Partida Rol por web

Siguieron avanzando por el bosque siguiendo a Levi, quien con grandes zancadas y debido a su experiencia y conocimiento de aquellos bosques, poco a poco iba alejándose del grupo, pero sin dejar de ser visible para ellos.

-Sigan avanzando, no se retrasen- gritó sin dejar de andar cuando ya les llevaba al menos 50 metros de distancia, pero no dejo de avanzar a su ritmo -Voy a avisar a mi familia de su llegada.-

Aceleró el paso, pero ya entre las ramas y arboles del cerrado bosque, un poco mas adelante de donde se encontraba Levi, se podía vislumbrar un claro, y lo que parecía una cabaña, de pequeño tamaño. Vieron como Levi se aceleró corriendo hasta la casa y entró dentro.

El grupo continuó avanzando como les había indicado y cuando llegaron al claro Levi salió de la casa y les invitaba a entrar en la cabaña.

El exterior de la cabaña daba la sensación de gente humilde y con pocos recursos, Levi seguía invitando desde el pequeño porche en el que había dos mecedoras que parecían bien cuidadas y tenían aspecto de ser cómodas.

Una vez dentro, el interior se veía austero, una única sala en la que había una mesa central con tres sillas, y en el lateral una cocina de leña. No se veía ninguna cama, pero si había junto a la puerta una estrecha escalera que subía a un altillo en el que supusieron debía de estar el lugar de descanso. Sentada en la mesa había un niño tallando un trozo de madera con una navaja y una mujer, que se levantó en el momento en que entraron por la puerta.

-Hola- dijo la mujer en voz baja y mirando al suelo.

-Está es Hanna- le ayudó a presentarse Levi -mi mujer, y este es Zekle- dijo acercándose a un niño, que levantó la cabeza para mirarles, y notaron como se fijaba en las pocas herramientas que aun les quedaban de las que se habían preparado para la búsqueda.

Con un movimiento suave guardo el arma antes de entrar a la casa -que sería de muy mala educación entrar así...-​​​​​​-pienso mientras avanzó al interior, allí escucho cuando nos presentan a la familia, por lo cual saludo con un gesto con mi sombrero y una sonrisa nerviosa n mi cara.

David aunque estaba solo me causaba menos temor que estás personas pero no hay que juzgar a la gente sin conocerlos...

-es un placer conocerlos, disculpen las molestias nos perdimos en el bosque y su esposo nos ha brindado su ayuda... Lo estamos molestando o si?-

- Encantado, señora... y chaval. Esperamos no ser una molestia, su marido nos ha encontrado algo perdidos. Tienen una casa muy bonita - atinó a decir Percyval queriendo parecer educado -. Estamos interesados en el "meteorito" o lo que fuera que cayó la otra noche en algún terreno cercano a éste, si no andamos equivocados. Mañana nos gustaría ir a visitarlo ¿Qué les parece? Lo vieron ustedes?

-Si, como ya les he comentado- dijo Levi -estaré encantado de acompáñales mañana al bosque.

Se dirigió a su mujer, y sin mediar palabra, le dió a entender que se encargará de los invitados. La mujer se levanto y puso un puchero al fuego para calentar la comida mientras el hijo se levantó y se fue a un lado de la habitación donde siguió tallando su madera con el cuchillo.

-Mi mujer se encargará de darles de comer- comentó -y les cedo la cama que encontrarán en ese altillo.

Dicho esto volvió a la puerta, tras recoger el hacha que había dejado apoyada un una pared y se dispuso a salir.

-Nos vemos por la mañana- dijo ya saliendo y hablando con aire alegre -espero que descansen bien, mañana será un dia duro de campo, la zona a la que iremos es bastante dura.

Levi salí finalmente cerrando la puerta suavemente. Mientras la mujer estaba ya sirviendo una sopa, que tenia buen aspecto en los platos que había puesto en la mesa. En ningún momento había dirigido ni la palabra ni la mirada, que seguía enfocando al suelo.

