Partida Rol por web

Stuart pisó el acelerador a fondo...y algo crujió advirtiendo del estado del vehículo.

Gendo disparaba el cañón una y otra otra vez contra los surnoch, ya que eran el único vehículo que quedaba dentro del cañón. Mientras se movía a uno y otro lado la gran amenaza se cernía. Al frente, la imponente figura de aquél surnoch gigante se erguía desde el suelo mientras los restos metálicos del otro vehículo caían desde su boca copada de un millar de cuchillas afiladas.

Su atención estaba enfocada en vosotros, pero no era el único que os vigilaba. A varios kilómetros de distancia, un elfo y un lashunta observaban como el punto de color verde claro se acercaba rápidamente al gran surnoch, esperando poder ayudar a sus compañeros desde la lejanía.

Y entonces... ¡ZUUMMBB! 

Una onda de cargada electricidad producida por la carga del panel de control recorrió el subsuelo en dirección al desfiladero. La energía hizo que los surnoch, con su cuerpo metálico, sintieran una estocada de dolor en top su ser y se escondieran bajo tierra como hicieran antes, cuando el arma de Gendo les perforaba. Tan solo el gran Surnoch permaneció erguido, soportando el dolor hasta que una segunda carga, y la última que quedaba, electrificó su cuerpo con una sacudida que hizo temblar al suelo, agrietándolo y levantando trozos de tierra. 

Stuart y Gendo vieron como uno de los trozos se inclinaba delante de ellos, sin tiempo para esquivarlo ni variar el rumbo, llevándolos a una colisión segura contra una pared de tierra y arena que ahora se alzaba en su paso. La colisión hizo que el buggy, al chocar, se desmontara casi por completo, dejando a sus ocupantes sentados sobre un chasis de cuatro barras y con tan solo una de las ruedas.

Mientras Stuart aferraba el volante, el gran surnoch emitió un rugido que bien parecía el chirrio de una chatarrería estrujando metal. El gigantesco cuerpo se deslizó bajo tierra a una velocidad terrible, justo delante de los dos únicos supervivientes de aquella loca carrera, que quedaron boquiabiertos bajo una lluvia de polvo y tierra.

Los surnochs se largan y nos quedamos ahí, solos y sentados sobre restos poco esperanzadores. Miro a Stuart y me inclino de hombros. Sí, no tenemos vehículos y estamos en medio de la nada, pero seguimos vivos y eso ya es algo. Suspiro, la única oportunidad de descanso que me brindo en algo que aún no termina, para luego saltar de mi puesto rápidamente.

 - "Estamos rodeados de chatarra. Le ponemos unas ruedas abajo y si no conseguimos que ande, que Márgalo nos tire con una cuerda. ¿Supongo que andas con tus herramientas?"

Le pregunto con ánimo en la voz. Ese ánimo de saberme aún con el corazón latiendo y que poco importa qué tan mierda sea lo que consigamos armar, igual saldremos más rápido así que caminando tres kilómetros.

Stuart estaba duro como una piedra, pegado al volante y sin parpadear, por la tensión. De pronto el cañón entero actuó como una especie de caja de resonancia exparciendo por el aire el eco de lo que podría describirse como el sonido de un trueno desplazandose por el cañón como otro de esos surnoch. El pelaje de Stuart se erizó completamente por una oleada de estatica y poco después los surnochs soltaron alaridos de dolor y huyeron del lugar mientras que el de mayor tamaño pareció ser embestido por uno... y luego dos relámpagos.

Varios escombros de roca de pronto plagaron el camino y Stuart hizo lo que pudo por esquivarlos pero a la velocidad a la que estaba conduciendo no le fue posible. Pese a todo, no fue tan mal choque, el escombro era más un enorme terrón de tierra que roca y este se deshizo absorviendo el impacto, pero ese impacto fue lo que faltaba para que el buggy de exploración acabara de hacerse pedazos. 
Stuart tardó un momento en reaccionar, asimilando la nueva situación, con el volante aun en las manos.

— Gendo... — Comenzó a reaccionar Stuart, soltó el volante y se bajó del asiento. — Gen... ¡Gen! Tres de las jodidas ruedas se separaron de sus embragues. Para reparar esto necesitaríamos algo para fundir metal, como minimo, ¿Y como se supone que levantemos cerca de 1 tonelada de metal? No, no... — Stuart entonces mira hacia la dirección que tienen que tomar para terminar la carrera. — Márgalo no es mucho más que un dron, Gen... ni siquiera puede cargar con mi peso, menos con los dos. ¡Hay que correr! Esa cosa volverá a salir... y quizás casi que mejor no estar en algo tan ruidoso como el motor de un vehículo, eso es lo que atrajo a esas cosas, ¿No? — Stuart entonces hecha a correr hacia una de las paredes del cañón. — ¡Vamos! Si nos mantenemos cerca de la pared es menos probable que nos salgan desde abajo de nuestros pies, ¡Porque les estorbaría la pared! ¿Son 3 kilómetros para terminar esto? Caminando son 30 minutos, ¡Corriendo será menos, pero vamos, ya!

