Partida Rol por web

Encuentras el panel rápidamente, ya que has manejado anteriormente modelos similares al que han modificado para vuestra misión. La nena no da su brazo a torcer con facilidad, pero pruebas un viejo código que empleaba Troilo para cifrar embalajes de seguridad en las cámaras de refrigeración de uranio para la fabricación de munición. Y funciona. Con un suave chasquido la rampa desciende rápidamente franqueandote el acceso. Recuerdas con gratitud las cervezas compartidas con Troilo, que el tipo se hacía traer bien fresquitas en los contenedores de uranio de acceso cifrado que transportabas. Ese hijo de puta siempre había tenido debilidad por la cerveza Dylariana. Ahora no puedes negar que tiene buen gusto, porque además de ser una cerveza cojonuda te ha salvado el culo el traersela de contrabando.

El tiroteo continúa con ensañamiento. Ahora que los marines Alpha os han puesto en retirada avanzan poco a poco hacia vosotros redoblando la cadencia de fuego, ignorando al desactivado Goliath cuyas armas han caído a la posición de recarga mientras su piloto golpea con frustración la cabina y los controles.

Desde detrás de la nave puede oirse claramente una última nave despegar y los pesados pasos de los marines corriendo en vuestra dirección. La situación se vuelve tensa.

Teddy aguanta la posición en el pasillo, hiriendo al marine del flanco derecho en la pierna haciéndole perder estabilidad. Todos los demás están corriendo: la fantasma alcanza con poco esfuerzo la posición del sargento Teddy Connors deteniéndose junto a él, y Nexus hace lo propio, ayudado por los estimulantes y numerosos proyectiles con cabeza de uranio mordiéndole el culo, hacia la rampa de la nave que el piloto ha logrado desplegar.

Y entonces estalla el caos.

-¡Vámonos cagando leches!

El recluta aparece tras el pasillo de embalajes metálicos, cargando con Coogar al hombro desde la puerta sur. Y lleva mucha prisa mientras se dirige hacia la nave. No repara demasiado en la lluvia de disparos en la que se acaba de meter, excepto para cubrir con su cuerpo blindado el desprotegido del rebelde con el que carga.

Rugidos y siseos se entremezclan con gritos y salvas atronadoras de disparos, todo ello procedente del sur. Sea lo que sea, el resultado va a ser un enorme charco de sangre.

La sensación grasienta vuelve a rozar tu mente con intensidad, muy próxima. Debe haber estado tanteandote desde hace un rato, pero asuntos más acuciantes te han distraido de su presencia. Ahora la notas con claridad, presionando contra tus escudos psíquicos.

La repentina aparición de la mole metálica que representa el recluta Brian detiene la retirada ambos. Su aviso es corto, pero sus acciones no dejan lugar a dudas, y la breve ojeada que echáis al lugar de donde viene sumamente explicativa.

El panel de control de acceso de la compuerta sur del hangar está reventado y echando chispas, lo que ha desbloqueado la puerta permitiendo el paso. Y lo que estaba embistiendo las puertas ha entrado.

Un marea de xenomorfos se lanzan a la carrera, varios de ellos abatidos por fuego automático. Entre ellos, criaturas de mayor tamaño se mueven reptando. Dos de ellas despliegan un abanico membranoso alrededor de sus gigantescas cabezas y arrojan púas embebidas en un chorro de líquido verde como si estuvieran disparando a alguien. Los gritos agónicos que proceden del otro lado de las cajas lo confirman.

- Así se hace muchacho ! - Musito bajo el sibilante sonido de la multitud de ráfagas pasandoa mi alrededor.

En efecto me refería al bravo piloto cuando conseguí escuchar el motor de la nave a la que había accedido desde las sombras. La situación era de verdadero caos, pero nada distinta a lo que solía tener en los planetas limítrofes, donde había luchado en decenas de ocasiones contra los rebeldes.

Observo a Nexus llegar a la nave y a Brian salir disparado hacia ella con Hoogar cargado a los hombros. Me orgullecía de su actitud, y me pareció estimulante suficiente para salir disparado a través del caos reinante hacia la nave que el piloto había hecho funcionar.