Sin animos de crear alguna ofensa a la recepción que nos han dado los desconocidos, recuerdo que mis abuelos me comentaban que la gente de pueblo tiende ha ser mas amigable que la gente de la ciudad, debe ser por eso que nos reciben tan bien en sus hogares aun cuando se ve que no son pudientes para gastar de sus reservas para brindar comida y abrigo a unos desconocidos.

he estado muy tenso y me he vuelto muy descofiado de todo; por lo cual trato de calmarme y respiro profundo mientras solicito amablemente algo de agua para beber -me disculpa mi seoñra, me gustaria algo de agua, estoy realmente sediente...-

La mujer se acerco a la bomba de agua que había junto a la cocina tras recoger un vaso de un armario en el que estaba guardada toda la vajilla y en completo silencio lo lleno y se lo acerco a John.

John pudo observar como todo lo que había en la cocina estaba perfectamente limpio y ordenado. La comida, no mucha, estaba bien ordenada y tenia buen aspecto toda almacenada en una alacena. Todo tenia buen aspecto y la sopa que estaban comiendo tenia muy buen gusto.

Lo único que podía incomodar un poco la situación era el silencio que emanaban madre e hijo que era tal, que parecía hasta algo físico y tangible.

- Le agradezco el gesto, señor Levi, con gusto cederé a mi vez la parte de la cama que me correspondiera a mi compañera y su familia. Bastante amables están siendo con unos visitantes - admitió casi bajando la cabeza tratando de aparentar cortesía

Yo también estoy sediento - dijo dirijiéndose a la señora -. Si fuera tan amable... 

Percyval se fijó en la austeridad de la casa y con tono humilde les preguntó.

- ¿Son ustedes de aquí?

La mujer pareció contestar afirmativamente, con un tímido gesto de aprobación, a la pregunta de Percyval, pero no emitió sonido alguno.

Rápidamente se volteó nuevamente para rellenar los vasos nuevamente con agua de la fuente. Y volvió a apartarse con su pose servicial.

El niño mientras tanto continuaba tallando la madera ajeno a todo.

Percyval esperaba acontecimientos, así que permaneció observando el comportamiento de sus anfitriones. Viendo que la señora no parecía muy comunicativa, se dirigió al pequeño.

- Vaya, que niño tan talentoso. ¿Qué estás tallando, muchacho?

-Un caballo- dijo el chico de forma escueta y casi sin girarse hacia Percyval para contestarle.

Hubo un silencio incomodo, y el niño siguió como si tal cosa, ignorando totalmente a los invitados.

El ruido de la puerta al abrirse fue lo único que hizo que el niño se levantase, se dirigió a la puerta donde había aparecido Levi y fue corriendo a ayudarle con la leña que traía y se apresuró a ordenarla junto al hogar.

-Van a tener que disculpar a Zekle- dijo Levi que había visto al entrar que Percyval estaba junto a el y supuso que había estado intentado entablar conversación con el -vivimos aislados y tenemos poco contacto con la gente, por lo que no está acostumbrado a tratar con otras personas, es muy tímido pero es muy buen chico-

Dicho esto Levi se sentó a la mesa y su mujer puso un plato con sopa como el que les había puesto a ellos.

-Supongo que estarán cansados- continuó -Si les parece pueden descansar hasta mañana.

-Me parece estupenda la idea, seria bueno reponer energias, si es que queremos llegar a destino...-

mi comentario va acompañado de una sonrisa amistosa con la cual espero no causar demaciado revuelo y si un animo de camaraderia en la mesa...

- Comparto su opinión, amigo John. Y tampoco quisiéramos importunar más de lo debido a esta agradable familia.

-Si, creo que es lo mejor- concluyó Levi y miró a Camile dubitativo -el tema es la señorita, ¿Cómo se van a organizar? En el altillo hay dos camas una grande de matrimonio y una pequeña para el niño.

-una manta en el suelo me parece bien para mi, te puedo jurar que he dormido en lugares en los cuales dudaría que otros podrían dormir jajajaja...- comento sonriente, a fin de cuentas espero que la señora camile ocupe un mejor lugar y yo obviamente ocupare un lugar donde me pueda sentir comodo.

Jamas he sido un hombre de lujos mi trabajo nunca me dejo gozar de los placeres de camas comodas de finos trapos. Cuando se hace el papel de detective hasta se duerme en la calle disfrazado de pordiosero, en una silla tieza fria de madera, en un escritorio con una vaso de vidrio con algo de alcohol para aminorar el peso. En fin una noche en los maderos del suelo no supondran un reto la verdad, hasta incluso puede que sea mas como que el frio piso de mi vieja oficina donde más de una vez he depertado por cubrir una guardia a mi telefono esperando las noticias del pequeño Billy