecho entrar en pánico, jamás sabría si su reacción se debía a algo que había visto, oido, o simplemente a que su subconsciente la jugó una mala pasada .
Sea como fuese, la realidad que ahora sucedía era qeu un miedo atroz se había apoderado por completo de Beatriz haciendola obviar todo cuanto sucedía a su alrededor. Corrió sin rumbo fijo y sin esperar a nadie como si fuese una fiera recién liberada, salió despavorida sin saber muy bien hacia donde mientras no paraba de pensar en que todo se había acabado.

No...No...No...Ellos...ellos estan abajo... Ellos... No podemos quedarnos aquí ni separarnos
Sabina comenzó a sufrir un ataque de ansiedad, no por el pánico sino porque veía la realidad muy clara...o al menos su realidad. ¡Vamos! La chica pegó un fuerte tirón al chico para que la siguiese, olvidandose de que estaba cojo y corrió hasta llegar a un contenedor donde, de un ágil salto se metió.

Lo que acababa de sonar asustó por completo a Ainhoa. Su rostro se tornó sumamente pálido, dio un pequeño saltito en el mismo sitio en que se encontraba y lanzó un sonoro grito: ¡AAAAAH! ¡JODER! Cuando se quedó unos segundos un poco más calmada, se giró sobre sí misma y allí lo vio. Había venido a por ella, y no estaba dispuesta a quedarse allí esperando a que le hicieran lo mismo que su amiga.

Ainhoa bajó las pocas escaleras que había subido y se fue en dirección a los baños, pero... allí ya se había escondido ella antes y la habían descubierto, sería mejor seguir corriendo, y corriendo, y corriendo...
 

Los ruidos que había notado en el piso de arriba, el móvil vibrando en el bolsillo del chándal de algodón gris que llevaba, la espantada de Hellin, todo eso había hecho que llegará a mi límite, no pude contenerme, tuve que liberar adrenalina y la única manera era salir corriendo de allí.

Subí las escaleras para que esto terminase pronto, no sabía muy bien que dirección habían tomado el resto. Mientras subía los escalones a trompicones saqué el móvil para ver quién me llamaba......

Corre... Corre, gorda, corre... Te va a coger... La pintura de su cara te manchará todo el cuerpo... ¡CORRE, CORRE!
 

Estuviste corriendo un rato, sin ningún tipo de control. No sabías a dónde ibas, sólo sabías que tenías que huir. Si te pillaba, se harían realidad tus peores pesadillas...

Viste una puerta entreabierta y no dudaste en entrar. Era una clase, pero no sabías cuál. Cerraste con un poderoso golpe y te escondiste detrás de las mesas.

Dios mío, Dios mío, Dios mío.. ¡Ayúdame! ¡Ayúdame! Alguien viene, alguien me verá... ¡Dios mío! ¿Dónde estás?