Cuando me encontraba en mi frenética carrera hacia la nave, disparando por doquier con mi Glauss que escupía cartuchos mientras sus ráfagas iluminaban mi rostro, escuché cómo la puerta reforzada se hacía añicos mientras cientos de esos asquerosos xenomorfos ivadían el hangar lanzándose a por los soldados humanos y creando una escena dantesca. Con los ojos desorbitados, mi rostro se torció y en mi cabeza solo entraba llegar hasta la nave antes de que las malditas bestias se abalnzaran sobre nuestras posición.

Sacudió la cabeza, de nuevo lo sentía y ya era obvio que estaba relacionado con la presencia de estos xenos. Pero ahora no había tiempo para entretenerse con los nuevos jugadores. Había una nave que tomar prestada.

Los xenos no habían reparado en ellos, por lo que era una locura dispararles para atraerlos. Que los alphas los sufriesen.

Hablando de alphas...

La Fantasma, en un gesto mecánico, elevó de nuevo el rifle, con el puntero láser del arma reptando como una serpiente en busca de su objetivo. Pero el disparo fue un auténtico fracaso. La insidiosa presencia en su mente no hacía mas que presionar contra sus escudos psíquicos, cada vez con mas fuerza, dentro de poco la arrollaría.

Mierda! Mierda!

Sigue retrocediendo hacia la nave sin perder el control pero, en su interior, la preocupación aumenta.

Corro hacia la rampa de subida de la nave y según voy ascendiendo a toda velocidad debido a los efectos del suero, voy viendo como una legión de hostiles marines, xenomorfos y todo tipo de enemigos que se puedan imaginar se apresuran hacia nuestra posición. Cuando me encuentro dentro del prototipo examino su interior todo lleno de mandos, botones, luces demasiado complicadas para que tratara de intuir su función.

Ya un poco más tranquilo, después de los momentos de tensión anteriores, me situó en una esquina calmado, o por lo menos todo lo que me deja el suero, y reflexiono sobre las consecuencias de mi error de estrategia - Esto ha sido propio de un marine niñato hormonado que acaba de entrar en el ejército, por fortuna no ha terminado todo lo mal que podría haberlo hecho, pero no se puede volver a repetir.-

Jonas entró en la nave apresurado, buscando el panel de control de la misma.

Una sonrisa adornaba su semblante. Ahora si que estaba en su salsa.

—Ven aquí muñeca —mascullaba mientras se sentaba en el asiento frente a los controles de la nave.

Echaba un vistazo a los controles asimilando cada uno de ellos. Buscaba como poner en marcha el aparato lo más rápidamente posible y salir del infierno.

El rostro de Jonas aparece tras los cristales de la cabina dedicándose atentamente a los controles de la nave. Las ráfagas de disparos continúan barriendo el espacio que separa a ambos bandos, los Alphas acorralando a su presa que se dirige al interior de la nave en busca de refugio. Una fea herida que hace volar medio brazo y numerosas brechas en el blindaje por las que mana sangre son los efectos del fuego de cobertura empleado por la fantasma y el sargento Connor, aunque no hace mella en la determinación de los marines por eliminarles, visiblemente reflejada en el reguero rojo con que marcan su retirada..

Sin embargo Connor y la fantasma han logrado alcanzar la rampa de embarque y se encuentran en la parte inferior disparando, mientras Brian y Coogar les preceden ya prácticamente a cubierto del fuego enemigo. En la parte superior de ésta, Nexus espera, explorando el interior de la nave. En los laterales hay bancos y arneses metálicos con sujecciones anti-turbulencia para pasajeros, pasajeros con armadura de combate. Dividiendo cada lateral en dos mitades, hay sendos huecos con un Goliath sujeto mediante pernos, bajo pequeñas elevaciones del techo en forma de cúpula. En la proa, situada en el extremo opuesto a la rampa, una puerta entreabierta da paso a la cabina del piloto donde Jonas se encuentra sentado en el asiento del piloto manipulante controles. Las luces de los diversos paneles de mandos se encienden según sus manos expertas activan los sistemas necesarios para poner en marcha el vehículo, que no se hacen esperar ya que a ambos lados comienzan a rugir los motores primarios y secundarios según la secuencia de despegue avanza.

La sensación continúa, de forma que apenas sientes los balazos que atraviesan tu cuerpo. Se impone cada vez más asfixiando tu mente dentro de la esfera cristalina de escudos erigida para protegerte.