Miro alrededor mientras Stuart habla y llego a una conclusión que no me gusta:

 - "Pero te aseguro que si esos bichos salen nuevamente y no tenemos a este bebé, puedes darte por servido."

Digo mientras apunto al cañón del buggy con el mentón. En estos momentos es la única manera de defendernos de los Surnoch y estoy completamente seguro de que no tenemos nada portátil que tenga la potencia de disuadirlos si deciden alimentarse de nosotros.

Pero supongo que tiene razón. Yo habría hecho algo más sencillo, un jodido trineo, pero ya me dejó claro de que no es tiempo de hacer eso, así que supongo que tendremos que correr.

 - "¡Como odio correr!"

Así que tomo mi equipo y me pongo a correr para salir del valle, suponiendo que Stuart me seguirá también. No me gusta la idea de andar a pie y sin un arma más grande de lo que puedo llevar, pero salir de este puto lugar es la mejor forma de sobrevivir y eso es lo que al final importa.

- "¡Como odio correr!"

— Je, je... creía que era yo el que se estaba poniendo gordo. — Repuso Stuart, como chiste nervioso, mientras corría al lado de Gendo.

La situación por la pantalla no pintaba nada bien. Cierto era que habían logrado evitar ser devorados por la mamá Surnoch, gracias a las descargas eléctricas, pero el Buggy había quedado hecho trizas tras el choque posterior.
Aún quedaba un buen tramo de carrera que ambos parecían dispuestos a hacer a pie.

Estos vehículos… señaló uno de los camiones que tenían los Ysoki ¿pueden correr por el desierto? preguntó, y esperaba que la respuesta fuera “Sí”, porque apenas les dio tiempo a responder.
Kopalo, ¿sabes conducir? le preguntó al Lashunta, que a esas horas ya se estaría oliendo lo que tenía en mente.

- ¡Claro! - dijo Kopalo asintiendo con la cabeza. - No soy tan bueno como el ratuno, pero no se me da mal. - Inmediatamente, saltó sobre el vehículo y trató de arrancarlo. 

-Por supuesto-. Contestó con orgullo uno de los ysoki al elfo, aunque se arrepintió de inmediato en cuanto el lashunta arrancó la camioneta. 

En pocos segundos el duo formado por Edariel y Kopalo levantaban una nube de polvo en dirección al cañón del aullido conduciendo una de las camionetas "prestadas" de los bandidos ysoki, que veían con cara amarga como os marchábais con su vehículo, dejándoles a merced de los orcos, los cuales no tenían muy buenos modales.

Sin embargo, ir a buscar a vuestros compañeros era la máxima prioridad ahora. Quien sabe que otros peligros se escondían bajo el suelo arenoso. 

Tras dejar atrás el cañón y a los surnoch, el suelo mitad arena y mitad piedra entorpecía vuestros movimientos, pues cuando el pie no se hundía por la arena, había siempre una piedra que te hacía perder el equilibrio.

Poco después dejásteis de correr, lejos ya del peligro, para ver como una nube de polvo se acercaba a vosotros desde la lejanía. Seguramente eran otros rivales de la competición que habían dado el rodeo para evitar pasar por el cañón. En ese caso no ganaríais la carrera a menos que les inmovilizáseis el vehículo.  

— ¿Es en serio? — Se quejó Stuart al voltearse y observar el vehículo desconocido acercandose. — ¡No vamos a perder estando tan cerca! — Stuart empieza a revisar el contenido de sus bolsillos. — No puede ser... como quisiera tener algo filoso para plantar en el suelo, pero a ver si esto sirve para que choquen o algo. — Stuart toma una granada luminosa y espera a que el vehículo se acerque lo suficiente para lanzarla cerca.

Jadeo un poco por el esfuerzo de haber corrido y, aunque puedo seguir haciéndolo, definitivamente no tengo ganas de hacerlo. Miro a Stuart y niego con la cabeza, pues no tengo ganas de responder con palabras después de haber tenido que correr una puta maratón.

"Correr es para pobres. No me uní a una pandilla a hacer dinero para terminar corriendo por un maldito desierto."

Entonces veo la nube de polvo y escucho lo que dice mi compañero. Veo que saca la granada y asiento con la cabeza pero le brindo la advertencia.

 - "Solo recuerda que no puedes lanzársela directamente al vehículo. Va contra las reglas de la carrera y quedaríamos descalificados. Debe ser un encuentro "sútil"."

Digo mientras me río para mis adentros: No basta con tener que terminar esta mierda de carrera a pie, con arena hasta en el culo, sino que también seríamos excluidos de las victorias por el reglamento. Sostengo una de las granadas de humo que tengo, pues probablemente inundarlos en humo sería una buena manera de hacerles perder el control si el flash no funciona.