Te busca, no sabes porqué, pero desde luego algo te busca.

La nave responde. Sentado en el asiento de cabina casi podría decirse que el tapizado en cuero que recubre el acolchado fue pensado especialmente para ti. Accionando palancas e interruptores rápidamente, inicias una secuencia de despegue de emergencia poco protocolaria ya que únicamente respetas el orden de ignición y calentamiento de los dobles motores primarios frente a los secundarios. El bombeo de combustible es correcto, así que alteras la mezcla para forzar el tiempo de calentamiento. Si el resto han subido a la nave podrás comenzar a maniobrar en menos de un minuto, aunque antes deberás alcanzar la zona bajo la estrecha abertura de despegue del hangar y eso no será fácil si comienzan a abrir fuego contra la nave. Maniobrar en vuelo dentro del hangar crearía turbulencias que desestabilizarían la nave haciendolo arriesgado, y según has podido observar no había demasiados obstáculos a ras de suelo. Sólo los Alpha. Claro que pensabas que eran muchos menos de los que indica el panel de posición, en el que múltiples señales parpadean desplazandose por el hangar tras la nave.

Las balas atraviesan el cuerpo de la fantasma pero esta parece sobreponerse a las heridas o quizás las ignora totalmente. Vuelve a sacudir la cabeza, esa aceitosa sensación no deja de crecer, de acercarse.

Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda...

- Vamos rápido!!! - Grita, tas escupir una flema sanguinolenta a un lado. - Nos tenemos que ir ya! - Mira a todos lados. Pero no al combate, sino a los espacios vacios como si temiese que algo apareciese de la nada. - JONAS!! ARRANCA ESTE PUTO TRASTO!! - Grita a pleno pulmón mientras recula por la rampa de la nave, mirando casi mas a su espalda que al frente. - Donde estás... Dónde... - Murmura para sí con un leve temblor en la voz.

El reflejo de las opacas gafas del piloto se reflejaba sobre el cristal frontal de la nave.

—Bueno, bueno. Vayámonos pequeña —dijo mientras tecleaba los últimos comandos en la nave.

Abrió el micrófono de comunicación interna.

—Señoras y señores, les habla el capitán. Quizá el vuelo sea más ajetreado de lo normal, pero tranquilícense. Están en las mejores manos. Preparados... listos...

A la voz de "ya" la plataforma de acceso a la nave comenzó a subir mientras la nave comenzaba a moverse.

—¡ADELANTE! —gritó a través del comunicador de la nave.

Consigo llegar hasta la nave entre una intensa lluvia de metralla a mi alrededor. Atrás queda el reguero de sangre formado con la sangre de buenos soldados. Penetro en la parte trasera y agarro fuertemente uno de los posamanos mientras escucho los gritos de la tropa para marcharnos cuanto antes de ahí.

La nave comienza a moverse y suspiro aliviado mientras terminan de entrar los que quedan. Observo con añoranza el goliath que sobresale del lateral de la bodega y de repente siento unas ganas terribles de lanzarme allá abajo con aquellas monstruosidades y comenzar una danza sangrienta como la que ellos estaban protagonizando en esos momentos unos metros más abajo.

Jadeante, coloco mi rifle Glauss en posición y dedico unas ráfagas a los malditos animales. Lo mismo era matar una, dos, que ninguna. Pero me sentía bien matándolos, y tenía vía libre hasta que el piloto nos saara de ahí.

Cuántos supervivientes ? Da lo mismo, yo me encuentro entre ellos.

Después de curiosear, lo que había en la nave, decido prudentemente ir a la cabina y quedarme en una posición rezagada tras el asiento del piloto, de pie, hierático, dominando los nervios, razonables, producidos por la situación, observando como la nave se eleva gradualmente directa hacia la abertura del techo que lleva al exterior de los hangares para comenzar la huida.

En este momento mi cabeza va más rápido que mi cuerpo, unos pensamientos se encadenan a otros y no puedo dejar de pensar: -¿Qué va a pasar con todo esto? si conseguimos escapar... ¿qué vamos a hacer? ¿a dónde vamos a ir? con todo el lio que parece que ha montado Huge ¿cómo estará la cosa por ahí fuera?